sábado, 15 de noviembre de 2008

AUTOS EXCREMENTALES (I)


Lo mismo que en la semana de feria se acumulan los espectáculos casposos en las carteleras de esta ciudad hay semanas normales en las que se acumulan los espectáculos-basura en los medios de comunicación, en feliz confluencia entre los locales y los nacionales. Esta es una de ellas.

Anoche cometí la ignominia de ver el programa ese de la tele donde entrevistaban a Roldán, yo que no veo nunca la tele y que además estaba al tanto de una higiénica campaña para boicotear su emisión evitándola y castigando a los esponsors. He de decir así mismo que sufrí mi merecido castigo con la mirada que me echó C. cuando le comuniqué mi villana intención. Pero yo siempre fui un pecador. No voy a decir que pasé vergüenza por que ya no tengo a estas alturas, y menos para ajena. Lo que sentí fue una sensación paramnésica, de déjà vu, de que me sonaba mucho la escena que estaba contemplando hasta que caí en que realmente lo había hecho sienes de veces entre cabezada y cabezada de mis duermevelas sesteras en los documentales de la 2. Tres buitres y dos buitras devorando una carroña en la sabana del Serengueti. Supongo que los detalles se extenderán mañana. Yo no conocía a algunos de los buitres del festín, aunque sí a la carroña, a la buitra que la había encontrado y a otro buitre que salió mucho en la tele hace años cuando yo me asomaba a ella de vez en cuando. Miguel Ángel Rodríguez se llama el plumífero de pescuezo pelado. Ahora mismo me he documentado en el google acerca de los otros miembros emplumados de la comilona y aparte de demostrarme aliviadamente a mí mismo que soy un analfabeto en cuestiones telebasurientas actuales me he quedado flipado de la calaña moral de los pajarracos. En concreto la que más me ha alucinado ha sido la buitra segundona, Maria Antonia Iglesias, de aspecto de comadre portalera chismosa perfectamente cultivado, de la que he podido leer que fue ¡¡¡directora de informativos de TVE en tiempos de Felipe González!!! Y que ahora ha formado pareja cómica con el otro buitre, el Miguel Ángel Rodríguez, en los programas carroñeros habituales, donde juegan perfectamente coordinados al perro y al gato. Realmente conseguí mantener como espectador el mismo nivel de impasibilidad que cuando contemplaba los documentales de la 2. Pero hubo un momento en que sentí que me sobrevenía una tremenda arcada. Fue cuando la buitra segundona arrancó un trozo de víscera putrefacta y se regodeó saboreándola frente a la cámara afirmando ante las famosas fotos de Roldán en su casa con unos amigos relajadamente semidesnudos, robadas y publicadas por el canalla que las hizo, repitiendo el mismo gesto que debió poner Ana Botella ante el video de Pedro Jota, que le parecían repugnantes. Todo un detalle más de la calaña buitresca de alguien que ha demostrado una carencia absoluta de escrúpulos incrustando su cabeza pelona en la carroña y formando una unidad casi indisoluble con ella.

La carroña se limitó a comportarse como tal, sin inmutarse, dejándose descarnar impasible por los buitres, que, no obstante su empeño, no consiguieron partir los huesos que atesoran la sabrosa médula informativa que constituye el bocado más preciado de esta especie periodística carroñera. Sólo pudieron devorar la carnaza putrefacta que estaba a la vista. Que se jodan.

Manuel Rivas en su columna de hoy, titulada Cambalache, cincela exactamente la descripción de todo ese montón de mierda, de ese Auto Excremental alegórico-siniestro que representa la miseria moral y espiritual en que estamos metidos como si un de documental aséptico de animales se tratara.

viernes, 14 de noviembre de 2008

Monse Asenjo se va con su Amigo


Monse Asenjo, el Viejo Brujo de la tribu, el mejor Hacedor de Lluvia que la nación cordomanche haya tenido nunca se nos va. Como recordaréis, este Gran Hacedor de Lluvia vino a esta tribu en sustitución de Monse Javi Martínez, que lo único que consiguió que llovieran fueron malos rollos con el Brujo Hacedor de Dinero, Monse Castillejo, por lo que fue cularmente patadeado hacia arriba como Gran Brujo de la nación granadapache donde sigue ejerciendo de Gran Hacedor de Poblemas, habilidad que le está consiguiendo gran fama en los tribunales.


Esperemos que el sustituto de Monse Asenjo que envíe el Gran Consejo Regulador de Supersticiones Arcaicas tenga tan buena mano con Manitú como él. Amén. He-ie he-he-he-ie, he-he he-ie....

Por cierto ¿Se llevará a su nuevo destino con la tribu sevillínola la supermegaguay nueva Silla Gestatoria que se había agenciado para emular a Toro Sentado o la dejará para que su sucesor vacile mogollón en el altar mayor de la Mezquita (antes mezquita)?





ÍNDICE DEL VIAJE A IRÁN:

jueves, 13 de noviembre de 2008

VISLUMBRES DEL IRÁN (I)

cartelcoran


Aunque la totalidad de la gente que sabe un mínimo de cosas sobre el Irán coincidiría probablemente en que el rasgo más acusado del país de los antiguos persas radica en la obligación que sufren actualmente sus mujeres de mantener permanentemente cubierta la cabeza yo añadiría un par de ellos más que completarían un primer vislumbre, esas primeras impresiones que algunos de mis amigos ya me han reclamado insistentemente: en Irán se da una curiosa, actual y absoluta carencia de perros y corbatas.

Y no es que estos dos últimos rasgos me parezcan totalmente mal en su mismidad. No. Considero la corbata como una de las prendas masculinas más estúpidas que han salido de la delirante mente fashionista del ser humano después de la gola renacentista y además una especie de símbolo esclavizante, de sumisión a los convencionalismos más abstrusos. Y en cuanto a los perros, no es que tenga nada contra esa noble especie animal, pero me parece demencial, claro síntoma de alguna enfermedad social, la proliferación y la importancia que ha alcanzado actualmente la crianza de especies caninas en nuestras ciudades. De ambas cosas se libran los iraníes, aunque lamentablemente, de la misma forma que el famoso hijab a las mujeres, se trata de imposiciones del siniestro gobierno de clérigos viene soportando la población desde hace 30 años. Bueno, parece ser que estas dos últimas no se pueden considerar claramente impositivas, sino disuasivas. El no uso de la corbata no está regulado por ley, sino por presión social y política. La agresiva propaganda gubernamental la considera una prenda occidental, símbolo de la corrupción moral de las sociedades satánicas (no sotánicas, como la propia) enemigas de la pureza moral del Islam. Por eso no la lleva ABSOLUTAMENTE nadie. Al menos yo no alcancé a ver ninguna, ni complementando los trajes de los maniquíes de los escaparates más elegantes en las zonas más pijas de las ciudades, ni en el cuello de viandante, funcionario o vendedor alguno.

En cuanto a los perros su ausencia se inscribe más en los rígidos atavismos que rigen las vidas de las sociedades más esclavizados por la religión, que en una expresa prohibición legalizada. Un hadiz (texto que atribuye un dicho al Profeta) viene a decir que los ángeles no entran a una casa en la que hay un perro, por lo que en las sociedades islámicas tradicionalmente los perros se han considerado meros animales utilitarios y nunca de compañía. Yo he notado cómo en otros países musulmanes de literalidad islámica menos rígida la tendencia a soslayar este probablemente absurdo hadiz ha aumentado en los últimos años, sobre todo en las zonas más pijas (más occidentalizadas) de las grandes ciudades donde pueden encontrarse locales acomodados paseando sus chuchos con pedigrí, diseminando impunemente por los jardines y calles sus cremosos zorullos. Y me imagino que esa tendencia hubiera sido la normal en Irán si no hubieran sufrido la desgracia de haber sido secuestrados por una banda de apestosos curas y sus fanatizadas fuerzas de seguridad que han impuesto como ley unos textos supersticiosos escritos en la Edad Media.

El pañuelo (hijab) en cambio sí que es una imposición legal, perfectamente regulada, complementada con la de ajustar la vestimenta femenina a los cánones fijados por unos reprimidos legisladores de callosa entrepierna. Una policía femenina (fashion police llamada sarcásticamente por muchas mujeres) se encarga de vigilar el cumplimiento de la ley llamando al orden a las casquivanas y desobedientes chicas que se pasan un pelo en el ajustamiento de las ropas al cuerpo o en el mostramiento de más volumen de flequillo del permitido. Pero la mayoría de las veces se hace innecesaria toda vez que la prenda más usada es el chador, el siniestro manto negro que cubre totalmente el cuerpo, la cabeza, y mediante habilidosas sujeciones dentales de las portadoras, los propios rostros. No es que no se vean por la calle chicas con vaqueros cubiertos hasta medio muslo por amplias camisolas y la cabeza simplemente empañolada hasta la base trasera del flequillo, fruto de una relajación de las normas sobrevenida en los últimos tiempos, pero suponen desde luego una minoría.


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Carteles situados a la entrada de las principales atracciones turísticas avisando de la obligación legal de llevar el hijab.


Como comentaré más adelante, la iraní, por chiíta, es una sociedad muy triste, obligada tradicionalmente por la ley religiosa y actualmente por la política al luto permanente. Ese es el sentido del chador, cubrir con un manto de luto a las mujeres, tradicionales obligadas al abanderamiento del mismo, por unas muertes, más o menos merecidas, de unos sujetos del siglo VII d.d.C. Ese luto obliga también a otras formas de tristeza y manifestaciones de dolor a los hombres pero como viene siendo común desde que la masculinidad se impuso como forma de dominio y control social en las primeras sociedades organizadas, son las mujeres las más obligadas al comportamiento “decoroso”.

El chador es una prenda intencionadamente incómoda. Un largo y ancho trozo de tela rectangular que las mujeres han de aprender a manejar desde pequeñas para que les cubra todo el cuerpo desde la coronilla hasta los tobillos y mediante un perenne ajuste manual cierre recatadamente sobre la barbilla y cubra la mayor parte posible de la cara. Ello las obliga a mantener siempre una mano agarrando los dos bordes superiores a la altura del cuello y a presentar siempre ese aspecto de recato o de sentir permanentemente frío incluso bajo los rigores del verano. El sentido de esa patente incomodidad es mantenerlas permanentemente ocupadas con las complicadas maniobras chadorianas. Verlas caminar, hacer las compras, comer o simplemente conversar entre ellas manejando con tanta habilidad el espantajo negro es un espectáculo fascinante. Por terrible, claro. Sobre todo comprobar cómo su uso condiciona la naturalidad corporal de las mujeres enclaustradas perennemente en él, el desarrollo de una tendencia al encogimiento malsano, por permanente, de hombros, a un gesto de sumisión como de cubrimiento simbólico, además del real, del cuerpo.

Podrán venir las musulmanas feministas más o menos islamistas, pero siempre creyentes, o los esforzados chicos de WEBISLAM a contarme las pelis que quieran, pero los ajustes vestimentarios por ley o por imposición religiosa podrán asumirse voluntariamente por las mujeres nacidas bajo el Islam, pero no dejan de ser cárceles de tela diseñadas para encerrar posibles voluntades íntimas de las portadoras de tendencias insumisas.

En una cosa sí que estoy de acuerdo con la legislación impositiva de los clérigos chiítas, lo que me ha costado una enconada defensa de posturas en las discusiones mantenidas con C. y con otras viajeras encontradas a lo largo del viaje. Según ellas el hecho de que la legislación iraní obligue al cubrimiento capilar tanto a las ciudadanas musulmanas como a las visitantes que no lo son agrava lo abusivo de la ley, poniendo, insensatamente desde mi punto de vista, el ejemplo de una sociedad mucho más rigorista como es la saudí que no lo hace. A mí me parece mucho más lógica la postura iraní que la saudí. Un agravio comparativo como ese añade más injusticia a la injusticia legal. Y lo mismo con el tema de la abstención absoluta en el consumo de alcohol, que, aunque me ha supuesto un terrible y doloroso sindromazo de abstinencia de cerveza he sobrellevado con valor y gallardía ayudado por mi voluntad solidaria con los terriblemente reprimidos borrachuzos iraníes. Hay que ser coherentes, ¿ que no?


LAS FOTOS EN MI GALERÍA DE FLICKR




ÍNDICE DEL VIAJE A IRÁN:

miércoles, 12 de noviembre de 2008

LOS TALIBANES CRISTIANOS (COMO SIEMPRE) CONTRA EL HUMOR



Comunicado de apoyo a Alex de la Iglesia


De nuevo han salido los talibanes cristianos de sus madrigueras para bombardear la libertad de expresión. Tienen la piel tan fina que no pueden soportar que nadie, ni siquiera un personaje de ficción, en un género de ciencia ficción, en una serie de humor absurdo, por un personaje que es “el malo”, diga algo que no les guste. Les ofende, pero no se limitan a este sentimiento personal, privado. Después de todo, hasta aquí no dejaría de ser un problema psicológico o, en el peor de los casos, psiquiátrico. El problema es que de ahí dan el salto hasta considerar que es necesario acallar esa voz, y ese capítulo y esa serie. De momento no han solicitado quemar en la plaza pública a todos los miembros del equipo, pero si empresas e instituciones siguen bajándose los pantalones antes sus bravatas ese día llegará o, mejor dicho, volverá, como cuando ellos mandaban. Lo consiguieron con el acoso a La Sexta, al intimidar a unas cuantas empresas, y lo van a seguir consiguiendo si no detenemos su avance.

Tiene gracia, maldita la gracia, que ellos, precisamente ellos, pidan respeto. El respeto no hay que pedirlo, hay que ganárselo; y desde luego ellos no lo merecen. Ellos, que como gran aportación a la civilización tienen en su haber el índice de libros prohibidos o la quema de libros (costumbre luego adoptada por los franquistas y por los nazis). Ellos, que tienen como emisora a un nido de víboras desde donde insultan y se burlan de todos aquellos que no aceptan su moral estreñida y con sus ideas medievales. Ellos, que tachan a los homosexuales de enfermos. Ellos, que llaman asesinas a las mujeres que abortan. Ellos, que consideran al ateísmo como el origen de todos los males… ¿Ellos son los que piden respeto? Permitan que nos riamos, aunque el asunto no tenga ni pizca de gracia.

Hay mucha gente que se siente ofendida cuando de sus impuestos se subvenciona, como en ningún país del mundo, a la Iglesia católica. O cuando con dinero público se paga el sueldo de los capellanes castrenses o de los curas que pululan por los hospitales públicos. O cuando a los niños se les inyecta la catequesis en la escuela, en vez de recibir una educación científica y racional. O cuando los políticos juran sus cargos frente a un crucifijo y una Biblia. O cuando en los funerales de Estado se impone a los muertos un rito mágico incluso ajeno, en ocasiones, a las creencias profesadas en vida. Todo eso no son palabras, son hechos y dinero. Y es para sentirse ofendido. Sin embargo, no solicitamos que se prohíba actuar a la Iglesia católica, o que se la censure. Afortunadamente, hay una gran distancia ética entre ellos y nosotros.

No vamos a entrar aquí a analizar el motivo de la “ofensa”. Alex de la Iglesia lo ha explicado perfectamente en su respuesta titulada “
Roswell y el arte renacentista”. No necesita que nadie lo interprete o lo defienda, para eso se basta y se sobra él solo. Pero si llega a leer estas líneas nos gustaría pedirle un favor: que no se autocensure, que no deje que se salgan con la suya. Que siga creando con libertad, haciendo lo que le dé la gana. Que siga usando su talento y haciéndonos felices con su trabajo. Ninguna sotana tiene derecho a fiscalizarlo. Si él cede, o Televisión Española les hace caso, estaremos un paso más cerca de la dictadura de las conciencias a la que aspiran esos ridículos integristas.

Comité Ejecutivo de la Federación Internacional de Ateos (FIdA)
08.11.08



AQUÍ PUEDES VER EL CAPÍTULO QUE HA HERIDO LA DELICADA SENSIBILIDAD DE LOS TALIBANES CRISTIANOS

martes, 11 de noviembre de 2008

LA UNIVERSIDAD DE CÓRDOBA DEVOTA DE FRASCUELO Y DE MARÍA

No es que me extrañe ya nada de lo que pueda hacer la Universidad de Córdoba (¿quién necesita una del OPUS?). Una Universidad que incluye en sus departamentos cofradías de penitencia y cátedras de religión y que organiza cursos propinados por sectas ultrareaccionarias católicas ¡¡¡que proporcionan créditos!!! a los estudiantes participantes. La última (Juventud, ¿quo vadis?), con el concurso de una mezcolanza de profesores pertenecientes a asociaciones de talante tan liberal y científico como los reseñados en la foto del elenco que cuelgo debajo y organizada a medias por la propia UCO y la cada vez más aguerrida PRESENCIA CRISTIANA, la mayor aportación cordobesa al reaccionarismo católico contemporáneo desde Fray Albino, el adaptador del Mein Kampf al pensamiento de la Iglesia Española. Claro que teniendo en cuenta el ingente suministro de pasta que suelta CAJASUR, la banca episcopal, a los ilustres profesores cordobeses, en forma de becas y otras formas de adquisición de voluntades menos escrupulosas...



Ahora se deja caer con una SEMANA CULTURA TAURINA, en la que deposicionará sus conocimientos sobre el arte de convertir un hermoso animal en una morcilla sanguinolenta, un brillante elenco de exquisitos oradores y agudos pensadores entre los que destacarán orodentados comentaristas radiofónicos, finos matarifes de figura y garbo, acaracolados cortijeros y otros miembros de la fauna torturófila.

La novedad de tal evento será la inclusión entre las conferencias dedicadas al arte de torturar estéticamente, otras acerca de los antitaurinos, esos seres insensibles a dicho sublime arte y a las que por supuesto los incluidos en el estudio estaremos sumamente atentos para conocer los planes que para nosotros tienen reservados. En vista de la manera que tienen de disfrutar...


¡BIBA LA SIENCIA!