Por imperativo maternal vuelvo otro año a acudir a la Cruz de Mayo de mi antiguo barrio, Cañero. Es la única Cruz que visito ex profeso cada año. Las demás que alcanzo a ver son las que me pillan de paso. A mí, por la mala follá que me caracteriza, más de 10 claveles juntos me producen sarpullido estético. Pero desde luego, aparte del deber sentimental, parece que apunto bien porque de nuevo esta de mi barrio ha ganado el
PRIMER PREMIO
Mi madre me llamó el jueves para decirme que ya estaba lista y que cuándo podría verme por allí. Un simple trámite, porque luego siempre que llego no tiene ni un minuto para dedicarme, tan ocupada se encuentra siempre en la cocina. Este año la he pillado, en la inevitable compañía de sus amigas, removiendo una de las dos enormes ollas de potaje que estarían listas para el almuerzo, Me tomo un par de cervezas en la barra mientras flipo desde allí como cada año con la aparición súbita de varios fantasmas del pasado, rostros que dejé de ver hace más de 30 años y que ahora me asaltan con las lógicas cicatrices del tiempo.
Este año el motivo de la Cruz han sido las callejas típicas, en concreto la de los Arquillos de Cabezas y la de Las Flores que han reproducido en un impactante 3D. Me señala mi madre la de los arquillos y me cuenta que los ladrillos se los han currado los jubilados del barrio cortándolos uno a uno. La gran macetada que cubre todo el muro exterior de la iglesia acaba de darle el aire rabiosamente andaluz que se pretende. Me pide que le haga una foto ante el conjunto y que la cuelgue en el internet ese donde le han dicho que escribo porquerías contra los curas y las monjas. Le digo que mejor no, no sea que la señalen en el barrio, que colgaré aquellas en las que no esté. Me animo así mismo, aprovechando que unas contrastadas nubes le sirven en ese momento de telón de fondo, a cruzar la plaza y hacer una foto a la iglesia, desde cuya hornacina central un atronante San Vicente Ferrer no ha dejado ni un minuto desde que nací de amonestarme desabridamente con el dedo tieso.
Lo que más me gusta de esta Cruz de mi antiguo barrio es que es netamente popular, una fiesta organizada por la Asociación de Vecinos sin intervención de la mafia de las cofradías de Semana Santa. Una fiesta de ruptura de la cotidianidad sin ánimo de lucro, sin más fin que la fiesta por la fiesta.
Hasta el año que viene.
CRUZ DE MAYO 2007
CRUZ DE MAYO 2008
Has estado bt presto en escribir la semblanza de la cruz del barrio Cañero, tu barrio. Me alegra habérmela encontrado casi reciensalida del horno, las de otros años ya las leí en su día y es entrañable notar el espíritu de tu madre y de tus vecinos-as por entre las macetas.
ResponderEliminarYa te contaré yo las semblanzas de la cruz de mi barrio, pero en privado, porqe esto es pa reventá y no echá ni gota (creo q todo ha sido castigo por leer tu blog y el de pinchito).
En fin, q me alegro q por lo menos hayas disfrutado tú de la fiesta del mayo floreado.
besote
Pues espero, Lisis, con curiosidad tu versión de la de tu barrio, que por lo que parece debió ser más... sabrosona...
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