La noche cordobesa
huele a boñigas
que dejan por las calles
los cutreaurigas.
Plastas equinas
que dejan las calesas
por las esquinas.
Mierda caballo
perfumando las noches
de abril y mayo.
Los cocheros de caballos de Córdoba siguen dando la imagen más propia de esta ciudad. No digo que la enseñen, sino que la son. Con dos cojones, más gordos que los de sus caballos, aspiran valientemente al título de únicos en el mundo que no han consentido colocar los higiénicos pañales a sus animales para impedir que sus cagajones rieguen las calles y esparzan sus amoniacales aromas por el aire que respiran los ciudadanos. El Ayuntamiento de la ciudad, con fama de duro, intransigente y sordo y con muchos cojones para reprimir a la gente que le plantea reivindicaciones razonables no los usa en cambia con este minúsculo colectivo que se los coloca encima de la mesa cada vez que intenta meterlos razonablemente en cintura. Probablemente nuestros ediles acaben sacando virtud del vicio y estén ya pensando considerar el permanente olorcillo a cagajón de la Judería como una seña de identidad más de la ciudad a vender de cara al Dormidisisai. Por cojones.
En las fotos coches de caballos de pasear turistas de todo el mundo. Otros lugares que prefieren otras señas de identidad. La mayoría de países a los que consideramos menos desarrollados que nosotros. Ya te digo...
Calesas de Nabeul y Hammamet (Túnez)
Calesas de Isfahan (Irán) y Estambul
Calesa de Praga y de Córdoba
Para mí, permítame que disienta, la principal contaminación son los turistas y no las boñigas, èro ambos, ay, son rentables. (Por cierto, acabo de volver de aquellos andurriales)
ResponderEliminarBueno, eso es cierto en parte. Los guiris y los caballos son fuente de contaminación y rentabilidad. A ambos los sufro bajo mi ventana diariamente. Pero a partir de ciertas horas los guiris se van a sobar para seguir tempranito afotándolo todo mientras los cagajones permanecen bajo ella fermentando lentamente. Y además es algo que se soluciona con un simple "dodotis". Repito que es un problema de a ver quién tiene más cojones con el resultado que puedes imaginar.
ResponderEliminarPor cierto, ya podías haber dado un toque y alguna cañita nos hubiéramos tomado...
Pasé por Córdoba, ida y vuelta, follado aupadamente al AVE camino a unos "bolos" (UIMP) en Sevilla. Si no, claro que te hubiera avisado, para tomarnos esas cañitas y para concernos personalmeente en persona, como decía aquel.
ResponderEliminarEs una pena, porque el estiercol de caballo se paga bastante bien para invernaderos y frutales (también para flor cortada)
Excelente artículo. Es una situación verdaderamente incomprensible, un colectivo que se niega a cumplir no sólo las más elementales normas higiénicas, sino las ordenanzas que todos los demás sí hemos de acatar. Por si no estuviese ya suficientemente degradado el Casco Histórico, toma cagajón. Naturalmente que lo más incomprensible es, una vez más, la actitud del Ayuntamiento.
ResponderEliminarUn cordial saludo
J.A.
Esto es un problema del responsable de la policia local, el Tte. de Alcalde de Movilidad,Tráfico y Seguridad de IU que es el Sr. Cuadra y de la responsable del gremio que es la Concejala del PSOE, Doña Maria Angeles Luna. A ambos me da la impresión, que como no viven en el Casco Histórico, el hedor no les llega a su sensible nariz. Y como a casi todos lados van en "voiture gratis" no les da tiempo a pasear por los entornos.
ResponderEliminarSalú y anarquía Manué.
Lo realmente incomprensible no es el diámetro de los cojones de los aurigas cordobeses, pues hace tiempo que tengo más que comprobado que la falta de civismo (forma menos expresiva de referirse al tamaño testicular) nos viene dada por defecto o, lo que es lo mismo, que sólo seremos cívicos si nos lo imponen. Lo que me deja alucinado es que ante la negativa de los cocheros, la concejala se plantee que los empleados municipales vayan recogiendo las cagarrutas equinas. Lo que habría que hacer, aunque saliera un poquillo más caro, es dividir cada joranada la mierda recogida entre el número de coches y cada porción (que seguro que es sustanciosa) en oloroso estado de fermentación, llevarla a la vivienda de cada cochero y depositarla en medio de la sala o del dormitorio. La verdad es que es indignante; ¡qué coño plan B! Lo que habría que hacer es imponer la obligación a esos individuos de no ensuciar la vía pública (obligación que tenemos todos) y cagada que se vea caer, detención inmediata y retirada del animal y del vehículo. Seguro que aprendían en un momento, por muy grandes que tengan los huevos. Y, además, estoy convencido de que la medida sería políticamente rentable. En fin, qué cosas pasan en tu preciosa ciudad, Manué.
ResponderEliminarGracias por tus palabras J.A. A ver si tengo un día tiempo y le dedico un post a tu magnífica página.
ResponderEliminarY Miroslav, ¿Ves como no soy un desagerao, como sé que mucha gente me ve?
Un abrazo a los dos.
Ya manda huevos que el responsable de esta mierda se llame Cuadra.
ResponderEliminar:-)