A mí, como al
bloguero portugués que acabo de conocer, me ha pillado por sorpresa la noticia de que el 30% de sus compatriotas estarían dispuestos a votar por una unión política con España. De hecho no me la creo ni mucho ni poco, como
Ángel Campos, el poeta extremeño profesor en Lisboa, que pone en duda la veracidad de esa encuesta del diario Sol. Las infecciones nacionalistas son enfermedades endémicas absolutamente extendidas de las que aún no se encontró vacuna. ¿Pero a que hace ilusión? A mí al menos me la hace el que traten de convencerme de que una porción tan amplia de población de un país vecino no tiene inconveniente en integrarse en una nacionalidad ajena, la nuestra precisamente, en un momento en que un montón de gilipollas están haciendo todo lo posible por desprenderse con malos modos de ella.
Por ello propongo a todos los que entren en esta bitácora y que puedan apreciar mis cosas que hagan un esfuerzo por leer lo que escriben nuestros vecinos. No es tan difícil. Nuestra expresión y la de ellos descansan ambas en dos lenguas hermanas, yo diría que mellizas. Por ello he colgado en la barra de menú un apartado de enlaces a blogs portugueses que me parecen interesantes, con la intención de ir aumentándolo con nuevos descubrimientos míos propios o con vuestras aportaciones. También cuelgo un enlace a un diccionario portugués-español para aclarar los vocablos que no seamos capaces de desentrañar.. Seguro que con su ayuda podremos leer las anotaciones de la gente que anda haciendo lo mismo que nosotros en la blogosfera al otro lado de la raya, contando lo que vemos y contándonos a nosotros mismos.
A mí me ha pillado casualmente tonteando con el portugués por un próximo viaje que realizaré a Brasil, del que daré en fechas próximas cumplida noticia. Me he bajado de la red el clásico curso de inmersión lingüística y ando con mi MP3 disfrutando de esa bellísima lengua, especiada en este caso con los aires tropicales del Atlántico americano.
Benvindos, meus amigos