viernes, 16 de junio de 2006

No mires detrás de las bragas de Dios

16-06-2006 08:11:26
LEÍDO ESTA MAÑANA, 16 DE JUNIO DE 2006, EN EL BLOG DE MANOLO SACO.
(Meditación para hoy: los periódicos se hacen eco ahora de unas declaraciones del astrofísico Stephen Hawking en las que asegura que el anterior Papa, Juan Pablo II, le pidió que no profundizara en el origen del Universo “puesto que se trata del momento de la Creación y de la intervención de Dios”. Al parecer el Papa le habría hecho este comentario en una conferencia sobre Cosmología celebrada en El Vaticano, hace de esto unos cuantos años. No tengo el dato exacto, así que hablo de memoria, pero recuerdo que en aquella reunión, que apenas trascendió a la prensa, Juan Pablo II les pidió que no investigaran el “minuto inmediatamente posterior” al Big Bang, porque suponía algo así como invadir el momento más sagrado y reservado de la Creación. La anécdota ya había trascendido por otros físicos asistentes que no salían de su asombro. Juan Pablo II era consciente de que, en la explicación de nuestra existencia, las religiones tienen que conformarse con las migajas que les va dejando la ciencia. El hombre ya no es ningún rey de la Creación, el planeta Tierra es un pequeño mojón en un costado de una de las hélices de la galaxia Vía Láctea, y ésta, a su vez, es una de las miles de millones que conforman el Universo. La ciencia nos va colocando en nuestro sitio, una mota de polvo en la inmensidad de la materia, y los Papas recelan de que los científicos acaben un día con su industria.

jueves, 15 de junio de 2006

Cambio del santoral cordobés

En esta ciudad siempre anduvimos un poco desorientados con nuestra advocación santoral. Hay incluso muchos cordobeses que no saben que el patrono de la ciudad no es el Arcángel Rafael, que sólo es su Custodio, aparte de Miembro de Honor del Ilustre Colegio de Médicos, sino San Acisclo y Santa Victoria, dos jovencísimos mártires del siglo IV a los que los malvados romanos infligieron unas muy imaginativas perradas por no querer decir algo tan sencillo como: ¿yo cristiano?. Amos, ¡anda!, en lugar de decir lo que dijeron: nosotros adoramos a Cristo, no a demonios ni a inmundos ídolos (por los indecentes dioses que adoraban la mayoría de sus paisanos). Pero así como Victorias hay muchas en Córdoba (aunque hay quien dice que es por el Paseo), ¿alguno de vosotros conoce por un puñetero casual a algún Acisclo en esta ciudad?
Para solucionar este galimatías yo propondría, en estos nuevos tiempos, más laicos, en que los milagros yo sólo se dan en el terreno urbanístico e inmobiliario y los martirios en los juzgados, la santificación, aunque sólo sea por pragmatismo nominal, de nuestro más milagroso personaje público, el mirífico Rafael Gómez al que, para colmo, el propio pueblo ha santificado de facto colocándole un tradicional mote que ya incluye el consabido apócope de santo:
SAN DOKÁN
Ahora que además, exactamente como nuestros núbiles patronos, está siendo martirizado, sañuda e injustamente, como todo el mundo sabe, por la sevicia del Impío Derecho Romano.
A las virtudes naturales que le adornan, desde sus modestos principios de platerillo cañerense hasta su condición de mayor repartidor de biyete verde de esta ciudad, hay que sumar un gusto preciosista que demostró en la construcción de su propia casa a las faldas de nuestra sierra (pudiendo haberlo hecho en Hollywood), en un exquisito estilo grecorromano, entre la Casa Blanca y el Cuban Miami Style, una proverbial esplendidez, de la que pueden dar fe las cuentas corrientes de sus empleados en los distintos ayuntamientos andaluces y una delicadeza y finura en el trato y en la palabra de las que dio muestras sobradas en la ya mítica rueda de prensa que todas las televisiones locales tuvieron la lucidez de emitir varias veces al día durante una semana para que su mensaje encendiera de fervor hasta a los cordobeses más renuentes a escucharlo. No he puesto un puto ladrillo en Marbella / Yo salí del coño de mi madre / El dinero no sirve pa ná cuando te mueres. Son algunas de las luminosas frases que su boca emitió en ella. El video se ha convertido ya en reliquia y objeto de culto entre sus más acérrimos y fanáticos devotos.
Su amor a la naturaleza y a procurar por todos los medios que los demás la disfruten también le ha llevado a construir larguísimas series de adosados en parajes naturales de gran belleza, para que sus inquilinos tengan el mismo derecho que los domingueros a disfrutarlos pero sin el engorroso trámite de tener que desplazarse hasta ellos cargados de tapergüeles .
Pero su más preciada virtud es el ecumenismo, que le hace confraternizar lo mismo con Orondos Curas Banqueros, con Rojísimas Alcaldesas Comunistas o jugar plácidamente en recreativas timbas cortijeras con el capo de la mafia marbellí.
Además puede contarse un milagro entre sus hechos. Habiendo encargado de su bolsillo una escultura del Arcángel Rafael para una plaza de Fuengirola, uno de sus lugares favoritos de inversión y en el que veranean desde el neolítico tropescientosmil cordobeses por temporada, el escultor fue inspirado directamente por el Custodio que dirigió su mano para que modelara su propia cabeza con los rasgos del Ejemplar Empresario. Y allí está, erecto, con su acapuchada melena blanca al cielo, como un símbolo rafaélico del cordobesismo que campa victorioso por la Costra del Sol. Y eso es una señal. Y quien lo dude es un mal cordobés, que es lo peor que se puede ser en este mundo después de un ecologista.
Comentarios
Te quiero por los buenos ratos que me haces pasar. El arcangel es ideal, yo quiero uno así para mi patio, o un cuadrito para poner encima de la cama matrimonial.Ya veras, como te coja el San Dokan te va a echar todas las maldiciones bíblicas, no te da lástima con lo mal que lo estará pasando ahora el pobretico.Y como te cojan los judios ya ni te cuento, eso dice el acadio.
hencarna — 15-07-2006 12:20:34

lunes, 12 de junio de 2006

Asilah, la niña mimada del Sahel (Mizân 3º: tûshiya). LAMENTO SEFARDÍ

Dina Rot : Il vestidu aburacadu di tu alma (1)

Al día siguiente de llegar a Larache decidimos hacer una excursión a Asilah, 42 kilómetros más al norte.. Un espantoso viaje en taxi colectivo, en el que nos sentimos solidarios con las sardinas enlatadas, nos llevó hasta la hermana coqueta y mimada del Sahel norteño. Si hace unos años aún podía encontrarse alguna casa en la medina de Asilah a buen precio y se estaba dispuesto a bregar con la farragosa burocracia marroquí, con la voracidad de los intermediarios y leguleyos y con la desesperante informalidad de los albañiles rifeños, su búsqueda hoy día se revela un ejercicio inútil para bolsillos modestos.Asilah está de moda.

Una nueva Mojácar, cuyas casa fueron compradas por extranjeros ricos hace mucho años. Y se nota en la febril actividad reformadora que sacude la medina. Albañiles, carpinteros, fontaneros de toda la comarca encuentran trabajo en las obras de reforma de docenas de casas adquiridas por extranjeros ricos en los últimos años. Las callejas están impolutas y los detalles de las fachadas comienzan a adquirir ese carácter de decorado folklórico que caracteriza el gusto de los nuevos colonizadores. Quizás está bien que sea así. Toda vez que lo esencial de la ciudad aún permanece intacto. El inigualable mirador marino sobre la muralla, el mercado del foso, el relajado aire que se respira en su medina.A pesar de haber visitado varias veces la ciudad en el pasado, no llegué nunca a saber que contaba con un cementerio judío. Debía haberlo imaginado, toda vez que las demás ciudades marroquíes cuentan con el propio y que a Asilah vinieron directamente una parte importante de los expulsados por los Reyes Católicos. Pero tuvo que ser una conversación casual en la medina la que nos pusiera en su pista. Y decidimos visitarlo. Se encuentra unos 100 metros más allá de la esquina de la muralla donde termina el mercado, rodeado por una tapia y al borde de un acantilado que es utilizado como escombrera por los constructores de la zona. Los carros tirados por un burro y cargados de materiales de desecho atraviesan la desportillada verja sin cesar a lo largo del día para arrojar su carga por la pendiente. Varias decenas de tumbas se extienden entre ella y el muro en una superficie completamente invadida por los cardos y la alta maleza salvaje. Saltando de lápida en lápida conseguí ir leyendo algunos de sus epigramas, la mitad escrita en hebreo y la mitad en español, lo que hablaba de la condición de sefardí de aquella comunidad. La más antigua de 1920 y la más moderna de 1954. La mayoría sólo contenía los normales tópicos funerarios y los datos de sus inquilinos se reducían al nombre y la fecha de su muerte. Benarrosh, Anidjar, Bencheton. Las últimas huellas de una comunidad entrañable, frecuentemente perseguida, hoy extinta en esta tierra que la acogió por 5 siglos.

Pero en una de ellas encontré algo diferente, estremecedor. Estuve a punto de pasar de largo y utilizarla sólo como escala para no caer entre los cardos porque su texto estaba casi borrado, erosionado por el agua y el viento después de tantos años, pero su posición casi marginal, al borde mismo del acantilado, me hizo prestarle atención. A duras penas conseguí leerlo. Me quedé desconcertado y llamé a C. que contemplaba distraidamente el océano para compartirlo. He aquí el texto en castellano, bajo un largo párrafo en hebreo, tal como lo encontré:

SIMI ROIFF

FALLECIÓ 15 TAMUS 5704
6 JULIO 1944
AMARGADA Y DESESPERADA
SE DEJO ABANDONAR POR
SUS INFORTUNIO Y JOVEM AUN
SE DEJO ARREBATAR SU ALMA

El epitafio habla por sí solo y también calla por sí solo. Sólo podemos añadir imaginación y novelería a los datos objetivos del texto. Como en un cuento de Borges o como el arranque de un film de intriga romántica, la visión de la gastada lápida rasga la tela de la normalidad para hacernos entrever un mundo brumoso de inquietantes sentimientos o de vidriosas pasiones. ¿Quién fue esta Simi Roiff de infortunios tan letales? ¿Qué o quién se los causó? ¿Cuántos de los que supieron de ella pueden contárnoslo aún? Impresionados aún por el hallazgo salimos del cementerio y regresamos a la ciudad. No nos quedó más remedio que dirigirnos a Casa García para, como siempre, rozar un hartazgo de deliciosas gambas blancas y sargo a la espalda regados con un fresquísimo rosado de Beni Slimane. Durante toda la comida estuvimos dándole vueltas y vueltas al texto de la lápida. Ni siquiera el chupeteo de las cabezas de los riquísimos crustáceos consiguió hacer descansar a nuestra imaginación. Vuelta por la tarde a Larache en otro taxi colectivo, unos de esos Mercedes viejísimos tan abundantes en las carreteras marroquíes. Aunque pagamos un lugar de más para poder salir antes, una vez dentro descubrimos que íbamos tan enlatados como a la ida. Al misterio de la lápida lo sustituyó durante todo el camino el misterio de cómo habría cabido el cuerpo cuyo lugar habíamos pagado.
















(1) Como ilustración, a manera de los diferente movimientos y partes de una nuba andalusí marroquí que vengo colocando en los capítulos de este viaje, pensé, dado el inquietante descubrimiento que hice en el cementerio judío de Asilah, y en homenaje a esa desconocida mujer cuyo epitafio hace referencia a un desmedido dolor, colocar una pieza de música sefardí. Y para ello no acudí al amplio repertorio tradicional sefardí, sino a una pequeña gran joya que guardo desde hace tiempo en mi discoteca (ahora cedeteca) y que el azar y mi gusto por las músicas periféricas pusieron a mi alcance.

En 1997 la extinta revista El Europeo publicó un disco-libro maravilloso (Una mano tumó l’otra) que recoge la feliz confluencia de cuatro sensibilidades exquisitas en estado de gracia. La cantante argentina de origen judío Dina Rot, pone voz y composición musical a los poemas escritos en ladino de Juan Gelman y de Clarisse Nicoidsky (1938-1996). De sobra conocido el primero, Clarisse es una poeta francesa de padres judíos sarajevinos, en cuya casa aprendió de pequeña la lengua de los hebreos españoles exiliados. El músico español Eduardo Laguillo compuso también algún tema y sobre todo asumió la dirección musical de la obra. El resultado es una pequeña gran obra maestra, una joya de la poesía musicada, de la que entresaco el poema Il vestidu aburacadu di tu alma (El vestido agujereado de tu alma) de Clarisse. Dina Rot comenzó su carrera en el repertorio clásico que amplió con el tiempo estudiando folklore, poniendo música a los principales poetas en español y, sobre todo, reinterpretando añejas canciones sefardíes. Sus hijos también le salieron artistas: Ariel Rot y Cecilia Roth. (VOLVER).


Comentarios
HolaMe alegra que Marruecos siga tirando de vosotros. Después de leer el viaje a Tetuán y Larache y ver la luz que aparece en las fotografías yo también echo de menos el Sur (y a los amigos), aunque nuestro próximo destino vuelva a estar en el Este (mismo sitio, mismo idioma, espero que misma gente o por lo menos parecida).Me encanta el gato! No sé si su carácter superará el de algunos de sus predecesores.BesosBlanca
blanca — 13-06-2006 17:56:53
Es una lástima. ¡Jodidas modas!. ¡Un nuevo Mojacar en la Costa atlántica de Marruecos! Pero, ¿quién quiere algo así?.
bit ramone no tiene quien le escriba — 13-06-2006 21:21:22
Estoy siguiendo con mucho interés el viaje a Marruecos, pero además me gustaría que comentaras las piezas de música que coloca.Gracias
Lucio — 14-06-2006 12:27:37
¿Complacido?
Harazem — 15-06-2006 11:43:16

domingo, 11 de junio de 2006

Shlomo ben Ami: el sionista bueno

Shlomo ben Ami está considerado uno de los políticos israelíes más razonables y por lo tanto más inclinado a aceptar el derecho del pueblo palestino a contar con un estado propio. Fue embajador del estado de Israel en España y ministro laborista antes de que el más que presunto criminal de guerra Sharon (¿hay algún militar israelí que no lo sea?) ganara las elecciones. Casi todos los políticos del mundo occidental lo consideran un gran humanista, un hombre afable y un honrado político. Yo, sin embargo, por más que trato de suavizar mis puntos de vista, comprender el suyo y esforzarme por encontrarle legitimidad volviendo a leer su último artículo publicado en El País el 9 de junio, sólo consigo ver a un miserable hipócrita, cómplice activo y necesario del robo continuo de tierras, pertenecientes legalmente a otro pueblo vecino mucho más pobre e infinitamente más desarmado, que su estado viene perpetrando desde hace 60 años, de la práctica del apartheid racista de los no judíos dentro de su territorio legal y de la violación sistemática de los derechos humanos en los que ocupa. Todo ello desobedeciendo recalcitrantemente las clarísimas resoluciones de la ONU y con la complicidad interesada de los EE.UU. y la acobardada y estúpida, pero no menos entusiasta, de la Unión Europea, nuestro inefable Moratinos a la cabeza.

Justo cuando acababa de redactar estas líneas me encuentro en la edición de El País de hoy una misiva incluida en la sección de Carta al Director que me mitiga el malestar que me ha producido tener que usar un lenguaje tan agresivo. La noticia de la matanza de niños causada por el bombardeo de una playa en la franja de Gaza ese mismo día perpetrada por el glorioso Ejército Israelí me provoca la sensación de haberme quedado corto en la adjetivación.

Lo unico que puede aducirse en favor del bueno de Shlomo es que si en lugar de haber gente como él con responsabilidades políticas en el estado de Israel, todos fueran como el actual embajador del mismo en España, el torvo Victor Harel, que además de todo lo que se le supone, practica un odio visceral hacia los árabes, que muestra sin pudor cada vez que se le da oportunidad, las tonterías se habrían acabado y el genocido ya se habría consumado.