Del famoso video de Pedro Jota ya se había olvidado piadosamente todo el mundo. Este país suele ser mucho más discreto y comprensivo con las debilidades o gustos sexuales estrafalarios de los personajes conocidos, que no pertenecen al circo mediático del famoseo friki y que viven de eso, que otros de nuestro entorno. En Inglaterra sin ir más lejos el tipo hubiera visto disolverse su carrera en 10 minutos. Y aquí sigue en el candelabro inventando en su diario delirantes conspiraciones subvencionadas probablemente por Murdoch, vía vicaria su viejo amigo el Hombrecillo Insufrible. Y lo que vende, claro.
¿Por qué cojones entonces su compinche Federico Jiménez Losantos vuelve una y otra vez, día tras día, a recordarnos el jodido video? Porque no hay ocasión en que la aguerrida estrella de la emisora de los Curas Capones no aproveche la enumeración de las maldades socialistas, una tgas otga, cotidianamente, para meter de rondón siempge-siempge una mención del famoso video de su compadre. Si no lo mencionara un día sí y el otro también el video acabaría por disolverse en la desmemoria y el olvido de las gentes que lo siguen e incluso los más jóvenes que empiezan ahora a juntar cabos ni siquiera llegarían a saber de su existencia.
Powered by Castpost
Con ello sólo consigue que todos sus oyentes vuelvan a resucitar inevitablemente en su memoria una y otga vez, una y otga vez las pavorosas imágenes de la exhibición de su doble calvorota en la extravagante ceremonia de los botes de vaselina, puños de látigo y descatalogados ligueros oficiada por aquella especie de doble de la criada de Scarlette O’Hara embutida en horripilante corpiño que respondía al imposible nombre de Exuperancia Rapú.
Porque todo el mundo, tarde o temprano, ha alcanzado a ver el video. Una cosa es que los españoles sean piadosos con las debilidades ajenas y otra que dejen de ser morbosos. La exhibición, posesión y no sé si visualizado del video fue prohibido por un juez, pero ya sabemos que en este país nos pincha especialmente la gana de infringir picarescamente la ley. Seguro que hubo resistentes éticos que se negaron a ello por heroica defensa de sus principios. Pero seguro también que no tuvieron la tentación realmente a tiro de ratón. Yo fui uno de ellos. Hubo una época en que estuvo colgado en el Youtube y fue retirado por exigencia de los abogados del piscinista ilegal. Parece ser que sigue colgado en el Emule. De éste último lo bajó el amigo que me convenció para que yo lo viera con la sólida coartada de que se trataba de un documento crucial en la historia reciente de España. Confieso con remordimiento que ante ese argumento no tuve más remedio que visualizarlo.
He de reconocer que las escenas son más lamentables que otra cosa y que lo que realmente consiguió excitarme, aparte del increíble nombre de la partenaire y del descubrimiento de que usa bisoñé, lo tuvo que poner mi imaginación. Porque en ese momento lo primero que me saltó a la cabeza fue un intento de reconstrucción ideal de los movimientos automáticos del morro de Ana Botella al visualizarlo ella misma. Porque seguro que ello ocurrió. Si el conocimiento es poder, ella lo quiere todo. Y siempre tendría tiempo luego de confesarse. Así me la imaginé levantando levemente el labio superior con ese gesto ondulado de repugnancia tan caro a su carácter y educación hasta dejar a la vista la dentada caballuna que su Dios le ha regalado al contemplar en semejante juego al que tres días antes había sido su compañero de balcón al paso de un paso de Semana Santa. ¿Se acordaría en ese momento de su santa esposa, la famosísima Agatha Ruiz de la Parda? ¿Tal vez de la traición que supuso para la lisérgica diseñadora el que el sátiro no le pidiera consejo para elegir el color del liguero? ¿Le sobrevendrían sospechas mucho más dolorosas (ya se sabe, los hombres no es que sean todos iguales, es que son todos el mismo)?
Los responsables de la grabación están purgando su delito en la cárcel, incluyendo la sacerdotisa negra de portentoso nombre. Pero el responsable de su regurgitamiento y psicoexhibición ritual cada mañana, el Pequeño Talibán de Sacristía, sigue tan pancho y tan amigo y socio en el negocio de salvar a Eh-paña del imaginativo director de El Mundo. ¿Por qué lo hace? A mí se me escapa la razón última, pero debe ser muy poderosa cuando el poderoso periodista se pliega sumisamente a ella y no le manda callar la boca de una puta vez.
Tal vez se trate de un arma secreta. Un buen arma secreta y no como las de Irak. Tal vez la prueba definitiva de que el ácido bórico... digo... de que el video es auténtico. Un arma de destrucción masiva de reputaciones con la que amenazarle cuando llegue el momento de quedarse él como Ideólogo Único de la DERECHA, de EL MUNDO y de las JONS, una vez conseguida la desuscripción del ABC de todos los fachas de este país.