Desde la entrañable Siria esta armenia nacida en Damasco que ha conseguido con una intuición no demasiado común en este mundo de las fusiones intertradicionales amalgamar los sonidos propios de la música culta y la popular sirias con la de sus ancestros armenios y compaginarla armoniosamente con los aires occidentales del jazz.
Os ofrezco para refrescaros este tórrido agosto un tema tradicional sirio Hal Asmar Al-loun traspasado de jazz, que pertenece a su primer trabajo, del mismo nombre, publicado en 2006. Un año después nos regaló el siguiente: SHAMAT, en el que ahondaba en el mismo camino consiguiendo temas memorables, como Kabel el'asha.
Me envía ALGUIEN que me visita a veces en este mi zaquizamí virtual y que confecciona otro propio al que no cuida, según mi punto de vista y mi deseo, suficientemente, un enlace al último número de El Ojo Crítico, el magnífico programa cultural de R.N.E., dedicado en parte al recientemente fallecido poeta palestino Mahmud Darwish. Lo disfruto con fruición porque contiene la voz del poeta y la del cantautor libanés Marcel Khalifa interpretando uno de sus poemas. Corto el trozo correspondiente y os lo ofrezco, por si no lo habíais escuchado en su momento. Como homenaje a Mahmud y como regalo agosteño a vosotros.
Ma’a salama, as-shá´ir al-kabír (adios gran poeta).
AQUÍ tenéis el poema LECCIONES DEL KAMASUTRA que recita Darwish en árabe.
Dos cosas me han recordado estos días a Paul Robeson. Una las diferentes versiones de Summertime de Gershwin que en la Taberna de la Calleja se han venido recomendando. Otra la reciente magnífica película de George ClooneyGood Night, and Good Lucksobre la represión política y el terror psicológico que puso en marcha el senador norteamericano MacCarthy en los años 50.
Una de esas víctimas fue Paul Robeson. Su biografía la tenéis perfectamente compilada en la WIKIPEDIA. Yo me limitaré a apuntar el carácter antirracista e igualitario de su discurso. Un discurso que sirve contra todas las manifestaciones del racismo y que ataca directamente a la raíz que las nutre a todas: la consideración de que existen grupos de seres humanos inferiores, más cercanos a la animalidad que los que la practican.
El antisemitismo ha sido la más tradicional de las manifestaciones racistas europeas, aunque en el extremo sur del continente, en España, desarrollamos además la maurofobia como seña de identidad propia. El nazismo (con los judíos), el imperialismo turco (con los armenios) y el delirio expansionista serbio (con los musulmanes) usaron en el siglo XX los más radicales métodos para llevar a efecto las limpiezas étnicas que sus filosofías racistas desarrollaron, pero todas los demás, aunque no tan sangrientas o al menos no tan dispuestas a llegar a soluciones definitivas, participan de la misma índole moral, de la misma ética miserable.
Estados Unidos consiguió por sí mismo salir de ese pozo maldad en que se hallaba, aunque nunca hizo un verdadero examen de conciencia, gracias a gente como Paul Robeson. El gobierno blanco de Sudáfrica fue obligado por la comunidad internacional a desmantelar un estado de apartheid que era la vergüenza del mundo occidental. El gobierno actual de Israel se ha acabado instalando en tal estado de cinismo en la justficación de la política racista que practica en su propio territorio que si la comunidad internacional no estuviera dominada por un cinismo aún mayor, hace tiempo que habría seguido el camino surafricano. Lo explicaba maravillosamente hace dos día alguien en una carta a un periódico español:
RAFAEL ARIAS BONEL - Madrid - 17/08/2008 (El País)
Existe en Israel una preocupación por el crecimiento demográfico de la población palestina (dentro y fuera de Israel); el primer ministro israelí, Ehud Olmert, declaró hace poco: "Si llega el día en que la solución de dos Estados fracasa, y nos vemos obligados a hacer frente a una lucha por la igualdad de derechos al estilo surafricano, el día que eso ocurra el Estado de Israel estará acabado". Yossi Beilin, del Meretz (izquierda israelí), añade: "Una minoría de judíos dominando una mayoría palestina sería como el régimen surafricano. El mundo no lo toleraría". Sorprende que sean los mismos dirigentes políticos israelíes quienes saquen a colación el apartheid surafricano al referirse al asunto de su "minoría árabe". Su sola mención es bien elocuente.
Pero sorprende más aún que expresen tan francamente su temor a que un movimiento anti-apartheid en su país volviera insostenible la situación de discriminación en que viven los árabe-israelíes, incluso poniendo en peligro al propio Estado. ¿Habían escuchado alguna vez a un primer ministro o a un líder político importante de un país reconocer sin ambages que en su tierra se practica el apartheid con parte de su población, sin expresar la más mínima inquietud? ¿Y que su único temor es que los discriminados sean demasiados y luchen por la "igualdad de derechos" y "el mundo" presione para terminar con esa injusticia? Desde luego que desde los tiempos de la Suráfrica racista no se había visto tanta sinceridad y tal desparpajo. Olmert y Beilin no hierran cuando hacen la comparación. Los palestinos de Israel tienen apartheid para rato, porque el umbral de tolerancia que "el mundo" tiene con su país ya hemos visto demasiadas veces que está por las nubes.
Paul Robeson participó en la Guerra de España en la Brigada Internacional Lincoln. Dedicó una buena parte de su vida a denunciar el crimen contra la democracia que supuso el golpe militar devenido en sangrienta guerra y rematado con una de las peores matanzas de civiles europeas del siglo XX, con la complicidad de las dictaduras nazi y fascista y el silencio ominoso de las democracias occidentales. Silencio que luego pagarían con millones de víctimas de todos los bandos.
No existe ni una sola calle al gigante negro dedicada en toda España. Desde aquí te lo digo Rosa Aguilar, alcaldesa de Córdoba, si te queda algo del bermellón que una vez tiñó tu ideología, cambia el nombre de cualquiera de las calles que lleve el de uno de esos cientos de espesos clérigos oscurantistas, inquisidores y fascistas que ensucian las paredes de esta tu ciudad y ponle la del negro de la libertad. Antes de que te den la patada. No tendrás otra oportunidad en tu vida. Corasón mío.
Entre sus amigos, Robeson contó con Eugene O’Neill, Einstein y Pablo Neruda. El poeta chileno le dedicó, aparte de la mención que le hace en Canto General y que podéis leer en el artículo de la Wikipedia, una de sus odas inserta en el Nuevas odas elementales, la Oda a Paul Robeson, que a mí me hacía vibrar de emoción en los ya lejanos años 70 y que tuve rotulada y pegada a la pared de mi cuarto de estudiante durante años.
Oda a Paul Robeson
PABLO NERUDA
Antes él aún no existía. Pero su voz estaba allí, esperando.
La luz se apartó de la sombra, el día de la noche, la tierra de las primeras aguas.
En este espacio de expresión personal se practica el saludable ejercicio del ANTICLERICALISMO
Una cosa es la compasióny otra la geometría...M.V.M.
La chusma política ha preferido halagar las formas más bajas de narcisismo en vez de la conciencia adulta de ciudadanía porque la demagogia es más rentable a corto plazo que la racionalidad. La educación, en vez de a alentar el desarrollo de las mejores capacidades de cada persona, ha consistido en boberío pedagógico mezclado con adoctrinamiento identitario.
Antonio Muñoz Molina
Los gobernantes han ido imponiendo la idea, quizá inconsciente, de que lo público depende del Estado como si fuera una institución de beneficencia para el que no pueda pagarse otra cosa. Lo demás es obvio: líderes partidarios del liderazgo, mercaderes partidarios del mercado, negociantes partidarios del negocio. En la economía del máximo beneficio privado a la mayor velocidad es imposible pararse a pensar en la lentitud del conocimiento, ni en el proyecto de una verdadera enseñanza pública sostenida por todos los ciudadanos. Es difícil mejorar la escuela sin tocar el estado general de las cosas.