Estos últimos días he tenido muy abandonado el blog. Porque he estado en campaña. He hecho campaña por ECOLO CÓRDOBA, la marca municipal del proyecto nacional EQUO. Y no he querido mezclar al partido con este lugar, al que considero, como mucha gente, altamente tóxico, para no perjudicarlo.
Hace un par de meses un amigo me pidió colaborar en el proyecto y aportar al programa lo que pudiera. Así lo hice intentando al principio marcar un poco las distancias pero al final no sólo colaboré de lleno en esa elaboración sino que he participado muy activamente en la campaña repartiendo folletos informativos por la ciudad, especialmente a la puerta de las facultades y apoyando con mi presencia los actos realizados para llamar la atención de los ciudadanos sobre nuestra existencia. Se trata de una faceta desconocida en mí, que no me pringaba en un tema político directo desde mis tiempos, remotísimos, de activista universitario. Pero ha merecido la pena. Me lo he pasado bien, he conocido gente muy interesante y he recuperado viejos amigos, algunos incluso de la infancia. Y sobre todo tengo la impresión de haber participado en el alumbramiento de un proyecto que ha dado muestras de tener mucho futuro y de ser absolutamente necesario a la vista de los negros tiempos que se avecinan. Lo mejor, teniendo en cuenta que he tenido que renunciar a algunas de mis visiones de la realidad y de mis arranques analíticos, ha sido el comprobar que ECOLO CÓRDOBA, teniendo una base ecologista, ha sabido ampliar su estricta marca verde con propuestas de progresismo político de tintes más rojizos.
Hemos considerado un éxito nuestro resultado, aunque no un triunfo, que es sólo para quien corona. 4.111 votos tras una campaña costeada exclusivamente por las aportaciones personales del puñado de amigos que nos unimos, pero llevada a cabo con un derroche de imaginación. Ahora surgirán algunas críticas internas, pero que irán destinadas sólo a las limaduras de los bordes. Somos la primera fuerza de las que han quedado sin concejal, casi duplicando a UPyD.
Ya ECOLO CÓRDOBA no existe. Ahora ya sólo existe EQUO que comienza su carrera para las generales de 2012. En vista del éxito conseguido en Córdoba, con una campaña casi improvisada y sin un puto euro, auguro un despegue vertiginoso para la formación que lidera Juantxo López de Uralde. Yo me imagino que seguiré colaborando, aunque en principio voy a tomarme un respiro.
Mañana intentaré colgar mis reflexiones sobre el resultado de las elecciones y los movimientos de acampada surgidos del 15 M. Pero sobre todo de txan ta ta txaaaaan: ¡¡¡¡SANDOKAN!!!!.
Y haré un hueco para contaros sobre el cierre de la Calleja de las Flores.
Pues no lo dejes, estamos ansiosos por leer tus refexiones sobre Sandocán, el quince eme, el Pipiolo y todos nuestros añorados personajes que ahora, sin la Calleja, no tienen mucho más lugar que este desde el cual recibir mandobles.
ResponderEliminarCórdoba Mayo-2011: "Vuelve a ser reconquistada por manos de la cristiandad".
ResponderEliminarSi, a ver si entre todos logramos suplir el hervidero de opinión que contenía la CALLEJA. Sobre todo con la nueva era de nuestra ciudad, en la que entramos (con la entrada de Fernando III el Santo y los piratas de Malasia).
¡Que digo yo, algo tendremos que decir!
Bueno, amigos... algo se está cociendo... ya os iré dando avances informativos.
ResponderEliminarUn político bávaro de la derecha dura, Strauss, advirtió en los 70 que los verdes, que entonces iniciaban allí su auge, eran como las sandías: verdes por fuera y rojos por dentro; lo decía peyorativa y no elogiosamente, claro. Yo creo que los verdes deben ser como los tomates: verdes inicialmente y rojos cuando ‘maduran’, porque los destructores del medio y los puteadores del ser humano son en realidad los mismos.
ResponderEliminarY en realidad, los ‘rojos’ oficiales no tienen mucho que decir y su camino inverso: hacia el verde, no es muy creíble.
Así que adelante, Manuel
Exactamente los mismos, Lansky.Lo jodido es que han conseguido dividir la visión de la gente y separar las luchas. Parece que poco a poco la propia necesidad de simplificar va uniendo naturalmente lo que los hombres (poderosos) tratan de separar. Y sobre todo la necesidad que nacerá del aumento de los combustibles hasta picos insostenibles. A la fuerza ahorcan. Dice el castizo.
ResponderEliminarNadie me ha dado vela en este entierro, pero aquí os dejo mis reflexiones sobre el 15M y el 22M. Posiblemente no sean las mejores que se puedan leer, de eso soy consciente, pero al menos si son las de un participante.
ResponderEliminarhttp://contraneutrales.blogspot.com
Buen resumen Manuel, coincido bastante contigo.
ResponderEliminarSiendo partidista te equivocas al decir el doble de UPyD que sería 5918 votos. Faltarían 1707.
ResponderEliminarSiendo políticamente no correcto viniendo de donde vengo y estoy, mis felicitaciones personales a ti Manuel por saltar de tus escritos a la calle y a Ecolo como partido.
Pues tienes toda la razón. Podría, amigo La Colina excusarme diciendo que soy más de letras que el abecedario, pero lo cierto es que lo hice así al tuntún por escribir algo. Debo ser más riguroso con esas cosas. Perdona.
ResponderEliminarFelicidades a tí también porque vuestro partido ha subido en tantos sitios. A ver si entre todos hacemos añicos el bipartidismo.
A ver si en Málaga se ponen a trabajar con tiempo (desde ya) y rigor, porque hay base más amplia de lo que los votos obtenidos anuncian.
ResponderEliminarLo importante es que algo se va empezando a cocer desde otras posiciones distintas al bipartidismo alfonsino del XIX y que hoy impera en la política española con el "Juan Lanas" borboniano de turno.
ResponderEliminarHasta que no ocurra el deseado cambio de la Ley Electoral, todo continuará igual, a pesar de Sandokán, o incluso con él.
¿Entenderá esto el pijito que hemos votado? Yo pa'mí que no.
¡La vírgen!
Interesante definición de Lansky, sobre todo en la parte de pasar del rojo al verde. No es creíble ese camino. En cuanto a los resultados en Córdoba, que decir, menos creíbles todavía y, aún a pesar de no creer eso de que el pueblo nunca se equivoca, ha sido una barbaridad. Es mejor decir tenemos lo que nos merecemos.
ResponderEliminarNo es una cuestión, Paco, de caminos, sino de prioridades. Uno de los principios que la izquierda tradicional se resiste a abandonar es el del productivismo, el del crecimiento infinito. Por mucho que traten de hacer verdear algunas de sus hojas programáticas no lo asumen esencialmente.Se trata de estricta estrategia publicitaria. No ven que hay que parar, repartir y racionalizar el ritmo de la producción.
ResponderEliminarMientras no asuman de verdad los límites de ese crecimiento en el que están colgados serán necesarios partidos que nacen verdes y, como dice Lansky, maduran al rojo. Porque el enemigo es siempre el mismo. Pero ya no las prioridades de lucha.
Cúando se abre la nueva taberna,El
ResponderEliminardivertido Harazem?
Qué pasa, ben, que tienes mono?
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