Que en Córdoba la carcunda jurásica está enquistada en la superficie cultural de la ciudad como la roña en un perol que no ha conocido nunca el estropajo es algo que cualquiera puede comprobar asomándose a las páginas de su prensa local. Diario Córdoba y ABC-Córdoba se llevan la palma. Pero habemos un puñado de individuos a los que además nos encanta por puro vicio enfermizo bucear diariamente en la grasienta tintaza de sus páginas en busca del tesoro de la perla bizarra, la exaltación folklofriki, la fachendosa declaración de intenciones. Siempre se pesca algo, pero hay días en que la paciencia nos proporciona perlas perfectas que nos alegran el día y nos amortizan la espera a los degenerados practicantes de esa insana pero apasionante afición.
En el ABC-Córdoba del domingo el gran Ari Moreno (Ari, Ari, qué haces en ese nido de carcunda y facherío) se vio obligado a lidiar con un morlaco de primera categoría: el coriáceo Presidente de la Federación de Peñas Cordobesas, Francisco Castillero en una faena-entrevista de antología en la que como apuntó el amigo Polichinela en el foro CALLEJA DE LAS FLORES donde se analizó al día siguiente, el gran periodista supo citar al toro y llevarlo a las tablas y dejarlo ahí para que sus lectores le jinquen el estoque hasta la empuñadura.
Os ofrezco, por cortesía de ALIÑO DE CARACOLES “EL PEROLETE”, que financia este post, los momentos más emocionantes. Francisco “Soprano” Castillero nos deleita con la confidencia sobre la diplomática manera de conseguir subvenciones municipales. Mucha mano izquierda... en la solapa de un alcalde hacen milagros:
Así se desenvuelve este hombre volcánico y temperamental. En 67 minutos de conversación, se suceden decenas de anécdotas, algunas delirantes, como aquel incidente con Rafael Merino, recién elegido por entonces alcalde de Córdoba. «Estuve en el Pleno y empezó a decir que la Federación de Peñas era la niña bonita por tener que adelantarnos el dinero. ¿Pero esto a qué viene? Cuando salió, conforme entró en el pasillo lo ligué por el cuello y lo empujé contra la pared, que sonó como un tambor. ¿Tú qué mierda tienes que decir de la Federación? Y Merino me dijo: «Paco, por Dios, que la política no es como tú la entiendes»
O esta graciosísima que te cagas de la muerte anécdota de su cuate Marcelino Ferrero, el incombustible concejal de festejos de Izquierda Unida en el Ayuntamiento desde tiempo inmemorial. Lo mejor lo de “lo peor es que tengo que casar a dos tíos”, que esperamos que confirme o desmienta el concejal de izquierdas para descojonarnos con más o menos motivo:
...como cuando Marcelino Ferrero le dijo un día: «Paco, me han jodido la tarde y no puedo ver el partido. Tengo una boda y lo peor es que tengo que casar a dos tíos». «¿Cómo? ¿Que vas a casar a dos tíos? Yo estoy de concejal y no caso a dos tíos ni de coña. No tengo nada contra ellos, pero qué le dices: «Ya sois marido y mujer y os podéis besar». ¡Vete ya por ahí!».
Y aquí en franca colaboración con las campañas del Ayuntamiento regido por Izquierda Unida, no se olvide, sobre la igualdad de género y la repartición de tareas domésticas en el hogar.
-¿Usted cree que las mujeres tienen los mismos derechos?
Todavía no. Nos van a ganar el terreno muy pronto, pero la mujer cuando va cogiendo poder se toma e brazo. Son más listas que nosotros. Antes de que tú las hayas estudiado a ellas, ya te han estudiado ellas a ti. Y como puedan cogerte el pan debajo del brazo, te lo cogen. Yo, a mi mujer, la veo mala y soy capaz de hacer lo que sea. Pero si está viendo la tele, a mí que no me diga que friegue los platos. Yo soy así.
-¿Y si le toca a usted fregar los platos?
-A mí no me puede tocar.
Alguno de mis vaporosos amigos que me lee, más ingenuo que la media, podrá preguntarse cómo un ejemplar de una especie que debería estar en deseable peligro de extinción no solo goza de una salud social excelente sino que a estas alturas del siglo XXI representa a esta ciudad habitualmente en variados eventos nacionales e internacionales de la mano de los políticos de Izquierda Unida municipales con los que parece mantener una magnífica relación y a los que saca una pasta gansa, muy gansa.
Ari da una pista al comenzar la entrevista con un Dirige un ejército de 43.000 peñistas. Y el propio ejemplar lo sugiere sutilmente, como es su natural, en otro momento emocionante de la entrevista:
-Los políticos se cuadrarán con ustedes.
-El que no nos tiene en cuenta, desde luego, va arreglado.
Pero yo prefiero pensar que ésta es una extraña ciudad, en la que siempre han convivido armoniosamente varias culturas. Jajajajajajajajajajajajajaja.
Mañana seguiré con el tema. Ahora tratad de ser buenos, pero no demasiado.
ADDENDUM: Dos días después por si la cosa no hubiera sido suficientemente bizarra, el inefable Luis Miranda, el cofrade rencoroso, de cuyas fazañas abecedarias soy un fans incondicional, se arrogaba el papel de mulillero de semejante corrida y le daba dos vueltas al ruedo al cadáver moral del ejemplar por la arena del ABC.
Castillero y Córdoba (Por Luis Miranda) (ABC viernes, 07/03/08)
LA palabra a veces es difusa y a veces es precisa. A veces un libro no basta para explicar la realidad y otras veces un par de páginas pueden resumir, con matices, miserias y glorias, toda una ciudad. A veces alguien puede hablar toda la vida sin darse a conocer y otras se dibuja a sí mismo con una sola frase.
En la entrevista que Aristóteles Moreno publicaba el domingo pasado en estas páginas estaba su protagonista, pero también mucho más. Era más que una entrevista, era un veraz y fiel retrato de Francisco Castillero, que se armó de franqueza para aparecer tal y como es, para no ofrecer dudas de su forma de pensar y para dejar claro a todos cómo se conduce por la vida. Allí estaba el prócer que, en nombre de un ancho ejército, tutea a los poderosos y les hace llegar la voz de quienes viven la vida al son de la peña. Pero allí estaba también la Córdoba de hoy.
Quienes quieran comprender a la ciudad, saber por qué respira de esta manera y entender qué la hace ser como es, encontrarán la explicación clara y diáfana entre las líneas de la abrumadora sinceridad con la que responde el presidente de la Federación de Peñas. Castillero, con sus valores, la ética personal que desvela sin tapujos y el estilo que muestra en cada frase, es uno de los constructores de la Córdoba del siglo XXI, como también lo son quienes aparecen en su relato, a los que desnuda del aparato oficial con el que salen en las fotos para mostrarlos tal y como actúan cuando tienen que tomar decisiones. Algún día habrá que hacerle justicia y ponerle en el lugar que merece.
¿Desagerao? No sé, no sé... Tiene más razón que un santo. En Córdoba son los paleocordobeses los que construyen el futuro de la ciudad. Un porvenir lleno de caspa, de cera y de incienso. Y ya puestos en faena os recomiendo vivamente este artículo del gran Miranda en el que el afamado ecocofrade advierte a la Humanidad del peligro que corre la especie por la tendencia de ciertas cofradías a relegar a las hermanas de mantilla detrás de la banda por las protestas de los costaleros en las procesiones cordobesas. ¿Qué tendrán los hermanos costaleros contra las hermanas de mantilla?
Castillero presidente de los peñistas o de los cofrades, que al fin y al cabo pertenecen a la misma especie; a la especie de los casposos, clericaloides, lameculos, intrigantes, ultramontanos, mas inútiles que la polla del papa, en fin que así está este poblachón que llamamos Córdoba.
ResponderEliminarHarazem, los enlaces, una de dos, o mi ordenata es mu malo o te los han fumigao ipso facto.
ResponderEliminary eso digo yo: "¿Qué tendrán los hermanos costaleros contra las hermanas de mantilla?"
jajajaja
un besote
Lisis, los enlaces funcionan perfectamente, salvo los que llevan a artículos de prensa que ya han descatalogado o a la propia Calleja, que, claro, se trata de la añorada del Tabernario Inferior.
ResponderEliminarQue me seas buena.