(del laberinto al treinta)


martes, 17 de julio de 2007

La memoria "histérica" de la Iglesia

La beatificación por parte de la Iglesia Católica de 498 mártires de la persecución religiosa de los años 30, a la que tendría todo el derecho si no fuera porque la financiará con parte del dinero que cobra del Estado que aportamos TODOS, no responde sino al agudo estado de histeria en que entrado recientemente por tres motivos fundamentales:

Primero porque el reciente desenterramiento de los cadáveres de los miles de asesinados en las tapias de los cementerios españoles durante la guerra civil por las bandas de pistoleros fascistas la pone en evidencia. Una evidencia de colaboración y patrocinio de la matanza y de las labores subsiguientes de limpieza de las conciencias de los verdugos. A lo que cabría añadir la muy evangélica comprensión de los innumerables asesinatos de demócratas programados a lo largo de la larga posguerra bajo la hipócrita cobertura de juicios sumarísimos ilegales presididos por crucifijos. A la memoria histórica democrática, la Iglesia responde con su memoria histérica reccionaria.

Segundo por el pánico desatado entre sus altas jerarquías por la implantación de una asignatura escolar en la que se trata de inculcar a los niños unas nociones básicas de civilidad, cuyas bases de respeto a todas las opciones vitales de los seres humanos chocan frontal y lógicamente con la doctrina reaccionaria, sectaria, represiva y supersticiosa del catolicismo. La pérdida de las últimas elecciones de su brazo político (el PP) y su nula capacidad de remonte las mantiene en un permanente estado de rencor que amenaza reventarles el hígado un día de estos.

Tercero por los muy aireados 660 millones de dólares con que la Iglesia Católica norteamericana ha tenido que sobornar a las 500 (¡¡¡500!!!) víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes para taparles las bocas. Esas bocas infantiles que antes no dudaron en utilizar para sus infames besuqueos. Debería ser un caso de estudio digno de la sociología más vanguardista el hecho de que millones de padres sigan poniendo a sus tiernos infantes para su educación en manos de los profesionales que más casos de pederastia registran en el mundo. La posibilidad de que se los manoseen es muchísimo mayor que si los pusieran en otras. Es una cuestión de pura estadística. Lo decía Manolo Saco ayer mismo en su artículo A la Iglesia le gustan mucho los niños:





Como acaba de ocurrir en Madrid, donde el Tribunal Supremo ha hecho responsable subsidiaria a la archidiócesis por “encubrimiento” de los actos pederastas de uno de sus curas. En los Estados Unidos el problema de intento de ocultamiento por parte de la jerarquía es tal que para defenderse del doble abuso (el del cura y el de su obispo cómplice) existe una asociación de defensa conocida como Red de Sobrevivientes a los Abusos de Sacerdotes (SNAP, por su sigla en inglés).

Que se sepa, no existe ninguna asociación de Sobrevivientes a los Abusos de los Ingenieros de Caminos o de Sobrevivientes a los Abusos de los Corredores de Comercio. Claro que de todos es sabido que el amor de los Ingenieros de Caminos y de los Corredores de Comercio por la familia y sus más tiernos infantes no tiene ni punto de comparación con el de la Iglesia católica.



Ilustración de GORKALIMOTXO


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1 comentario:

Javi dijo...

Genial. Nadie nombrará esto como revanchismo en público.