sábado, 24 de junio de 2006
El Embajador Vázquez: el insufrible meapilas socialista
martes, 20 de junio de 2006
BLOGZAPING: Pecaminizadores
Te presento a Tamara Hoover:
Tamara Hoover es profesora de arte en una escuela superior en Austin, Texas.
También se define como artista, lo que, en una profesora de arte, no resulta muy sorprendente.Pero tiene un problema: A Tamara Hoover quieren expulsarla de su trabajo.Si Tamara Hoover incumpliese su deber de profesora (por ejemplo, negando la evolución en favor de la mitología) no tendría ningún problema. Después de todo, trabaja en Austin, Texas. Y allí esas cosas se ven con cierta tolerancia.
Si Tamara Hoover fuese a clase con una pistola al cinto tampoco tendría ningún problema. Ya sabes, trabaja en Austin, Texas. Y allí esas cosas se ven con cierta tolerancia.
Si Tamara Hoover patrullase la frontera con un rifle en busca de inmigrantes tampoco tendría ningún problema. Por lo mismo, trabaja en Austin, Texas. Y allí esas cosas se ven con cierta tolerancia.
Pero Tamara Hoover no hace ninguna de esas cosas que en Austin, Texas, se ven con cierta tolerancia.
Tamara Hoover ha hecho algo que su consejo escolar considera incompatible con su labor docente. Porque Tamara Hoover se define como artista, y hace fotos, y se muestra en fotos. Y algunas de estas fotos están en Internet. Y, en algunas de estas fotos en las que aparece y que están en Internet, Tamara Hoover está desnuda.
Y eso, para el consejo escolar, la inhabilita como profesora de arte.
Supongo que opinan que, si los tiernos y sensibles alumnos ven imágenes con las tetas de su profesora de arte, pueden perturbarse gravemente y dedicarse a hacerse pajas, en lugar de ir con sus padres al beisbol o al desierto a disparar con la semiautomática.
Y es que en Austin, Texas, no se permiten esas indecencias. Tamara Hoover habría hecho mejor enseñando el creacionismo, cargando con una pistola o patrullando la frontera con un rifle.
Pero fotografíarse las tetas es un pecado.
Y no. Todo esto, pese al sarcasmo, no es una crítica al consejo escolar, ni a los ciudadanos de Austin, ni a los tejanos, ni a Norteamérica.
Porque tengo la fuerte impresión (y ojalá me equivoque) de que si Tamara Hoover trabajase en el instituto que hay cerca de mi casa, le habría ocurrido algo muy parecido.
A veces, tengo ganas de vomitar.
Más detalles en el blog de Tamara Hoover, que busca ayuda para enfrentarse a este caso.
En Flickr puedes ver un set de fotos de la "escandalosa" Tamara Hoover[Via Save Manny (Me temo que no sé cómo llegué hasta ahi)]
Obviando cualquier obvio comentario acerca de la estupidez e hipocresía norteamericanas, mundiales e intergalácticas, a mí lo de sacarse en bolas pretextando controversia entre otras cosas para denominarse artista, me parece una gilipollez. Aunque, bien pensado, todo el que se autodenomina "artista" me parece gilipollas. Daría para mucha discusión (creo) esto que voy a decir, pero al final va a resultar que la única forma de ser contestatario y "antisistema" es deshaciendo al individuo por el camino, desnudándolo, diluyéndolo, indiferenciándolo. Los mártires anónimos, más que simpatía, me generan lástima. Buah, qué cosas.
SusanaLaCastaDoncellaAcusadaDeAdulterio — 21-06-2006 12:51:25
Tiene usted más razón que una santa y casta doncella acusada de adulterio y no de artista.
Harazem — 21-06-2006 13:05:13
domingo, 18 de junio de 2006
Larache (Mizân 3º: darj)
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Si se entra por Bab el Khamis (Puerta del Jueves), el arco hispanomorisco de la Place de la Libèration, se accede inmediatamente a la plaza de la Alcaicería, un animado espacio rectangular porticado, en el que siempre hay mercado, diseñado por los españoles que la conquistaron brevemente en el siglo XVII. A partir de ahí las callejas se entrecruzan teniendo como eje la larga calle principal que va desde la ruinosísima Casbah portuguesa a orillas del mar hasta la aún en pie Casbah española (Fortaleza de La Cigüeña) también construída en el siglo XVII. Una puerta destrozada me permitió entrar clandestina y atrevidamente en las ruinas de la fortaleza. Lo que encontré fue un enorme basural, lo que podría ser un precioso patio de armas porticado pintado de rojo, con el lisérgico aire de un Chirico, unos edificios interiores cayéndose a chorros y unas preciosas vistas desde las almenas. Junto a la puerta principal de la Casbah de La Cigüeña existen dos edificios interesantes. Uno es el llamado popularmente Torre del Judío, un castillete de origen benimerin (S. XIV) con un escudo imperial español en el que antaño estuvo el Museo Arqueológico, hoy cerrado, y el edificio de la antigua Comandancia española (hoy colegio), interesante ejemplo de arquitectura colonial neomorisca pintado de amarillo albero.
Paseando por la calle principal de la medina pueden leerse aún viejos letreros en español, que parecen hablar de que, al igual que en Tetuán, en ella vivieron puerta con puerta españoles y marroquíes. Y para colmo, en una de las esquinas, encontré una iglesia fosilizada. Ocupando una esquina, se hallaba tan camuflada por el desconchado general que sólo alzando la cabeza y descubriendo la torre pude comprobar de qué se trataba. Aún, no sé por cuánto tiempo más, puede describirse como de estilo neogótico, pero es del todo imposible dictaminar en qué color estuvo pintada. Más tarde leo en una página web que se trata de las ruinas de la iglesia de San José, construida en 1901.
Nos decidimos por segunda vez a visitar el cementerio español. Y no sólo por reverenciar la famosa tumba de Jean Genet, sino para comprobar que lo que habíamos leído de que el gobierno español había subvencionado su limpieza y restauración era cierto. Hace unos años lo visitamos, y salvo la tumba de Jean Genet, que estaba perfectamente blanqueada y arreglada el resto presentaba un lamentable aspecto: sólo eran visibles los mausoleos de los oficiales muertos en el desastre del Annual por su mediana altura, aunque se encontraban en un avanzado proceso de desmoronamiento. El resto de las tumbas a ras de tierra se encontraba oculto por una espesísima jungla de cardos y otras malezas. Cuando fuimos esta vez una buena parte del espacio había sido segado, tarea en la que se hallaba enfrascado el guarda, cuya mujer nos abrió la puerta. Las altas tumbas de los oficiales se hallaban blanqueadas y aquello comenzaba a parecerse a un cementerio.