Leyendo esas dos noticias relativamente recientes se me ha ocurrido la idea de chivarme al Congreso Mundial Judío de que en la ciudad de Córdoba (España), una ciudad que oferta comercialmente la tolerancia entre religiones y otras motos de atraer turismo congresual buenista, cuenta entre su nomenclátor urbano con un portentoso número de homenajes a un conspicuo y autopublicitado antisemita: el obispo Fray Albino. E invito a todo el que sienta una ofensa a la humanidad el homenajear a quienes porten ideas racistas, criminales y genocidas a que lo haga también.
ESCRIBE AL CONGRESO JUDÍO MUNDIAL PARA QUE OBLIGUE AL AYUNTAMIENTO DE CÓRDOBA Y AL ESTADO ESPAÑOL A RETIRAR DE SU NOMENCLÁTOR TODOS LOS ROTULADOS CON EL NOMBRE DEL OBISPO NACIONALCATÓLICO Y ANTISEMITA FRAY ALBINO.
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LA CAUSA
El 1 de marzo de 1939 el gobierno genocida del general Franco consideraba de obligatorio estudio y adoctrinamiento en los colegios del estado español un libro de texto titulado Catecismo Patriótico Español cuyo autor era el entonces obispo de Tenerife Fray Albino Menéndez-Reigada. En él, aparte de otras espantosas barbaridades se obligaba a los niños españoles a aprender que el judaísmo es el sistema político social que adoptó el pueblo judío, después de haber dado muerte a Cristo, para dominar al mundo según sus profecías y como no puede satisfacer sus ansias de dominación sino debilitando y destruyendo los pueblos civilizados y cristianos, considera lícitos todos los medios para llegar a ese fin, sembrando toda clase de errores, propagando toda clase de inmoralidades, fomentando partidos y discordias en las naciones y hasta procurando guerras con las cuales los pueblos mutuamente se aniquilen.
Por las mismas fechas el propio Fray Albino publicaba en el Boletín Oficial del Obispado de Tenerife que los judíos eran seguidores de los absurdos y blasfemias del Talmud que aspiran a exterminar a los cristianos y son dueños del capitalismo desde el que financian las revoluciones, los separatismos y las propagandas antiespañolas.
Dos años justos después, en la primavera de 1941 el gobierno nazionalsocialista alemán, que había ayudado estrechamente a su equivalente nacionalcatólico español en el genocidio de republicanos, decidía la Solución Final a la cuestión judía, que se saldaría cuatro años después con el genocidio de seis millones de judíos. No es difícil imaginar que buena parte de la generación de niños adoctrinados en el odio a los judíos por el obispo Fray Albino comprendieran la necesidad de aquella solución, como respuesta de defensa propia que el buen fraile les había inculcado.
Fray Albino acabaría sus días como obispo de Córdoba impulsando en los años 50 una asociación benéfica que proveyera de viviendas de alquiler baratas a los miles de cordobeses que se encontraban viviendo en condiciones infrahumanas, víctimas de la brutal cruzada antipopular nacionalcatólica de la que él mismo había sido ferviente guerrero. Esas promociones de viviendas, si bien supusieron un gran alivio para parte de las clases populares, también supusieron, aparte de una leve extorsión para ciertos jerarcas falangistas, una ocasión de negocio redondo para muchas familias afectas al régimen que se enriquecieron con su construcción. Acuérdense, y sólo por poner un ejemplo, quienes tengan edad, del imperio local de los cines de la ciudad y aten cabos de dónde comenzaron su andadura. Del blanco y negro fascista al technicolor de la Transacción...
Lógicamente el obispo antisemita benefactor recibió tras su muerte y en la época ominosa honores sin cuento: nada menos que el nombre de toda una barriada, la erección de dos aparadores escultóricos, la titularidad de un equipo de fútbol aficionado y lo que es más increíblemente siniestro, el de un colegio de educación infantil. Ninguno de aquellos homenajes le fue retirado higiénicamente tras el fin físico de la dictadura fascista. Lo que nadie en sus cabales democráticos podía esperarse es que ya en los 90 en el tránsito de un esperanzador primer gobierno municipal de izquierdas a un epígono avergonzador gobierno de izmierdas presidido por una por entonces aún sedicente comunista, se le dedicara toda una avenida al obispo filogenocida antisemita.
Así que tenemos en esta ciudad un manojito de perlas del nomenclátor dedicados a un personaje inequívocamente portador de ideología criminal y como está visto que en este país la denuncia por ofensas a la racionalidad humanística, a la decencia democrática y a la justicia universal sólo pueden elevarse a tribunales extranjeros porque la justicia propia está impregnada de la propias heces de la que nació y de la que nunca se desprendió mediante higiénica ducha democrática, la fascista del régimen nacionalcatólico del 18 de Julio, es por lo que a todo aquel que lea estas líneas y tenga sentido de la higiene democrática y la justicia universal le invito a que aproveche la oportunidad que le proporciona la RED de dar bastante por culo a los enemigos de la racionalidad y la justicia aunque sólo sea por simple resarcimiento escribiendo al CONGRESO JUDÍO MUNDIAL solicitándole que se interese por presionar al gobierno municipal cordobés y al estatal español para lograr la retirada del nombre del obispo antisemita y fascista del callejero y sobre todo de los muros del colegio de inocentes niños a los que acoge.
Aclarando por mi parte que considero así mismo al dicho CONGRESO MUNDIAL JUDÍO como un organismo completamente manchado de criminal parcialismo en la defensa acérrima de un estado, el de Israel, que viene practicando un genocidio sobre el pueblo palestino desde hace cincuenta años. MIERDA SOBRE MIERDA