(del laberinto al treinta)


viernes, 13 de abril de 2007

FEDERICO Y EL CAMBIO CLIMÁTICO

He conseguido eliminar mi mala conciencia. Ya no me sentiré acongojado por el arrepentimiento cada vez que disfrute un poco más de lo necesario bajo la ducha, ni cuando encienda el brasero un poco antes de sentarme para que se caliente la mesa, ni cuando use mi vehículo privado para ir a trabajar. Nada, hombre, no pasa nada. Federico Jiménez Losantos ya para siempre El Pequeño Talibán de Sacristía, me acaba de tranquilizar definitivamente sobre la verdadera naturaleza del CAMBIO CLIMÁTICO.


Yo siempre le tuve mucha confianza a don Federico. Su ojo clínico para fijar los problemas y a los enemigos de Eh-paña iluminan cada mañana el camino de mi patriotismo. Pero ese ojo clínico no nos serviría de nada sin esa esa precisión verbal que lo acompaña y que Dios (mediante la intersección de la Confe Episcopal) le ha dado, esa habilidad magistral en el manejo del escalpelo de su lengua con que disecciona cada día y una a una las fibras musculares de nuestga sufgida patgia. Esa finura descriptiva, esa penetración psicológica, esa capacidad de sugerir con el pincel de su palabra hasta los matices más delicados de la realidad política española. ¿Quién en el Hemisferio Patriótico Occidental es capaz de un análisis comparativo como el que os ofrezco, desagradecidos lectores, a pesar de que lo guardaba para uso estrictamente propio, del histórico debate Aznar-González del año 93?, Digno sin duda de ser reseñado con letras de oro en los Anales del Periodismo Político Universal.


Dios (aunque insensatamente no creas en Él) te siga bendiciendo Federico.

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