Ayer sábado se fallaron los premios del Instituto Internacional para el Fomento de la Buena Presentación del Patrimonio Histórico Mundial (IIFBPPHM) que todos los años reconoce y premia la labor de los organismos responsables de la preservación y correcta exposición del riquísimo acervo monumental del Mundo Mundial. Y el primer premio ha recaído este año merecidamente en nuestra ciudad concretamente en la magnífica actuación municipal en el vallado de las ruinas romanas del foro y templo romano adyacentes al propio edificio del Ayuntamiento cordobés. El segundo premio ha recaído en los paneles de prohibición de acceso a los espacios arqueológicos vetados al público de las ruinas de la ciudad romana de Pompeya. La lucha por el primer y segundo premio enfrentó duramente a los miembros del jurado, sobre todo a los españoles e italianos, entre los que se cruzaron acusaciones de arrimar cada uno el ascua a su sardina nacional. Pero al final triunfó la razón estética y moral y el premio se concedió a quien de verdad se lo merecía. Y aunque el contraste cromático conseguido por el autor italiano de las vallas pompeyanas resulta más impactante, el jurado valoró especialmente el atrevimiento vanguardista de los cierres metálicos en aluminio galvanizado crudo que separan al viandante de los restos arqueológicos y que constituyen en sí mismos una obra de arte surgida de la delirante mente del afamado artista cordobés Acisclo Rafael del Granito Rosa quien tituló la intervención como Ruinas enjauladas. Mi intención, declaró el artista, es incitar a los viandantes a que arrojen cacahuetes a las piedras milenarias.
Todos los cordobeses debemos felicitarnos por este nuevo reconocimiento de los ingentes esfuerzos que nuestro Ayuntamiento está haciendo para conseguir la Capitalidad Cultural Europea de 2016 para Albacete.
Manuel,aunque estoy en total desacuerdo en algunos artículos tuyos,con otros me descojono y hoy domingo no paro de reirme.Gracias por estos ratos de sonrisas.
ResponderEliminarTás sembrao. Saludos
ResponderEliminarLes recomendaría a estos señores del IIPBPP..., que se dejaran caer por Granada. Aquí podrían "maravillarse" de lo que las autoridades locales hacen por la preservación de un barrio, el Albayzin, declarado Patrimonio de la Humanidad. Seguro que visto lo que hay que ver, dejan el trabajo y se dedican a la cría de ranas cantoras. Ah, exijo la capitalidad cultural en 2216 para Melilla.
ResponderEliminarPero lo que no dices es que no hubo más remedio que poner las vallas al templo porque se salían los gatos (romanos).
ResponderEliminarEres un cachondo. Me he partío de risa. Eso sí la actuación de ahora es muy buena. A mí, por lo menos, me gusta como ha quedado el recinto. Eso sí, los gatos siguen allí y ahora campan por sus respetos dentro y fuera del recinto.
ResponderEliminarLos gatos (más o menos romanos) del templo romano debían estar protegidos aunque sólo fuera por la antigüedad de su instalación en su solar. Yo recuerdo además que en el callejón que existía en lo que ahora es la entrada por calle Nueva, donde estaba la oficina del registro, principios de los 70 existía una nutrida colonia, un cubo de basura y un municipal. El Callejón de Don Gato lo llamábamos.
ResponderEliminarY sí, Molón, a mí también me gusta mucho la intervención. Rosa Lara, que creo que es un responsable, ha hecho un grandísimo trabajo.
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