sábado, 9 de noviembre de 2013

Medioambiente cordobestia

La Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Córdoba con el clamoroso silencio de la UCO arrasan un Monumento Natural, el único situado en un casco urbano de Europa. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Los ecologistas son unos ignorantes, si quieren ver pájaros que vayan al campo.

Juan Cuenca. Arkitecto

La campaña de manipulación mediática ha sido brutal. No es la primera vez en Córdoba que los poderes tanto de la Junta como municipales amasan con la complicidad de la prensa mercenaria, lenta, morosamente, la opinión ciudadana mayoritaria para justificar sus acostumbradas salvajadas. Ya lo hicieron hace años, en plena peste ladrillista para poner a la sociedad en contra de la arqueología tildando sistemáticamente de escollos y palos en las ruedas del progreso al patrimonio arqueológico que iba apareciendo del esplendoroso pasado de la ciudad, una ciudad que vive fundamentalmente de él, pero cuyo descubrimiento atentaba puntualmente contra los intereses particulares de las castas extractivas del momento. Y ahora le ha tocado a su patrimonio natural. Desde hace años la putrefacta prensa cordobesa, pero con especial dedicación el Acorazado ABC y la Hojilla Parroquial, han venido tratando sistemáticamente de instalar en la mente de los ciudadanos mediante elegidos artículos de opinión, noticias torticeras y tendenciosas encuestas la necesidad de acabar con el Monumento Natural de los Sotos de la Albolafia. Un verdadero tesoro de espacio natural salvaje que ha surgido espontáneamente a los pies de la ciudad en el cauce de su río en los últimos decenios y cuya impactante belleza e interés ecológico obligó en un rapto de sensatez a los políticos de la Junta de Andalucía a declararlo Monumento Natural, el único existente en el casco antiguo de una ciudad europea, que además fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Hasta 200 especies de aves, la mayoría protegidas viven permanentemente o anidan estacionalmente en su impresionante masa arbórea y raras especies de mamíferos como la nutria han podido ser avistadas con frecuencia junto a los milenarios cimientos del puente romano.

Pero los políticos proponen y los lobbys de poder disponen. Y muy fuerte debe ser el que ha llevado a que el mantenimiento de los Sotos de la Albolafia se convirtiera en materia de engaño en los pactos a que la Junta de Andalucía llegó con diversas asociaciones conservacionistas, la Plataforma por un Río Vivo y Ecologistas en Acción centradas en el consenso acerca de la eliminación de especies invasoras y necesarias operaciones de cuidado del espacio natural y limpieza de los residuos urbanos y los restos vegetales que atrancan las vías de agua entre las isletas y ahogan los monumentos históricos que los rodean. Porque en esos acuerdos en los que primaba la razón ecológica, estética y ética sólo se contemplaba eso. Y el resultado ha sido, para pasmo e indignación de los colectivos implicados, el que muestran las imágenes: una salvajada monumental, la radical tala de la mayoría de los árboles, tanto autóctonos como exóticos y la destrucción de la práctica totalidad del sustrato arbustivo. Tenemos la opinión pública trabajada, engañemos a los conservacionistas. Debieron decirse entre risas.

El PPSOE es una Unidad de Destino en la Salvajidad. Las cada vez más veces que se ponen de acuerdo en algo, ese algo tiene como fin joder a la ciudadanía, a su patrimonio económico, al histórico o al ecológico. La prueba mayor fue la del cambio de urgencia de la Constitución para robar a los pobres para dárselo a los ricos (demagógico que es uno). Pero es en Córdoba, donde esa unidad de destino suele dar sus mejores frutos. Junta y Ayuntamiento (desde tiempos remotos (Trigo y Aguilar) el gobierno municipal de IU fue una sección quintacolumnista vergonzante del puñorosado) se han venido poniendo de acuerdo por ejemplo para destruir el mayor conjunto palatino tardoromano del mundo para construir una estación de tren, convertir una histórica rosaleda en un solar enjaramagado en el que nunca se construirá biblioteca alguna, para expoliar un importantísimo arrabal califal con más importancia estratigráfica que la propia Medina Azahara para levantar un edificio sanitario, para consentir que la Iglesia con sigilosidad se adueñase de la Mezquita hasta entonces bien público... Cordobestiadas de ayer y de hoy...

Y la última cordobestiada ha consistido en cepillarse limpiamente el Monumento Natural de los Sotos de la Albolafia en una acción mancomunada de la Junta de mayoría sedicente socialcomunista y el Ayuntamiento de la derecha franquista y contando con el amable clamoroso silencio de los departamentos del ramo de la UCO con las armas más contundentes de que dispone: motosierra y fuego. Pura idiosincrasia cordobestia.

Las causas exactas por las cuales un lobby de poder no quiere un río vivo a su paso por la ciudad no se tienen claras, pero la excusa perfecta parece estar en los daños causados en un pilar del Puente del Arenal por un incendio, fruto inequívoco de la dejadez institucional que no lo mantuvo limpio en su momento. Hay tibias sospechas que apuntan a las presiones de ciertos propietarios de locales comerciales y hoteleros de la zona (ay, Hostiacor) y también habrán contribuido las lamentaciones de la caspa cordobita folclofriki que exigía reintegrar la pristinidad reflectante al Espejo de la Sultana y otras soplapolleces de adictos a la cofradeína. Pero al final después de buscar y rebuscar inconfesables intereses económicos que son siempre los que subyacen a las actuaciones de los venales políticos parece que hemos de quedarnos con la simple y llana causalidad derivada de una simple idea de urbanismo posmoderno, el que sustenta desde hace años el artífice de la reforma de la Ribera y el Puente, el arquitecto de la Junta Juan Cuenca para quien el complemento perfecto a su conversión de los principales espacios monumentales cordobeses en idealismos sacados de la pintura metafísica de Fra Carnevale o de Chirico sería el alicatado escalonado de las orillas del río Guadalquivir. Una ciudad monumental y unas orillas ribereñas que se podrían limpiar con una vaporeta.

Esta hermosísima ciudad no se merece no ya a los bárbaros políticos que la maltratan, tampoco la idiocia intelectual y la beocia futbolera, folklocutre y capillita de sus ciudadanos, que mayoritariamente asisten pasmados al saqueo de todos y cada uno de sus patrimonios.

Estos días estamos asistiendo a la mangaverdiana rebelión de los periodistas valencianos de Canal9, que durante años obedecieron mercenariamente por amor a la nutricia teta de quien mentía y robaba miserablemente. Hace poco tuvimos que soportar en la prensa local cordobesa los tristes lamentos de algún arqueobispo que lloraba como un boabdil funcionario por los innumerables expolios arqueológicos que no supo defender como el rey del cotarro que era. Es probable que dentro de poco, cuando se le acabe el amor de la paga, algún técnico o funcionario despechado de la Junta nos cuente los entresijos del que probablemente sea el atentado contra el patrimonio natural andaluz más salvaje desde la construcción del Algarrobico.

Los sotos antes de la barbarie.

8 comentarios:

  1. Anónimo11:44 p. m.

    El martes pasado presencié dicho atentado cuando pasaba por el Puente Nuevo (S. Rafael), doy toda la razón a Manuel y no tengo nada que añadir: VAYA VERGüENZA, VAYA CRIMEN. Amigo montillano.

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  2. ¿Estáis haciendo algo en Córdoba para que no quede impune? Denuncias y demás (ecotages: quemadles el jardín de su chalé)o la cosa quedará como lo del Prestige?

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  3. Habría que quemarle los pelillos de los güebos al delegado de Agricultura, un tipo del PSOE que habla con seres imaginarios y en nombre de todos los cordobeses les hace ofrendas

    (http://www.diariocordoba.com/noticias/cordobaprovincia/francisco-zurera-ofrece-los-frutos-del-campo-a-virgen-de-araceli_837003.html)

    Las plataformas ciudadanas del ramo se han quedado patidifusas después de haber consensuado con la Junta las actuaciones de limpieza del río. Sólo han tenido tiempo de convocar una manifestación que por cuestiones de permisos (civilizados que son) han conseguido para el día 23.

    Seguro que iremos 100 o 150. No estará más, teniendo en cuenta que el otro día hicieron cola 16.000 cordobeses para pillar el tradicional pastelillo.

    http://www.diariocordoba.com/noticias/temadia/16-000-personas-se-suman-a-gran-fiesta-del-pastel-cordobes_842256.html

    De verdad de lo digo Lansky, una buena extinción de la especie, indolora, de un día para otro.

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  4. PATXI GUERRIKABEITIA4:53 p. m.

    Buenas tardes, amigos. La verdad es que lo tenéis complicado para luchar con el atajo de politiburros que padecéis. Cuando yo era chaval la sierra estaba protegida, y cuando “accidentalmente” ardía, de entre sus cenizas como si fuesen setas crecían “chaletes” Nuestros mayores decían “estos fachas ricos van a terminar con todo” Ahora en la Albolafia con el dinero de todos hacen un caminito con unos banquitos, para que los inquilinos de un poco más arriba paseen con sus sobrinas y los hijos de estas. Aunque estoy en la diáspora me sigo ocupando, y preocupando por lo que acontece en mi pueblo, y después de las últimas elecciones municipales, uno se espera cualquier cosa. Un abrazo.

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  5. Querellas, querellas, ponedle querella; las querellas les joden mucho, aunque luego, como en el Prestige, salgan finalmente impunes, pero mientras 'apañan' la sentencia con sus amiguetes y otros nepotismos lo pasan mal, y eso se agradece.

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  6. Anónimo8:29 p. m.

    La Albolafia actual es el resultado
    de 30 años de abandono.Y nada menos
    que en todo el centro,incluido el
    consumista y el turistico.Ya era
    hora la actuación.Volveremos a ver
    el río.De las cenizas volverá a re
    nacer otra,pero que no vuelvan tan
    ta rata,tanta suciedad,tanto polen
    agresivo,tan mal olor...¿Sigo?

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  7. Ardea cinerea1:36 p. m.

    Muchas gracias D. Manuel por este artículo sobre la mayor barbaridad medioambiental cometida por las instituciones en esta ciudad en decadas. Sobre todo tiene el valor de las palabras en una ciudad muda, sorda y alelada. De nuevo, muchas gracias.

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