Hay que ver lo que se parece ese niño al Padre
Vaya berrinche que se ha pillado mi admirado Javier Armentia con los eructos post cocideros de la canalla clerical en boca (de piñón) de su inefable Portaregüeldos Juan Antonio Martínez Camino. Yo no sé si merece la pena a estas alturas gastar tanta munición argumentativa con esos eunucos mentales. La recompensa de los anticlericales está en verlos a ellos desquiciados, sacando encíclicas y comunicados contra toda idea de progreso, como siempre, pero cada vez más debilitados y con su grey desmadrada. Convertidos únicamente en administradores de folklóricos sacramentos que permiten a las buenas gentes disfrutar de los suntuosos montajes escénicos en los que son maestros antes de pegarse un banquetazo de langostinos y cordero lechal. Ya que no podemos limarles nosotros convenientemente los dientes, nos sentaremos a ver cómo se les caen solos a medida que se les van pudriendo las bocas de tanto escupir veneno.
De todas formas recomiendo vivamente saborear completamente el discurso del anticlerical mayor de los bloggers.: