Hace tres días amaneció en medio del río, a un tiro de piedra del Puente de Miraflores, una escultura que propone la figura de un hombre sentado en el lecho del propio río, de cuya superficie surgen su medio cuerpo y las rodillas en estado de indolente refresco.
Todo el mundo se pensó que se trataba de una intervención propuesta por el Ayuntamiento con motivo de Cosmopoética o incluso como preludio a las fiestas de Mayo, pero la sorpresa vino cuando todas las autoridades comenzaron a mostrar ante los micrófonos de la prensa la suya propia balbuceando incoherencias y escurridizas alusiones.
Porque la colocación de la escultura recae directamente bajo la responsabilidad de sus furtivos autores, que, en un alarde de aventurerismo temerario y de alegre camaradería, la colocaron de madrugada del martes valiéndose de una balsa casera y unas sencillas cuerdas con las que la fijaron a unos anclajes en la orilla. Como han relatado ellos mismo, uno de los participantes de la furtiva performance cayó al río y no pudo efectuarse el último fijado. Por eso la escultura, que flota descaradamente (es de corcho industrial pintado), gira continuamente al pairo del viento. Habrá que averiguar si llegaron a grabar la acción, que aunque no pudiera presentarse como vanguardista ejecución, sí al menos podría hacer un buen papel en Videos de Primera.
Las autoridades como ya he dicho no han pasado hasta ahora de balbucear incoherencias y de escurrir el bulto pasándose la pelota unos a otros, mientras la ciudadanía no deja de asomarse, por fin, al río, con la nueva y divertida excusa.
- Impagable Rosa Aguilar en su morosa definición de la performance: Todas las actividades que se realizan en el ámbito cultural tienen un punto de referencia hacia el futuro y algunas lo tienen en el momento en que se produce la actividad, otras con vocación de futuro.
- La delegada de Cultura de la Junta, Mercedes Mudarra: Los artistas deben tener sus espacios, pero debe ser algo planificado y consensuado porque, si no, podemos convertirlo en un batiburrillo de cosas.
- El despistado primer inspector de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir que acudió al lugar de los hechos: Esto han tenido que colocarlo con un helicóptero.
- El portavoz del PP en el Ayuntamiento con voz de Calimero: Parece que todo el mundo escoge Córdoba como motivo de pitorreo.
- Mi primo Lorenzo que pasaba por allí: Seguro que es una publicidad de cualquier hamburguesería.
- J. M. Belmonte, escultor (responsable de los conjuntos de estilo remordimiento de las Aguadoras de Colón y del mamotreto cofrade de Juan de Mesa), chupando rueda: Me han copiado, a mí se me ocurrió antes. Y amenaza: la Administración competente debería retirar cuanto antes la escultura flotante del Guadalquivir porque si la dejan crearían un precedente y en dos meses, yo mismo podría dejar ahí una mía sin contar con nadie.
Nooooooooo, por favor, háganle caso, no sea que la cumpla. ¿Qué se le ocurriría a nuestro más castizo artista?¿ Un Manolete flotante, un flamenquín con patatas, un traje de faralaes?
A mí me gusta, sobre todo considerándolo como apunte de una posterior intervención de más envergadura que hiciera que los cordobeses empezáramos a mirar el río con otros ojos, ahora que parece que va a convertirse en definidor del eje arquitectónico de la ciudad.
Addendum (2/9/06): Mi amiga Hencarna me envía un enlace a una magnífica página de escultura urbana en el mundo. En ella envuentro esta pieza de Estocolmo. No sé absolutamente nada de ella. Si es permanente o provisional. Si se colocó antes o después de nuestro Hombre Río. Sirva sólo como complemento al post anterior.
Comentarios
Yo también he reseñado el suceso en mi blog:http://www.espacioblog.com/rrose/post/2006/04/22/el-banista-accidental
Rrose — 26-04-2006 17:07:57
Por favor que saquen al Hombre Rio de la zona del molino martos es una pena que un suceso tan significativo en nuestra ciudad, tenga este fatídico desenlace, S.O.S por los escultores por favor !!! queremos verle donde estaba !!!!!
Star — 27-04-2006 22:05:41