(del laberinto al treinta)


miércoles, 23 de septiembre de 2015

De Roma vendrá quien bueno te hará, Fidel

Por uno de los muchos curas -en este caso amateur- que apostolan en la Hojilla Parroquial de Córdoba me entero hoy de que el Papa le ha regalado a Fidel un libro. Se trata del último publicado por un jesuita que no solo fue tutor de Fidel Castro, sino que mantuvo siempre el anhelo espiritual de "absolver" a su exalumno, siempre y cuando éste hubiera pedido disculpas públicas porque sus pecados no son solo personales. Dado que Fidel debe conocer esa circunstancia el esforzado meapilas cordobés lo interpreta como una inteligente maniobra del argentino para decirle que aún tiene tiempo de hacerlo, de reconvertirse y ser perdonado.

 Yo no sé si el actual portador de la tiara vicetriple tiene ese grado de agudeza, lo que sí sé que tiene es un incalculable grado de desvergüenza. Que eso sea lo que pretenda el cabeza actual de la que fue probablemente –hasta la invención de los métodos modernos de genocidio masivo, cámaras de gas o bombas atómicas- la institución con más muertes violentas a sus espaldas en la historia de la humanidad, es un ejercicio de cinismo inaudito que sólo se permite porque lo dice en un mundo completamente anestesiado por la superstición que él mismo vende. O quien como responsable actual de la Iglesia aún no haya pedido disculpas públicas por haber sido cómplice necesaria y bendecidora de otro de los genocidios impunes del siglo XX: el franquista. O que no haya dado aún explicaciones sobre sus responsabidades en el genocidio de Ruanda. O en lo personal, que eso lo diga quien, siendo la autoridad eclesiástica de más rango en su país sólo podía ver los miles de crímenes de la dictadura argentina -a cuyos generales asistidos por capellanes daba la comunión-, con el ojo del culo porque la cabeza la tenía enterrada en la arena de la cobardía -¿o tal vez de la complicidad?- es para que Fidel le hubiera dicho que con el libro se hiciera un supositorio.

domingo, 6 de septiembre de 2015

La verdadera y completa historia del niño Aylan

Una de las cosas que tenía en mente visitar cuando estuve en Irán entre octubre y noviembre de 2008 era alguno de los Cementerios de los Mártires con que cada ciudad iraní cuenta. Lo hice finalmente en Isfahan. En él están enterrados con todos los honores un buen puñado de los varios cientos de miles de muchachos militarizados (el número exacto nunca se sabrá pero debió rondar los 500.000, aparte de 200.000 civiles) que murieron en la guerra del Golfo, la primera, la que llevó ese nombre hasta que la intervención directa de los EEUU en la siguiente se lo usurpó. Esa guerra enfrentó a Irán con Iraq, aparentemente por cuestiones fronterizas. También me hubiera gustado ir a presentar mis respetos a las varias decenas de miles de civiles que lucharon contra el sha aliados a los curas-ayatolas y que fueron asesinados a sangre fría y enterrados en cunetas en cuanto éstos se hicieron con el poder, como el gremio suele hacer. Pero ya digo: siguen en la cunetas, un lugar de enterramiento muy frecuente también en la España de 1936-1939. Las tumbas con fotos de chicos muy jóvenes se sucedían interminablemente entre banderas patrióticas y religiosas, custodiadas cada cierta distancia por las fotos de los viejos ayatolas barbados que los condujeron allí. Con la inestimable ayuda de los Estados Unidos de América y su hijodedeputa en la zona, Sadam Hussein.

La historia es ya vieja, pero allí fue donde se desencadenó todo, los barros que trajeron los lodos de muerte y destrucción que arrastran a Europa estos días a cientos de miles de huyentes y las imágenes de cuyos niños ahogados tanto están impresionando a las masas sensibles occidentales que los contemplan en la colección de aparatos electrónicos que poseen y que funcionan con la energía que proviene directamente del resultado positivo para sus gobiernos de esas guerras, que producen muertes, exilio y ahogamiento de niños en sus playas. Un círculo infernal, pero perfecto.

Vázquez Montalbán hablaba por aquellos lejanos primeros 80 de cómo la Revolución Islámica iraní había propinado un durísimo golpe al elaborado sistema estratégico de vigilancia del cortijo medioriental anglo-norteamericano. Según él el Imperio Anglosajón (y sus colonias asociadas europeas) contaba con dos privilegiadas garitas de vigilancia del espacio geográfico con mayores reservas de crudo del planeta: una al este, el Irán del Shah, una vez sometidas a sangre y fuego las ínfulas redencionistas de los ilustrados ciudadanos persas en los 50 (léase como informada fuente el maravilloso Samarcanda de Amin Maaluf) y otra al oeste, Israel, a quien para ello se subvencionaba generosamente y se le concedía impunidad en el genocidio palestino.

Estamos en 1979. La Guerra Fría está a punto de terminar. Y los imperiales, aunque callan, lo saben. El Fin de la Historia, de la que unos años después teorizará sobre un plan en marcha Fukuyama, no puede permitirse reescrituras. Así que siguiendo el viejo manual de urgencia que en Latinoamérica tan buenos resultados le dio siempre el Imperio adoptó un hijodeputa (lo será, pero es “el nuestro”) que le hiciera el trabajo sucio. La Wikipedia se escaquea del asunto que es un primor, pero en aquellos primeros 80 todos los analistas lúcidos e independientes señalaban a los imperiales como directos responsables por incitación del brutal ataque del Irak de Sadam Hussein al Irán del Viejo Cabrón Jomeini. Nunca se sabrá si aquella larga y feroz guerra no se detuvo a tiempo, una vez demostrada la imposibilidad de victoria de ninguna de las dos partes, por la cabezonería del iracundo ayatolah o porque los intereses imperiales (venta de armas, desgaste las dos economías) así lo impusieron.

Lo que vino después ya es más conocido. Además de hijodeputa, resultó tonto y Sadam se dejó engañar con la invitación a cobrar los servicios prestados al Imperio mediante la anexión de Kuwait. Los imperiales habían decidido ya que eran sus tropas las que tenían que controlar directamente el territorio. Si las garitas de alquiler no funcionaban había que montar directamente un cuartel. Las cosas probablemente nos les salieron exactamente como pensaban, pero al menos consiguieron crear la suficiente inestabilidad en toda la región mediante el fabuloso truco de dividir el país por confesiones religiosas que hasta entonces no habían supuesto ningún factor de separación ni social ni política y desatar elaborados memoriales de agravios para reavivar tensiones tribales hacía muchas décadas superadas. Porque como ha defendido Ilya U. Topper las diferencias entre sunnitas y chiítas en el Irak de los 90 ya no existían.

Mientras tanto, Rusia, una vez recobrada de su revolución “burguesa” comenzó a reclamar el sitio que le correspondía en el concierto de los grandes negocios planetarios, ahora de “mejor rollo”, e impuso sus propios ejes que, claro, se anclaban en las viejas amistades de cuando era la Unión Soviética: el baazismo sirio, cuya enemistad con su hermano iraquí, se basó precisamente en esa división de fidelidades. El viejo zorro de Hafez al-Asad, mucho más listo que el bigotudo vecino, siempre se movió con consumada pericia por el piélago estratégico de la zona, pero accedió a ser parte de ese eje (llegó a llamarse del Mal por la propaganda imperial), Rusia –Siria (con parada en la Hezbollah libanesa) –Irán mientras jugaba a las peleíllas con Israel tan en broma que fue recompensado con el protectorado de Líbano.

Y para complicar el tablero aparece China, que en 20 años casi se come el mundo de tres bocados, si no fuera porque la prudencia confuciana les ha enseñado el arte de la sensatez de esperar a que las frutas maduren para cogerlas. Ahí está, sin que nadie la meta en el lío de Oriente Medio. Pero estar, está, porque ahí está bajo su suelo el futuro de su crecimiento y probablemente dominio del planeta.

Y en esas estábamos cuando en Túnez de desató la primera primavera árabe de las satrapías del Imperio al que pilló completamente despistado. No había caído en que, aparte de sus lacayos y sus frankensteins de laboratorio, amigos y enemigos, existían en ellas otros seres que sólo pretendían participar de los beneficios de la Ilustración que un día alumbrara occidente y que había permitido unas elevadas cotas de libertades individuales y sociales que a ellos les estaban sistemáticamente negadas. Unos súbditos que denunciaban los dobles raseros basados en una concepción orientalista, la cara más consumible del colonialismo, que los supuestos adalides de las libertades públicas y privadas de occidente les aplicaban manteniendo convenientemente en sus estados crueles sátrapas que los machacaban con el único fin de no tener que compartir sus beneficios con quienes no habían sido diseñados estratégicamente para disfrutarlos, porque su única misión en el tablero de juego era proveerles sumisamente de los bienes de consumo que les permitían las condiciones de bienestar necesarias para ello.

Cada día se va diluyendo más el conocimiento del origen de la tragedia siria. Ya pocos recuerdan cómo fueron colectivos, que habían seguido evoluciones de otras primaveras como la tunecina o la egipcia, unas veces organizados y otras veces espontáneos de sirios que estaban hartos de una de las dictaduras más feroces de la zona, una dictadura corrupta y cruel que mantenía el orden y la paz social mediante una represión brutal, basada en la tortura sistemática de opositores y el control de todos los cauces de expresión. Y que se levantaron. Verdaderamente hartos. Había musulmanes de todas las variantes (sunnitas, chiitas y alauitas) y cristianos. Gente en general no más religiosa que la población media española y que llevaban conviviendo sin problemas desde hace cientos de años. Esperaban, ilusos, ayuda de los autollamados demócratas europeos y americanos. NO RECIBIERON ABSOLUTAMENTE NINGUNA. No es cierto que se armaran milicias rebeldes laicas. Las armas con que contaron en esos primeros meses fueron fruto de la deserción más o menos organizada de parte del ejército regular.

Todo ello ha sido borrado por la imagen de los islamistas salvajes que degüellan a cientos de personas y que dinamitan templos romanos protegidos por la UNESCO y que -éstos sí- fueron rápidamente armados por occidente, vía interpuesta de las satrapías del Golfo que las financiaron, con el único fin de crear el caos, desmembrar el país como ya hicieron con Irak y romper la espina dorsal de la línea Rusia -Siria- Irán. Ya lo hicieron en la Afghanistan socialista cuando la CIA inventó el yihadismo contemporáneo para joder a la Unión Soviética dinamitando el primer gobierno que consagró la igualdad de hombres y mujeres y trató de crear una sociedad nueva mediante la educación universal, gratuita y laica de la historia de los países de mayoría musulmana. Nunca será suficientemente valorado el carácter tragicómico de la guiñolesca venganza de la historia que supuso el que la creación artesanal de unas brigadillas de fanatizados pirados saudíes con turbante, financiada con dólares impresos con el careto de los padres de la democracia americana con el fin de tocar los cojones a la Unión Soviética reventando las orugas de sus tanques en los desiertos asiáticos, fuera el germen del comando que volara años después el gemelo símbolo del poderío financiero imperial norteamericano.

Detrás de todo lo que estamos viendo en nuestras pantallas en los últimos días, detrás de lo que lo antecede y que cuenta lúcidamente en un post Leila Nachawati están los intereses de EE.UU., Inglaterra, las Europas continentales, Rusia y China que codician las enormes fuentes de petroleo iraníes y más domésticamente Israel que se libra de un viejo enemigo y usa el río revuelto de la zona para seguir pescando tierras palestinas y Turquía que se libra de un potente competidor en el predominio en la zona como es Siria y de paso masacra a los kurdos, su gran obsesión.

Queden para otro día otras historias "secuelares"... La del papel de Alemania (Alimaña la llama alguien por ahí). Su extraño por disímil comportamiento respecto a Grecia y a otras tragedias humanitarias. El papel de la necesidad de un par de millones o tres de nuevos productores de fuerza de trabajo en los próximos 20 años si se pretende que Europa siga siendo lo que es por más tiempo... La casualidad de que los sirios sean clases medias aproximadamente ilustradas y no negros criados en chozas...como los que pretendían entrar por Ceuta y Melilla... o por Sicilia desde Libia...

viernes, 7 de agosto de 2015

El Padre de Todos los Caimanes

Para los que no sean de Córdoba o no conozcan sus tradiciones tendré que explicar que una de las más arraigadas es la de ir una vez al año a venerar a un caimán y una muleta. Un caimán disecado que un indiano mandó de las Américas como ofrenda a uno de los avatares de la virgen-madre del dios que adoran los católicos y que se conserva en el atrio de su ermita. La fogosa imaginación del pueblo llano inventó una leyenda épica, emparentada directamente con las de matadores de monstruos de la Antigüedad y la Edad Media pero que sustituye al héroe noble de la mitología o caballero armado por un pobre presidiario cojo que libra a sus vecinos del monstruo que los aterroriza. Un verdadero héroe popular. O sea, un antihéroe. La muleta del cojo y el cuerpo del caimán sirven desde entonces de saludable contrapeso pagano a la superstición estrictamente religiosa de una fiesta popular y periférica donde las haya.

En la Velá de la Fuensanta de 2011 el ayuntamiento de mayoría neofranquista impuso como primera medida represiva a la ciudadanía un pregonero de las fiestas de conocidas tendencias ultraderechistas, columnista del Acorazado AWC, enemigo del carácter lúdico del símbolo de las mismas, el caimán, y exigidor de que la fiesta girase exclusivamente alrededor del contrarreformismo católico simbolizado por el ídolo bíblico. La ofensa a la ciudadanía que perpetró aquel individuo fue doble: restringir el pregón al interior del templo católico, en lugar de hacerlo en la plaza de todos (aunque por ahora robada por la Iglesia Católica) como se venía haciendo desde que se inauguró el pregonaje y faltarle el respeto al símbolo laico de la fiesta, integrador y festivo, el CAIMÁN, llamándole REPTIL DISECADO y permitiéndose el chistecillo de malafollá y esaborío medular de que a él siempre le pareció, en comparación con los cocodrilos de las pelis, escuchimizado.

Cuatro años ha tardado el Padre Dios Caimán en venir a por ti, peaso mamón. Pero aquí está: ha sido visto en Majaneque, pero pronto dará contigo y convertirá tu orondo cuerpo de portentoso tragador de trigretones en una escuchimizada boñiga de reptil seriamente cabreado.

lunes, 6 de julio de 2015

La jauría cristofacha

En Córdoba pa no ser menos que los de la capitarrr de Ejpaña, también hemos tenido estos días nuestro Caso Zapata particular: el linchamiento mediático en prensa cristofacha y en las redes sociales donde gruñen los orcos nacionalcatólicos de un cargo municipal por un quítame de allá unos tuits o, en nuestro caso, un cuadro de la pared. Pero nosotros más. Porque si en Madrid fue un concejal el linchado en Córdoba ha sido la propia alcaldesa.

En el fondo lo que están tratando de hacer las hordas reaccionarias es buscar una grietita por pequeña que sea en la que quepa el filo de un cincel y a martillazos difamatorios, injuriosos o embusteros tratar de derribar sin concurso de las urnas los gobiernos de mayoría progresista en aquellos lugares o instituciones de los que han sido desalojados por aquellas.

Al grano. La alcaldesa de Córdoba, una histórica del aparato del PSOE local, pero que está demostrando un exquisito olfato político positivo como para adaptarse a los nuevos tiempos y sobre todo está mostrando una voluntad de diálogo con los socios de gobierno o de apoyo que las urnas le han hecho compartir y de diplomacia de la buena a prueba de gremlins ultracentristas, comenzó dando los primeros pasos por la senda de la dignidad y de los gestos esperanzadores. Aparte de anunciar la puesta orden en temas tan apestosos como los negocios ladrillistas-futboleros en que se hallaba incursa la corporación ultraliberal anterior, dirigió esos primeros pasos al homenaje al último alcalde republicano, fusilado por los antepasados ideológicos de quienes la precedieron en el gobierno municipal y anunció el cumplimiento de la Constitución eliminado los símbolos confesionales, exclusivamente católicos, del ámbito físico de la Casa de Todos los Cordobeses. Hay que advertir que los anteriores dominadores del edificio, politoxicofrades y ultracatólicos en su mayoría, lo habían dejado en tal estado de profusión idolátrica que ni el escaparate de La Clámide Púrpura de la calle San Pablo, oiga.

Bien, pues en esas estábamos cuando, tras anunciar la alcaldesa que siguiendo el mandamiento constitucional, se procedería a la retirada de la pasmosa cantidad de símbolos religiosos católicos que luce el consistorio, empezando por un valioso crucifijo de marfil que sería enviado al museo para su exhibición en lugar adecuado, la muy despierta célula de agitación del yihadismo nacionalcatólico cordobés ha encontrado la ocasión propiciatoria, el equivalente a los tuits de Zapata de sus hermanos de fascio madrileños, un cuadro del Arcángel Rafael que luce desde hace cientos de años en las paredes consistoriales, para meter el cincel y liarse a machotazos.

Esa siempredespierta célula cristofascista cordobesa (¡centinela alerta... alerta está!) tiene su sede en la sentina del acorazado/diario monárquico católico AWC y su jefe de escuadra es un individuo siniestro, esquinado, melifluamente fofiblando, por nombre de guerra Merienda Cofrade, especialista en maniobras de intoxicación informativa masiva, que no tardó en ver la oportunidad de ganar puntos ante sus empleadores, montando una operación, la Operación Rafalete, dirigida a disturbar las primeras semanas de gobierno municipal progresista.

Lo primero fue lanzar el bulo desde las páginas del diario cristofacha de que en el lote de eliminación de símbolos religiosos de las dependencias municipales iba incluido un cuadro al óleo del pintor local del siglo XVII Antonio del Castillo, situado en el Salón de Plenos, que representa al genio alado que porta un pez de la tradición judeocristiana, considerado por los católicos como de existencia real y custodio mediante sus poderes mágicos de la ciudad. Ello sabiendo que tal genio alado ha acabado convirtiéndose por la fuerza de los siglos y del roce en un símbolo de la ciudad para creyentes y no creyentes, a la manera en que lo es el oso agarrado a un madroño para los madrileños. Animales simbólicos ambos son: uno mitológico y el otro natural. Y que nadie en su sano juicio con dos deos de frente política se atrevería a exigir su retirada. Pero la jodida insidia estaba servida. Pero eso resultaba insuficiente para una intoxicación completa en los tiempos del dominio informativo de las redes sociales. El siguiente paso para crear una alarma social, pero sobre todo para alimentar las fauces de la jauría cristofacha de Internet y aprovechar su poder multiplicatorio, fue crear un grupo de facebook con título NO ME TOQUES A SAN RAFAEL, en el que se daba por sentado como principio fundacional que la alcaldesa había dicho que se llevaría palante el cuadro del genio alado. El resultado estaba garantizado toda vez que se trataba de un experimento ya ensayado con éxito. Cuando por fin emergió en esta narcotizada ciudad la polémica masiva –muchos llevábamos denunciándolo desde hacía años sin el menor eco- por la inmatriculación fraudulenta de la Mezquita de Córdoba y la manipulación torticera de su caudal simbólico, histórico y artístico por parte de la Iglesia Católica, la misma célula dirigida por el mismo malbicho creó un grupo de Facebook (Keep Calm y dejen la Mezquita Catedral de Córdoba en Paz) que se publicitó ampliamente mediante financiación del acorazado AWC. Aún siguen agitando las aguas del reaccionarismo y reactivando día a día el odio a la normalidad aconfesional de un estado moderno. Vistos los antecedentes, el efecto convocador de las redes cristofachas y narcocatólicas se encargó del resto. En menos de diez horas el portal NO ME TOQUES A SAN RAFAEL tenía más de 15.000 seguidores, entre simples curiosos, adictos al morbo y horda carroñera orcofascista propiamente dicha. Su poder corrosivo es tal que al final han obligado a la alcaldesa a dar explicaciones de hechos y dichos que nunca habían tenido existencia real. Con la exquisitez diplomática de que ha hecho gala hasta ahora ha cumplimentado los expedientes de dudosas dudas que los cristofachas le han, usando medios ajenos al normal desenvolvimiento de la democracia, escupido. Y ha negado contundentemente que en el lote de cumplimiento constitucional de eliminación de la simbología partidista confesional católica que atenta contra los derechos de los miles de cordobeses que la consideramos una agresión ideológica y política intolerable, se incluya el cuadro del animal mitológico alado que ha acabado convertido por la fuerza de la costumbre y la tradición en uno de los símbolos identitarios de la ciudad.

Pero lo que resulta terriblemente inquietante no es que un medio de esencia franquista como el acorazado AWC, representante de la reacción perifascista en estado puro, haya montado este intento de golpe de estado informativo. No. Lo realmente inquietante es la reacción/postura del resto de los medios de información locales. Salvando el arrojo -inédito en el resto de los medios locales- del redactor de la noticia del diario digital Cordópolis, que ha osado hablar de cumplimiento de la Constitución respecto a la aconfesionalidad del Estado y su aplicación en las instituciones, los otros dos medios, la Hojilla Parroquial (de nombre oficial Diario CÓRDOBA) y el Día del grupo Joly (supuestamente socialpollas) han orientado sus culos directamente entregaítos a las informaciones de sus colegas cristofachas, dando por válidas las mentiras difundidas por el comando nacionalcatólico awcedario, su supuesta competencia, hablando de reculamiento de la alcaldesa donde sólo ha habido por su parte denuncia de manipulación informativa.

Especialmente revelador de la calaña de la chusma con orla de Facultad de Periodismo que desinforma en esta ciudad ha sido el artículo dedicado al tema por una plumilla del Día de Córdoba con el sintomático título de Ambrosio cede ante el Custodio en el que da por sentada, sin aportar ni una sola prueba, la veracidad de las intoxicaciones de sus colegas awcedarios. No es extraño en alguien que viendo cómo la prensa de papel local se irá muy pronto directamente a la mierda para alivio e higiene del aire de la ciudad sólo ve su futuro haciendo guiñitos a los medios nacionales más importantes para que aprecien su voluntad de emular a grandes de la comunicación como Federico, Antonio Burgos, Carlos Herrera, la Schlichting o Isabel Sansebastián.

domingo, 5 de julio de 2015

La Yihad Narcocatólica Cordobesa

El Magno Despropósito que se montó el otro día en Córdoba cuando se hicieron desfilar por la ciudad 25 imágenes de distintos avatares de la diosa madre de los católicos traídas de distintos puntos de la provincia durante doce horas (de 5 de la tarde a 5 de la mañana) provocando un enorme caos y conculcando agresivamente los derechos al descanso y al libre tránsito a miles de ciudadanos que incluso vieron sus propias calles cortadas al tránsito peatonal, no tiene en el fondo mucho que ver, desde el punto de vista de las intenciones de los organizadores, con el cristianismo, la fe, el arte, el turismo o el derecho a manifestación de determinados grupos confesionales, sino con el uso ilegítimo que hace una organización política que no entra directamente en el juego democrático del espacio público para hacer propaganda ideológica y defender sus intereses. Sin decirlo.

La Iglesia Católica es una organización política que mantiene presupuestos ideológicos que están directamente enfrentados con los de una buena parte de la población, incluso de la que dice incluirse en su seno, en materias fundamentalmente de índole social que atañen al ejercicio de ciertas libertades públicas que aquella pretende cercenar. Normalmente se sirve de partidos ideológicamente afines para lograr que el estado declare delitos o no considere legales lo que ella condena en sus estatutos internos como pecados, lo que supone atentar claramente contra los derechos civiles de muchos ciudadanos (ya nadie se acuerda de la guerra de la Iglesia contra el derecho al divorcio civil y sólo hace 30 años). Aparte de ese método usa el derecho consagrado de manifestación religiosa torticeramente para convertirlo en manifestaciones de fuerza política cuando las urnas no favorecen a sus brazos políticos.

Aparte de las 150 procesiones menores anuales que ocupan varias horas las calles del casco antiguo y barrios periféricos todos los fines de semana, fuera de la temporada santa, y que han acabado convertidas en tradición en sólo 20 años porque antes no existían, tanto la Magna del sábado, como el Vía Crucis de hace dos años responden al intento de mostración de fuerza del cabildo cordobés que se encuentra incurso en un proceso de deslegitimación social por lo que la mayoría de la población considera la usurpación de la propiedad y del bagaje simbólico de la Mezquita de Córdoba por parte de sus seculares usuarios. La celebración del 775 aniversario de su consagración como templo católico podía haber cursado con actos culturales, de carácter histórico y literario, ciclos de conferencias, simposiums, etc… Pero evidentemente todo eso pondría en solfa muchos de los presupuestos ilegítimos de la usurpación tanto de la propiedad como del símbolo del monumento que la Iglesia defiende unilateralmente. Por eso lo celebró con un vergonzoso y manipulador espectáculo multimedia de índole catequética que ha sido rechazado de plano por todos los especialistas de historia del arte y de gestión de monumentos del mundo. Con el empeño de llevar la carrera oficial de la Semana Santa al peligroso entorno de la Mezquita con el absurdo (y se ha revelado que imposible) empeño de que todos los pasos ocupen el interior de la Mezquita como uno más de los apropiamientos de todos sus espacios por el catolicismo yihadista. Y por último organizando dos pantagruélicos banquetes cofrades en dos años que hemos pagado entre todos los cordobeses (no es cierto que haya habido beneficios para la ciudad si se descuenta el desembolso público) en los que se ha puesto patas arriba la ciudad sólo para que unos miles de católicos aficionados a ellos se atiborren de los productos que consumen. Y por supuesto para que la Iglesia Católica haga una enorme demostración de fuerza para tratar de mostrarles a los políticos y a la sociedad toda cuáles son sus poderes y cómo tiene un ejército propio de cofrades a su estricto servicio para cuando sea necesario. Porque las cofradías, a pesar de lo que han defendido (no creo que ya muchos sigan haciéndolo) ciertos sociólogos y antropólogos están férreamente dominadas por la Iglesia y no son estructuras asociacionistas populares. Sino el brazo armado en la calle de la Iglesia. Una organización que por ejemplo debería haber sido condenada ya desde hace años en cualquier tribunal internacional de los Derechos Humanos por practicar la discriminación radical laboral de la mitad exacta de la población mundial: las mujeres.

ADDENDUM:

Una vez celebrada la descerebrada bacanal de adictos al virginismo narcocatólico la prensa cordobesa, en lugar de hacer un ejercicio de interpretación de lo que había ocurrido, de sus causas y de sus efectos, positivos y negativos, se deslizó melifluamente por la untada pendiente de las loas mermeládicas, las alabanzas almibaradas y los ditirambos merengosos. Los paganos comercios e instituciones que les permiten disfrutar de sus juguetitos electrónicos de última generación mandan. ¡Y cómo! El aparato desplegado por Los Cuatro Jinetes de Lapocachicha, guardianes de la inviolabilidad del desierto informativo cordobés, AWC, Hojilla Parroquial, El Día y Cordópolis, ha colmado de felicidad a quienes les pagan como anunciantes.

Veamos:

CÓRDOBA: Caluroso y cálido apoteosis mariano

EL DÍA : Cuando Córdoba hierve de fe

CORDÓPOLIS: La “Regina Mater” inunda Córdoba de fervor

AWC: Monumental “Regina Mater

Ni un solo artículo, ni un editorial, ni una sombra de crítica al enorme despropósito de esta manifestación de superstición e imposición de valores nacionalcatólicos franquistas que saca a Córdoba del siglo XXI y la traslada directamente a los años cuarenta del XX. No sea que quien les paga se moleste y deje de pagarles. Ni siquiera una duda ¿Alguien imagina a un médico que mate a sus pacientes, a un arquitecto constructor de edificios sin cimientos…? El equivalente normalmente aceptado es que los periodistas desinformen conscientemente… Sin que a nadie le parezca indecente. Ni siquiera a los propios periodistas. El periodismo no es que esté muerto, que murió plácidamente hace tiempo, es que ha sido resucitado mediante conjuros de magia negra, usando rectángulos de papel timbrado, y convertido en un zombi al servicio de los poderes que les ordenan lo que tienen que informar…

Uno de ellos además, la Hojilla Parroquial, en un ejercicio de minucioso enmierdamiento de hasta el más pequeño de los principios deontológicos de la profesión periodística exigibles, publicó unos días después un estudio, confeccionado bajo los más acreditados sistemas de manipulación informativa de datos, en el que cifraba unos beneficios para la ciudad delirantes según unas medias de tebeo: dos millones y medio de euros. Por supuesto sin descontarle los monstruosos gastos que el estado y el ayuntamiento tuvieron que desembolsar para garantizar la seguridad y la limpieza.

Hoy además, en el mismo medio de desinformación masivo, la Hojilla Parroquial, se recoge la respuesta del capo del narcocofradierismo cordobés a las fundadas protestas de los propietarios de negocios afectados por la batucada narcocofrade por el corte de calles y la obligatoriedad de cerrar hasta veinte de ellos, con tal exceso de celo que hasta una farmacia ha denunciado que sus clientes llegaban a ella acompañados por la policía con el fin de comprobar que efectivamente iban a donde decían ir.

El vitriólico Capo dei Narcofradismo acusa a los hosteleros de Córdoba de ABUSADORES, de robar a la clientela los días de procesión, de cobrar el doble por la cerveza esos días. Yo que los hosteleros lo declaraba PERSONA NON GRATA en sus locales y que sólo pudiera tomarse las cañas en una de esas covacha que todo el año apestan a incienso y donde se expende y se consume cofradeína sin cortar delante de los niños.

martes, 30 de junio de 2015

La Loyola o el jesuitenkapitalismus

La Universidad Loyola de Córdoba es una entidad privada perteneciente a la Iglesia Católica a través de una de sus filiales, la Compañía de Jesús, los jesuitas. Dedicada especialmente a la formación de economistas. De economistas ultraliberales al servicio del capitalismo salvaje, of course. Si alguien tiene alguna duda de la calaña moral e intelectual de la formación que pueden estar recibiendo los estudiantes en ese lugar sólo tiene que leer el análisis que del problema griego hace hoy su rector en la Hojilla Parroquial. La idea fuerza de ese análisis es que el problema griego –y ya de paso el nuestro mismo o el del resto de los PIGS- consiste en que viviendo como vivimos en un sistema –el poscapitalismo- que funciona como un mecanismo económico interrelacional bien engrasado hay pueblos cigarras y pueblos hormigas. Gente del sur manirrota y gente del norte laboriosa y productiva, presentando el asunto como una historia entre unos ciudadanos buenos y responsables que prestan dinero a otros malos e irresponsables que lo malgastan y además se niegan a devolverlo. De la intrínseca perversidad de un sistema que consagra la desigualdad entre zonas como forma principal de obtención de beneficios para las élites económicas; de la obligatoria desindustrialización del sur impuesta por las élites del norte para su conversión en campos de inversión estrictamente financieros y de paso eliminar la competencia. De la granujada de obligar a todos los griegos, financiando un elenco de políticos corruptos y unos medios de comunicación intoxicadores para ponerlos a su estricto servicio, a comprar compulsivamente armamento perfectamente inútil fabricado en Alemania y en Francia precisamente con los mismos préstamos que se les estaban dando (1); de la demostrada complicidad del propio capital financiero con las élites políticas griegas en el maquillaje de cuentas, del que toda la UE estaba al tanto, para que el país pudiera convertirse en deudor y en fuente de extracción infinita de beneficios... NADA, ABSOLUTAMENTE NADA. Ni siquiera absolutamente nada del hecho de que sea legítima o ilegítima esa deuda la realidad es que si Grecia vuelve a hacer por enésima vez sacrificios para devolverla -inútilmente, porque es profundamente insolvente- el hambre y el frío morderá cruelmente a amplias capas de población. Ésto último, de un evangélico que te mueres...

Bueno, en el fondo estos católicos modernos no hacen más que aplicar la vieja teoría del Dios Infinitamente Justo, tan justo que consagró también el libre albedrío de sus creados para cumplir o no sus mandamientos, ayudar o no a su Plan Universal, hacer el bien o hacer el mal y por tanto para merecer premio o castigo. Dios Capital es Bueno y Justo. Los explotados, hombres y pueblos, tienen la libertad de cumplir sus mandamientos y si sirven a sus fines y a su orden cósmico, recibirán bienes suficientes para sobrevivir y si no serán arrojados a pozos de miseria, hambre, devastación, guerras o enfermedades sin medios de cura. Curiosamente y en ambos casos sin tocar jamás el orden social y económico divinamente establecido que consagra la desigualdad como lubricante del sistema sancionado por Dios, el de los Ejércitos, militares o financieros.

(1) Discurso de Cohn Bendit en el Parlamento Europeo en 2010: en ese año Francia vendió a Grecia seis fragatas por 2.500 millones de euros, helicópteros por 400 millones, un indeterminado número (10, 20, 30, 40?) de aviones de caza Rafale por 100 millones cada uno. Alemania vendió también ese mismo año seis submarinos por 1000 millones... A PARTIR DEL MINUTO 4'20.

viernes, 26 de junio de 2015

Nacionalcaspolicismo


He recibido esta mañana ese aviso en mi casa. Superado el primer acceso de patidifusidad aguda seguido de explosión colérica en la que han quedado imaginariamente en lamentable estado de suciedad y mal olor todas las representaciones de los ídolos de seres mitológicos que adoran los católicos, representen a machos, hembras o bichos epicenos, me he calmado y me he vuelto a autodotar de unas justas dosis de raciocinio estándar y he sacado las siguientes conclusiones posibilistas:

A) Se trata de una broma de un gracioso virulentamente anticlerical que pretende sacarnos de nuestras casillas a los vecinos no comulgantes del barrio y acicatar nuestro amasado aborrecimiento de los capillitas.

B) Se trata de un permiso de la anterior corporación formada por la mayor concentración de nacionalcatólicos y tragacirios que jamás tuviera mando en plaza al oeste del Pedroches, no revocada por la nueva por desconocimiento o por error.

C) Se trata de un permiso emitido por la nueva corporación, cuyos responsables, militantes de partidos que dicen defender la racionalidad democrática, no ven problema en proseguir la política nacionalcatólica de sus precedentes consintiendo que el membrete municipal se sitúe al mismo nivel que el que representa sólo a la confederación local de narcocofrades y conceder a sus engominados miembros la potestad no sólo de cortar el tráfico de vehículos por la ciudad sino incluso de impedir el libre tránsito de ciudadanos a pie por sus calles y exigir, asimilándolos a agentes de la autoridad pública, a los ciudadanos que se identifiquen como vecinos de una determinada zona. En caso de que la correcta sea la posibilidad A, no tiene ni puta gracia. En caso de que sea la B, ya les vale a los nuevos habérsela dejado meter floja por los viejos capillitas. Si la que es correcta es la C paso a incorporar a los dichos representantes políticos de todos los cordobeses y cordobesas al mismo imaginario lamentable estado de suciedad y mal olor en el que dejé a los ídolos católicos en el arranque precedente de santa y justa cólera indignada.

Por otra parte, independientemente del ataque frontal que las cada vez más vivas fuerzas oscuras y siniestras del nacionalcatolicismo representado por los núcleos duros de las cofradías y el obispado a la racionalidad democrática y al estado de derecho y de la privatización de las vías públicas para el negocio de venta de entradas, la irresponsabilidad de las autoridades encargadas de velar por la seguridad de los ciudadanos está siendo absolutamente delirante y supina. El orgiástico botellón supersticioso dará comienzo la tarde de un sábado de verano en Córdoba en el que se esperan alcanzar los 42º a la sombra con contundente aviso de ALERTA NARANJA. Los palcos con asientos de plástico colocados a pleno sol que acogerán los delicados traseros de una multitud de ciudadanos descatalogados del racionalismo de avanzada edad serán sin duda una ocasión propiciatoria de alguna o bastantes desgracias de las que esperamos que los responsables den cumplida cuenta posteriormente. Las avalanchas de gentío en perfecto estado de estupidez que no haya comprado derecho a silla se prevén, como en la ocasión del anterior botellón Vía Crucis, inevitables. Esperemos que ninguna criatura acabe cayendo al río o despanzurrada en una estampida.

¡¡¡QUE DIOS LOS COJA CONFESADOS!!!

Por si no eres de Córdoba y no sabes de que coño va esta mierda AQUÍ puedes informarte. Aunque si lo que quieres es flipar en colores con el cocimiento supersticioso en que va a sumergirse la ciudad AQUÍ. Y si quieres firmar en CHANGE ORG para solicitar la inmediata expulsión de la ciudad de Córdoba del siglo XXI también podrás hacerlo.

domingo, 14 de junio de 2015

Las estupendas tartufadas del PSOE

Desde Atenas, con amor

El PSOE que surgió del contubernio de Suresnes fue siempre el más interesado en esconder la Memoria Histórica del Genocidio. Su indisimulado ahínco estuvo siempre en que no se le relacionara con el PSOE histórico, a pesar de que echara mano en su momento a aquello de los 100 años publicitariamente, en el sentido en que lo suelen hacer las marcas de coches centenarias. Desanclaje de su pasado socialista y desvinculación umbilical con la II República, mediante su apoyo entusiasta e indispensable a la II Restauración Borbónica, nada reprochable si lo consideramos una firma empresarial política que se embarcó tras esa refundación en un consciente proceso estratégico de renovación empresarial, doctrinal y formal, con el fin de convertirse en la franquicia del social-liberalismo europeo (con más liberalismo que de lo otro), un espacio virgen que los auténticos liberales perdieron claramente por acostarse con fascistas irredentos.

Por eso el emotivo acto de entrega de unas flores en el nicho del que fuera último alcalde democráticamente elegido y vilmente asesinado después de la llegada de la democracia municipal a la ciudad, que no fue precisamente en el 79 como afirma torticeramente la agencia del PP, EFE, sino sólo su manipulada restauración, por parte de la nueva alcaldesa pesoeísta de Córdoba, sus concejales y la compañía de altos cargos del partido y los periodistas que dieran fe, no tiene nada que ver con un homenaje a las víctimas del nacionalcatolicismo.

Se trató pura y llanamente de un acto autocelebratorio de reconquista. Lo que homenajeaban no era especialmente a una víctima del terror nacionalcatólico por muy socialista que fuera, ni la restauración de una legitimidad destrozada en las tapias de los cementerios, sino el hecho de recuperar una plaza para la empresa perdida supuestamente -porque ya son otra cosa- 79 años antes. La prueba es que en todos los años que han estado en el ayuntamiento, gozando de concejalías, jamás se les ocurrió promover la colocación aunque fuera de una plaquita en Capitulares que recordara al alcalde que, además de ser asesinado por sus ideas, trató de enmendar la ruina municipal tras el paso previo al 31 de varios caciques Cruz Conde, como puso de manifiesto el profesor García Parody en el libro que le dedicó. Tampoco lo hicieron los de Izquierda Unida para vergüenza eterna suya.

Si de verdad quieren homenajear a Sánchez Badajoz, no sólo por su condición de socialista sino como víctima del Genocidio podrían hacerlo con pasmosa facilidad mediante un verdadero acto de justicia histórica de carácter simbólico: promover una moción para el cambio de nombre de la calle que aún lleva el de su verdugo por el suyo. La memoria del cacique José Cruz Conde, responsable como organizador y garante del éxito del golpe de estado devenido genocidio en la ciudad de Córdoba, sigue siendo permanente e increíblemente exaltada manteniendo su nombre en la más importante calle de esta ciudad desde prácticamente el mismo día del crimen, mientras la del alcalde demócrata de militancia socialista asesinado por sus esbirros nacionalcatólicos sólo consiguió una modesta calle de un barrio periférico después de la II Restauración Borbónica. Bueno, y el ramito de rosas de los que usurpan y utilizan su legado moral.

Sólo hay que ver los enterramientos de ambos personajes situados a escasos metros uno de otro, un impactante mausoleo el cacique nacionalcatólico en el corazón del cementerio de la Salud, un humildísimo nicho apenas visible en una de las calles el asesinado alcalde demócrata. Todo un símbolo de lo que ha significado realmente la Transición/Transacción en esta ciudad, en este país.

Me dicen que la exalcaldiosa tránsfuga Aguilar asistió al acto. Su incombustible desfachatez no tiene límites. Después de una porretada de años con vara y trono en la ciudad no tuvo la santa vergüenza de colocar al menos un poquito de placa en la entrada del Ayuntamiento que recordara al último alcalde de Córdoba de la República fusilado por serlo. Aunque eso sí, no tuvo ningún empacho en homenajear a los cómplices de su asesinato, la desvergüenza de dedicar calle a un obispo fascista que bendecía los fusilamientos y el viscoso cuajo de ensalzar públicamente y negro sobre blanco al cacique falangista que presidió ilegítimamente el consistorio municipal durante el sangriento franquismo. No es casualidad que sus despojos morales hayan sido recogidos amorosamente por el PSOE.

Sea como sea, le deseo una productiva legislatura a la nueva alcaldesa, que sea sensitiva y mire la tendencia general de los nuevos tiempos. Le será de provecho.

miércoles, 27 de mayo de 2015

La apulgarada casta intelectual cordobesa

Hace tiempo que decidí no meterme con él, con el pobre abuelo historiador y además llevo un tiempo con el blog abandonado porque estoy en otras cosas, no sé si de más sustento, pero sí más absorbentes. Pero hace unos días me tocó mis santas gónadas cuando se dejó caer con un artículo en la Hojilla Parroquial a cuenta del tema del robo de la Mezquita de Córdoba por el cabildo en el que excreta mu mala baba y escupe los tópicos más dañinos, a fuer de estúpidos, sobre los que defendemos la vuelta a la propiedad pública del monumento, que él proyectó sobre el miembro de la Plataforma, Rafael Mir Jordano, que unos días antes había escrito otro contundente artículo en el mismo medio sobre el tema y en el que ponía las cosas bastante en su sitio. No fue el menor el de acusarnos de estar tramando entregar  el monumento a los musulmanes cuya religión se caracteriza por no respetar nada ni a nadie  y de ofender a los católicos sin considerar lo que ellos nos ofenden a nosotros con mucha más frecuencia y desde luego no van a ser los católicos los que den lecciones de histórico respeto a nada ni a nadie. Lo peor es que su pretensión declarada es sancionar intelectualmente la privatización definitiva del monumento, hacerlo de exclusiva propiedad de la empresa privada con ánimo de lucro en la que él consume sus productos espirituales. Y eso ya convierte el asunto en una guerra y si él es un soldado de las tropas nacionalcatólicas yo lo soy de las de racionalidad democrática. Y si él dispara desde su privilegiado puesto de artillero de puente del diario de más tirada local yo lo haré desde mi humilde patera con las armas que crea oportunas.

Se trata de Serafín Linares Roldán, al que la Cordobapedia considera historiador, así con todas las letras. El hombre, católico empedernido, lleva una sección de semblanzas históricas de personajes ilustres locales viradas sistemáticamente al sepia nacional-católico-franquista, en una revista local, Aires de Córdoba, de reparto gratuito.

Así que  como arma de guerra, me he decidido a sacar una información que guardo desde hace tiempo y que no había utilizado piadosamente nunca dada la avanzada edad del jicho, la penica que me daba y mi falta de necesidad de hacerlo. Pero ya digo que me ha tocado el gonadario y de verdad de verdad que estoy muy harto de soportar que la infumable tribu de apulgarados erudos fachas de esta ciudad tengan a su disposición los más altos púlpitos mediáticos locales para lanzar sus barbaridades al viento impunemente y encima se consideren acreedores de respeto intelectual.

La medida, no ya del nivel de historiador sino incluso de la solvencia intelectual y moral de este señor la da el que en un artículo que publicó hace tres años en la citada revista utilizase de una manera completamente seria, casi literal y piratesca, ya que no cita la fuente, una información de carácter histórico que encontró en mi blog y que no consistía más que en una divertida broma, una gamberrada de divulgación histórica que me permití para divertirme y divertir a los amigos que leen las cosas que publico y que él dio por acreditada información académica sin más investigaciones.

Efectivamente en un post de ficción histórica que publiqué hace años (I y II) inventé la historia de que el ensangrentado estuche fálico que se rebanó de un tajo Ambrosio de Morales con el afilado borde de un baúl en un ataque de arrepentimiento, tal vez por considerar haber ofendido a Dios habiendo estado jugueteando con él solo o en compañía de algún otro fraile del convento donde profesaba, había sido recogido por su vecino de celda, conservado en sal y cuidadosamente guardado hasta el día de la inhumación del humanista cordobés y padre de la arqueología española en que metido en un cofrecillo y acompañado de un texto explicativo, se introdujo con él en la caja mortuoria. Y que en el siglo XIX cuando se procedía al traslado de los restos antes del derribo de la iglesia donde se conservaban se halló el cofrecillo con los restos de las virilidades separadas del humanista arqueólogo. Y que no considerando el obispo oportuno reintroducírselo en la nueva caja, se perdió el rastro de esas inquietantes reliquias con lo que animaba a que se buscaran entre las conservadas en las sacristías de las parroquias cercanas para que si se encontrasen se les pudiese venerar convenientemente en la Academia de Bellas Caspas y Nobles Tretas de Córdoba.

El buen señor no sólo se tragó el sapo enterito que se encontró en mi blog sino que se lo llevó limpiamente y por todo el morro usándolo posteriormente para darse pisto de historiador entre sus seguidores y no tuvo empacho en ponerlo negro sobre blanco para toda la eternidad.

Y este penoso señor es el que se permite dar clases de historia y moral desde su púlpito mediático local e insultar nuestra inteligencia y faltarnos al respeto a los que clamamos contra el latrocinio eclesial, acusándonos de defensores del yihadismo islámico y de ofender a los católicos cuando nos carcajeamos legítimamente por el hecho de que el único título de propiedad que puede presentar la Iglesia para reclamar la propiedad de la Mezquita de Córdoba es un yuyu de carácter mágico-supersticioso oficiado por un obispo en el siglo XIII.

Pero el nivel general del debate en las páginas del principal medio local, la Hojilla Parroquial, también conocida como Diario CÓRDOBA, es el mismo, tanto entre defensores como entre detractores del derecho de la Iglesia a apropiarse de la Mezquita. Es un debate rancio entre rancios, entre anticlericales sobrevenidos a la vejez y nacionalcatólicos pata negra. Y en el que lo que prima es esa figura de la lógica tan cordobesa del niputaideísmo, el arte de hablar de cualquier cosa sin tener ni puta idea. Y así se pueden leer perlas tan magníficas por lo que tienen de aroma de alcanfor como la que nos proporcionaba no hace mucho el chichinabesco erudo local Solano Márquez afirmando sin que se le empañaran las gafotas de rubor que Franco quiso dar la Mezquita de Córdoba a los moros que le ayudaron a ganar la guerra. El que este señor tenga cierto prestigio como historiador  en la ciudad lo dice todo del nivel de la misma y del prestigio con que cuenta en medios locales el niputaideísmo. O lo que soltaba el otro día un sedicente doctor en Historia escamoteando un texto histórico sobre el pleito entre los cabildos municipal y episcopal por la pretensión de este último de destruir el corazón de la Mezquita, como acabaron haciendo,  (la  exigencia de respeto a la integridad del monumento por causa de su propio valor histórico artístico que exponía el cabildo municipal de la ciudad) para ofrecer sólo la según él oculta intención del cabildo municipal de perder derechos de enterramiento). Es probable que tenga razón pero desde luego es un grave desaliño intelectual y una estafa historiográfica ofrecer un juicio de intenciones en lugar de un documento.

En el otro bando pudimos leer recientemente a Carmelo Casaño dar como prueba de que la propiedad del monumento fue siempre del estado el hecho de que en las falsificaciones de la epigrafía árabe llevada a cabo por Velázquez Bosco apareciera la palabra Allah en lugar de Dios y que el cabildo tuvo que aceptarlo por fuerza, sin preocuparse de averiguar que esa palabra Allah en árabe significa precisamente Dios y es la usada mismamente por los cristianos araboparlantes.

Estos son los mimbres con que se teje la dialéctica sobre el tema de la Mezquita de Córdoba en la propia Córdoba. Los mimbres del niputaideísmo.

Y así podríamos seguir varias horas hurgando en las tripas de la hemeroteca de la Hojilla buscando y encontrando la más variada muestra del columnismo niputaideísta al oeste del Pedroches.

Mientras tanto los departamentos del ramo (Historia, Arte y Arqueología) de la UCO (siempre pía, devota de Frascuelo y de María) guardando un atronador silencio y sobre todo guardando los conocimientos arqueológicos, históricos y artísticos que atesora y que podrían perfectamente poner a disposición de la sociedad que, no se olvide, paga los sueldos a sus ilustres miembros, para ayudar a colocar el debate necesario en unos términos lo más ajustados a disciplina académica posibles. Bueno, no, algún miembro de esa casta suele asomar el morrito por las páginas de la Hojilla o de otros medios, eso sí, siempre con el papelito de fumar en modo sujeción.

Menos mal que el debate jurídico está siendo mantenido con mano de hierro y en términos absolutamente profesionales por un profesor de la Facultad de Derecho que se está dejando el pellejo en el empeño de rescatar para la propiedad pública todos y cada uno de los espacios y edificios que la Iglesia Católica le ha arrebatado con la entusiasta ayuda de los políticos herederos del nacionalcatolicismo y la desidia y cobardía de los que traicionaron los principios cimentadores de la ideología que dicen sustentar.

martes, 14 de abril de 2015

La cuestión de las estatuas (ensayo cómico taurino filantrópico)

En los últimos tiempos he tenido muy abandonado el blog –y de paso las visitas a los de los amigos que frecuento-. La causa ha sido el haberme metido de lleno en un par de proyectos de investigación y escritura que tenía en mente desde hace tiempo. Uno de ellos ya lo he acabado felizmente. O sea que por fin terminé mi librito, o más bien ensayuelo cómico taurino filantrópico, sobre la estatuaria cordobesa. Alguno de los dos o tres cercanos que lo han ido leyendo a cachos me recomiendan que lo publique en papel, pero eso es un lío para mí. Y de todas formas yo si hago estas cosas no es por afán de notoriedad o quedar “empapelado”, sino de disfrutar en el proceso, entreteneros a vosotros y si algún facha pica molestarlo lo más posible.

Creo que se me ha quedado curiosito, además de exhaustivo. Lo mejor, sin duda, el estudio del principio de los intentos de ereccionar estatua a Lagartijo y las descacharrantes reacciones que en la ciudad provocó, y que vienen a pelo y deseo que sirvan de contribución a la magna exposición que sobre el matarife fino en el Museo de los Horrores Taurinos se viene celebrando.

Si alguien está interesado en su lectura lo pongo a su disposición gratuita y graciosamente en dos formatos: en página web con todo el aparato fotográfico correspondiente o en archivo .epub para e-reader, con sólo las imágenes de los recortes de prensa histórica.

Hala, que lo disfrutéis u os ponga del hígado, según ca cual y sus cacualadas…

MODELO WEB

MODELO EBOOK

miércoles, 4 de marzo de 2015

Narcocofrades en el Hospital Infantil

Hoy he vuelto a ver en el Hospital Reina Sofía de Córdoba anuncio de que una cofradía de tragacirios católicos tiene permiso de las desvergonzadas autoridades político-sanitarias socialpollas para infectar con sus virus supersticiosos las mentes debilitadas y el ánimo desvalido por la enfermedad de los niños ingresados en las dependencias del Materno-Infantil. Nada de extrañar viviendo de esa panda de estafadores ideológicos del Régimen Castizo que por ejemplo escamotearon la reforma agraria para la que fueron elegidos por los campesinos andaluces para conceder la Medalla de Oro de Andalucía a la Duquesa cortijera de Alba.

Lo peor no es la macabrada que supone que pueda darse perfectamente el caso de que se presenten ante los niños encadenados a un palo de gotero una panda de engominados de caracolillo traspescuecero y puedan decirles:

- Hola, queridos niños, ¿cóoooomo están ustedeeeee? Somos los chicos de la Agonía, la Sangre, la Expiración, El Sepulcro y el Santo Entierro que venimos a alegraros la tarde tocando para vosotros unas marchas procesionales tituladas "Amargura" y "El Mayor Dolor"...

No, lo peor es lo que conté hace ya cinco años cuando descubrí por primera vez que esos intoxicadores y corruptores de la infancia desvalida tenían acceso libre a los pobre niños enfermos:

EL CÁNCER COFRADE INVADE EL HOSPITAL INFANTIL DE CÓRDOBA

lunes, 23 de febrero de 2015

Córdoba decimonanista

Ni con todo el sulfuro de selenio del mundo podría eliminarse la caspa que cubre el pelazo moral de Andalucía.

Fuentes bien informadas infiltradas en el Antro Munisipal confirman que aquella terrible amenaza -más bien maldición babilónica- que nos lanzó Sandokán en su campaña electoral de sembrar la ciudad con las cincuenta y tantas estatuas de estilo remordimiento de cordobeses ilustres que el escultor vaticanista local Marco Augusto tiene listas en su estudio de Piedrasanta para ser convenientemente empedestaladas a una orden suya, puede haberse reactivado. Parece, pues, que vamos a asistir a la erección de nueva estatua en Córdoba y que ya está surgiendo a golpe de gubia y martillo del pedazo de bloque de blanquísimo mármol que el artista ha ido a mercar a la propia Carrara. Nada menos que dedicada a Claudio Marcelo, el general romano que la fundó. Como todo el mundo sabe es justo lo que Córdoba, patricia urbe histórica de capital importancia con más de cinco mil años de existencia pero que ni siquiera cuenta con un Museo de la Ciudad –como si tiene verbigracia la vecina Badajoz- o un plan de explotación de yacimientos arqueológicos que no pase por el arrasamiento puro y duro de los restos, necesita. Más que nada para seguir la tradición que cultivan secularmente sus autoridades –de todos los colores- de convertir su cultura y su historia en un catálogo de rancias actividades carpetovetónicas y siniestros españanegrismos u homenajes de esencia decimonónica a la apulgarada memoria de sus preclaros hijos y la de supuestos benefactores hace siglos difuntos. O sacrificar su dignidad al Moloch del turismo de masas. Córdoba como pastiche. Córdoba kitsch. Cordocaspa. Capital de reaccionarismo estético. Y también del ético. Onanismo decimonónico.

La estatua presidirá el trampantojo anastilósico del templo romano de la calle que lleva el nombre del homenajeado a la espalda del propio Antro Munisipal. Como todas las demás obras del autor esta escultura emitirá un discurso rabiosamente vanguardista que reside en nuestros días en una factura de acojonante realismo, tanto que seguro servirá de entretenimiento buscarle parecido con alguna gloria local actual. Aunque esperemos que no se parezca a ninguno de los lumbreras locales que la han encargado o al menos no al modelo de arcangélicas esculturas fuengirolinas por antonomasia: Sandokán. Por cierto que nuestro pirata malayo está loco de contento con la idea, porque se considera a sí mismo, mano a mano con los propios Papas, mecenas del artista, varias de cuyas obras se erigen imponentes en el Paseo de las Esfinges que da entrada al Palacio de la Chilindrina China, también conocido como Arenal 2000. Pesiosas. La erección se completará con un teatrillo que durará varios días en el que el autor dará los últimos martillazos en la propia ubicación in situ de la obra ante el curioso público que sin duda convocará esa genial idea de nuestro impagable concejal de Casco Antiguo, o más bien Jurásico. Sandokán por su parte ha propuesto que a ese san Claudio Parselo se lo nombre santo patrón de los colonos de chalete y piscina ilegales de la exvega cordobesa.

Pero si la amenaza de esa erección ya está prácticamente cumplida hay otra que pende sobre nuestras molidas paciencias como una faca de muelles de Damocles. Porque a quien Fray Jaén Paleocascorro, nuestro brillante politoxicofrade concejal de Asuntos Estatuarios y más aguerrido adalid del nacionalcatolicismo municipal rampante, tiene en la cabeza erigir estatua en Córdoba es a su ídolo espiritual e histórico y personaje de rabiosa actualidad: el Rey Fernando III El Santo. Se lo cuenta a todo el que entra en su despacho. Y la tiene tan en la cabeza que ya la ha diseñado y todo. A caballo y blandiendo temible espada matamoros. Lo que no sabemos es en qué privilegiado lugar de la ciudad el trigeminado (pertenece a tres cofradías) concejal la colocaría, pero mucho me temo que tiene el centro mismo de La Corredera en mente. Como purgativa corrección del desagradecimiento secular de los cordobeses que nunca decidieron homenajear como merece –lo que sí hicieron los sevillanos- a quien restituyera al catolicismo esencial español la ciudad que le arrebatara la pérfida morisma siglos antes. Lo cual no tendría más importancia si no fuera porque fue esa guerrera acción la que permitiría que 780 años después se celebraran en Córdoba cincuenta procesiones en la Gran Semana Gore, doscientas cincuenta extraordinarias a lo largo del año y las varias docenas de infantiles organizadas por los colegios públicos y privados de que disfrutaremos en nuestras calles en breve.

A ver, Fray Jaén, te voy a regalar una idea para inmortalizaros al alcalde y a ti si conseguís hacer ereccionar al Santo Rey. Al caballo real hacedle esculpir dos buenos cojones, más grandes aún que los que luce el del Espartero, y a vosotros que os inmortalice en bronce, cada uno debajo de uno de ellos en la famosa pose de Rómulo y Remo bajo la amamantadora loba del Capitolio de Roma, con las manitas tal cual y todo… ¿A qué mola? De nada, hombre.

domingo, 22 de febrero de 2015

Cordobestias de pelo en polla

Hace unos días os hacía partícipes aquí mismo de cómo el Arqueobispo Metropolitano de Córdoba se lamentaba amargamente, cual desolada reencarnación de Boabdil ("llora, llora..."), en las páginas de la Hojilla Parroquial de que el yacimiento del Arrabal de Saqunda (s. IX) estaba siendo parcialmente tapado por las autoridades municipales sin las debidas salvaguardas de protocolo y profesionalidad que su dignidad e importancia arqueológica merecerían, aparte de por el incumplimiento flagrante de la normativa oficial de protección del patrimonio arqueológico que la legislación contempla. Para montar una placilla de toros portátil en la que selebrar performanses cutrehistóricas de gradiadores y cuadrigas de esas con que los romanos entretenían los escasos ratos libres que les quedaban entre construcción de acueducto y erección de anfiteatro. Hoy hemos podido comprobar el grado de caso que la autoridad municipal competente ha hecho a su denuncia ante la Junta. El orodentado encargado municipal de Pedruscos Viejos, Jodidos Escollos para el Pogreso Esplendoroso de la Suidá y Mariconadas las Justas con el Sagrado Ladrillo sa meao en toa su boca. ¿No te gusta cómo lo hicimos cuando lo de la placilla de toros? Pos ahora te vas a enterar, so tocapelotas… ¿Geotextil y zahorra? Naaaah... Venga, camiones de barrazo y pedruscos sobre las putas ruinas de mierda… ¡onvre ya, con los pegos!

jueves, 5 de febrero de 2015

Los cordobestias no descansan

Hay ocasiones en las que te dispones a sacar una foto que sustente la denuncia de alguna barrabasada urbanística que se haya perpetrado en tu ciudad y descubres de pronto que la imagen que tienes delante sobrepasa ampliamente esa tu intención primaria, trasciende la categoría de lo empírico y accede por si misma a la de lo simbólico o lo esencial, a la manera en que ciertos retratos de rostros captan la psicología que se esconde tras la piel de un humano y se convierten en retratos de su concreto paisaje moral.

Esa imagen que encabeza esta entrada podría servir de inspiración, si existiese hoy, a un Goya para pintar un cuadro de eso que los esencialistas chovinistas locales llaman en sus pregones y exaltaciones folklofrikis el alma de Córdoba y que normalmente sólo hace referencia a sus pruritos solipsistas o directamente masturbatorios y nunca a un amor demostrado con el cuidado y la defensa del patrimonio de la ciudad.

Para quien no conozca el lugar y la circunstancia que refleja esa imagen le explico: en primer plano esa especie de vaguada con piedras diseminadas en el suelo que se extiende al borde de la valla son los restos arqueológicos del arrabal andalusí de Saqunda. Hasta hace una semana su estado era el que se aprecia en la foto de abajo: mantenidos en un desolador abandono a la intemperie desde que hace diez años los responsables de la cosa cultural e histórico-patrimonial de la ciudad ordenaran el fin de su estudio, pero intactos y supuestamente protegidos –mal, muy mal- por imperativo legal de las normativas municipales y autonómicas. Desde hace una semana –primera imagen- la mayor parte de los restos del sector oriental de la excavación ha sido brutalmente colmatada con varias toneladas de arcilla común derramada al tuntún por una flota de camiones volquetes y su superficie aplanada por varias máquinas aplanadoras. La causa por la que se realizaron semejantes maniobras destructoras del patrimonio arqueológico cordobés se aprecia perfectamente coronando la meseta recién construida directamente sobre los restos arqueológicos del arrabal: la instalación de una plaza de toros portátil. En ella se han celebrado este fin de semana espectáculos circenses pseudocutrehistóricos de carreras de cuadrigas y luchas de gladiadores que en el marco de la feria romana –sustituta de la medieval que hasta el año pasado usaba la plaza de la Corredera- se monta en la península fluvial de Miraflores.

Como la cordobestiada ha sido en esta ocasión cosa municipal parece que alguien se ha quejado a la Junta. Ese alguien es el arqueobispo metropolitano, o sea el catedrático de arqueología de la UCO. En una noticia de la Hojilla Parroquial dice que él no quiere molestar a nadie (también dijo que en lo de la manipulación de la historia de la Mezquita no quería entrar en polémicas). Lo que ha denunciado es que ese cubrimiento se hizo sin garantías protocolarias. Nada más. Para no molestar más de lo estrictamente necesario, claro.

No es ni muchísimo menos la única –ni probablemente la última- de las salvajadas que ha sufrido el patrimonio histórico artístico de la ciudad sin que a sus habitantes les importe una higa. A dos tercios de los mismos lo único que les hace vibrar sus fibras sensibles es berrear dominicalmente en el espectáculo asnal de las coces en campo de hierba. Y a la mayoría la regurgitación anual de la España Negra de los Autos de Fe de hachón y capirote. Ello explica que sus mandarines culturales y encargados de la protección del patrimonio histórico artístico hayan podido conformar impunemente desde hace cuarenta años la mayor patulea de incompetentes en su gestión y competentes en su destrucción de toda la España posfranquista. Y pertenecientes a todo el espectro político local, desde los comunistas hasta los neofranquistas actuales, pasando por los centristas y de las JONS y los eternos socialdedócratas autonómicos. Y ayudados por toda la putrefacta y vendida prensa local.

Se trata, pues, de una metáfora de las actuaciones de esa casta política que mientras vendía la charanga cultural–circo romano de la Expo 92 destruía sin piedad un monumento tardoromano de tal importancia que ya se estudia en los libros de texto de todos planes educativos especializados europeos, excepto, claro, los españoles. Para hacer la estación de tren que nos exigía Europa para colocarnos su tecnología ferroviaria.

Un verdadero lobby de espabilaos que montaron para la carrera de cuadrigas de la capitalidad Cultural Europea de 2016 como acto estrella el enorme despropósito de la Tomatina Flamenca mientras el resto del año pasaban del flamenco como de la mierda y como colofón la performance de reunir a miles de cordobeses uniformados con una estúpida camiseta azul dando saltos y pateando sobre un puente milenario para exigir al Mister Marshall europeo que nos pasara unas pelas porque éramos más culturales quel copón bendito Porque Yo Lo Valgo, mientras el mayor tesoro monumental con que cuenta la ciudad, la Mezquita, estaba siendo robado jurídicamente y violado simbólicamente mediante la falsificación de su ADN histórico-artístico por la mafia vaticana mientras ellos miraban, con perfecta conciencia de que lo hacían, para otra parte. Y que daba luz verde a la destrucción de un arrabal aristocrático y una almunia con más niveles de ocupación que Medina Azahara para construir dependencias de un hospital. Eso en una ciudad que fue capital de Al Andalus y en la que ni siquiera se les ha pasado por la cabeza fundar un Instituto de Temas Andalusíes que la convirtiera en referente mundial del estudio y del conocimiento de un esplendoroso un pasado intelectual propio que se estudia en las universidades de todo el orbe.

Una casta que mientras cultivaba el ensalzamiento hasta el delirio paranoide y elevaba a símbolo inmarcesible del alma estéticamente pura del pueblo llano cordobés un fenómeno tan digno de estudio sociológico y político como los patios de vecinos pobres a los que el franquismo obligó a acunar el hambre y el miedo encalando las paredes de sus infraviviendas y regando sus macetas con una lata atada a un palo, se convertían en los celadores de los intereses privados de los constructores roepalillos ofertando lacayunamente sus servicios oficiales para vaciarles de restos arqueológicos los terrenos en los que construir las adocenadas colmenas con las que limpiaba sus negros dineros la banca colonial alemana. La destrucción alentada por esa casta no ha sido moco de pavo y nos ha convertido en los ostentadores del título del guiness de los record como la CIUDAD DEL MUNDO que más patrimonio arqueológico de importancia capital ha destruido en menos tiempo. Casi un millón de metros cuadrados de arrabales califales del siglo X en 10 años sin que ni uno sólo de esos metros haya sido musealizado y sin que los resultados de los estudios –de cuya competencia y seriedad en algunos de ellos dudan voces autorizadas- hayan salido nunca de los cajones de los despachos de los responsables.

De la importancia del complejo arqueológico de Saqunda ya he hablado en otras ocasiones. Excavado, a pesar de que se conocía su existencia, sólo cuando se planteó su destrucción para servir de cimientos al fruto eréctil de la Maldición de la Estupidez Contemporánea, pero vencida justamente por la Maldición del Emir, se trata de un yacimiento de una importancia histórica inconmensurable, un arrabal, bastante mayor que cualquier ciudad europea de la época (principios del siglo IX), que se alzó en rebeldía contra la tiranía de un emir y que fue arrasado y condenado a no volverse a levantar nunca, mientras que los habitantes sobrevivientes a la masacre, unos 15.000 cordobeses que habían dado muestras de un raro valor para estos pagos, fueron enviados al exilio, el primero de los exilios documentados en la historia de la península Ibérica, un solar que tan pródigo en ellos fue siempre. La mitad de ellos se instalaron en Fez donde fundaron otro enorme arrabal que aún existe. Los demás atravesaron el Mediterráneo, fundaron una república independiente en Alejandría durante diez años hasta que, expulsados finalmente y de nuevo de allí, conquistaron y fundaron un emirato en la isla de Creta, que pervivió próspero y culto durante más de un siglo y medio, a cuya capital llamaron precisamente Arrabal y cuyos gobernantes llevaron orgullosamente hasta el final de la dinastía el título de al-Qurtubí. Una hazaña colectiva que deja a muchas de las que pespuntean de orgullo las apulgaradas glorias oficiales nacionales (conquistadores de América, almogávares, las del Gran Capitán, etc.) a la altura del betún.

¿Alguien conoce en esta ciudad esos hechos, el nombre de su líder y su importancia histórica en la Historia del Mediterráneo? Cuatro colgaos aficionados a la historia que vemos con infinita tristeza cómo sus paisanos prefieren las charangadas de vendedores de queso de tetilla y chorizo al infierno con disfraces de antiguos que lo mismo sirven para una feria medieval, una romana o una chichimeca, a que se les proporcione alimento cultural pata negra, conocimiento cabal del pasado y su proyección en el presente. Porque está visto que en Córdoba si la cultura no está aromatizada con el pestazo a fritanga no interesa a nadie.

Durante mucho tiempo muchos de esos colgaos esperamos que algún día las lumbreras culturales locales espabilarían y pondrían en valor al menos un cachito de arrabal y colocarían una simple placa que recordara a aquellos cordobeses y aquellos sucesos de nuestra historia. A cambio nos encontramos un día con que habían erigido un monumento, justo en el corazón de lo que fue el arrabal, ¡¡¡a la Virgen del Rocío!!!, un avatar de la diosa madre de los católicos asociado al nacionalcatolicismo y al señoritismo secular de caballo, látigo y escopeta.

Claro que finalmente eso se nos aparece como una simple mindundada si tenemos en cuenta que una de las últimas hazañas de las lumbreras culturales locales, antes de la destrucción salvaje del arrabal, ha sido la colocación de un pedazo de placa de bronce dorado en el suelo de la plaza de la Corredera. En esa placa se constata rimbombantemente que en un concurso organizado por un programa basura de una cadena de de televisión de cretinización masiva la Plaza de la Corredera había sido elegida a golpe de msm por sus distinguidos telespectadores "LA PLAZA MÁS BONITA DE ESPAÑA".

Tal vez algún día, si vuelve la cordura a esta ciudad, junto a esa placa unos avergonzados descendientes colocarán otra en la que se reconozca que "EL POLÍTICO QUE MANDÓ COLOCAR ESTA PLACA FUE ELEGIDO COMO EL MÁS TONTO DE ESPAÑA." Y que serviría de homenaje al paradigma cultural cordobés.

viernes, 5 de diciembre de 2014

Maldiciones: duelo a muerte en Miraflores

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Non colonne vogliamo, non fontane:

pane vogliamo, pane, pane, pane.

(Pasquín romano del siglo XVI)

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Aprovechando que estos días toca una vez más regurgitación cíclica del tema del CENTRO DE CREACIÓN CONTEMPORÁNEA, vulgo C4, a cuenta del último movimiento trilero que la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía nos ha montado para hacernos creer que aún hay vida más o menos listilla en sus despachos me he acordado de una conversación que tuve recientemente con mi amiga P.

Mi amiga P. es italiana, historiadora medievalista, una enamorada de Córdoba y fascinada por los sucesos que ocurrieron en el arrabal de Saqunda a principios del siglo IX: un emir omeya, que se empeñó en freír a impuestos a sus súbditos con el fin de pagarse un ejército de mercenarios que le protegiese de esos mismos súbditos cuando se levantasen contra él por haberlos fríto a impuestos con los que pagarse un ejército con el que…. Así, cuando este sencillo bucle profético se cumplió y el pueblo se levantó y trató de tomar el alcázar con el confesado fin de convertir al emir en almóndigas, éste ordenó al ejército que se había comprado que entrara en el arrabal principal de la ciudad y pasara a cuchillo a sus habitantes. Además hizo crucificar a varias decenas de sus cabecillas y en un gesto supremo de misericordia se limitó a mandar al exilio al resto de la población, que sumaba varios miles. Fue el primer gran exilio constatado documentalmente que ocurrió en este país cuya historia está empedrada de exilios. Después dio la orden de arrasar todas las casas sin dejar piedra sobre piedra y lanzó una terrible maldición: que por los siglos de los siglos no se volviese a construir edificio alguno en su solar.

Hace un par de meses P. pasó por aquí y vino a visitarme. Mientras enfilábamos hacia el lugar donde ocurrieron aquellos hechos le informé de que el Ayuntamiento había decidido homenajear a esos héroes cordobeses colocando en medio de la península donde estuvo el arrabal un monolito que honrara su memoria. Y se lo señalo en la lejanía cuando pisábamos la mitad del puente de Miraflores. Saltó de alegría y la adiviné relamiéndose por dentro pensando en la foto que se haría posando junto a él. Pero pronto se le congeló la emoción y me atravesó con una mirada enfurruñada cuando se acercó lo suficiente como para descubrir que le había gastado una broma y que el monolito que había visto a lo lejos era en realidad un pilar coronado por la imagen de uno de los avatares de la deidad femenina de los católicos, una que llaman del Rocío, asociada al señoritismo tradicional andaluz, que no tiene nada que ver con la ciudad y menos con ese lugar concreto y que había sido colocada hacía menos de un año por la presión de un poderoso lobby de sus adinerados adoradores de caballo y espuela. ¿Y –me preguntó alarmada- el de los exiliados cordobeses que aquí vivieron y que acabaron unos engrandeciendo la ciudad de Fes y otros, en una hazaña comparable a la epopeya americana, conquistando y colonizando la isla de Creta y fundando un próspero emirato que duró 160 años y cuyo último monarca llevó hasta su muerte y orgullosamente el sobrenombre de El Qurtubi (El Cordobés)? Anda, respira, hija… Nada, de esos –le informé- el noventaicinco por ciento de la población de esta ciudad no tiene ni puta idea de que hubieran existido.

Nos sentamos en un banco a la sombra de la deidad femenina, al borde del enorme socavón informalmente alambrado donde la vegetación salvaje resquebraja pacientemente los cimientos del viejo arrabal dejados al descuido y la intemperie desde hace años y frente al perfil histórico de la ciudad. Allí me dispongo a contarle una historia de luchas titánicas y mitológicas ocurridas recientemente en este lugar.

Aunque en esta ciudad nadie sepa nada de la grandeza y tragedia de aquellos cordobeses y los restos arqueológicos de los cimientos de las que fueran sus casas, sus mezquitas, sus posadas, sus pozos, hayan sido minuciosamente destruidos tras ser descubiertos por los arqueólogos unos y yazcan cubiertos de jaramagos otros, sin que a ninguna autoridad cultural se le haya ocurrido poner no ya un parque arqueológico o un monumento, sino ni siquiera una miserable plaquita como recordatorio de aquellos memorables y terribles sucesos ocurridos hace 1.200 años, una fantasmagórica influencia sigue perfectamente viva: la Maldición del Emir.

Durante esos 1200 años en toda esta península que forma el meandro del Guadalquivir y cuya totalidad ocupara el desgraciado arrabal, la Maldición del Emir se ha cumplido inexorablemente. Nunca se construyó en ella ni una sola casa. La sombra del cruel al-Hakam ibn Hisham como la de una enorme y siniestra ave de mal agüero la ha sobrevolado todo ese tiempo sobrecogiendo el ánimo de todo el que osara poner ladrillo sobre ladrillo.

Hubo que esperar a los años bisagra entre milenios, finales del siglo XX y principios del XXI, para que la vieja Maldición del Emir viera amenazada la influencia de sus maléficos superpoderes por los no menos poderosos de una nueva maldición no menos maléfica que le hizo frente: la Maldición de la Estupidez Contemporánea. Sus huestes las formaban un cogollito de aguerridos políticos, arquitectos y constructores subidos a una inconmensurable joroba de soberbia que decidieron remover los milenarios restos intocados para construir sobre ellos sofisticados edificios hipervanguardistas de la muerte.

Ambas terribles maldiciones cruzaron sus flamígeras espadas como Saruman y Gandalf en la Roca del Destino para que Éste decidiera cuál de las dos prevalecería en la vieja península de Miraflores. La Maldición del Emir se defendió bien al principio y ganó la primera batalla: los soberbios que pretendieron construir en ella el grandioso, atrevido y rompedor edificio del Palacio de Congresos de Rem Koolhaas se comieron una mierda, además de diez millones de euros de las arcas públicas, que se perdieron de paso por extraños conductos digestivos como castigo colectivo por el inaudito atrevimiento de olvidase de las palabras del terrible omeya.

Pero en la segunda batalla la vieja maldición emiral ya se encontraba cansada y herida y la moderna maldición de los soberbios contemporáneos consiguió arrinconarla lo suficiente como para permitirles medio terminar otro mamotretazo: el Centro de Creación Contemporánea. Con todo y con haber quedado maltrecha, la vencida y malherida maldición medieval aún tuvo fuerzas para sacudir de refilón con su cola sagitaria el rostro de aquella gente soberbia y convertir, parece que para siempre, el fruto de su delirio ejecutado en un edificio fantasmagórico.

Mi amiga se sonríe y me dice que le ha gustado mucho la historia pero que considera que me paso siete pueblos en mi apreciación de los esfuerzos de esas buenas gentes, aparte destrucciones arqueológicas que a ella le duelen particularmente, por convertir la desierta península en un motor de riqueza para la ciudad. ¿Que me paso? Bien, ella lo ha querido, porque ahora la castigaré contándole la verdadera historia, esta vez libre de mitologías, de los dos edificios que allí se planearon como motor de arranque para el progreso de la ciudad.

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EL PALACIO DEL SUR

Llatzer Moix en su libro Arquitectura milagrosa pone en relación la histórica y apabullante, la milenaria sumisión hispana al catolicismo con la arraigada creencia en los milagros que persiste aquí y aún en tiempos y en personas completamente secularizados. Como un edificio icónico, espectacular, el Guggenheim, fue capaz de obrar el milagro de recalificar una ciudad, Bilbao, poniéndola en el mapamundi de las maravillas contemporáneas, todas las ciudades, pueblos, e incluso barrios de este país podrían gozar del mismo milagro> edificio icónico> alfiler en los mapas. Cuenta, por ejemplo, cómo hubo un tiempo no muy lejano en que un alcalde de una gran ciudad entregó un gran solar a un arquitecto estrella para que construyera allí lo que él quisiera. Una vez construido ese lo que fuera y debidamente firmado por su autor ya verían si se usaba como biblioteca, museo o centro de la tercera edad. Lo importante era que el arquitecto-santo obrara un milagro de ladrillo, pagado eso sí cada uno de ellos a peso de oro, que pusiera a su ciudad en el mapa. Es el mismo mecanismo fenoménico, según Moix, que el deslumbramiento que sufrieron los pastorcillos por las apariciones marianas de Lourdes y Fátima.

La Cidade da Cultura de Santiago y la Ciudad de las Artes y las Ciencias en Valencia son los casos más extremos de priapismo político-arquitectónico, pero desde luego no son los únicos. Como dice Moix hubo un tiempo en que la mayoría de los políticos con poder de decisión de este país obnubilados ellos mismos por la capacidad milagrosa de la arquitectura icónica o asesorados por alucinados gurús con intereses más o menos evidentes u ocultos, sacaron adelante proyectos que no surgían del adecuado estudio de las necesidades reales de sus comunidades y que dieron lugar a operaciones poco meditadas, sobredimensionadas, innecesarias, costosísimas (sufragadas con dineros públicos) y en la mayoría de los casos ruinosas.

Los políticos de Córdoba, una ciudad gobernada por entonces por los herederos del socialismo racionalista a los que se les suponía una sensatez distributiva muy por encima de la de la rancia derecha franquista y de la socialdemocracia devenida centro-derecha civilizada, esta última embarcada en el carísimo Suflé Propagandístico de la Expo-92, no supieron sustraerse a ese pecado de soberbia e irresponsabilidad fundante de la sociedad del espectáculo contra la que se supone que estaban en política para luchar, y quisieron también su santo milagroso, pero además, ya puestos, lo quisieron más haiga que el del vecino. Es así como un cogollito de estetas alucinados, comandados por un arquitecto, se hicieron con el poder decisorio de lo que había o no había que hacer para revitalizar el tejido cultural y económico de la ciudad en un momento en que la traidora plata dulce que venía de Europa corría que era un gusto. Algunos pronto empezamos a sospechar que lo único que les movía era materializar su soberbia y sus sueños estéticos vanguardistas en obras que colmaran su gusto exquisito y de paso el bolsillo de los constructores y las expectativas del mercado, antes que crear un tejido conjuntivo cultural, artístico y social lo más amplio y profundo posible con base en las necesidades de expresión y educación de los ciudadanos usuarios de la ciudad. Hagamos un Centro de Congresos tan descomunal y firmado por un arquitecto tan estelar que las generaciones venideras nos tomen por locos. Al final los hemos acabado tomando por otra cosa. En una ciudad que sólo vive del turismo cultural basado en los restos que perviven de su esplendoroso pasado, pero que estaba en pleno proceso de arrojar a la alcantarilla de la historia el petróleo que iba apareciendo en su subsuelo, en la que puede considerarse la mayor destrucción de restos arqueológicos perpetrada en menor tiempo de la Historia de la Humanidad y el único record del Guiness a que puede aspirar; inserta en un nicho de feroz competencia entre tres ciudades vecinas a menos de 16o Kmts. con Centros de Congresos que además empezaban a demostrarse negocios ruinosos por esa misma competencia; en la que el mayor empeño a que se podían dedicar los esfuerzos políticos y económicos de la ciudad era a tratar sustraer por pura higiene democrática la cultura y las relaciones sociales a las instancias e instituciones más reaccionarias que las mantenían secuestradas para adecuarlas por fin a los tiempos constitucionales… En esa ciudad se decide la locura de construir un edificio de tamaño descomunal, de presupuesto descomunal y de irregularidad adjudicataria de su diseño por el jurado descomunal. Alguien decidió que ESE era el edificio justamente que la ciudad anhelaba, no ya por encima de los mínimos criterios de necesidad, sino incluso de los de estricta justicia competencial respecto a otros proyectos más razonables. A mí me gusta y punto, que paga el pueblo. Un icono / edificio emblemático de estirpe guggenheimiana en una ciudad que ya posee uno de los iconos / edificios emblemáticos más importantes y reconocibles del mundo: la Mezquita. Parece ser que el escritor Vicente Verdú, miembro de aquel liberal jurado, fue uno de los pocos o tal vez el único que se horrorizó por la posibilidad infértil de que aquel enorme falo de frío vidrio y acero pudiera alzarse un día frente a la cara milenaria y dorada de la Mezquita de Córdoba desafiando su serena respetabilidad con una jactanciosa lascivia. Diez años después y diez millones de euros menos para las arcas de la ciudad la amenazante erección ha quedado en vergonzante gatillazo.

Los responsables de aquella barbaridad aún siguen algunos en política y otros galleando impunemente en foros y tertulias sin haber asumido ni un gramo de su culpa. La culpa siempre la tienen otros, los que no estuvieron a la altura de su grandeza de alma que flota en el éter del esteticismo sublime y les robaron el gusto de ver sus sueños de reyes Midas realizados.

Pero afortunadamente esa impunidad no ha sido total. La Maldición del Emir maniobró en la oscuridad, que es donde maniobran las buenas maldiciones, para procurar que recibieran su merecido castigo: quedar inmortalizados ya de por vida en un libro de referencia de aquel fenómeno, La arquitectura milagrosa de Llatzer Moix en el nítido retrato que les hizo con sólo cuatro trazos en las escasas líneas que dedicaba a la Estafa Cordobesa del Palacio del Sur:

Hemos visitado diez escenarios. Pero podríamos haber visitado más. Córdoba, por ejemplo. Allí, el jurado que debía fallar el concurso del Centro de Congresos estuvo dudando entre premiar a Zaha Hadid o a Rem Koolhaas. Los políticos apostaban por una obra de Hadid, mujer de orígenes musulmanes y por tanto, en términos de imagen, candidata idónea para construir entrado el siglo XXI en la antigua capital del califato omeya. Pero Koolhaas, que llegó en jet privado y exigió hotel con piscina, supo defender su proyecto con tanta brillantez como displicencia y subyugó a los arquitectos del jurado, que acabaron eligiendo su propuesta. Pese a incumplir varias bases del concurso. Pese a trasladar su obra desde el emplazamiento previsto en la península de Miraflores, sin vistas a la ciudad histórica, hacia otro en el que sus 360 metros de fachada podían ‘dialogar’ cara a cara con la mezquita de Córdoba. (Otros no hablan de diálogo, sino de desafío). En este caso, la enseñanza sería que la cuota de responsabilidad de los jurados en ciertas obras desaforadas es alta.

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EL CENTRO DE CREACIÓN CONTEMPORÁNEA

La otra barbaridad, ésta cumplida, que la Maldición de la Estupidez Contemporánea arrancó a la Maldición del Emir fue la semiconstrucción del Centro de Creación Contemporánea, para cuya cimentación se destruyeron 15.000 mts2 de restos arqueológicos del arrabal de Saqunda. Su gestación surgió en el calor de aquella otra monumental fantasmada del 2016, aquel desquiciado, desesperado y finalmente fracasado trampantojo de querer vender a los tours operators una compuesta cultura local satinada, en una ciudad dominada oficial y casi absolutamente por la ahumada estética - y la ética- del oscurantismo y el reaccionarismo más acrisolados, con el exclusivo fin de llenar los restaurantes de gentes más o menos rubias comiendo salmorejo. Se trata de un edificio de diseño muy original que, pese a encontrarse perennemente a medio terminar, ya empieza a ser un clásico en las revistas especializadas de arquitectura por su estructura y decoración en celdas de las que se resalta su parentesco con la concepción abierta y diacrónica de las construcciones religiosas islámicas. Eso más o menos vienen a decir aunque a algunos nos recuerda más bien la estética de las parroquias de barrio de los 70 con o sin cura progre incluido. Probad a ponerle mentalmente un campanario del mismo estilo en una esquina…

Los centros de creación contemporánea son un producto típicamente europeo que consiste más o menos en habilitar espacios dentro de edificios públicos donde los artistas sin posibilidades de contar con talleres, herramientas o los materiales adecuados para realizar sus obras los encuentran a su disposición, les son habilitadas salas de exposición y se les proporcionan las plataformas publicitarias convenientes para su difusión. Los modelos son variados, desde el sistema de becado completo hasta módulos de oferta parcial. Y funcionan bastante bien por lo que tengo entendido. En España los pioneros y modelos de gestión y eficacia son Arteleku de Donosti y Bilbaoarte de la capital vizcaína. En ambos primaron claramente desde un principio para su puesta en funcionamiento los criterios que apuntaban a dirigir el máximo pico presupuestario a la oferta de oportunidades para los artistas, sobre los réditos políticos propagandísticos de los responsables.

ARTELEKU, perteneciente a la Diputación Foral de Gipuzkoa, nació en los años 80 adaptando una vieja fábrica de suministros eléctricos en las afueras de Donosti. La filosofía de la institución la condensó la investigadora Miren Gaio en el siguiente párrafo a él dedicado:

… La creación de un espacio autónomo dedicado a la práctica artística y la formación, frente al más visible espacio de exhibición, y se explica por una voluntad política real de fomentar el arte no como instrumento de representación de la política sino como bien común, voluntad sustentada por una fe casi mesiánica en el valor simbólico del arte.

BILBAOARTE nació unos años después, cuando aún el Guggenheim no estaba acabado, por voluntad de la concejalía de cultura del Ayuntamiento de Bilbao que vio la necesidad de crear un espacio para fomentar y sustentar la creatividad y el tejido artístico de la ciudad para que dialogaran y complementaran con el carácter exclusivamente museístico de lo que se estaba construyendo. Yo he tenido la oportunidad de visitarlo varias veces en los últimos años y doy fe de que está instalado en el edificio de un viejo colegio en desuso desde los años 80 y adaptado y rehabilitado poco a poco a los largo de los años en los que ha primado siempre la inversión en dotación de medios al servicio de los creadores sobre los dedicados a la representación propagandística y el espectáculo mediático. Hace un año, dieciocho después de su apertura, aún había espacios interiores en espera de adecuación porque hacerlo suponía menoscabo de la función primordial de dotación de medios directos a los artistas. Se da la curiosa circunstancia que de los 36 becados de este año, cinco son andaluces. Debe ser que solicitan las becas a Bilbao porque les encanta el clima del Cantábrico más que porque el dinero de las que les corresponderían en su tierra está invertido en ladrillaco decorativo.

La comparación con el proceso de fundación de su equivalente cordobés, en el que se han gastado 30 millones de euros en los seis años que tardó en construirse, se encuentra sin dotación, sin perspectivas y lo que es peor, sin uso, sin visos de uso y sin seguridad de si existe alguna idea del mismo, es sencillamente acuchillante. Es así como hacemos las cosas en Andalucía. Aunque no ande, burro grande, grande, grande… Igual deberíamos preguntarnos por qué en el País Vasco los escándalos de corrupción son anecdóticos y en nuestra comunidad empiezan a alcanzar los sobacos de toda la clase política.

Yo sigo sin comprender la devoción que le tienen los creadores cordobeses y la absoluta falta de crítica a su construcción que se ha podido hallar en sus filas. Cuando precisamente todo el dinero que se gastó en su elevación ha sido dinero escamoteado a proyectos perfectamente posibles de los que podrían haberse beneficiado ellos, y sobre todo, sus obras y el conjunto de la ciudadanía. Ellos sabrán qué es lo que quieren...

La suerte que tenemos después de todo es que ya los cristofachas del PP no tienen la más mínima oportunidad de ganar las elecciones autonómicas porque si no aquella broma que me permití hace años de suponer el edificio en un futuro sede del Centro de Creación Cofrade dejaría de serlo. Pero si no ganan estos y lo hacen los de siempre el riesgo estará en que se convierta en un salón de la BBC, (Bodas, Bautizos y Comuniones) o en el nuevo mercado gastropijo que los de Hostiacor andan buscando o en el peor de los casos en el centro mundial del Flamenquín de Oro.

Al-Hakam, viejo cabrón, tómate un reconstituyente y relanza tu vieja maldición para que con su flamígera espada aleje definitivamente de nuestras vidas la Maldición de la Estupidez Contemporánea…