Escupir en la calavera del pobre abuelo dicen en algunas partes de Latinoamérica para referirse al hecho de pasarse de bando en la lucha de clases. Algo que los socialistos del PSOE, o sea los que tienen responsabilidades en el partido, ante la sonrisa bobalicona de los sociapollas (los socialistas de a pie que aún creen que su partido es socialista) no sólo cumplen con el violento dicho metafóricamente. Un lapo literal sobre la memoria de la II República Española puede considerarse la conferencia que con motivo del 80 aniversario de su proclamación excretó en Córdoba un individuo, Plácido Fernández-Viagas Bartolomé, hijo de socialista histórico Plácido Fernández-Viagas ante un puñado de barandas del PSOE que le rieron la gracia con gusto, en el palacio de la Merced, el impresionante espacio público usurpado para nido propio por esa colonia de políticos patógenos que parasitan el organismo social bajo el nombre de Diputación Provincial. Sólo el título de la excreción, Las ilusiones perdidas. Por qué fracasó la II República da idea de lo que realmente piensa este sujeto del que ha sido el único régimen auténticamente democrático que ha habido en España desde su raíz hasta hoy mismo. El uso del término fracaso y no acoso, derribo y apuntillamiento final por parte de una banda de fascinerosos habla por sí sólo de la clase de análisis que se le espera. El símil perfecto sería el de alguien que dijera que la prueba de que la vida de Pasolini fue un fracaso fue que unos desalmados lo mataron a golpes en una playa italiana. Porque él mismo se lo buscó. La repugnante calumnia asomó además en su afirmación de que el descalabro de la II República se debió al hecho de que en la España de la época nadie era demócrata. Y la más brutal de las sañas en la de que todos fueron culpables, aunque los perdedores fueron los reales vencedores en el terreno de la estética, sobre todo en el de la palabra. Este reparto equitativo de responsabilidades entre el asesino y la asesinada remata la canallada intelectual. Los franquistas se quedaron con la casa y el caballo, pero ellos se llevaron la canción de Lorca, Miguel Hernández y Antonio Machado. Con la propinilla de la estética perfumada de poesía para lavar y perfumar a la muerta. La ética se la pasa por el arco del triunfo nuestro obsceno individuo. El arco del triunfo de los que carecen de ella. ¿Quién necesita a César Vidal o a Pío Moa con estos intoxicadores supuestamente izquierdistas? Para rematar la faena de neofascismo en principio blando que nos invade la UCO, siempre devota de Frascuelo, de María y de Merlín, para conmemorar el 80 aniversario de la proclamación de la II República Española, modelo de estado laico, organiza una vistosa procesión en la que sacarán a la calle al famoso Cristo de la Universidad, advocado bajo el nombre de Nuestro Padre Jesús del Cuajarón Sanguinolento o Cristo del Mel Gibson. Debe ser por aquello de que la lividez amarillenta del cadáver, la sangre roja manante y el violeta de los moretones forman los colores de su bandera.
Me recuerda a ese repulsivo acosador que le pregunta a la bella muchacha -hasta con su punto de indignación- "¿por qué no quieres follar conmigo?"
ResponderEliminarLansky: acosadores de la razón moral e intelectual. La invasión de los católicos obedientes a Roma en las filas sociapollistas es sólo la punta del iceberg de degeneración a que ha llegado esa formación que fue tan masacrada como las demás por el naci-onalcatolicismo.
ResponderEliminar¿De verdad quedan todavía sociapollas? Yo creo que hay mucho sociapollas por ahí que no es que piense que el PPSOE sea de izquierdas y por eso lo siga, sino que algún interés financiero tiene que sacar, porque si no, no lo entiendo. Aunque claro, todavía hay por ahí alguno que niega la evolución, como podría negar la gravedad o los movimientos de traslación de la Tierra.
ResponderEliminar"Por qué fracasó la II República". Pero qué jeta. Y después de la dictadura franquista, regresamos al medievo con la monarquía y un sistema "democrático" que es, como bien dices, un maldito condón.
Pero no, es que es por nuestro bien, porque la república era un sistema obsoleto que fracasó de motu propio y nadie tuvo que ver en su cruel desmembramiento.
Me entran ganas de llorar...
Yo, que ni sé en qué día vivo, ayer me di cuenta en el trabajo que era 14 de abril y exclamé: ¡coño, hoy 80 años! Y los tres que trabajan conmigo, los tres recién ingresados en la treintena, me miraron con cara de asombro y preguntaron: ¿80 años de qué?
ResponderEliminarPor supuesto que muchísimo más preciso sería decir que a la República se la cargaron, y que para ello fue necesaria una guerra cruel, lo que muestra que muchos, muchísimos, no querían que la mataran. Pero también algo hay de verdad (y no te enfades conmigo, Manuel, que no tengo nada de sociolisto o sociopollas) que no se supo valorar en su justa medida la fuerza de quienes deseaban matarla, y eso si fue una debilidad de los verdaderos republicanos.
También yo creo que fue el momento más democrático de la historia de España, aunque a veces pienso de que llegó demasiado pronto o de que se lo creyeron demasiado pocos.
No me extraña los de tus compañeros, Miroslav. Desde la oficialidad "democrática" se ha tratado siempre de ocultar el valor de la Rapública, muchas de cuyas realizaciones en el campo de la laicidad, la educación y las reformas económicas no las ha conseguido superar la monarquía parlamentaria actual, dominada desde el principio por las élites franquistas que se travistieron convenientemente. Por eso es impropio, más bien canallesco, hablar de fracaso, porque fue un éxito. De lo que tú hablas no es de fracaso, sino de exceso de confianza en la democracia, pero eso puede que sea pecar de ingenuidad, pero no de ineficacia.
ResponderEliminarNo creo que la República Española llegara demasiado pronto, más bien lo hizo demasiado tarde, y por eso se le llamó Segunda República. Y aún así, la Primera República lo hizo tarde, y mal, sembrando un antecedente inolvidable para el caciquismo, que se supo blindar para la llegada de esta Segunda. Para mi, el mejor momento de la instauración de la República Española se perdió en 1812, con las Cortes de Cádiz. Que se quedaran los franceses con el Rey hubiera sido lo mejor para todos, pero no: nos devolvieron al Borbón, y a partir de entonces, más de lo mismo. No hubo alternativa.
ResponderEliminarEs tan penosa la situación que tenemos, es tan miserable la actuación de determinados parásitos de la sociedad, y más aún lo es que tienen una difusión considerable, y si a eso le sumamos la ignorancia de un enorme porcentaje de ciudadanos, llegamos a la conclusión de tener el partido perdido de antemano.
ResponderEliminarEn mi empresa sólo dos personas nos alegramos del recordatorio, y nos felicitamos en ese día, el resto son amorfos indiferentes y la mayoría en su previa puesta al día los aleccionaron de que la República fue lo pero que pasó en este país, lo que pasa es que hace 36 años les dijeron y aún no han aceptado del todo, que la democracia es mejor que la dictadura, y ahí están digeriendo aún.