sábado, 3 de enero de 2009

Yazd, de martirios y dulzuras

FICHA TÉCNICA DEL VIAJE





Dashti, pieza incluída en el trabajo In a Persian Garden del santurista iraní Nasser Rastegar-Nejad.



chakhmaq



En la plaza Shuhadá (de los Mártires) de Yazd se dan cita el mayor número de curiosidades y monumentos que en cualquier otra plaza iraní, la de Isfahán incluida. Se trata de un gran ensanchamiento donde se cruzan las dos principales avenidas de la ciudad y en cuyo fondo se levanta uno de los más conocidos monumentos de Irán: la portada del complejo Amir Chakhmaq. El complejo está formado por una gran portada que consta de dos pisos de arquería y un iwan (ambos del siglo XV) guarnecido por dos esbeltos minaretes circulares añadidos en el siglo XVIII, y una mezquita cercana, pero no adjunta. Toda su superficie está decorada por un recamado de gran belleza conseguido por la alternancia de ladrillo y azulejo, predominantemente azul. La impresión que produce la imponente fachada es que se trata de un edificio religioso, una mezquita o una madraza, pero según leo en una guía se trata simplemente de la entrada de un bazar. Llama la atención el contraste entre el portentoso despliegue escénico de la portada y el menguado bazar actual, apenas 50 mts de fondo, al que da entrada. Como no me convence la explicación mientras redacto esta crónica busco en la red y me confirman que en realidad se trata de una takieh, un edificio que se usa en los actos conmemorativos de la muerte del imam Hussein y así descubro también que la plaza-patio desde la que se accede al mirador clandestino del que hablaba en el anterior post es también una takieh. Y yo allí, sin enterarme. Ello explica además la existencia de un enorme nakhl justo delante de la portada. Los nakhl son unas estructuras de madera con forma de arco bulboso que simbolizan la tumba del imam Hussein y que se sacan en procesión cubierta de paños negros durante la fiesta de la Achura. Las hay por doquier y se reproducen también en pequeña escala para colocar en las casas. La nakhl de la takieh de Amir Chakhmaq mide 8’5 mts y fue construida en el siglo XVIII.


c. en el chakhmaq1

NAKHL


Yo no sé exactamente en qué consiste la fiesta de la Achura, pero me da la impresión de que tiene mucho que ver esencialmente con la Semana Santa andaluza. Tal vez algún auténtico experto en islamología de la que yo soy sólo un modesto aficionado consiga echar por tierra en un pis pas mi teoría de que el chiísmo es una versión enturbantada del cristianismo más truculento, es decir del catolicismo de raíz ibérica, pero mientras tanto yo no consigo más que ver coincidencias.


crsti en el chakhmaq


Tienen un clero (en el sunnismo hay un hadith que dice que en el Islam no hay sacerdotes) y un Papa, el Imam supremo. El número 12 coincide en ambas mitologías, los 12 apostoles cristianos y los 12 imames chiítas. La doctrina del Mesías es típicamente cristiana y en el chiísmo se espera a un último imam que restaure la justicia en el mundo. Pero es en el terreno de la truculencia martirial donde las semejanzas se vuelven casi versiones. El Jesucristo torturado y finalmente crucificado se transfigura en el chiísmo en Hussein, y en menor medida, en su padre Ali, y toda su parafernalia simbólica se basa en su muerte violenta. Que fuera un asesinato o una muerte en combate no está muy clara. Lo que sí está claro es que la famosa batalla de Kerbala fue una más de la guerra dinástica-doctrinal que enfrentaba a los partidarios del derecho de elección (sunnitas) con los del derecho de sangre (chiítas) y que no conseguía esconder la lucha por quedarse con la pasta de los saqueos a que los gloriosos ejércitos árabes se dedicaban con ahínco en su imparable expansión evangelizadora.

El cristianismo cuenta en su haber con más genocidios en nombre de la doctrina que ninguna otra religión o ideario político del mundo pero de ello sólo puede acusársele a partir de convertirse de mártir en martirizador con la conquista de la legalidad primero y la exclusividad después. Pero sus mártires originales eran mártires indefensos militarmente, aunque sumamente peligrosos por su poder disolvente de la racionalidad del estado romano. En cambio los comienzos mismos del Islam son triunfales pero soportan un cúmulo de violencias, crueldades y asesinatos absolutamente inedificantes. Baste decir que los tres primeros califas, llamados perfectos murieron perfectamente asesinados.

Por qué el chiísmo se refugió en Irán es algo que no he conseguido dilucidar exactamente por más que lo he intentado. He leído por ahí una teoría que sostiene que una vez vencido el imperio sasánida y recién comenzada la islamización, Hussein, hijo de Ali y nieto de Muhammad se casó con una princesa persa y ello llevó a la fidelización del país con sus partidarios a su muerte. Pero lo más serio que he encontrado es que los chiíes estuvieron durante toda la Edad Media localizados en el sur de Irak y que la conversión en masa al chiísmo de los iraníes no ocurrió hasta el siglo XVI cuando Ismail I, el primer monarca safávida, decretó su obligatoriedad, y declaró indisoluble la religión y el estado, gobernado por un líder carismático descendiente de los imames con el fin de consolidar un imperio. O sea que la instauración de la furia procesional macabra iraní parece coincidir exactamente en el tiempo con la consolidación del imperio católico castellano sostenido espiritualmente por la Contrarreforma y sujetado por creación de una Inquisición que velase por la práctica de un catolicismo obligatorio. De donde surge la ritualización definitiva de la macabra Semana Santa española. Dicho sea sin afán de proponer ninguna delirante relación casual ni causal.

De todas formas hay algo que no me cuadra. Si la conversión masiva de los iraníes al chiísmo ocurrió a principios del siglo XVI cómo es que la takieh de Yazd se construyó en el XV. En fin un lío que tampoco tango ganas de ponerme a desentrañar.

Lo que sí que me gustaría desentrañar es la causa por la que en unos lugares y en unas épocas determinados las masas orantes cambiaran de religión con una facilidad asombrosa y en otras podían mantenerse en una testarudez roqueña ante las imposiciones o predicaciones de la competencia.


LUTO


El caso es que esa muerte, más o menos merecida, del nieto del Profeta a manos de su rival omeya, se convierte en el centro del culto chiíta. Y la elevación del martirio en la estela del cristianismo como el más meritorio de los alardes que adornan a los creyentes. Luto y más luto, dolor de corazón por una muerte ocurrida hace más de 1.300 años. Y la presencia de la simbología husseiniana puede llegar a ser estomagante, sólo comparable al estomagamiento que sufrimos los andaluces descreídos por la ubicuidad de la idolatría cofrade en bares y otros lugares públicos. En el caso iraní, una sociedad dominada por los clérigos, forma parte además de una agresiva propaganda política oficial, asimilada además al considerado por los clérigos martirio de cientos de miles de jóvenes que fueron conducidos al matadero de la guerra con Irak casi sin armas por ellos mismos. Las palabras Ya Hussein escritas en alfabeto arábigo son probablemente las dos palabras más rotuladas por todo Irán junto con la representación del llamado Sayyid as-shuhadá (señor de los mártires) mostrando visiblemente sus heridas y vestido como un moro de las fiestas de Alcoy.



hussein



Según he leído en La cueva de Alí Baba de Ana Briongos, la representación del Imam Hussein ha sido muy restringida por los clérigos porque en su afán de dulcificarlo los artistas le hacían adquirir rasgos cada vez más feminoides. Cómo no pensar en esos Sagrados Corazones de Jesús en los que al Mesías sólo le falta el rimmel y el lunar junto a la boca.

La fiesta de la Achura se celebra en el mes de Moharram en todo el mundo islámico, pero sólo los chiíes lo hacen mediante masivas autoflagelaciones callejeras más o menos simuladas, procesiones en las que se transporta la tumba del mártir en medio de torrentes de lágrimas y enlutamiento obligatorio y general de la sociedad. Todo muy familiar para los españoles que vivimos el franquismo. En Marruecos por ejemplo es la fiesta de los niños, en la que se les entregan regalos y golosinas.


shuhada


Si nos colocamos de espaldas al complejo y nos dirigimos a la esquina de la plaza con la avenida Imam Khomeini que queda a nuestra derecha encontraremos la pastelería HAJ KHALIFEH. Sólo con nombrarla se me llena la boca de agua perfumada con aromas exquisitos y se me saltan las lágrimas por la pena de no haberme comprado diez, veinte cajas de los dulces más deliciosos que he podido probar en mi vida. Pero sólo me compré dos: una que fui devorando morosamente a lo largo del resto del viaje con la suerte de que a C. no le gustan los dulces y otra que pude sustraer a mi propia voracidad golosa y traerla para invitar a mis amigos y que lógicamente murió a la semana del regreso.

El local es grande y aunque siempre suele estar lleno de gente la gran cantidad de dependientes hace que el despacho sea rápido. En unas vitrinas están expuestos todos los productos. Sólo hay que anotar en un papel el nombre y la cantidad de lo que se quiere, para lo que es necesario solicitar la colaboración de algún paisano, que suelen mostrarse contentos de ayudar y de apreciar que los extranjeros aprecien sus cosas.

En la pared encima de la caja han colgado unos enormes retratos de los fundadores, los mismos que vienen en las etiquetas pegadas a las cajas de lata que venden. El del centro, con un feroz aspecto comeniños que parece desmentir su dedicación a llenar el mundo de dulzura, es el Haj Khalifeh. Por cierto, ¿qué significará esa especie de copón con una especie de hostia encima?



pasteleria



Después de pensar sobre todos esos temas al volver al hotel me descubrí cavilando de nuevo en el lugar más adecuado con un trozo de papel higiénico en la mano. Se trataba de un papel de apariencia esponjosa pero sumamente recio y perspunteado por unos troquelados geométricos con la casi terrible consistencia de los ralladores manuales de pan, como pude comprobar una vez usado. Como los iraníes no usan el papel, sino el lavado directo llegué a la conclusión de que tal vez la colocación de tal tipo de papel en los excusados de los hoteles para turistas tuviera como fin el hacerlos partícipes de los sacrificios físicos a que todo iraní debe someterse para emular el martirio de sus venerados santos. Y a fe mía que la emulación se alcanzaba con sublime intensidad.


PAPELHIGIENICO

ÍNDICE DEL VIAJE A IRÁN:



6 comentarios:

  1. Bueno, yo tampoco soy islamóloga pero he vivido la ashura durante varios días en la mezquita de Sayida Zeynab de Damasco. Eran tiempos en que Saddam gobernaba Iraq y los chiíes tenían prohibidas las celebraciones, así que se desplazaban muchos de ellos hasta Damasco. Es cierto que se trata de una ceremonia de exaltación del martiro y el dolor, pero los rituales y los cánticos varían bastante dependiendo del origen y las inquietudes de los chiíes que participan. Consistía en una larga procesión fuera del recinto de la mezquita en la que desfilaban por grupos, iraníes vestidos de luto riguroso (con imágenes de Jomeini y enormes banderas verdes), libaneses (con banderas de Hizbulá), los iraquíes con espadas, los pakistaníes con túnicas blancas, etc. Los iraníes se flagelaban de forma simbólica, pero sin hacerse sangrar. Los iraquíes, los más brutales, se abrían la cabeza con la espada y después se golpeaban en ella hasta cubrirse el cuerpo de sangre. Una vez dentro del recinto formaban círculos y comenzaban a golpearse el pecho repitiendo cánticos que también variaban mucho: los iraníes ensalzaban a Jomeini y eran los más "sufridos", los libaneses proferían gritos a favor de una Palestina libre, contra Israel y la opresión. Los iraquíes también usaban consignas políticas. Las mujeres se sentaban en grupos en el patio de la mezquita, bebían té y charlaban mientras los niños correteaban y comían palomitas. Los rituales estaban bastante politizados (y eso lo diferencia de la Semana Santa). Y no había nada de folclorismo: la ceremonia era más bien catártica. Después de golpearse y repetir cánticos y consignas de forma mecánica, los hombres caían al suelo y lloraban en silencio con la mirada perdida (no daba la impresión de que fingieran y era algo muy poco exhibicionista, frente a los llantos escandalosos de la Semana Santa. Es una ceremonia en un recinto chií, no paseándose por toda la ciudad. Era algo para ellos, no para la galería o para los turistas). Entonces entraba un nuevo grupo y se repetía la operación.
    Creo que la principal diferencia era el carácter político y reivindicativo de muchos rituales y también la ausencia de folclorismo y la sobriedad, nada de mantos bordados en oro y bandas de música con plumeros rosas a lo drag-queen que he visto en Sevilla. En todo caso, se parecería más a una Semana Santa castellana. ;-)

    Un abrazo

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  2. Muchas gracias, Algarabía, por ese delicioso fresco de la Ashura damascena. Mi viaje a Damasco de hace algunos años fue mi primer contacto con shiíes (el hotel donde paraba estaba atestado y me llamaban a las 5 de la mañana a la puerta para la oración). Pero no era fiesta. De hecho yo siempre trato de viajar a los lugares evitando las festividades, cuando la población no está "desquiciada".

    Me alegro de que hayas reactivado tu blog y que lo hayas empedrado de interesantísimos enlaces sobre el genocidio de Gaza. Recomendado a todo el que lea este comentario y quiera opiniones relevantes.

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  3. Manuel, ¿es posible relacionar la figura de Hussein con otras fuentes persas o incluso indias de las que también bebe el cristianismo? Ciertamente los catafalcos que salen en procesión por Achura son del todo comparables a los de las procesiones ibéricas.

    Por otro lado, el martirio de Hussein se me asemeja muchísimo al propio martirio de Jesús (obviamente esto es muy discutible, claro) y es un hecho común en muchas religiones que los creyentes se inflijan daños corporales en ocasiones especiales.

    La presencia de mártires y sacrificados ritualmente es tan antigua como que ya aparecen sacrificios de este tipo entre los neandertales -E. Carbonell (2000): Planeta Humano, Edicions Península.- de modo que ¿no puede tratarse de una herencia de la que aún no ha podido desprenderse ninguna de las religiones surgidas esa zona? ¿O más bien es la expresión de una peculiaridad humana, que no sé cómo llamar: arrepentimiento, reparación del daño causado al vecino, autocastigo...?

    Un saludo, Manuel

    No puedo acceder al blog de Algarabia :(

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  4. Marta: ese es un tema muy interesante y muy complicado para el que habría que echar mano de un montón de especialistas. En primer lugar a Jung y Mircea Eliade, sus teorias de los arquetipos y sus distintas manifestaciones (el trasvase de la culpa y sus distintas versiones sacrificiales, la redención por la sangre, etc.), después Marvin Harris y su estudio de la domesticación de las religiones cruentas y más tarde los islamólogos.

    Realmente el chiísmo y el culto al sacrificio de Hussein no parece derivar tan directamente de la tradición persa como de la cristiana. Yo no he conseguido demasiada información porque el tema me ha asaltado muy recientemente, a pesar de que el estudio del mundo árabe es uno de mis entretenimientos favoritos. Como cuento en el post, realmente no sé exactamente cuándo surge la relación iraní con el shiísmo y las contradicciones de mis fuentes, no demasiado serias, por cierto, son abundantes. Tampoco tengo mucha idea sobre el zoroastrismo, pero por lo poco que sé era una religión bastante “gozosa”, en la que la parafernalia sacrificial estaba desechada. Podría buscarse algo en la tradición indoirania si no fuera porque la religión hindú es un enorme océano plagado de cuevas en el que es imposible bucear sin perderse.

    Por otra parte el cristianismo no es una religión que surja así, en un momento dado, sino que es un hijo bastardo de un casual ayuntamiento carnal (podría incluso hablarse de una violación) en alguna sucia posada del camino de Damasco entre el monoteísmo radical semita y la racionalidad platónica que pasaba inocentemente por allí. Ambas muy pasadas de rosca por influencias externas. Así que las influencias iranias de las que hablas habría que buscarlas en el melting pot del antiguo oriente anterior al nacimiento del Mesías de los cristianos.

    En cuanto a lo de las procesiones, ¿a qué te refieres a las ibéricas de los íberos o a las ibéricas actuales? Es evidente que lo que yo sugiero es una broma. No tengo ninguna prueba ni considero posible que la procesionaria chií tenga que ver con la procesionaria cofrade de la España negra. Lo del catafalco ese no tengo ni idea de dónde viene.

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  5. Se me fue el santo al cielo. Quería decir: Por otra parte el cristianismo no es una religión que surja así, en un momento dado, sino que es un hijo bastardo de un casual ayuntamiento carnal (podría incluso hablarse de una violación) en alguna sucia posada del camino de Damasco entre el monoteísmo radical semita y la racionalidad platónica que pasaba inocentemente por allí, ambas muy pasadas de rosca por influencias externas y CUYA EDUCACIÓN HASTA EL PASO DE LA ADOLESCENCIA TARDÓ CINCO SIGLOS EN REALIZARSE, ABSORVIENDO ENTONCES MIL ELEMENTOS (desde el mitraísmo oriental, hasta el culto al emperador trasvasado a Cristo).

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  6. ¡Ay, Don Marvin...! Lo que le debemos...

    Efectivamente, Manuel, me refiero a la etapa anterior al nacimiento del Mesías de los cristianos, desde el Egeo hasta el Indo, que me parece a mí que es donde se cuece todo lo que, aún hoy, estamos pagando las consecuencias.

    Y sí, igualmente me refiero a la re procesionaria actual, no a la prerromana, que también la hubo.

    De hecho, al ver las imágenes de los catafalcos de Achura, que se llaman alam, (aysss, los llevo buscando un rato y no encuentro ná, solo algunos en EEUU, pero no son fetén, claro -http://aalenaqi.com/photo_gallery y http://www.persiansara.com/ashura_in_NY.jpg- lo primero que pensé fué en los carritos esos que sacan en algunos sitios, sobre ruedas o tirados por tracción humana, llenos de estandartes y adminículos similares, con mucha columna de plata y telas moradas para envolverlos. El daño que se infligen los participantes es por no haber estado espabilaos para evitar los hechos que se conmemoran en la fiesta, en una ceremonia muy similar a la de "los picaos" de San Vicente de la Sonsierra, La Rioja.

    Incluso con total atrevimiento llegué a imaginar que en este caso, ex oriente obscuratio. Pero muy probablemente esté equivocada...

    Un abrazo lleno de nieve.

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