Lucero, un colega del FORO DE LA CALLEJA DE CÓRDOBA me escribe un comentario a la entrada anterior que subo como entrada propia por su lucidez y su interés en estos días de estafa democrática.
¿QUÉ PASA AQUÍ? ¿porqué no hay relevos?
Todo comenzó cuando aquella generación del mayo francés (la mayoría de los nuestros no pasaron de Perpignan) accedió a finales de los setenta al poder. Con una democracia diseñada por franquistas y aun vigente hoy, pues ya se sabe que el poder nunca suelta el poder. Se repartieron las partes, unos a la derecha y otros a las izquierdas y las empresas en el centro. Se repartieron también los medios de comunicación, verdaderos arietes de las ideas y de la manipulación ciudadana. Pero aquí ya no hubo izquierdas, si no una, que tuvo la visión y el apoyo para hacer y hacerse de un nutrido grupo de medios con los que aporrear las conciencias ciudadanas.
Con este escenario empezaron su trabajo. Hoy, esta analógica generación peina canas y se acerca a su edad de jubilación. ¡Qué digo! Si ahora que lo pienso este numeroso colectivo no tiene “derecho” de jubilación, creo que ni sindicatos que defiendan sus intereses.
Así, comenzó a andar nuestra democracia y no fue del todo mal. Unos y otras parecían tener ideas y buena voluntad, dentro de lo que cabe, claro. Más de treinta años ha pasado ya, el mundo hoy se parece poco al de entonces. Han sucedido verdaderas revoluciones en las sociedades del primer mundo, y como esencial la tecnológica que hoy dibuja un mundo muy distinto al que conformaba aquel trillado 68. Como es posible que encienda la tele y me encuentre a un casi agonizante Don Manuel Fraga, presidiendo un acto de alto nivel político de la derecha, o que me encuentre a Don Felipe (algo más joven, la izquierda llegó después) manejando los invisibles hilos de la marioneta. Los mismos en los mismos sitios han olvidado una máxima política aceptada en todo el mundo “El poder corrompe”.
En estas décadas han hecho su trabajo y algo más. Subidos en sus medios han ido trabajando al ciudadano, modelando su inopinancia y su escasa cultura hasta conseguir el resultado deseado, una sociedad inofensiva y bipolar, dócil y fácil. Tan fácil que ya ni siquiera les preocupa. Solo de vez en cuando realizan el “test chiquilicuatre” para constatar que los índices de estupidez no bajan en la población de monos votantes.
Los recambios generacionales tampoco les preocupa a esta nave pirata. Para esto han tenido también el viento a favor. Hoy el país esta inundado de drogas; desde el bendito alcohol botellonero, a la terrible heroína pasando por la popular y cara cocaína y por los ecológicos y terapeúticos porros. Todas mezcladas, agitadas y servidas a placer por los medios de comunicación y el poder. Hasta los colegios llegan hoy catálogos completos de las drogas de que se puede disponer, naturales y sintéticas, a sabiendas de que nada despierta más la curiosidad que lo prohibido, sobre todo si lo prohibido se presenta como paraíso artificial. Artificial si, pero paraíso a fin y al cabo.
Mientras el clientelismo, el acuerdo silencioso y la corrupción se han ido adueñando de esta sociedad española. Con el poder de los medios en una mano y la legitimidad democrática en la otra, se han ido conformando estas generaciones, convertidas hoy en poderosas sociedades anónimas, y que son las protagonistas de la bipolaridad con la que nos despertamos el día 10 de marzo. Ha ganado la izquierda, han sido más hábiles, han contado con más y mejores medios de comunicación. Estos han manejado muy bien esa bipolaridad, transmitiendo un mensaje erróneo pero sin duda exitoso y que tiene más o menos este enunciado: Si hay un radical en la derecha es que toda la derecha es radical. Si hay un corrupto en la izquierda, es una oveja negra que no puede mancillar su honorabilidad.
Así, con sus ovejas negras y sus radicales, esta casi anciana generación del 68 ha descubierto el siguiente número y se han enrroscado en un placentero 69 donde se dan gusto uno a otro, con tanta pasión que casi se funden en un mismo cuerpo.
Cuerpo este que seguirá gozando sin freno, irresponsablemente diría. Así en todas las esferas del poder seguirán los mismos y las mismas. Así esta nueva legislatura se convierte en más de los mismos y para los mismos. Todas las instituciones y organismos renovarán cargos en fiestas y sin rozamiento. Mantendrán todos su prostático estado, no se jubilarán, para qué, si casi no hay que trabajar.
Mientras España, y por lo tanto Andalucía, seguirá perdiendo comba, descolgándose de las medias de bienestar y con la tasa de paro que las empresas necesitan para retener y bajar los salarios hasta la basura, para batir los record de beneficios, que ya se sabe hoy que no tienden a infinito. La democracia ya está encarrilada, bipolarizada entre dos colores y apenas dos colores. Las ideologías, las rojas y las azules hace tiempo que son un libro olvidado, desempolvado unos meses antes de unas elecciones y arinconado el mismo día de la votación. Esta democracia franquista ha llegado el 9 de marzo a su cenit, su punto máximo, a partir de ahora solo se puede vaticinar su decadencia.
Pero el 9 de marzo ha tenido también su mártir, el primero de muchos millones que vaticina esta negra y próxima legislatura que nos meterá de lleno en una profunda crisis. Este mártir no ha sido otro que los zozobrantes comunistas agrupados en Izquierda Unida. Casi un millón de voces con derecho a voto pero sin derecho a representación. Jugada maestra. Este partido ha necesitado casi medio millón de votos para conseguir lo que los bipolares obtienen por algo más de 60.000 votos. Una fuerza que se queda casi sin voz y sin derecho al pataleo. Con nulas posibilidades de restablecer la justicia democrática que dice: Un hombre un voto.
Ahora puedo comprender el avasallador acoso que la ciudad de Córdoba ha sufrido durante años por parte de las instituciones autonómicas y centrales. No han tenido reparo en hundir una ciudad para robarles los votos a IU, que por otra parte bien robados están. Los ciudadanos hemos avisado, incluso desde esta taberna, que la ciudad estaba siendo acosada, pero nuestros políticos han pasado de la advertencia, no se han enfrentado y solo han visto un delicioso 69 en el que querían tambien participar. No han estado a la altura y han abandonado a 300.000 cordobeses que pedían justicia. Por eso ahora, los ciudadanos han entendido que para disfrutar de este gran masturbatorio que es la política española, debían dar el voto a quien tiene la cartera más gorda, aunque nos apriete el cuello. Por esto los votos han huido de IU despavoridos, como supongo que en breve huirán sus responsables en busca de mejores fiestas.
Triste día ha sido el 9 de marzo. Carta blanca para el próximo cuatrienio. Para ellos la poya, para nosotros el culo y, para un millón de votantes de izquierda un consolador de marca D’Hont.
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