(del laberinto al treinta)


viernes, 1 de agosto de 2008

Un tórrido blues para C.


Llegamos al ecuador del verano, la bisagra, pero también el comienzo de la mitad más desolada. C. y yo siempre pasamos el verano en casa. Íntegro. Yo disfrutando de los pequeños placeres asociados a él (amaneceres tibios, dormir bajo las estrellas, la apetencia desmedida de cerveza, el cine de verano, el mayor silencio urbano...), ella resoplando continua y desesperadamente y emitiendo infinitas variaciones del mismo mantra quejoso asociado con el calor.

Por eso para dar comienzo a mi bajada de guardia berrinchera y a los ofrecimientos musicales ya tradicionales de este mes, le quiero dedicar este blues (nada más asociado al blues que el calor) de un viejo orillero del Mississipi. Su título: Take it easy babe (tómatelo con calma, niña) contiene el mensaje cariñoso que quiero hacerle llegar.

Pinetop Perkins, el que fuera teclista de la banda de Muddy Waters, a sus 95 años se ha dejado caer con el tradicional disco de abuelo and friends. Pero a diferencia de otros trabajos similares autohomenajeadores de viejas glorias arropadas por artistas consagrados, éste no se presenta como una excusa para rebañar inmisericordemente el socarrat de sus pasadas potencias musicales, sino como un disco de cuerpo entero, sin ninguna concesión a la comercialidad, ni mucho menos a los posibles desmadres de los friends. Puro blues, pues, que deja en un lugar excelente las condiciones de conservación del viejo cantante y la discreción de los acompañantes consagrados que lo arropan.



TÓRRIDO AGOSTO, AMIGOS

lunes, 28 de julio de 2008

KARADZIC Y SUS CÓMPLICES CRISTIANOS

En El País de ayer Juan Goytisolo espeta a la opinión pública con una pregunta-verdad como un templo (cristiano):

¿hubiera durado éste (el asedio de Sarajevo) 40 meses si los asediadores hubieran sido musulmanes y los asediados cristianos?



Todo el mundo conoce la respuesta. La ONU, los gobernantes europeos, la prensa occidental, todos fueron cómplices de Karadzic. El sostén de su infinita crueldad. Los responsables por omisión de sus crímenes.

Cuando cojan al otro cabrón, Mladic, ocurrirá lo mismo. Será necesario recordar que todo el mundo miró para otro lado, el primero el militar holandés que brindó con champán con el genocida, cuando perpetró el genocidio de Srebrenica.

Esa foto perseguirá para siempre a los cómplices por omisión de esos crímenes contra la humanidad. Y planteará la duda eternamente de si aquellos hechos no fueron la semilla de tantos males como ocurrieron después.