Aparte de con la impagable foto que lo muestra disfrazado de moro borracho de las fiestas de Alcoy, el delicuescente juntaletras pseudocordobés Antonio Gala, uno de los papagayistas decorativos profesionales que más pasta cobran por soltar soplapolleces en saraos culturetas del hemisferio norte y algunos de cuyos párrafos de efectos fuertemente laxantes recomiendan desde hace años leer en ayunas los proctólogos de medio mundo, nos vuelve a disparar desde las páginas del Magazín mundano la consabida salva de cursilerías infumables de las que vive. Pero en esta ocasión adobadas con la metralla de una incontrita confesión, la de que es poseedor de uno de los trozos más grandes que quedan de Medina Azahara..
A ver, aparte de flipar con que don Antonio no tenga ni puta idea de quienes fueron los que se cargaron Medina Azahara, queremos saber más cosas sobre ese cacho del palacio califal que dice poseer. Primero, por qué lo guarda en su dormitorio en lugar de exhibirlo como haría cualquiera en la repisa de la chimenea. Es de sobra conocida su tendencia a la extravagancia y además su pasión por las cosas de la morería, pero no queremos imaginar nada inconveniente. Segundo: ¿Cómo de grande es ese trozo? Porque el tamaño, sobre todo si de piezas arqueológicas de uso íntimo de alcoba se trata, sí importa. Tercero: ¿Cómo lo consiguió, en alguna chamarilería de Luis de la Cerda, se lo han regalado las autoridades competentes, o lo ha chorizado disimuladamente del yacimiento metiéndoselo debajo del poncho ese que a veces gasta a juego con el bastoncillo? Desde aquí instamos a Vallejo a que indague, porque desde luego cuando tenga que devolver todas las piezas que le han prestado para el extraño museo-búnquer con goteras que ha montado a los pies del yacimiento va a necesitarlo, porque tal vez sea con lo único que cuente. Con el valor añadido de que la pieza recuperada ha estado íntimamente ligada, física y sentimentalmente, al autor de cabecera de tantas damiselas de misa dominical con problemas de estreñimiento, que irían sin duda en peregrinación a adorarla.
Descubrimos así mismo que Antoñito y su Bastoncito han vuelto a latiguear convenientemente como solían hace años con su bífida lengua a la Iglesia Católica, después de que se la tuvieran que envainar una buena temporada e incluso tuvieran que encabezar la famosa marcha de ratones tras la flauta del Hamelín don Miguel Castillejo, alias Fray Langostino, que le regaló todo un convento donde encerrar muchachos y muchachas para saciar sus veleidades mecénicas. ¿Tendrá algo que ver el cambio de logo de su patrocinador, de la palomica paráclita a la boinica euskalduna?
Por lo demás el resto del especial que el Magazín de El Mundo dedica al cumpleaños de la llegada de los moros a la tierra de María Santísima incluso obviando la solemne estupidez de los montajes de los barbudos en Callao, obra de un auténtico aficionado, es un emético revoltijo más de las más acreditadas sandeces pseudohistóricas, misticoides e islamófobas que pululan por novelas antihistóricas, tertulias de moristas a la violeta y conversaciones de maruj@s en la cola del súper. Sálvese la entrevista del muy moderado, aunque siempre lúcido, Amin Maaluf y pásmese el lector del cuento al que viene para el tema que trata entrevistar a una activista saharaoui y a un pelotista musulmán de Ceuta. Como si no hubieran en el mundo expertos en la materia que aportaran visiones que generaran debates productivos. Pero es que cuando la redacción de un medio de masas está en manos de unos cretinos con menos luces que el asesor del PPiolo, realmente esperar productos dignos es como pedricá en er desierto, como decía de cantar pa guiris el gran Chano Lobato. Sólo papilla estúpida para estúpidos lectores.
Demoledor tu juicio crítico de Gala. Yo soy más suave: creo que es alguién que se cree próximo estéticamente a Lorca, pero lo está de Corín Tellado
ResponderEliminarYo sé, Lansky, que me paso con don Antonio, pero es que aquí lo sufrimos demasiado, aunque creo que tú en cambio eres demasiado benévolo en el juicio literario. Doña Corín construía conscientemente artefactos perfectos en lo suyo. Una lectura atenta de Don Antonio te lleva de trampa en trampa hasta el estanque de baba final. Y si no te reto a que visites o revisites La pasión turca.
ResponderEliminarCreo que estamos de acuerdo sin necesidad de que me castigues con deberes tan penosos, además ya ví la pedorrada de peli de Aranda en su día.
ResponderEliminarComo bien señalas, la diferencia entre Tellado y Gala reside en que la primera es consciente de su artefacto y el segundo, como yo señalo en mi primer comentario, no.
Un guión de Almodóvar, su estética y puesta en escena, son primos hermanos de la obra de Doña Corín Tellado.
ResponderEliminarEl Dr. Harazem lo clava, en el buen sentido, cuando lo asemeja, al menos en su producción televisiva, con Juan de Orduña.
Bueno, por fin conseguí leer:
ResponderEliminarمغازين
Pero creo que no aparece en la publicación original, les daría un pirriki mu gordo a más de uno...