Lo mejor de tener en el católico ABC de Córdoba un columnista con línea directa con el Espíritu Santo es que los cordobeses estamos al tanto de las zozobras que el tercio plumífero del Divino Trío sufre en el derrame de su gracia sobre nosotros. El portentoso meapilas Primo Jurado comparte frecuentes juergas Nocturnas de Adoración con el Paráclito y se supone que entre néctar teológico y combinado místico efectúan intercambio de penas basadas sin duda en la dolorosa constatación de que siendo esta ciudad tan de derechas como cualquier otra sigan ganando todas las elecciones municipales los más o menos aguados restos testimoniales del comunismo ateo, cada vez menos ateo y cada vez más testimonial. De una de estas confidencias alcohólico-teológicas ha surtido su columna de hoy nuestro siempre incensado plumilla abecedario. Parece que el Espíritu Santo, encargado de soplar el nombre de los obispos que han de ocupar las sedes vacantes al Santopa, anda dudoso sobre si enviarnos como nuevo pastor episcopal a un tal Demetrio o al viejo conocido de este blog, Bernadotte de Tenerife.
Nunca será consciente el Adorador Nocturno Primo del chute de burbujeante fantasía que ha inoculado en la engordada vena de los anticlericales de esta ciudad el anuncio de esa posibilidad. Seguro que a la inmensa mayoría de las ovejas del rebaño católico que más que de pastor de lo que andan necesitados es de locales chulis para montar saraos sacramentales, se la refanfinfla un nombre u otro, pero a los que alimentamos nuestro odio contra la casta eunuca ensotanada de las soplapolleces, vesanias o cabronadas que sueltan alegremente las huestes episcopales de Rouco nos llena de espitosa excitación el poder contar tan cerca, a tiro de nuestras afiladas colmilladas comecuras, con la tierna papada de Bernardito, el obispo mártir del acoso de los niños libidinosos y lascivos que lo persiguen por los oscuros rincones de las sacristías con sus lúbricas lengüecitas enhiestas.
Sería un digno heredero a la sede de Osio de Monse Martínez, el justificador de abusos a mujeres y de Monse Asenjo, conversor de alcaldiosas comunistas al meapilismo y azote de padres laicos que llevan a sus hijos por el camino de la delincuencia. Pero sobre todo el beato Primo se encarga de enviarnos un precioso guiño de encaje de bolillos histórico: el beatifico Bernardo proviene de la diócesis de Tenerife, de donde nos vino también aquel portentoso obispo fascista de los años 50, el gran Fray Albino, que pasará a la historia de la literatura teológico patriótica por haber adaptado el Mein Kampf del Führer a las necesidades espirituales de los famélicos niños de la posguerra.
Dios te oiga, Juanjo, y el Paráclito nos bendiga:
BERNARDITO FOR CORDOBA’S BISHOP
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Dilecto señor, compartiendo más del 99% de lo que escribe, me tomo la libertad de apuntar una opinión personal: el super-facha (porque lo era) Fray Albino Gónzález Menéndez-Reigada, tenía sin embargo unos matices que lo diferencian del Asenjo u Martínez, como entender lo que es la caridad cristiana. Fue él el que promovió las viviendas al otro lado del río y eliminó las chabolas que había junto al Alcázar. Y fue él el mismo que dijo (hacia 1960)que los cristianos -ricos- que compraban comida para perros y no se preocupaban de sus hermanos, no podían llamarse cristianos.
ResponderEliminarEn absoluto podrá encontrar comentarios similares en los escritos de Martínez o Asenjo, donde la caridad cristiana, que sí conocía Fray Albino, brilla por su ausencia.
Es cierto lo que dice del Mein Kampf, pero también que fray Albino contribuyó a eliminar el chabolismo. Y por esa diferencia entre los tres mitrados citados, hago el comentario, siendo también un sobrinito de Voltaire; pero a cada cual, lo suyo (Jon Sobrino&Cía, siendo religiosos profesionales, me caen bien, aunque sea un agnóstico practicante).
Saludos cordiales.
Ausente la justicia social, es necesaria la pobreza para justificar la caridad....
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