sábado, 22 de abril de 2006

El Hombre Río

Coincidiendo con el festival poético de Córdoba, Cosmopoética, aunque sin relación aparente con él, ha aparecido en el río Guadalquivir un sorpresivo poema escultórico que ha pillado descolocada a toda la ciudad.

Hace tres días amaneció en medio del río, a un tiro de piedra del Puente de Miraflores, una escultura que propone la figura de un hombre sentado en el lecho del propio río, de cuya superficie surgen su medio cuerpo y las rodillas en estado de indolente refresco.

Todo el mundo se pensó que se trataba de una intervención propuesta por el Ayuntamiento con motivo de Cosmopoética o incluso como preludio a las fiestas de Mayo, pero la sorpresa vino cuando todas las autoridades comenzaron a mostrar ante los micrófonos de la prensa la suya propia balbuceando incoherencias y escurridizas alusiones.

Porque la colocación de la escultura recae directamente bajo la responsabilidad de sus furtivos autores, que, en un alarde de aventurerismo temerario y de alegre camaradería, la colocaron de madrugada del martes valiéndose de una balsa casera y unas sencillas cuerdas con las que la fijaron a unos anclajes en la orilla. Como han relatado ellos mismo, uno de los participantes de la furtiva performance cayó al río y no pudo efectuarse el último fijado. Por eso la escultura, que flota descaradamente (es de corcho industrial pintado), gira continuamente al pairo del viento. Habrá que averiguar si llegaron a grabar la acción, que aunque no pudiera presentarse como vanguardista ejecución, sí al menos podría hacer un buen papel en Videos de Primera.

Las autoridades como ya he dicho no han pasado hasta ahora de balbucear incoherencias y de escurrir el bulto pasándose la pelota unos a otros, mientras la ciudadanía no deja de asomarse, por fin, al río, con la nueva y divertida excusa.

  • Impagable Rosa Aguilar en su morosa definición de la performance: Todas las actividades que se realizan en el ámbito cultural tienen un punto de referencia hacia el futuro y algunas lo tienen en el momento en que se produce la actividad, otras con vocación de futuro.

  • La delegada de Cultura de la Junta, Mercedes Mudarra: Los artistas deben tener sus espacios, pero debe ser algo planificado y consensuado porque, si no, podemos convertirlo en un batiburrillo de cosas.

  • El despistado primer inspector de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir que acudió al lugar de los hechos: Esto han tenido que colocarlo con un helicóptero.

  • El portavoz del PP en el Ayuntamiento con voz de Calimero: Parece que todo el mundo escoge Córdoba como motivo de pitorreo.

  • Mi primo Lorenzo que pasaba por allí: Seguro que es una publicidad de cualquier hamburguesería.

  • J. M. Belmonte, escultor (responsable de los conjuntos de estilo remordimiento de las Aguadoras de Colón y del mamotreto cofrade de Juan de Mesa), chupando rueda: Me han copiado, a mí se me ocurrió antes. Y amenaza: la Administración competente debería retirar cuanto antes la escultura flotante del Guadalquivir porque si la dejan crearían un precedente y en dos meses, yo mismo podría dejar ahí una mía sin contar con nadie.


Nooooooooo, por favor, háganle caso, no sea que la cumpla. ¿Qué se le ocurriría a nuestro más castizo artista?¿ Un Manolete flotante, un flamenquín con patatas, un traje de faralaes?

A mí me gusta, sobre todo considerándolo como apunte de una posterior intervención de más envergadura que hiciera que los cordobeses empezáramos a mirar el río con otros ojos, ahora que parece que va a convertirse en definidor del eje arquitectónico de la ciudad.

Addendum (2/9/06): Mi amiga Hencarna me envía un enlace a una magnífica página de escultura urbana en el mundo. En ella envuentro esta pieza de Estocolmo. No sé absolutamente nada de ella. Si es permanente o provisional. Si se colocó antes o después de nuestro Hombre Río. Sirva sólo como complemento al post anterior.



Comentarios
Yo también he reseñado el suceso en mi blog:http://www.espacioblog.com/rrose/post/2006/04/22/el-banista-accidental
Rrose — 26-04-2006 17:07:57
Por favor que saquen al Hombre Rio de la zona del molino martos es una pena que un suceso tan significativo en nuestra ciudad, tenga este fatídico desenlace, S.O.S por los escultores por favor !!! queremos verle donde estaba !!!!!
Star — 27-04-2006 22:05:41

jueves, 20 de abril de 2006

Félix Bayón

Mientras regreso el lunes me entero por la radio del coche de la muerte de Félix Bayón. Yo lo conocí muy tangencialmente. Transplantado de corazón en 1992, venía al Hospital de Córdoba donde trabajo a pasar las periódicas revisiones a que se veía obligado por su estado. Aprovechaba las esperas para charlar con él, sobre todo de las complicidades entre el cura Castillejo y su Cajasur y el Ayuntamiento de Jesús Gil de Marbella y otras hierbas venenosas. Su enfermedad lo transmutó por fuerza de conspicuo kremlinólogo en marbellólogo tenaz. Leí todas sus novelas. Me inquietó con Adosados antes de que fuera llevada con bastante acierto a las pantallas, y me llenaron de zozobra algunas escenas de su La libreta negra, aunque no me pareciera una novela redonda. La última, De un mal golpe, la leí con más curiosidad que gusto, pero no dejé de disfrutar de su fino olfato, el mismo que me hizo seguirlo semana tras semana en su columna de El País Andalucía tantos años y después y hasta ayer mismo en El Día de Córdoba. Me extrañó que le ofrecieran una misa como funeral, pero no tengo datos que corroboren mis tendenciosas sospechas.

martes, 18 de abril de 2006

Cádiz

La mañana de San Sábado bajamos a Cádiz, una de mis ciudades favoritas. Me reiteré en la sospecha, ya presentida en ocasiones anteriores, de la mayor largueza de las raciones de sus bares respecto a los de Córdoba, cuya tendencia a la tacañería se suele disfrazar con el supermanido mantra del senequismo. Pero Cádiz no sólo es larga en sus raciones de calamares, sino también en la generosidad con que rotula los nombres de sus calles, como demuestro en el documento gráfico que adjunto como prueba. En un bar del barrio de la Viña, saboreando una enorme ración de morena adobada, me entero por un compungido capillita de que el día anterior se empaparon los palios de algunas procesiones. Pongo cara de póker pero me alegro secretamente. Ya sé que es una crueldad estúpida, pero es la única forma de venganza contra los católicos exhibicionistas que agreden mi sensibilidad que puedo permitirme.

Pasando el tiempo (monstruosidades del turismo)

Archivado en GENERAL • Fecha: 18-04-2006 13:29:37
Huyendo de las tamborradas este año incumplo mi costumbre de no salir en la Santa Semana para no tener que compartir el mundo con la mitad de la humanidad haciendo lo mismo a tiempo total. San Viernes, San Sábado y San Domingo. En la playa, en un hotel contratado por agencia. Lo único encontrado cerca del mar. En Novo Sancti Petri, la costa de Chiclana, un ejemplo más de la sistemática destrucción del medio natural en este país, vendido por sus diversas administraciones, fundamentalmente municipales, a la industria del ladrillo y el turismo de masas. Hay que decir en su descargo que se están evitando en esta zona las torres de apartamentos colménicas típicas ya de la Costa del Sol y de Benidorm. Pero desde luego se adivina una confabulación mafiosa de carácter rizomático de clara estirpe marbellí. Son hoteles enormes de cuatro plantas como máximo, construidos a lo ancho, uno tras otro, de la costa, especialmente diseñados para ofrecer alojamiento, piscina, pantagruélicos bufés, y aseadas fiestecitas nocturnas en el bar-terraza a miles y miles de currantes centroeuropeos con una imaginación tan portentosa como para confundir el paraíso vacacional con semejante cutrez plastificada. El 90% de la clientela respondía a ese esquema. De hecho los camareros se dirigían a nosotros invariablemente en la tedesca lengua antes de pasar al ceceante acento gaditano una vez comprobado que nuestro aspecto latino respondía realmente a la misma configuración étnica que la suya.
Acostumbrado a otro tipo de establecimientos, ha sido todo un descubrimiento el de la mecánica de los bufés pantagruélicos que en estos se sirven y de la desaforada gula que desencadena en el ánimo de su relajada clientela. La vista de ancianos de moderado aspecto regresando por tercera vez a su mesa con un enorme plato en su mano en el que temblequetea un cerro de huevos revueltos, beicon refrito y embutidos de diverso pellejo para desayunar me ha llegado a espeluznar cada mañana. La untosa adoración al sol y a los bestsellers más casposos de los estantes del Carrefur de Frankfurt en un silencio religioso al borde de la piscina más aún. No he sucumbido, sino de refilón, a la curiosidad malsana por las inenarrables formas de espectáculo dancístico-musical nocturno en la terraza-bar del hotel. No hubiera podido soportar la constatación de que lo que narraba Davis Foster Wallace en Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer no era una cruel parodia.
Pero al menos dan más trabajo continuo que los apartamentos. Trabajadores de Chiclana, de Vejer, de San Fernando, de Medina Sidonia... nutren las entrañas de los monstruos. Playas destrozadas, pero pan para esos pueblos. La costa de Cádiz se salvó durante muchos años por su exposición a los terribles levantes que impedían asegurar un disfrute playero continuo como en la costa malagueña. Pero ya le llegó la hora. La saturación de la Costa del Sol ha escurrido el caldo de la especulación hacia aquí.