Lo peor de todo es que la única virgen que se nos ha aparecido últimamente sobre el chaparro de nuestra credulidad es la verdad de que no vivimos en democracia. De que los votos de los ciudadanos no sirven para elegir las políticas sociales y económicas que ofertan los partidos sino que dependen de decisiones de personas y organismos que no han sido elegidos democráticamente. Por eso el éxito general indiscutible de esta huelga de trabajadores que sólo ha fracasado en los ambientes donde son mayoritarios los insolidarios sindicatos amarillos y profesionales manejados por el PP (SATSE y CSIF por ejemplo) no se va a corresponder con el correspondiente paso atrás de las medidas gubernamentales. Sencillamente porque este gobierno, ni ningún otro, tiene ese poder. La escenificación de la conversión en felpudo de Zapatero ante la Trimurti de Wall Street, lloriqueando su perdón por no haber hecho sus deberes ultraliberales antes y prometiendo después entre moqueos mantenerlas contra viento y marea es absolutamente clara. Eso en lugar de abanderar una resistencia contra esa dictadura en lo exterior y en el interior obligar hacer pagar aunque sólo fuera su parte corresponsiente de la crisis a las rentas altas, a los beneficios de las empresas.
La socialdemocracia, de haber hecho el papel tradicional de colchón entre el sovietismo y las dictaduras fascistas, ha pasado desde hace años a hacer el de condón. El condón que se pone el Mercado en el acto de violar los derechos de los trabajadores para no preñarlos de rebeldía. En el fondo siempre lo fue, pero al menos hasta ahora mantenían acolchada la conciencia de clase con el necesario estado de bienestar apoyado poderosamente con el aturdimiento de las bagatelas electrónicas y la tele cretinizante. Pero ahora en medio de esta crisis provocada por El Mercado para reajustar los niveles de renta hacia arriba ya sobra el estado de bienestar, que sale caro, porque una parte, aunque fuera la mínima, la pagaban los poderosos. Y ya no quieren pagar nada. Si los trabajadores europeos no quieren trabajar más barato y sin derechos y pagarse por sí mismo el médico el Mercado se va a explotar chinos, que esos no han conocido la socialdemocracia nunca.
Lo primero fue cargarse los sindicatos. La Dama del Coño de Hierro fue la primera. Y los rindió por hambre en los 90. Trató a los aguerridos huelguistas de los 90 como si soldados argentinos de las Malvinas fueran. Sin distinción. Ante la desidia de la población que comenzaba a conocer los móviles y las cómodas hipotecas. Más tarde la propia desmovilización popular por falta de alternativas virtuales al capitalismo (el niño de las reales fue arrojado junto con su mierda por el desagüe) alejó a las bases de los sindicatos. Ya no hicieron falta policías. La policía represora de las reivindicaciones se instaló en el interior de cada uno. Y para subsistir los sindicatos hubieron de convertirse en gestorías y ser subvencionados por los gobiernos. Tal vez no debieron dejarse comprar, pero la alternativa era la disolución. Ahora están pagando el que todos los amantes del neoliberalismo y la instauración de la ley de la jungla en las relaciones sociales y económicas puedan desgañitarse gritando contra ellos, desprestigiando su labor y considerándolos inútiles. El problema es que la mayoría de estos desprestigiadores son pobres. Y parecen no saber que el mantenimiento del estado de bienestar, los derechos de los trabajadores y la solidaridad social en forma de servicios públicos es tan imprescindible para ellos como para los que sí luchan para mantenerlos. Pobres neoliberales pobres.
Yo personalmente, que no tengo ninguna fe en una salida digna del agujero en que nos están metiendo. La capacidad de lucha de las masas populares que viven esta situación de dictadura en la que no tienen control sobre su destino está desdentada. Es absolutamente delirante el hecho de que la mayoría de la gente se enorgullezca de haber luchado para poder dejar un triste piso barato a sus hijos y permanezcan de brazos cruzados a la hora de luchar para dejarles un futuro digno y la posibilidad de que su destino quede en sus manos y no en las de los ladrones de futuros. Lo que les dejarán será un futuro de Sarkozys y Berlusconis.
La única salida que veo es que la izquierda tome conciencia de su propia fuerza de una puta vez, eche a patadas de sus filas a los que asumen el papel de condones de los dictadores del Mercado y plantee un argumentario sólido, una alternativa cohesionada, coherente e ilusionante a la destrucción sistemática de los valores de solidaridad, fraternidad y libertad en que están empeñados los que han decidido cargarse la Ilustración con el único fin de forrarse. Pero no sólo para los países ricos. Los miserables del mundo también existen. Una economía sostenible de escala mundial pero de escala humana.
Yo creo que el primer (o previo) malentendido es considerar que la democracia es una situación en la que se está ( o no ) instalado y no una meta, siempre perfeccionable, pero desde luego la nuestra de listas cerradas, circunscripciones electorales que premian o castigan y sistema mayoritario para beneficiar al bipartidismo esta bastante alejado de su etimología (gobierno del pueblo)
ResponderEliminarTe suscribo letra por letra, Manuel. Y también a Lansky.
ResponderEliminarPero no creo que la huelga haya sido un éxito. Y si lo ha sido, se debe a que que ha actuado como el reactivo adecuado para diagnosticar y cuantificar con cifras hasta qué punto han conseguido, en el corto período de 10 años,convertir un país en un cementerio repleto de zombies somnolientos, tambaleantes, vacíos.
En mi "centro de trabajo", 14% secundamos la huelga. El resto, como tú decías, Manuel, supermegapreocupados por los extras de su Golf de seis años y las últimas ofertas del Mediamark.
De todo ésto se puede escribir un libro. Tú ya has escrito el prólogo.
Un abrazo.
Muy bueno Manolo, un análisis correcto.
ResponderEliminarPrimero Maastricht, luego la falsa Constitución europea de Giscard. Todo ello lo propugnaron los sindicatos mayoritarios -decimos los sindicatos y caemos en el error del bisindicalismo, hay más sindicatos- y ahora tenemos esto.
Atentos, la siguiente burbuja vendrá por eso de los Planes de Pensiones. En USA ya están cayendo esos valores. Los bancos están despotricando de lo publico para controlar ese dinero el de la Seguridad social. El otro día me pareció de vergüenza que el Ministro de Trabajo, en lugar de darle credibilidad a lo público, de presentarlo solido, dijera que el tiene un Plan de Pensiones. Es lamentable. Claro con esos sueldos inmorales que tienen, mira como no han llegado con la reforma fiscal a los que ganan el cuádruple que yo ochenta mi euros.
En fin.
Le estaba dando vueltas a algunas ideas para escribir algo sobre la huelga y todo lo que la ha rodeado. Pero después de leerte creo que no tengo nada mejor que añadir.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sé que ha sido una huelga con más éxito del esperado, al menos no fue un fracaso, como decía Isaac Rosa en su columna de hoy (el q no se consuela es porque no quiere). Tras los días previos bombardeaban mensajes en los medios, TV principalmente, totalmente intoxicados y de mentiras y medias verdades intencionadas. Me decía _vamos a hacer el canelo, verás_ Al final se notó que el corazón de la lucha obrera aún se dejaba sentir, no lo suficiente para echar a esta caterva de gentuza del gobierno, pero si al menos consiguió q se cagasen un poquito ya que no hubo declaraciones en rueda de prensa hasta el día siguiente.
ResponderEliminarSupongo que habrá q seguir en lucha hasta que den sus infames pasos atrás, a ver como dirimen ahora ls sindicatos la lucha. Yo por de pronto, ando desencatada y desilusionada, pero si hay q ir de nuevo a la huelga se va.
¿Qué tendrán los presidentes socialistas, que empiezan tan bien y terminan tan mal? Pareciera como si un ente maléfico los secuestrara y los extorsionara hasta el punto de conseguir que actuasen sólo por esa coacción. ¿Y si no lo supiéramos y así fuera? ¿No sería una buena idea montar un gabinete de ayuda para presidentes socialistas? —Si te acosan, secuestran, maltratan: No lo dudes. Llama al teléfono 999 99 99 99. No estás sólo. Tus votantes te ayudaremos.
ResponderEliminarY después serán las pagas extras (que destruyen empleo), y los permisos (que quitan puestos de trabajo), y las vacaciones (que no fomentan la creación de nuevos empleos),y la mierda de trienios que nos han dejado,y las ayudas, y los contratos fijos,y las becas,y los derechos de maternidad. Y por fin la educación y la sanidad públicas (yo vivo en Madrid) y las pensiones.
ResponderEliminarClaro, Lansky, precisamente es eso lo que no quieren que pensemos y lo que incansablamente desde el poder se nos inculca, que YA VIVIMOS EN DEMOCRACIA, y que aunque sea mejorable, no es evolucionable. Que el sistema de que el FMI y sus cuates dicten la política de los países a los dirigentes elegidos en extrañas por limitadísimas votaciones, es la DEMOCRACIA.
ResponderEliminarESO ES LO QUE QUIEREN, quería decir.
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