En el Libro de Reclamaciones de esta bitácora se ha recibido una queja por la lentitud con la que voy suministrando los capítulos del relato del viaje a Marruecos. La única excusa válida es la de que, como probablemente nadie se imagina, hay que confeccionarlos. Y como tampoco nadie se imagina, nadie me paga por hacerlo. Pero además tengo otra excusa que, sin duda, será más comprendida.
¡Man regalao un gato chico!
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