La desvergüenza del boquipiñonado ya casi exobispo de Córdoba sólo tiene parangón con sus habilidades como Gran Brujo Hacedor de Lluvia, a lo que sin duda debería haberse dedicado a tiempo completo en lugar de a emitir las flatulencias ofensivas a las que es tan aficionado.
La ultima gamberrada de Monse Asenjo ha sido campanuda. En el marco incomparable de la Mezquita (a ratos Catedral) de Córdoba el culifino mitrado acusó a los padres que no enseñan la moral cristiana a sus vástagos de llevarlos por el camino del egoísmo y la delincuencia. Tal aseveración afecta indudablemente al honor y la dignidad de miles de padres cordobeses y millones de todo el mundo que libre y consecuentemente con sus convicciones morales y filosóficas deciden dar una educación laica a sus vástagos. Significativamente ni una sola de las ovejas de la grey del aguerrido pastor especialista en ofensas gratuitas ha levantado sus balidos para elevar una protesta por el atentado contra la dignidad de sus vecinos y familiares que no usan el catolicismo como ellos para educar a sus hijos. Es lo que tiene ser católico, que sólo te permite ser oveja para balar oraciones en honor de los seres imaginarios a los que adoras. Ser católico consecuente sólo significa ser cobarde y acatar hasta el infinito las consignas de los pastores. Ser católico inconsecuente sólo significa ser cobarde por no atreverse a romper definitivamente las cadenas supersticiosas.
Seguramente su plumada dignidad episcopal ha echado mano a sesudos estudios sociológicos basados en puntillosas estadísticas realizadas por acreditados Institutos de Estudios Conductuales para hacer las afirmaciones que ha hecho. Pero lo dudo. Yo en cambio uso otros sesudos estudios sociológicos basados en puntillosas estadísticas realizadas por acreditados Institutos de Estudios Conductuales mucho más fiables que afirman que dado que la profesión del señor Asenjo y la de los dueños de los colegios privados católicos es la que presenta mayor índice de comisión de actos de pederastia del mundo mundial supone una irresponsabilidad para los padres dejar a sus tiernos infantes en las blandurris, pero expertas manos palpadoras de los sacerdotes.
Así que Monse querido es más que dudoso que los niños de los padres laicos presenten por su educación más tendencia a la delincuencia que los de los católicos, pero lo que sí está demostrado sin ningún género de duda es que tienen menos posibilidades de ser manoseados por un tipo de alzacuello con su natural sexualidad absolutamente reprimida por las inútiles, pero aberrantes normas de su Iglesia.
BESAMANOS DEL NIÑO JESÚS EN LA CATEDRAL
¿BESAMANOS? En qué lugar más raro tiene ese Niño las manos...
La foto es brutal :D
ResponderEliminar¡Qué prepotencia que tienes estos tios! ¡Cómo se puede ser tan soberbio?
ResponderEliminarGracias Manuel, ¿Porque no le llenamos el email al obispado de spam encabronado por su falta de respeto a los que no creen en sus miserias?
¿Sabéis alguno la dirección?