ESPAÑA UNA, GRANDE Y CORNÚPETA
España es una Unidad de Destino en lo Cornamental
Como dice el venerable proverbio vietnamita a quien mucho se agacha se le acaban por ver las bragas. A algunos se les vienen viendo hace muchos años pero últimamente a las de algunos de esos algunos se les pueden contabilizar hasta los lavados. Uno de ellos es Rafael González Zubieta, alias El Zubi, un explumilla de los tiempos gloriosos de la Hojilla Parroquial (también conocida como Diario CÓRDOBA), cuando sólo era, aparte de un portaviones del reaccionarismo más peligroso, un coleccionable hagiografico del Orondo Cura Banquero Castillejo. Zubieta firmaba entonces un panfletillo titulado El avispero desde donde se dedicaba a atacar minuciosamente sin más argumentos que la mala leche al gobierno municipal de izquierdas que presidía Julio Anguita. Nunca consiguió nada con sus venenosas pero inanes picaduras pero el PSOE premió su constancia lanzándolo a la arena política bajo su sombra: Jefe de Prensa de la Diputación cordobesa primero y Jefe de Informativos de Canal/Cagal Sur posteriormente. Éste último cargo bastaría para enviarlo directamente al infierno de la villanía por su responsabilidad directa en el mantenimiento y gestión de uno de los artefactos cretinizadores más diabólicos que ningún gobierno español soñara nunca. Ni los vascos ni los catalanes han conseguido extender tan efectivamente los topicazos más infumables de sus respectivas supuestas culturas autóctonas entre la inerme población elevando a la categoría de hecho diferencial la caspa de raíz rociera, el cofradierismo, el nazionalfolklorismo coplero, la chismografía rosácea, la testosterona taurina, etc. Pero para alcanzar tal fin los jerarcas del PSOE andaluz no se anduvieron con melindres a la hora de contratar y formar comandos de mercenarios intoxicadores profesionales, como nuestro ilustre paisano.
Pero durante años El Zubi se ha mantenido fiel a la imagen de buen chico mantenido del PSOE pero con la ideología inane que se esperaba de él. El problema es que mantener perfectamente repintado el chasis durante tanto tiempo es imposible y al menor rozón acaba saliendo la mugre ideológica que la pintura moderada ocultaba. Es lo que tiene ser un morlaco de ley que, aunque tranquilo en el campo, al mostrarle un trapo rojo en la plaza embiste medio ciego demostrando su casta.
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En una colaboración en cierta revista taurina cordobesa nuestra gloria local da por fin las claves de su verdadera ideología, cocinada amorosamente con materiales de acarreo del falangismo y el nacionalismo franquista sobre un fondo de oportunismo y de las JONS. Trata el artículo sobre la probable declaración de Cataluña como zona no taurina y la prohibición de las corridas en su territorio. Se lamenta ya en el título afirmando que SI DIOS NO LO REMEDIA... SE ACABARON LOS TOROS EN CATALUÑA y siguiendo la arraigada tradición del columnismo cordobés utiliza el Argumento Tontológico de San Hodierno para desentrañar la causa exacta que mueve a tantos colectivos a pedir al gobierno catalán su abolición y finalmente a éste a concederlo. Desde luego no se trata de un gobierno autónomo sensibilizado por la creciente presión popular que exige la supresión de un espectáculo al que considera bárbaro y cruel. Ni de que se considere irracional la exposición de la vida de un hombre como diversión. Ni por el forro. Eso son sólo excusas. Las verdaderas causas las cifra Don Zubi en que son unos jodidos antiespañoles, en que odian a España y por lo tanto odian la tauromaquia que como todo biólogo sabe viene grabada de fábrica en el código genético de los (buenos) españoles como muestra de que es la esencia misma de la españolidad por los siglos de los siglos, amén. Así descubrimos la verdadera concepción que del mundo tiene nuestro avispón de fulgurante carrera: los habitantes de la península se dividen en españoles y antiespañoles: los que aman las corridas como a su madre y los que las odian. ¿Os suena? El humanitarismo, la compasión, el horror por la tortura, sólo son excusas para este contubernio entre comunistas y separatistas (¿masones no?) que lo que en realidad esconde es un odio visceral e integrista a cualquier cosa que lleve un símbolo español y el toro es y será siempre el símbolo de España, lo que a esta gente los pone histéricos. ¡Olé! ¡Menuda faena, mae-tro! El artículo no tiene desperdicio y abunda en latiguillos de índole facha como parodiar el exceso de siglas de algunos partidos, la utilización, como ya hacía en los viejos tiempos, del genérico comunista como un dardo acusador, la parvularia afirmación de que los catalanes no son nada sin nosotros o directamente estúpidos como listar como argumento a los matarifes finos que ejecutaron animales desde tiempo inmemorial en Cataluña. Pero la perla de los desatinos se la lleva la afirmación (¡¡¡un paniaguado del PSOE!!!) de que se alegra de que en Galicia haya ganado las elecciones el PP porque así no peligran las corridas en Pontevedra. Pa mearse y no echar gota.
Lo que practica nuestro ilustre paisano es, pues, un esencialismo de raíz fascista, de la misma familia del que practican los nacionalistas radicales catalanes y vascos a los que él acusa, aquel que hacía descansar las virtudes esenciales inmutables hispánicas en Viriato e Indíbil y Mandonio, en la unidad de E-PPAÑA conseguida a sangre y fuego por los Reyes Católicos, y profundamente antidemocrática ya que considera que hay situaciones, costumbres y tradiciones sagradas que el pueblo soberano no tiene derecho a abolir: como el caciquismo, la monarquía o la tauromaquia. Y si se atreve a intentarlo... Bueno, David lo ilustró el otro día meridianamente en un caso concreto: Baena, 1936. Mientras, practica la exclusión, la negación del derecho a ser del otro, del que no respeta la sagradas patas de la vaca-patria. Otro conspicuo negador de ciudadanía el inefable Díaz Berbel (Kiki I de Granada) en sus tiempos de alcalde llegó a negar la granadinidad a todos aquellos paisanos que no sintieran amor por la Virgen de las Angustias. Sin diferencia.
Es increíble que un tipo como éste haya tenido en sus manos la dirección de un medio de propaganda como la televisión pública andaluza. Pero es entendible si recordamos la índole de los lodazales donde tuvieron que pescar los históricos del PSOE a partir del 82 para conseguir mercenarios que ocuparan los miles de puestos que los votantes pusieron a su disposición en aquellas elecciones y desde luego lo pronto que comprendieron la ventaja del mercenariado frente a la adhesión ideológica para mantener el poder a costa de lo que fuera. Roldán, los concejales de la corrupción urbanística o el alcalde de Baena, son algunas de las miles de muestras de un fenómeno que ha acabado corrompiendo la credibilidad de su carácter de partido de izquierdas y que ya sólo lo es espacialmente, porque lo que tiene a su diestra es un Presunto Partido, una horda de cavernícolas o caverna de ladronícolas ultraderechistas inextinguibles. Y a veces hasta dentro