En una siniestra Centroeuropa que se preparaba para la Gran Guerra Franz Kafka miró a su alrededor, tomó apuntes del natural y nos dejó unos exactos retratos de la sociedad en la que vivía que luego se llamaron kafkianos. En la Francia de entreguerras que se preparaba para la suguiente Sartre consiguió que su mirada sobre la angustia existencial de la sociedad de su tiempo se la conociera como sartriana. En España analistas de diferentes épocas han acuñado diversos términos que atienden al equivalente genuino de la realidad local y que aquí de caracteriza esencialmente por una estrafalaria concepción de la ética y la estética social. Dejando a un lado esa versión tan nuestra de la inmoralidad pública caracterizada por la bizarría y el talante retrechero que es la picaresca, ya declarado patrimonio inmaterial idiosincrático patrio, en épocas más recientes encontramos nuevas y diversas regurgitaciones de lo mismo en versiones corregidas, combinadas y aumentadas, no sólo en meros matices éticos, sino también en profundidad estética: el esperpento, la astracanada y el berlanganismo.
De las tres a partes iguales participan los hechos ocurridos recientemente. El Ministerio de Industria no logra localizar en los domicilios sociales ni teléfonos oficiales, que resultaron ser falsos, a las tres empresas a las que dotó millonariamente para que crearan empleo en la Bahía de Cádiz para paliar en lo posible el drama del cierre de Delphi y que no han creado una mierda. 15 millones de euros en total. Para reclamárselos.
Y en todas aparece involucrado un gallego que se llama ¡¡¡Oubiña!!!.
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Si, esto es algo sobre lo que los señores empresarios, que tanto andan pidiendo recortes, con Juanito el Bananero a la cabeza, deberían dar explicaciones. ¿Cómo es que durante tantos años estuvieron recibiendo dotaciones de dinero público para crear empleo verificable y perdurable y hoy en día hay una tasa del 20% que en algunos lugares de Andalucía es del 40%? Cada vez que sale a hablar este flamante y bananero jefecillo de la CEOE hablando de los fraudes en el desempleo creo que alguien se lo debería recordar.
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