-La intolerancia de la intolerancia produce tolerancia.
LARS GUSTAFSSON
Este señor tan repeinado y con esa corbata dorada tan bonita es el señor alcalde de Coín, Gabriel J. Clavijo Sánchez (PSOE), que estos días se ha hecho famoso, junto a su concejala de cultura Lina María Vidales Pérez, por haber prohibido una exposición, 1 + 1 = NOUS, del matrimonio de ceramistas formado por Salvador Luna y Antonio Hernández, por la única y exclusiva razón de su condición de homosexuales. No porque nuestro probo alcalde esté en contra de los matrimonios homosexuales, ya que él mismo casó a la pareja de artistas, sino por la poderosa razón de no soliviantar a las negras fuerzas del talibanismo católico del pueblo (párroco, cofradías y sectas varias) que amenazaron con manifestarse.
Pongo su fotografía porque me gusta mostrar sus caras. Estos individuos de las corbatas doradas suelen ser por lo general deliciosamente cobardes, una especie de peste entreguista que ha infectado el tejido del progresismo español. Se trata de una especie de travestis políticos que se presentan a las elecciones como progresistas pero que a la primera de cambio, cuando se les exigen actitudes propias de lo que supuestamente son se alinean exactamente con quienes están adiestrados a alinearse, o con quienes su instinto de supervivencia les dicta: con las fuerzas de la reacción. No es que el PSOE sea un partido excesivamente progresista. Es lo que es, un partido del centro civilizado sin demasiadas profundidades ideológicas, que tiene la suerte de que lo que se presenta en España como derecha sea una amalgama de criptofascismo y talibanismo católico absolutamente indigesto. Pero precisamente por esa indecisión ideológica da cabida a todo este tipo de elementos, pulcros, aseaditos, que sólo llevan en su marchamo político las siglas del partido, pero que a la primera que se les exige que defiendan las Termópilas de la Razón, la Democracia, la Laicidad y los demás valores básicos del progresismo se les ve el plumero de puros trepas metidos en política sólo por ansias de poder o por ansias de otra cosa más material, de papel, rectangular y con dibujitos.
Desde aquí le pido al Sr. Alcalde que me declare persona non grata en su pueblo. Por él y por todos los paisanos que no le han dado una patada en el culo por rajón y cagaliendres.
Y al cura, Gonzalo Martín, el joven talibán ensotanado, le concedo el honor de excomulgarme. Excomúlgueme, padre. Excomúlgueme de una puta vez.
Por si alguien no sabe de qué va el tema, aquí le pongo los enlaces pertinentes:
¿Sabes Manuel? Cuando algo nos molesta de otros es porque algo que no hemos no resuelto con nosotros mismos tiene que ver con el tema... Así que el alcalde, el cura y los demás vecinillos, debería asistir a terapia... o simplemente salir del armario!!!
ResponderEliminar¡Un besote! (Espero que ahora sí me recuerdes =o)
Me gusta la cita de Lars Gustafsson. La tolerancia ante la intolerancia no sólo nos convierte en cobardes sino que además les da alas a los intolerantes. La cobardía no suele aplacar a los rivales,entre los humanos.
ResponderEliminarLos extremos se tocan, parece un dicho acertado para estos comentarios corrosivos contra el mejor alcalde de Coín,que realmente es humano, humilde, solidario, respetuoso con tod@s, conciliador y pacífico, de izquierdas y moderado, nada homófobo como no ha tenido más remedio que reconocer en la misma crítica, pero no se puede pedir más, ni por la extrema derecha ni por el otro extremo que es abusivo y provocador sin motivo ni razón. Solo interés de avivar una polémica anti-clerical que me parece muy bien, pero no va con las personas que han querido involucrar, si las conoces algo y no hablas por hablar. Saludos desde Al Cohíne. Antitó.
ResponderEliminarAmigo Antonio:
ResponderEliminarNo he entendido muy bien el sentido de tu comentario. Pero por si acaso tratas de echarme en cara que arremetiera contra un alcalde dechado de virtudes como excusa para perpetrar un ataque anticlerical, te diré que sí, que se trata exactamente de eso, aunque la excusa tenga derecho a convertirse por sí misma en protagonista del hecho. Hay un dicho guerrero castellano que afirma que "por un clavo de herradura puede perderse un reino". Por una sola acción injustificadamente discriminatoria contra unos ciudadanos que deben gozar de un plus de voluntad defensora porque están siendo atacados ferozmente por el funcionariado de un estado totalitario, misógino y con innumerables crímenes contra la humanidad disidente a sus espaldas, se puede perder todo el capital de bonhomía y de rectitud funcionarial trabajosamente acumulados durante años por cualquier persona en un cargo de responsabilidad pública.
Para comprender el alcance de perversidad del hecho sólo habría que sustituir algunos términos. Imagina que el alcalde, demócrata convencido y por exigencia de los miembros de un supuesto ateneo racionalista del pueblo, impide una exposición de Cristos y Vírgenes a un católico sólo por el hecho de pertenecer a una Iglesia cuyos máximos representantes representan un peligro para la convivencia democrática por su persistencia en mantener una discriminación laboral activa contra las mujeres, por exigir al Estado que considere delito todos aquellos hechos que ellos consideran pecado o por atentar contra la salud pública exigiendo a sus fieles que no usen profilaxis contra enfermedades de transmisión sexual, como recomienda la Organización Mundial de la Salud.
Probablemente no hubiera habido tanta “comprensión” por el veto municipal entre las gentes del pueblo. Y desde luego seguro que el talibán ensotanado monta un pollo del copón bendito.
¿Ese cura que nombráis —Gonzalo Martín— no es el que dejó preñada a una joven De Bargas?
ResponderEliminarMirad a ver si su nombre al completo es Gonzalo Martín Fernandez.
Mirad a ver si vino trasladado desde la diócesis de Toledo en noviembre del 1992.
Mirad a ver si si pueblo de origen es Parla (Madrid).
Mirad a ver si es la misma persona que se menciona en el libro LA VIDA SEXUAL DEL CLERO de Pepe Rodríguez.
Un saludo
Buenas, ese cura está en Benalmádena. Como podemos hablar en privado?
EliminarBueno, amigo Jesús, yo al cura no lo conozco. Lo conocerán y lo sufrirán en Coín que es donde ejerce de traficante de supersticiones y de inquisidor moral. Pregunta allí. Igual les interesa conocer su curriculum anterior. Para poner a salvo a las criaturas más que nada.
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ResponderEliminarAsí es, Gonzalo estuvo como cura en Bargas (Toledo). Soy del pueblo de Bargas. Hay pruebas de paternidad que confirman que él es el padre de la niña que tuvo una joven de aquí, la justicia le obligó a someterse a estas pruebas confirmando lo que ya era un hecho, él era el padre. El cura don Gonzalo (el cual me daba la asignatura de religión en el colegio en 8º curso) desapareció de la noche a la mañana (vivía en mi misma calle).
ResponderEliminarBuenas! Es el párroco de mi pueblo, lo he visto en actitudes sospechosas…..necesito información o sabes cómo echarlo del pueblo
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