(del laberinto al treinta)


viernes, 10 de febrero de 2006

Nuestro inefable guru Sri Maharishi Fry Leopoldo de Alpandeire

Me escriben mis amigos navarros para que los compadezca. Me mandan saludos, besos y abrazos desde la por ellos llamada Reserva Espiritual y Católica de la Reserva Espiritual de Europa. Y un enlace a un articulo de Xavier Zabaltza en El País edición de El País Vasco titulado Contra san Francisco Javier, en el que vuelve a emitir la eterna queja de los ateos para que los católicos dejen de jodernos públicamente con sus supersticiones, o sea que no conviertan en oficiales las fiestas que sólo lo son particulares para ellos. Parece ser que este año se celebra no sé qué aniversario (no me da la gana ni de solicitar ayuda al único santo milagroso verdadero que conozco y respeto: san Google) de san Francisco Javier el santo viajero navarro por antonomasia, elevado a los altares por su carácter fanático e intransigente propagador de la fe católica por toda Asia (consideró a Buda como el mismísimo diablo) y alejado asépticamente de cualquier cuestión social (no se conoce ni una sola actuación suya en este sentido), como pone de manifiesto el propio Zabaltza en su artículo. Por lo visto a mis amigos y a todos los demás no creyentes les espera una buena este año de palizas, fastos y yuyus católicos que han de tragarse por cojones, porque contaminará todo el ámbito público de la Comunidad. Para envidia de todos esos católicos devotos he de decirles que yo visité hace años su tumba en Goa (India) y pude contemplar el pie putrefacto que asoma por la ventanita practicada ex profeso en el féretro y que demuestra lo falaz de la afirmación oficial de que se conserva momificado. Y que, pobre de espíritu yo, sólo sentí un rencor triste hacia lo que representaba aquella tumba, la imposición de una religión truculenta y fanática a pueblos que no lo habían pedido y que ya tenían la suya propia para drogarse. Puro marketing religioso.

Bueno, que no se quejen, que por aquí por el sur, los católicos tampoco andan mancos. Ayer se celebró en Granada el 50 aniversario de la muerte del afamado gurú católico Sri Maharishi Mahesh Fry Leopoldo de Alpandeire que se saldó con la peregrinación a su tumba de más de 400.000 devotos. A ver si el santo tropical navarro tiene cojones de una hazaña como esa. Y eso que el malagueño ni siquiera ha alcanzado el título menor de beato. Y sus virtudes no desmerecen para nada de las de su esforzado crucífero jesuita. Nuestro gurú barbado dedicó su larquísima vida a fomentar el conformismo de los pobres con las injusticias, a extender la caridad perrachiquera como la solución perfecta para un justo reparto de la riqueza en el mundo y a aliviar la conciencia de los ricos con el bálsamo de la limosna, agrandándoles suficientemente el ojo de la aguja por donde alcanzar la gloria de Dios por un módico precio. En pleno franquismo. Con dos güevos. Por todo ello el supuestamente democrático ayuntamiento granadino le dedicó hace muy pocos años una portentosa estatua que se puede admirar en los jardines del Triunfo de la ciudad de la Alhambra. Para fomentar que miles de adocenados y supersticiosos devotos acudan a chupar rueda de su aura de santidad en lugar de dedicarse a otros menesteres de más sustancia ética, estética y poiética.

El mundo no tiene remedio..

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