La otra gran rama de la familia de las cítaras son los salterios, un grupo de instrumentos que podemos encontrar en un amplísimo arco que va desde la Península Ibérica hasta la India, pasando por todo el Maghreb, el Mashreq y la Persia histórica. En España es ya un instrumento popularmente perdido, aunque por obra de Begoña Olavide, estudiosa e interprete internacionalmente reconocida y del luthier Carlos Paniagua el salterio está convirtiéndose en un instrumento que vuelve a escucharse con fuerza en los ámbitos de la música culta. Más suerte tuvo su hermano el qanun árabe que ha pervivido desde los tiempos medievales, convirtiéndose en un instrumento indispensable en el acompañamiento de las distintas músicas arábigas, desde la andalusi del Maghreb, hasta el Wasla de la tradición sirio-iraquí, pasando por las diversas formas intermedias y más modernas de la música libanesa y egipcia.
Más adelante el qanun arábigo da lugar al santur persa y más allá al indio. Se diferencian fundamentalmente en la forma de pulsar las cuerdas, ya que mientras en el mundo árabe se hace mediante plectros que se fijan en los dedos, los iraníes y los indios golpean con unos macillos.
Lo que cuelgo en este caluroso día de finales de agosto son una muestra de cada uno de ellos. Para empezar una preciosa pieza en la que Begoña Olavide toca el salterio mientras canta uno de los trozos más conocidos de la Nuba Gribt al-Husein de Marruecos, Leilun 'ayíb, de la tradición andalusí. De su trabajo Toques en el tiempo (2001).
SI NO FUNCIONA A LA PRIMERA, PULSA VARIAS VECES EL PLAY
En esta segunda pieza podemos apreciar toda la sonoridad del qanun árabe, en una interpretación de Ahmed el Keligh, perteneciente al grupo sufi marroquí Ensemble Ibn ‘Arabi, en un concierto celebrado en la Aljafería de Zaragoza en la primavera de 1999 y recogido en el disco MÚSICA EN LA ALJAFERÍA.
El santur iraní, su sequedad sonora y la precisión en los matices melódicos está representado por el maestro Majid Kiâni en un trozo se de su larga pieza Dastagâh e homâyun.
Y el santur indio del delicado Shiv Kumar Sharma que es capaz de arrancar de sus cuerdas toda la evocación del aire cristalino, el cielo de turquesa y las cumbres siempre nevadas de su Cachemira natal. De un disco que he escuchado miles de veces desde que compré la cinta en India en 1991, un trozo de la raga Boopal Todi, de la colección Maestro’s Choice de All India Radio.
Manuel, es mucho pedir que intentes arreglar lo de los comentarios.
ResponderEliminarE.
En ello estoy desde hace tres días. Pero no acabo de dar con la tecla. Y en dos foros que he entrado a preguntar aún no me contestaron.
ResponderEliminarGracias por el interés.
¿Contenta, amiga E.? ¿No has disfrutado de las bellezas de París pensando sólo en la pérdida de los comentarios?
ResponderEliminarPues ya lo tienes arreglado. Me costó, pero me sirvió además para mejorar el sidebar con un aparato de búsqueda. Es lo que tiene pasarse una tarde investigando... que te picas, te picas, o como dicen los franceses: tu te piques, tu te piques...
Muchas gracias Manuel, me gusta leerte pero también me gusta mucho conocer a los que nos movemos por tu espacio, y por supuesto que en París he seguido vigilando para ver si lo arreglabas y por si se te había pasado te puse el comentario.
ResponderEliminarEl viaje estupendo, el problema es que ahora necesito una semana de vacaciones para recuperarme de la dura vida del turista.
E.