Esta barbarie no tiene justificación, no hay palabras que lo disculpen, no hay razonamiento que lo haga comprensible.
Los que defendemos a los animales nos sentimos orgullosos de haber estado unos días antes reivindicando la sensibilidad ante el sufrimiento, y pidiéndoles que recapaciten. Aquí tenéis vídeos, la crónica y comentarios.
Que digo yo, que deberían de hacer una buena sangría fresquita al lado del río, "jartarse" de comer y de beber y luego a bañarse to dios al río. Se lo pasarían bien, y dejarían al pobre toro tranquilo.
¿Qué quieres que nos quedemos sin australopitecos? No les des ideas a ver si se van a civilizar y nos vamos a quedar sin uno de los pocos pueblos que atrancaron con una piedra la rueda de la evolución.
Típica la intervención anónima que pide respeto por las tradiciones de los pueblos. Con el sagrado rasero de respetar las tradiciones aún seguiríamos teniendo autos de fe y ejecuciones públicas.
Harazem, como interesado en la peleontología humana me parece fatal que compares a aquellos discretos y modestos ancestros africanos nuestros, de los que me siento muy orgulloso, con estos mala bestias de ahora, con los que no tengo nada en común.
Y por cierto, ¿los defensores de los animales son los que defienden a los toros o a los que martirizan a los toros? Siempre me queda la duda.
Tienes toda la razón, Lansky. Este post lo escribí con la intención de molestar a todos los tordesillanos que pudieran sentirse molestos. Y para ello tenía que elegir un símil. El problema es que ninguna especie animal ni antecesora del homo sapiens es merecedora de ser comparada con estas malas bestias. Sólo ellos mismos comparados con ellos mismos. Pero sería una absurda tautología. Así que adjudiqué la semejanza a los pobres australopitecos, porque en su ignorancia seguro que las bestias alanceadoras y sus aplaudidores los consideran unos salvajes y no un estadio superinteresante de la evolución de los homínidos. Y porque mi idea es la de la piedra que los tordesillanos han colocado en la rueda de la evolución. Pìdele, amigo Lansky, al Defensor del Autralopiteco perdón de mi parte.
Esta barbarie no tiene justificación, no hay palabras que lo disculpen, no hay razonamiento que lo haga comprensible.
ResponderEliminarLos que defendemos a los animales nos sentimos orgullosos de haber estado unos días antes reivindicando la sensibilidad ante el sufrimiento, y pidiéndoles que recapaciten. Aquí tenéis vídeos, la crónica y comentarios.
http://www.equanimal.org
Que digo yo, que deberían de hacer una buena sangría fresquita al lado del río, "jartarse" de comer y de beber y luego a bañarse to dios al río. Se lo pasarían bien, y dejarían al pobre toro tranquilo.
ResponderEliminar¿Qué quieres que nos quedemos sin australopitecos? No les des ideas a ver si se van a civilizar y nos vamos a quedar sin uno de los pocos pueblos que atrancaron con una piedra la rueda de la evolución.
ResponderEliminarLo que no se puede es llegar en un plan prepotente diciendo a un pueblo que quiten su fiesta "porque no nos gusta".
ResponderEliminarNo se puede imponer una opinion a nadie. Si se puede opinar.
Las concentraciones raquiticas que acuden a Tordesillas lo unico que piden es la abolicion, cosa imposible.
Un poco de sentido comun y menos mala follá.
los malas follás serán los lanceros q acosan al animal hasta asesinarlo, claro y obvio, no? porque de otra manera no lo entiendo.
ResponderEliminarTípica la intervención anónima que pide respeto por las tradiciones de los pueblos. Con el sagrado rasero de respetar las tradiciones aún seguiríamos teniendo autos de fe y ejecuciones públicas.
ResponderEliminarHarazem, como interesado en la peleontología humana me parece fatal que compares a aquellos discretos y modestos ancestros africanos nuestros, de los que me siento muy orgulloso, con estos mala bestias de ahora, con los que no tengo nada en común.
Y por cierto, ¿los defensores de los animales son los que defienden a los toros o a los que martirizan a los toros? Siempre me queda la duda.
Ah, y VISITA TORDESILLAS, pero no acudas a esa fiesta que mancilla la famosa ciudad del tratado de idem
ResponderEliminarTienes toda la razón, Lansky. Este post lo escribí con la intención de molestar a todos los tordesillanos que pudieran sentirse molestos. Y para ello tenía que elegir un símil. El problema es que ninguna especie animal ni antecesora del homo sapiens es merecedora de ser comparada con estas malas bestias. Sólo ellos mismos comparados con ellos mismos. Pero sería una absurda tautología. Así que adjudiqué la semejanza a los pobres australopitecos, porque en su ignorancia seguro que las bestias alanceadoras y sus aplaudidores los consideran unos salvajes y no un estadio superinteresante de la evolución de los homínidos. Y porque mi idea es la de la piedra que los tordesillanos han colocado en la rueda de la evolución. Pìdele, amigo Lansky, al Defensor del Autralopiteco perdón de mi parte.
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