(PUBLICADO ORIGINARIAMENTE
NO ME TOQUES. Fueron la palabras que Cristo dijo a la Magdalena tras su espectacular Resurrección, para evitar que la expecadora desbaratase con sus dedos su precaria existencia ectoplásmica. Eso mismo podrían decir las centenarias losas de la Plaza del Potro tras su resurrección de las eternales obras de la Posada a los que han comenzado ya a removerlas. NOLI ME TANGERE, TURMA LODICIUM (no me toquéis, pandilla de mantas). Más concretamente.
No se sabe muy bien a qué viene esta desatinada remoción de unas hermosísimas losas que llevan más de 100 años proporcionando a la plaza su inigualable carácter. No lo han explicado bien. O al menos yo no los he escuchado. AQUÍ se pueden encontrar unas balbuceantes excusas, aunque las cotillas vecindonas de la zona me han soplado sotto voce que creen que la causas reales pudieran radicar en las frecuentes denuncias que recibe el Ayuntamiento por accidentes causados por resbalones y tropiezos. Para entrar en la pirámides de Gizah hay un cartelón que advierte de la existencia de dinteles bajos y del riesgo de cabezazos contra milenarios quicios. Pero, desde luego ya podían ser más considerados y emprender una obra para cargárselos y que así los guiris no tengan que agacharse. Aquí parece que la cosa va de que los usuarios de las pernotasiones lleguen al Museo de Julio Romero y al Phosphorito Memorial sin tener que mirar al suelo. 100 años las alpargatas de abuela cordobesa acariciando amorosamente las irregularidades de las centenarias losas sin accidentes remarcables y ahora lo que les preocupa a los dormidisisailistas estos son los posibles despistes de unos guiris de patas peludas.
Parece ser que en principio la remoción se iba a llevar a cabo de esa manera tan deliciosamente brutal que tanto les gusta a nuestros gerentes de urbanismo. O sea sustitución total del enlosado histórico de granito serrano de 20 cms. de grosor por magníficas piezas de cantería industrial de 5, perfectamente lisas y repulidas. Como parece ser que pensaban hacer (y comenzaron) sistemáticamente hace unos años nuestros hipermodernos munícipes en todo el callejuelerío cordobés si la UNESCO no se lo impide. La conversión del embrujo y el misterio de los tópicos sierramorenistas en cómodos pasillos de Parque Temático Folklórico-Moruno. Pero alguien debió decirles que eso estaba muy feo. Y parece que han optado por una solución intermedia. ¿Debería darnos pánico? Yo ya es que no, que no, que
de lo que me está pasando
yo no me quiero enterar,
prefiero vivir soñando
a conocer la verdad.
Que no me quiero enterar,
no me lo cuente, vecina,
¿no ve que lo sé de más
y tengo dentro la espina?
¿Debiéramos tener fe en el criterio de nuestros guapos munícipes? Debiéramos. Pero la terca realidad, una vez tras otra, una tras otra nos sacude violentamente los hombros, nos muestra los que estos reyes del PLASTICUCHI MANGUICHURRI vienen haciendo y nos impele a gritar ¡NOLI ILLA TANGERE, FRAGMENTUM ASINORUM! (no la toquéis, pedazo de burros).
- El ensolado de la Corredera
- El ensolado del Bulevar
- La calzada de las Tendillas
- La calzada de Alfaros
- La calzada de Concepción
- El acabado de los Baños Califales
Deberían servirnos de aviso para lo que le espera a la centenaria, emblemática, y pronto plastificuchimanguichurriempedrada Plaza del Potro. Así, podremos enseñarles a nuestros niños en un futuro próximo:
La Plaza de Potro
ha sido plastificuchimanguichurriempedrada,
¿quién la desplasticuchimanguichurridesempedrará?
El plasticuchimanguichurridesempedrador
que la plasticuchimanguichurridesempedrare,
buen plasticuchimanguichurridesempedrador será.
Y además le dedicarán una coplilla Los de Sierra Morena