(del laberinto al treinta)


miércoles, 9 de diciembre de 2015

Dos submitos de la Reconquista: La Basílica de San Vicente y la Granada romana

Aterrorizado por la inminente llegada de el monstruo de gelatina almibarada navideño, he pasado el puente currándome el siguiente txorizaco malafollá/senequista:

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4 comentarios:

Lansky dijo...

Los dos primeros párrafos de tu escrito, donde centras el relato del ‘mantra-eslogan’ de la ‘Reconquista’ me parecen lúcidamente estupendos. En cuanto a los dos temas manipulados por el mito Reconquista, son más susceptibles de matices

Anónimo dijo...

Fantástica, excelente exposición. Da para más.
Todo un atraso la religión, por interés y por ignorancia…
remontarse a un pasado posiblemente inventado.
Su historia, la que ellos gustan de contar y además
interpretar para olvidar otras mucho más reales
Las creencias en seres inexistentes que procuran riquezas a unos pocos han dañado el pasado real y sus acérrimos crédulos sólo ha servido a unos intereses en entredicho.
Son las trampas para legitimar supuestos patriotismo aglutinadores.
Son odios y venganzas, no me cabe duda.
La propiedad y las fronteras.
Lo que es bueno, lo malo; la indecente moralidad histórica manipuladora.
Saludos

ben dijo...

Cuando estudiaba bachillerato,hace un montón de años,los profes ya nos decían de la leyenda
de la Basílica de San Vicente,pero ahora es desmesurado el interés por darlo como algo real.
Es exagerado todo lo que rodea actualmente a la Mezquita,intereses económicos,uso abusivo
de su recinto y de su exterior.No sé si la pobre podrá aguantar toda esta movida.Lo peor
que puede ocurrir a un monumento es que se convierta en la gallina de los huevos de oro.Triste.

harazem dijo...

Gracias a los tres.
Claro, Lansky, cientos de matices, lo que he tratado de hacer es simplemente un apunte al natural de la cuestión, una comparativa de cómo funciona al por menor el mito de la Reconquista. Sólo a nivel arqueológico el tema de la Granada romana puede hacer correr ríos de tinta, levantar himalayas de informes y océanos de olas interpretativas de los restos. El de Córdoba, en cambio es más claro. Los matices suelen ir dirigidos a interpretaciones con connotaciones ideológicas más que disciplinares.