(del laberinto al treinta)


miércoles, 13 de febrero de 2013

Rezos de destrucción masiva (II)

Últimamente me acuerdo mucho de Polanski y su Baile de los vampiros. Tal vez un Polanski cordobés se atreviera a rodar la versión local, pero con el título de El baile de los fartuscos. Castillo no le iba a faltar: la covacha local del periódico ABC. Fartuscos tampoco: sólo hay que leer pacientemente, aunque armados de Primperan, cada día a sus columnistas. Si el otro día uno de ellos se montaba una versión de Las Navas de Tolosa pasada por el cartón piedra de Juan de Orduña, ayer mismo se sumaba otro fartusco al minué de la sandez que no dejan de bailar colectivamente.

El preclaro intelectual egabrense José Calvo Poyato saca de nuevo (ORAR) el tema de los rezos, alfanjes pelafruta y muletas de destrucción masiva que presuntamente usara hace un par de años una harka de pérfida morisma para a ofender primero y ensangrentar después a los católicos en la Mezquita (antes  mezquita) de Córdoba. Y para defender el pendón cruzado en tan escabroso fregao nuestra lumbrera abecedaria esgrime el viejo y muy querido Argumento Tontológico de San Hodierno. Los argumentos que esgrime son de índole claramente tontológica porque los basa en el más agusanado de los tumasismos (de tú más), el carpetovetónico rancio, racial y castizo. ¡Con lo fácil que es centrar los asuntos, Santísimo Cristo Bendito del Sentido Común! Podría haber escrito por ejemplo que qué bonito que vivimos en un blanco y acomodado estado de derecho, uno de cuyos funcionarios judiciales ha emitido una sentencia tras analizar unos hechos denunciados pero que él en el uso de su libertad de pensamiento no está de acuerdo con ella sin más, porque está profundamente convencido de que hay que castigar duramente a quienes rumían pienso espiritual en corral ajeno a pesar de que ese del rezo no era el hecho juzgado, sino unas supuestas agresiones a guardas y policías por parte de los rezantes. Y ello independientemente de lo que se estile hacer en el mismo caso en el resto del mundo, musulmán, budista o rastafarista, que para eso somos europeos y civilizados. Pos no.  El fartusco en libertad muestra su disconformidad argumentando previo estudio comparativo acerca de las escasamente hipotéticas, según él, reacciones de jueces, policías y hasta población civil de alguno de los aproximadamente cincuenta países de mayoría poblacional musulmana que en el mundo existen en el caso hipotético de horda de turistas cristianos rezando agresivos padrenuestros en corral y en país musulmán ajenos. Por supuesto el Lindo Don José osa desde la torre de su sabiduría hacer recaer sobre esos ocho jóvenes cenutrios que se pusieron a rezar en lugar probablemente inadecuado la abrumadora representatividad total de la actitud, el pensamiento y la filosofía, de los aproximadamente mil seiscientos millones de personas que oficialmente practican la religión musulmana en el planeta Tierra.

 A ver, Joselito, el juez lo ha dicho claramente: que no le corresponde valorar para sancionar lo del rezo de los turistas austriacos (aunque no se ha privado de hacerlo a título personal), porque ese no era el hecho juzgado, sino sólo las denuncias de supuesta agresión armada a guardas y policías y ha dictaminado que no ha encontrado pruebas de que tal agresión hubiera tenido lugar. Ya está. A lo mejor lo que debería preocuparte, si tanto amas el estado de derecho, no es que el terrible delito de  rezar en templo ajeno se salde con una reprimenda paternalista de un juez sensato, sino que tal hecho hubiera provocado la monumental y a todas luces desproporcionada reacción agresiva por parte de las fuerzas policiales privadas y públicas de dos estados soberanos, el vaticano y el español, que se desplegaron estratégicamente para reprimirlo. Y que la sensación final que quede sea  la sospecha, avalada por la sentencia, de que los miembros de esas fuerzas mintieron para perjudicar gravemente a unos ciudadanos fueran de la religión o nacionalidad que fueran.

Tú y tus colegas abecedarios podéis seguir con vuestro precioso minué fartusco sacando a bailar a la Reconquista, Bin Laden, la perfidia moruna, la ablación del clítoris y hasta la leyenda de que los moros la tienen más larga, pero con ello sólo conseguís poner en ebullición la bacinilla llena de mierda xenófoba que tenéis por cerebro.

Ah, gracias por la clase que nos regalas sobre la historia, sentido y distintas localizaciones del rezo en las distintas religiones monotemáticas, digo monoteístas, pero tal vez deberías hacerte mirar tus conocimientos: los musulmanes no consideran sus templos de oración, mezquitas, casa de dios.  Sólo el lugar de reunión para dirigir correctamente y en compañía la dirección de la oración y escuchar la para ellos palabra sagrada. Pedazo de catedrático de Historia.

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