(del laberinto al treinta)


jueves, 21 de diciembre de 2017

OPERACIÓN SALVAR AL #ABUELITONACI

Continúa —impasible el ademán— la campaña de los nietos de los #abuelitosnacis para limpiarles la roja sangre que les salpicó las camisas azules, verde caqui o verde oliva en el genocidio que perpetraron y que puedan pasar ejerciendo de peluches familiares para varias generaciones de #nietosdenacis más.

Ya el otro día me hacía eco de cómo el boletín oficial de la Asociación de Cordobeses con #abuelitosnacis, el Acorazado AWC, y su aspirante a sucederle cuando quiebre, la Hojilla Parroquial, ponía a su mercenariado artillero a disparar contra la Comisión municipal de la Memoria Histórica, creada con el loable fin de hacer cumplir la Ley del mismo nombre, y su lista de 15 nombres (faltan aún 5 ó 6 más para ser del todo completa) de los de criminales fascistas que emporcan aún, a estas alturas del siglo XXI, nuestras esquinas. Ayer también salió la noticia en otro medio de que la Alcaldesa Marisuavona y su manijero el Tío Pamplinas están pensando en acortar simplemente los nombres pa disimular. Bueno, yo sólo estaría de acuerdo en eso para uno de ellos, el del Conde de Vallellano, del que no me importaría que se acortara el enunciado lo suficiente como para que pasase a llamarse Avenida del Ano, en honor al pestazo que el nombre ha dejado durante tantas décadas y a que aún conserva en ella el monumento de Exaltación a la Cruzada.

Ayer en una red social también el dueño de CORDOBAPEDIA —un verdadero franquismiquis adorador del alcalde falangista Cruz Conde a quien pretende que se le levante estatua— pedía pruebas de que hubiera que quitar el nombre a la calle y al colegio que llevan ignominosamente los del #genocidadepeluche Rey Díaz, cuando en esa publicación de la que es propietario se dice —recogido de la prensa del momento— en el epígrafe correspondiente, que fue nombrado el 25 de julio de 1936 JEFE LOCAL DE LA SUBDELEGACIÓN DE PRENSA Y PROPAGANDA, es decir responsable último de la brutal represión que sufrieron los periodistas de la ciudad y que culminó días después con el fusilamiento del director y varios empleados del diario LA VOZ.

Hoy le ha tocado, desde las mismas páginas del Acorazado AWC, a un historiador aficionado, Patricio Hidalgo, militar retirado, que practica desde hace años en su página web el bonito deporte de la equiparación de víctimas, sean estos militares profesionales felones caídos en combate o trabajadores asesinados a sangre fría con las manos atadas a la espalda a la vera de la fosa donde serían malarrojados. No voy a quitarle méritos como investigador en los archivos de muchos lugares, aunque siempre, siempre, siempre con el punto en el entrecejo de considerar legítimo el golpe de estado del contubernio burgueso-eclesiástico-militar que, ¡cachis en la mar!, se les fue de las manos a los perpetradores. Los #abuelitosnacis de peluche a los que hay que rescatar de las malas lenguas de los rojos resentidos y malos perdedores de guerras civiles.

No voy a entrar en las dos cataplasmas que suelta al principio del artículo sobre la diferencia entre memoria e historia, ni en las sucias sospechas de turbiedad que lanza sobre el catedrático Barragán y otros profesionales que han conformado la comisión. Porque como de lo que trata es de limpiar el honor de un compañero suyo de armas de esos turbios y resentidos memorialistas, iré directamente a su defensa del personaje.

La base de su defensa radica en que el rejoneador Antonio Cañero no fue de los que acudieron al cuartel de Artillería, sedientos de sangre obrera y republicana, a sumarse inmediatamente al golpe de estado, pero no dejó de cumplir con su obligación (con su sentido del honor de militar en la reserva) unos días más tarde haciéndolo ante la autoridad militar superior pertinente. ¿A la autoridad legítimamente constituida por el gobierno legítimamente elegido por la mayoría de los ciudadanos? No, hombre, se presentó a la autoridad delincuente que criminalmente estaba usurpando esa legitimidad. O sea, se presentó a ponerse al servicio de unos delincuentes, de unos criminales. El problema de Hidalgo es considerar que desde el mismo momento del golpe los que lo perpetraron, especialmente los militares, no perdieron su honor, sino que se lo reciclaron, no se convirtieron automáticamente en deshonrados delincuentes, sino en militares que se enfrentaban a otros militares en una guerra. Y que nada de lo que ocurrió después, genocidio, asesinatos más o menos selectivos en ambas zonas, guerra ya entre un ejército representante de la legalidad y otro convertido en una banda de facinerosos con honor de facinerosos, fue estricta responsabilidad suya. Pero la única incontrovertible verdad histórica (no memorialística) es que si Cañero se puso siguiendo los dictados del que consideraba su honor militar al servicio de unos criminales, se convierte automáticamente en un criminal.

En la segunda parte de su defensa, en la que desciende a detalles concretos de las acciones del rejoneador fascista, es cuando el historiador amateur se lanza definitivamente al charco de la desvergüenza.

Lo primero que hay que reiterarle -una y mil veces- al equidistantista exmilitar metido a historiador es que si Cañero se puso voluntariamente al servicio de la autoridad delincuente se convirtió en un delincuente él mismo. Lo segundo es que en Córdoba y los pueblos cercanos no hubo guerra, aunque los militares felonistas así lo consideren: sólo hubo represión. A los militares como nuestro historiador les gusta considerar que aquellas acciones que emprendían las columnas de uniformados criminales contra los desarmados campesinos de la campiña cordobesa, contra los obreros que capturaban en sus propias casas de los barrios de la capital o contra aquellos que huían a la sierra para evitar ser asesinados por falangistas, militares y guardias civiles señalados tantas veces por los párrocos, eran heroicas acciones de guerra. No es de extrañar, el ejército español es probablemente el más incompetente del occidente europeo y cuenta con poquísimas glorias de las que envanecerse: en 200 años sólo consiguió victorias (y a duras penas) contra cabileños descalzos, obreros desarmados o, con la abrumadora ayuda de las dos maquinarias bélicas más importantes de Europa, la fascista italiana y la nazi alemana, contra el puñado de sus compañeros de armas decentes que fueron capaces de resistir heroicamente tres años sin más ayuda que la de varios miles de voluntarios extranjeros. No es de extrañar que, teniendo el listón de la gloria tan bajo, se envanezcan de la hazaña de impedir con sus acciones que las mujeres de los obreros huidos les llevaran alimentos a la sierra donde andaban escondidos como hacía el valiente capitán Cañero… El ejército español siempre se movió mejor entre las labores represivas que entre las estrictamente bélicas, en las que casi siempre acababa breao.

Lo tercero es que en su afán de separar memoria e historia mete la pata hasta las jingles… Por mucho que trate de intoxicar con la vieja —y hace años desmontada— leyenda de Manolete en Badajoz y el avioncito de marras de la calle Nueva, luego va y aporta estúpidamente las propias pruebas documentales de la condición criminal del rejoneador fascista poniendo LAS COSAS... verdaderamente EN SU SITIO: la propia HOJA DE SERVICIOS en la que consta de forma clara y meridiana que formó parte de una columna de caballistas que se dedicó a capturar obreros desarmados en la sierra y a conducirlos a Córdoba PARA QUE SUS CORRELIGIONARIOS FASCISTAS LOS FUSILASEN. Nuestro querido abrillantador del honor de militares genocidas pone como potentísima prueba de que no era tan malo —y por tanto inmerecedor de que se le retiren los honores callejeros— el que en esa hoja de servicios no constaba que hubiera matado él mismo a ninguno de esos prisioneros (obreros desarmados no se olvide) a los que conducía maniatados en cuerdas y a los que paseaba triunfalmente por las calles de la ciudad como escarmiento para los demás trabajadores: inútil que tratéis de escapar, malditos rojos, el valiente capitán Cañero os traerá así de vuelta para que seáis convenientemente fusilados. Igual fue por pura disciplina, igual la orden que tenía era la de llevarlos para que los fusilasen. Y su honor militar de obediencia estricta, lo primero. Lástima que a quienes obedecía el valiente capitán ya no eran militares, sino una banda de forajidos, fuera de la ley, secuestradores, ladrones y criminales sin escrúpulos. Y él mismo, exactamente igual, autodeshonrado como militar y convertido en un represor de la peor especie. Una verdadera alimaña irrecuperable desde cualquier punto de la decencia para la memoria y la historia de la ciudad. Uno más de los #abuelitosnacis de peluche que la burguesía franquista cordobesa pretende legar a sus hijos y nietos como regalo de Reyes por muchos años y que todos juntos puedan seguir cantando en el calor de los hogares de las familias bien cordobesas o en el Salón de los Espejos del Casino Círculo de la Amistad el villancico familiar:

¡Nuestros #abuelitosnacis se dirigen al Portal

para llevar a don Bruno su lista de fusilar!

Por cierto, ya va siendo hora de que alguien cuente que la cesión de los terrenos que hizo el rejoneador fascista para que se construyera el barrio para pobres que hoy lleva su nombre no fue un asunto totalmente altruista. Hoy se sabe que con aquella cesión consiguió una fuerte revalorización de los terrenos que también poseía al otro lado de la carretera de Madrid es decir, la huerta de la Viñuela y los lotes que aún conservaba en la huerta de Frías. Ojo de lince el de quien previó lo poco que se tardaría en comenzar la urbanización de esas zonas tras la construcción de aquella barriada y su cercanía con el casco histórico. Lástima que la diñara antes de ver el negociete consumado. Eso sí, confortado por los auxilios del obispo nazi Fray Albino que le consiguió una parcelita a la vera del Creadorísimo.

domingo, 17 de diciembre de 2017

Prensa ANTISISTEMA cordobesa

Ya sé que no debo esperar nada de gente que se siente cómoda, muy cómoda, ganándose la vida como juntaletras en un diario que fue uno de los puntales del régimen genocida franquista y que felicitaba en portada por su cumpleaños a Hitler, como el ABC, o en otro, como el Diario CÓRDOBA, hasta ayer mismo Prensa del Movimiento, que ha tenido el santísimo cuajo de celebrar recientemente el 75 aniversario de la legalización a punta de pistola del robo del edificio y de las rotativas confiscadas a su antecesor y del crimen con el que los nuevos dueños de camisa nueva que tú bordaste en rojo ayer sellaron ese acceso a la propiedad: el fusilamiento del anterior director, de un redactor y de un linotipista.

Y además debería considerar el hecho de que con algo hay que ganarse la vida incluso de esa manera y en esos medios. Pero la dignidad y la almendrita moral de la venalidad tienen sus límites. Y en esos dos medios cordobeses la mayoría de sus plantillas con mando informativo y sus columnistas asociados componen una bonita horda de defecadores en los principios básicos deontológicos de la profesión —o afición en el caso de los columnistas— que profesan. Unos porque se sienten superagusto en esos medios de ADN fascista sin reciclar y otros por esfuerzo, yihad, en el acomodo a los deseos e intereses de quienes les pagan los colegios privados de los niños. Por eso no tienen ningún empacho en convertirse en ANTISISTEMAS o en lo que haga falta cuando les tocan un rizo de las células de ese ADN fascista que los constituye orgullosamente.

Lo acaban de demostrar estos días con el tema de la decisión municipal de hacer cumplir de una puñetera vez la Ley de Memoria Histórica emitida por el Parlamento de Andalucía y, por tanto, de obligado cumplimiento para todos los ayuntamientos andaluces. Para determinar qué nombres son los que hay que eliminar, nombres pertenecientes a gente tan involucrada en el genocidio que las propias autoridades genocidas consideraron su mérito suficiente para ello, se convocó una comisión formada por colectivos ciudadanos y expertos historiadores. El veredicto ha sido muy limitado: 15 nombres de los al menos 20 que aún perviven en el callejero.

Pues bien, desde hace una semana ambas publicaciones han organizado una campaña para tratar de torpedear el cumplimiento de la ley. O sea, a ejercer de ANTISISTEMAS. Han transigido con un puñado de nombres de fascistas menores (si eso existe), que ejercieron cargos en el régimen genocida, como secretarios provinciales del Movimiento, depuradores de periodistas y maestros y ensalzadores de la Cruzada, etc. Que los quiten si quieren, total no los conocía ni dios… Ahora tocar a sus grandes mitos locales… Eso ni hablar. Cuando le ha tocado a la calle José Cruz Conde, esa inconmensurable vergüenza que arrastrábamos como la única capital de provincia española cuya calle principal estaba rotulada con el nombre del cacique que organizó el golpe militar devenido en pocos días genocidio a nivel local, o al rejoneador criminal Cañero, un mito en el repugnante mundo taurino local, a Vallellano, un falso conde ministro de Franco y emparentado con la dinastía de caciques falangistas locales y a Pemán, el deleznable escritor y creador del sistema educativo nacionalcatólico franquista, han tratado de poner pie en pared. Y para ello han tratado de intoxicar el asunto exigiendo democracia. Ellos. Pa mearse y no echar gota. Y como buena casta podrida que son la democracia que exigen es igualmente podrida. O sea, están exigiendo que el cumplimiento de la ley se someta a referéndum. Y que sean los vecinos de las calles que han de cumplir la ley los que decidan si se cumple o no esa ley de obligado cumplimiento. Ellos que siempre tienen la ley y el orden en la punta de la espada. El caso más repugnante ha sido el denunciado por PARADIGMA, un medio completamente desvinculado del poder fascio-burgués local: el de dos redactores del ABC que han sido capaces de firmar un titular que rezaba LOS VECINOS DE CRUZ CONDE, CAÑERO Y VALLELLANO, EN CONTRA DE CAMBIAR DE NOMBRE SUS CALLES tras preguntar a sólo cinco de ellos. A sólo cinco vecinos. El que estos sujetos sean capaces de cagarse minuciosamente en la deontología de la otrora noble profesión periodística sin despeinarse sólo habla de los niveles de putrefacción que aquella está alcanzando en estos días.

Pero el problema de verdad no son ellos, que al fin y al cabo sólo son dos pobres desgraciaos que viven de lo que le pagan los que mandan hasta que manden otra cosa. El problema de esta ciudad y de esos medios de comunicación podridos es que en el fondo sigue mandando sobre ella y sobre ellos, mandando de verdad, el poder poderoso a la sombra, la misma casta burguesa que cometió el genocidio. En esta ciudad, los dueños de los resortes políticos, sociales y económicos siguen siendo el mismo cogollito de familias cordobesas que necesitaron que les fusilaran 5.000 de sus vecinos para quedarse cómodos y poder mandar a gusto sin que su proletariado le levantara de nuevo la voz. Los apellidos, los bufetes, las togas, los uniformes, las empresas, las canonjías no engañan. Aunque ahora se travistan de Sociedades Anónimas. Son los hijos y nietos, que no tuvieron que heredar las culpas de sus papis y abuelitos asesinos y ladrones, pero que tampoco tuvieron empacho en heredar su patrimonio, conservándolo y disfrutándolo durante 80 años a tuti plen mientras las viudas y los huérfanos de sus víctimas lloraban de dolor y de hambre. Los que no han consentido durante los últimos cuarenta años, con la inestimable ayuda de sus primos progres los pesoeístas —húrguense también en algunos apellidos— que se hiciera al menos la justicia de devolver los cuerpos de los muertos a sus familiares. Son ellos los que tienen comprados a los medios tradicionales cordobeses, unos medios absolutamente deficitarios pero que son mantenidos de diversas formas porque cumplen ese servicio. Afortunadamente la prensa en papel servil tiene los días contados y cuando todos esos lacayos vayan a la calle a algunos nos darán la misma pena que la que nos ha dado los dos desahuciadores profesionales esos que han sido despedidos por sus empresas por hacer el payaso empolvados en un video.

Y la Iglesia, con su ejército de disciplinados cofrades, que incluso llegó a ser la dueña absoluta de la ciudad durante 30 años. Y hay quien piensa que lo sigue siendo. Si no, no se explica que la línea roja del cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica se quede justo a sus pies. Es posible que finalmente se cambien esos nombres. Será doloroso para los fascistas, pero lampedusianos ellos, ya se adaptarán, porque algo, y más si es sólo simbólico, hay que ceder para que nada en el fondo cambie. Pero a los símbolos de la Iglesia, por muy canallas que sean, no se les toca. Fray Albino no ha aparecido en la lista. Y si hay un sujeto digno de desaparecer de cualquier lugar honorífico en esta ciudad es el obispo nazi.

Y ya que en este país y en esta ciudad no hay vergüenza suficiente para denunciar los honores que cada día se le profesan (¡¡¡incluso en un colegio público!!!) en las esquinas cordobesas a quien colaborara en el golpe de estado en Tenerife, bendijera los fusilamientos masivos de republicanos, y por tanto bendijera el genocidio, ensalzara hasta el vómito al Caudillo y siendo confesor del mismo le perdonara los pecadillos, tal vez va siendo hora de pedir ayuda a instancias también muy poderosas, con frecuencia más poderosas aún que la Santa Madre Iglesia. Y no estaría mal hacerlo con el Congreso Mundial Judío, el organismo sionista que vela porque el antisemitismo esté permanentemente vigilado y sea castigado convenientemente en todo el mundo. Teniendo en cuenta que el obispo cultivó los presupuestos ideológicos de la Solución Final y del Holocausto y lo dejó convenientemente consignado en sus escritos desde sus tiempos de estudiante en Teología en Alemania, es probable que una buena amenaza de anatemizar Córdoba como destino turístico judío, desbarate las políticas que llevan a cabo ciertas oficinas municipales de acercamiento a la entidad sionista para captar sus indecentes dinerales, si se persiste en el error de mantener tan visiblemente homenajeado a quien llegó a decir que los judíos eran absurdos y blasfemos seguidores del Talmud que aspiran a la dominación universal mediante la aniquilación de los cristianos, en cuyas manos está el capitalismo con el que financió al separatismo, las revoluciones y las propagandas antiespañolas.

sábado, 11 de noviembre de 2017

El reverso de Chiquito de la Calzada

Cuando ya era un personaje de éxito leí un artículo, que no he vuelto a encontrar, de un paisano suyo que conocía su trayectoria en el que contaba que ese humor, esa manera de contar los chistes la había depurado durante una etapa de su vida en cientos de juergas de señoritos andaluces en la que era contratado, además de cómo cantaor, como bufón, entiéndase esta palabra en su más íntima doloridad. Un auténtico dos x uno. Creo recordar que contaba que lo llevaban contratado por tiempo indefinido en las interminables fiestas con que esos señoritos se autohomenajeaban por la suerte de haber nacido con pedigrí y tener mucho arte para gastarse las fortunas familiares. Probablemente se lo llevaban al Rocío de cantaor, bufón y criado en las carretas de la servidumbre para que les alegrara las locas noches del Camino. Todos conocemos testimonios de cantaores y guitarristas que narraron sus calvarios en las ventas de vino y putas de los años 50 y 60 en las que nunca sabían tras pasarse 15 horas de trabajo si los señoritos del franquismo tendrían a bien pagárselo o no y podrían llevar algo a sus casas con que alimentar a sus familias.

Por eso, más allá de que me gustara o no su humor, que sí que me gusta porque tiene mucho arte polagloriademimadre o de que careciera del más mínimo interés intelectual, ni falta que me importa, siempre le tuve un respeto imponente, como al que había que tenerle al Piyayo, su paisano gitano que inmortalizara José Carlos de Luna.

¿Tú conoces al "Piyayo",
un viejecillo renegro, reseco y chicuelo;
la mirada de gallo
pendenciero
y hocico de raposo
tiñoso…
que pide limosna por "tangos"
y maldice cantando "fandangos"
gangosos?
¡A chufla lo toma la gente
y a mi me da pena
y me causa un respeto imponente!
Ata a su cuerpo una guitarra,
Que chilla como una corneja
Y zumba como una chicharra
Y tiene arrumacos de vieja
Pelleja.
Yo le he visto cantando,
Babeando
De rabia y de vino,
Bailando
Con saltos felinos
Tocando a zarpazos,.
Los acordes de un viejo"tangazo"
Y, a sus contorsiones de ardilla,
Hace son con la sucia calderilla.
¡a chufla lo toma la gente
y a mi me da pena
y me causa un respeto imponente!
Es su extraño arte
su cepo y su cruz,
su vida y su luz,
su tabaco y su aguardientillo…
y su pan y el de sus nietecillos:
"churumbeles" con greñas de alambre
y panzas de sapos.
Que aullan de hambre
Tiritando bajo los harapos;
Sin madre que lave su roña;
Sin padre que "afane"
Porque pena una muerte en santoña;
Sin mas sombra que la del abuelo…
¡poca sombra, porque es tan chicuelo;
en el altozano
tiene un cuchitril
¡a las vigas alcanza la mano;
y por lumbre y por luz, un candil.
Vacia sus alforjas
Que son sus bolsillos,
Bostezando los siete chiquillos,
Se agrupan riendo.
Y entre carantoñas les va repartiendo
Pan y pescao frito,
Con la parsimonia de un antiguo rito:
¡chavales!
¡pan de flor de harina!
Mascarlo despasio.
Mejo pan no se come en palasio.
Y este pescaito, ¿no es na?
¡sacao uno a uno del fondo del mí!
¡gloria pura él!
Las espinas se comen tamié,
Que to es alimento…
Asi….despasito.
¡no llores, Manuela!
Tu no pués, porque no tiés muelas.
¡es tan chiquitita
mi niña bonita!..
así, despasito.
Muy remascaito,
Migaja a migaja, que dure,
Le van dando fin
A los cinco reales que costo el festín.
Luego entre guiñapos durmiendo,
Por matar el frío, muy apiñaditos.
La Virgen María contempla al "Piyayo"
Riendo
Y hay un Angel rubio que besa la frente
De cada gitano chiquito.
¡A chufla lo toma la gente!…
¡A mi me da pena
y me causa un respeto imponente!

domingo, 29 de octubre de 2017

Los hitos de la histérica historia de España

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Cuánta razón tienen aquellos que afirman que estamos viviendo momentos históricamente cruciales. Probablemente se trate de uno de los cinco momentos más cruciales en la historia de este triste país en los últimos 200 años. O sea, de la Edad Contemporánea. Eso después de que en la Moderna pasáramos a la de los países de occidente como el único que perdió definitivamente todos los trenes de la modernidad, los de las tres Erres: Renacimiento, Reforma y Revolución. Y para seguir la nefasta e inviolable tradición patria, se trata de un nuevo hito en la frustración histórica, evolutiva, de descabezamiento de la esperanza de que este país se convierta alguna vez en un estado auténticamente republicano —base de la única democracia posible y respetable para empezar a hablar— con las cuentas con la Justicia y la Ilustración perfectamente ajustadas. Y sobre todo un país en el que el pacto social se instaure sobre bases de racionalismo y solidaridad, negociaciones entre ciudadanos completamente iguales y no en las de etnicidades, castas políticas, sociales o económicas, ni en las de esencias inmarcesibles o principios grabados en columnas de iridio y platino.

Porque lo que está ocurriendo en estos días es de nuevo un error de dirección en la encrucijada, la pérdida de una oportunidad impagable de acabar por fin con el Régimen del 78, ese régimen que nació sobre la capa de humus putrefacto de la impunidad de una dictadura asesina y cuya Constitución y sistema electoral fueron dictados a punta de pistola por la banda de criminales que habían secuestrado al país durante cuarenta años tras perpetrar un genocidio de demócratas y cuyas fuerzas políticas alternativas aceptaron y decidieron todo lo que se les impuso, entre otras cosas no exigir ni un gramo de justicia, ni reclamar un solo céntimo del botín del monumental latrocinio de esa banda y entregar —y costear con fondos públicos— el control de la educación de las nuevas generaciones a la cómplice y beneficiaria de todos aquellos crímenes y latrocinios, la Iglesia Católica.

El que una parte casi mayoritaria de los ciudadanos de Cataluña hayan decidido romper, con la excusa del independentismo —que no es ni mucho menos lo único que los mueve y que sobrepasa el control de sus políticos—, con ese estado rojigualda putrefacto, gobernado ahora por una nueva banda de (presuntos) delincuentes, con vínculos familiares e ideológicos con la banda anterior y apoyado por los trileros transicionistas del puñito y la rosa, podría haberse convertido en una ocasión pintiparada para que otra buena parte de los ciudadanos de las demás comunidades se les sumaran en el afán de disolver este estado y fundar otro nuevo desde unos presupuestos más igualitarios, democráticos, justos e higienizados de patógenos nacionalcatólicos y ultraliberales, esos patógenos representados por los partidos que dicen representar la soberanía popular manteniendo como cohesivo a un rey con vínculos dinásticos con la dictadura. Y que sólo sirven a los intereses de las multinacionales. Especialmente de las energéticas que pagan sistemáticamente los servicios de sus empleados políticos con millonarios retiros.

— Como en 1814 en que expulsamos a navajazos guiados por las mugrientas sotanas de los curas a los que nos traían la Ilustración al grito de ¡vivan las caenas!

— Como en 1874 cuando los espadones decapitaron la esperanza de un estado republicano federal.

— Como en 1936 cuando los salvajes militares coloniales, la inquisitorial Iglesia Católica, y la burguesía agrario-industrial fascista impidieron con un genocidio que se consolidara definitivamente un estado representativo normal en España.

— Como en 1978 cuando se entronizaron dos castas de políticos oportunistas, procedente una del franquismo que defendía su ensangrentado botín y otra de la nada antifranquista. La que sacrificó, traicionando milimétricamente todos y cada uno de los vínculos del nombre de la organización política que parasitó con el republicanismo y con sus muertos enterrados en las cunetas, el derecho a la justicia y a la democracia plena de todo un pueblo que salía de una crudelísima dictadura a las posibilidades de un nuevo reparto de botín en beneficio exclusivo propio y del de sus contratantes, los Mercados Internacionales. Sin resistencia alguna, manteniendo la farsa incluso cuando alcanzó mayorías suficientes para higienizar mínimamente el país, escondiendo bajo ingentes montañas de billetes de banco sus raíces socialistas, humanistas y democráticas.

sábado, 14 de octubre de 2017

Laberintiza que algo queda

Nada de extraño que quien dirija esas jornadas y proponga esa cita que las anuncia sea quien es y tenga la trayectoria declamatoria que tiene (1). Usando como argumento de autoridad a un escritor inglés de la estirpe de los viajeros románticos decimonónicos que no se enteró de la misa la media y que intoxicó con su simplismo nizorraideísta la historiografía de la Transición de este país da la medida de la calaña de su pensamiento. Esa concepción de que España es un país maldito por culpa de una genética cainita que la aboca a un determinismo insoslayable de lucha entre hermanos, es una de las peores falacias que el reaccionarismo hispano ha alimentado para justificar el genocidio franquista. Esa visión equipara impúdicamente a genocidas en serie con uniforme militar, paramilitar, sotana o terno y corbata, defensores sin límite alguno de un orden inmutable medieval, con movimientos obreros sindical-igualitaristas, intelectualidad racionalista y auténticamente liberal/socialista y, en definitiva, demócratas sin frontera ideológica alguna.

Según esa visión, los peores episodios de la historia de este país en los últimos cinco siglos no fueron fruto de la lucha —casi siempre suicida— por la razón y la justicia social de una parte liberada del nacionalcatolicismo contra la exterminadora de la inteligencia y la pervivencia de los privilegios de sus seculares castas dominantes que siempre ganaron todas las guerras —las únicas por cierto en los últimos 300 años— contra su propio pueblo. Esas castas que han dado lugar a que a lo auténticamente español se le denomine propiamente castizo. Lo son —nos dicen con ese desparpajo de los que van sobraos— de la genética y del determinismo histórico. Todos iguales en la culpa, la forma más sibilina de justificar cualquier cosa. De los Hunos y de los Hotros.

No sé para qué diantres ese tipo dirige la Cátedra de Resolución de Conflictos de nuestra universidad, si con sus declaraciones ya apunta claramente a cómo considera que se han de resolver: entre carneros hermanos, que gane el más fuerte. No en vano hace poquísimo fue uno de los firmantes de la carta de aguerridos profesores universitarios que pedían al estado que enviase a la Guardia Civil, a la Policía Nacional y si hacía falta a la Legión con su cabra a Cataluña para resolver un conflicto cainita más, un conflicto que resumían como un laberíntico nacionalismo cerril en el eterno laberinto español.

La versión del agotamiento, 40 años después de gestarse, del fraudulento pacto entre las fuerzas del franquismo criminal con las camaleónicas izquierdas organizadas para encauzar en beneficio de ambas y sobre todo del capital internacional la fuerza reivindicativa de millones de ciudadanos que ansiaban un pacto social realmente justo, no tiene cabida en su análisis. Se trata de oscurecer el hecho de que en uno de los rincones de ese estado el putrefacto pacto (l’estaca) estaba a punto de romperse aprovechando que el juego en que se empleaban el nacionalismo burgués y el jacobinismo de corte neofranquista para realimentarse mutuamente y seguir robando ya no daba más de sí.

La ilusión de una parte importante de los habitantes de este país que hemos visto en el proceso catalán una oportunidad para romper higiénicamente ese pacto social y político viciado de origen y convertido en saco y antifaz de ladrones envueltos en banderas en su uso, y comenzar a establecer otro desde presupuestos más democráticos, ha sido aplastada por el llamamiento nacionalista rojigualda (con el pasado imborrable que arrastra) y el unanimismo en las soluciones del charol y la porra. Cainismo, laberinto o garrotismo goyesco. Cortinas de humo para justificar el mantenimiento de algunas de las instituciones más corruptas e injustas de Europa por la fuerza de una Constitución minuciosamente redactada para que las fuerzas progresistas no consigan nunca sus objetivos.

Hasta ahora no han necesitado tanques para el mantenimiento del orden, o sea de su orden. Radicaban su fuerza en la de esa Constitución tramposa y por ello mismo inmutable y en el absoluto control del espacio informativo por sus acorazadas mediáticas. Pero las cosas se les están yendo de las manos en estos tiempos en que han dejado de ejercer el monopolio de la información y poco a poco se va descubriendo que en este país el eje político está completamente desplazado y que lo que se tenía por derecha era en realidad ultraderecha franquista pura y dura y lo que pasaba por izquierda era lo que en otros países más normalizados no es más es una democracia cristiana entre liberal y ultraliberal que se justifica sólo por rutilantes medidas puntuales en el ámbito de las costumbres. Ahora que ambas han visto peligrar su beneficiosísimo reparto de papeles en el juego del saqueo en que han estado empleadas los últimos cuarenta años sólo han acertado a sacar a la calle el espantajo del miedo a los cambios unos y a las jaurías fascistas que mantenían perfectamente alimentadas en sus perreras, los otros.

Y desde luego no dudarán en resolver los nuevos conflictos justificando el uso desmedido de la fuerza bruta que mantienen en régimen —esta sí que sí— de monopolio en el cainismo y la genética guerracivilista. Los españoles (los desarmados) sólo entendemos genéticamente el lenguaje del palo.

(1) Dos de esas fazañas declamatorias las reseñé hace tiempo en estas dos entradas: El Paradigma de Córdoba, nota 2 y Rosa Regàs y los fachas cordobeses

martes, 3 de octubre de 2017

Lección de Historia en vivo

Ayer las generaciones más jóvenes pudieron asistir, por la prensa, claro, pero sobre todo por las redes, su medio natural, a uno de esos acontecimientos que pueden servir de ilustración historicista de cómo pudieron ocurrir determinados sucesos en el pasado. Debe ser difícil de entender para muchísimos de ellos cómo pudieron gestarse algunas de las tramas responsables de la tormenta de fuego que la España reaccionaria, nacionalcatólica y estamental desencadenó como Escarmiento para la otra, la ilustrada, progresista e igualitaria en 1936, que osó plantear la necesidad de convertir al estado español de una entidad esencialista —Unidad de Destino en lo Universal—, en una colectividad de ciudadanos que deciden democráticamente qué quieren ser, cómo quieren serlo y qué normas de convivencia absolutamente negociadas y periódicamente revisables van a establecer para lograrlo.

En la Mezquita-Catedral de Córdoba el obispo más mineralmente reaccionario de España arengó a autoridades y mandos policiales —todos, como católicos, teóricamente obligados a obedecerle— a cuya custodia están las armas que el pueblo ha puesto en sus manos para defender la ley y el orden del estado de derecho y que en perfecto estado de sumisión espiritual tuvieron que escuchar cómo se les indicaba que la Patria estaba en peligro. Por causa de haber abandonado a Dios, a su Dios que como católicos que son estan obligados a defender. Cuando un obispo reaccionario habla en una misa —la ceremonia antidemocrática por antonomasia, en la que sólo se exige obediencia y sumisión al celebrante— de Patria en peligro ante las autoridades, algunas perfectamente reaccionarias y otras perfectamente siseñoristas, está hablando de su Patria particular que se corresponde exactamente con sus privilegios y les está incitando a defenderla. Y ya sabéis cómo las autoridades civiles armadas y militares reaccionarias de este país suelen entender esa defensa de esa Patria en peligro. Y si no lo sabéis, esos serán los deberes de la clase de historia para hoy.

Así, que queridas últimas generaciones, atentas a los acontecimientos parecidos a los que estamos abocados a asistir en los próximos tiempos porque todo tiene un sentido y normalmente ese sentido suele estar de parte del más fuerte, del que tiene las armas y es incitado a la violencia por un energúmeno vestido con ropajes medievales.

martes, 26 de septiembre de 2017

La presentación de "La odisea de los rabadíes"


Llegaron las 20’30 del viernes por fin y ya no pude rajarme. De pronto me vi rodeado de un montón de gente que no esperaba, amigos, conocidos, desconocidos, desvirtualizados y hermanos y hasta uno de ellos que había hecho a mi cuñá conducir a carajo sacado desde Madrid para no perdérselo. Emosión a raudales. El lugar, inmejorable, el patio del Juan 23, recién regado y con un penetrante perfume a jazmines. Coronando sus columnas me intimidaron por un momento los cuatro ceñudos capiteles originales que allí viven: uno romano, dos visigodos y el último califal.

Y claro, nervios. Mi proverbial terror escénico y la no menos proverbial incapacidad de expresión oral formal en público me la volvieron a jugar. Pero bueno, al final creo que conseguí transmitir el espíritu del libro y que el cariño general que me mostraron consiguió que no sintiera tan hirientemente mis momentáneos bloqueos.

La presentación del acto fue de lujo. La entrada general la hizo el poeta José Luis Campal en nombre del CÍRCULO CULTURAL JUAN 23 y la mía mi amigo del alma Rafa Martínez, doctor en arqueología especializado en bioarqueología, en la que ha demostrado ser un verdadero maestro. Y no puedo más que sentirme profundamente agradecidos a los tres.

Mi amigo Paco Muñoz tuvo la feliz idea de grabarlo por completo y de colgarlo en la crónica que hizo de la presentación en su blog NOTAS CORDOBESAS. Si lo escucháis sabréis de que hablo cuando hablo de bloqueos. Pero bueno, es lo que hay. Intentaré prepararme mejor para la próxima. 

Como las fotos que hizo Paco están en su blog, cuelgo aquí las que hizo también mi amigo Paco Madrigal, que tiene un ojo fabuloso para el arte de jugar con un diafragma y el tiempo.

Y de regalo la magnífica entrevista que me hizo Alex Camacho para su podcast La Faltriquera, con el que además lo inauguraba. Un podcast de temas alternativos y heterodoxos cordobeses que hay que seguir estrechamente.

Y quiero agradecer también al periodista Alfonso Alba la extensa y profunda crónica que se ha currado para CORDÓPOLIS.







lunes, 18 de septiembre de 2017

Presentación de "La odisea de los rabadíes"

Por ahora sólo se puede adquirir en LA REPÚBLICA DE LAS LETRAS donde además podréis tomaros uno de los escogidos vinos y en LIBRERÍA LUQUE. Aparte de en AMAZON.

lunes, 4 de septiembre de 2017

Carta abierta al afectado por mi crítica de hace dos dias

EN RELACIÓN CON MI ARTÍCULO ANTERIOR Y SU REPERCUSIÓN EN EL MURO DE FACEBOOK DEL AFECTADO.

Estimado ex-amigo de Facebook:

Digo lo de ex-amigo porque usted mismo lo ha decidido, a pesar de que en el texto que acompaña a su enlace dice suponer, sin motivos, que por mi parte yo ya no lo soy. Para seguidamente bloquearme. Imagino que con el piadoso fin de evitarle a mi cuerpo el terrible escozor que produce el ser despellejado por una nutrida cohorte de sus fans. Como yo no dejé de ser su amigo de Facebook intenté entrar a defenderme y a darle a usted la oportunidad de hacerlo. De la cohorte de fans, por lo que he visto cuando alguien no ha sido tan piadoso y me ha procurado una captura de pantalla y dado el nivel dialéctico que esas criaturas, no esperaba nada e igual debería usted elegirla con un poquito más de nivel argumentativo. Pero de usted ya veo que tampoco por lo que dice que no piensa perder ni un minuto defendiéndose de las insidias de su HATER favorito. Que no es otro que yo mismo. La señora que le tendió la trampa en la que cayó como un pardillo también se despacha llamándome “el notas”, acusándome de esconderme tras un seudónimo y de haber ofendido a límite del delito a sus amigos los pedorros juntaletras de La COZ, ese infecto panfleto ultraderechista financiado por el cabildo y por el PP y que por lo que veo, han acabado dándole a ella misma la patá, probablemente por no ser suficientemente ultrafacha. Igual esa señora no sabe dos cosas: una que la Asociación de la Prensa de esta ciudad me concedió el honor hace un tiempo de montar una reunión extraordinaria para estudiar la posibilidad de denunciarme por supuestos insultos a algunos de sus miembros sin que finalmente encontrasen materia con que hacerlo porque la materia del delito no eran sino meras definiciones de los ofendidos. La otra es que con mi seudónimo escribo y publico libros en los que aparece mi foto, los presento públicamente y doy charlas y asisto a coloquios en lugares igualmente públicos. Por otro lado, los chicos del Acorazado ABC, ese diario que felicitaba en portada a Hitler por su cumple, no tuvieron absolutamente ningún problema para enviarme un burro fax en el que constaba mi nombre y mis apellidos que contenía una nada velada amenaza mediante mostración de la colmillada de sus dobermans leguleyos, por haberme chirreado merecidamente del más halitósico de sus plumillas.

Por si fuera poco uno de los de su cla, un tipo del que no debería fiarse usted ni un pelo, se lo digo de corazón, y no sólo mirándole a la cara, sino porque es un malsín nato, un acusica, un chivato de bellota de la peor calaña adicto a la delación, un sujeto que hubiera hecho carrera como ayudante de Lucero el Tenebroso o de don Bruno, que supongo que no tengo que explicarle quienes fueron, se los ha proporcionado muy diligentemente para que usted no tenga que molestarse.

Por cierto, me ha encantado eso de que ya le han contado mi triste historia y que le ha dado muchísima pena. Se lo agradezco de corazón. Muy necesitado de ella estaba.

Bueno, vamos a lo que vamos. Yerran los de su cla proclamando que intento desprestigiar su labor y su profesionalidad. No es que me disloquen las actividades con las que se gana la vida, pero las respeto profundamente. Y para mí el ganarse el pan honradamente es algo sagrado. Usted sabe que yo sé que los hay peores en su mismo gremio. Y no tengo que recordarle que la única vez que escribió en mi muro tras pedirme ser aceptado en él fue cuando me metí con su rival en el negocio, el que busca y vende fantasmagorías en la facultad de Letras, y usted se aprestó a dejar bien clarito que lo suyo era, dónde va a parar, mucho más serio.

Le repito que no es eso. La divulgación de la historia, aunque sea mediante leyendas, entre el pueblo sencillo es labor meritoria y una bonita forma de ganarse el sustento. Solo que debería limitarse a eso y no meterse en guerras, que, aunque lo salpiquen como a todos, en realidad no son suyas, o al menos no deberían serlo. Imagino que sabe de qué le hablo ¿no? Imagino que el mando enemigo no le exige para dejarle usar sus dependencias una fidelidad por escrito y a tamaño de titular de que sigue su bandera ¿verdad? Porque no creo sinceramente que dedicándose a la divulgación histórica, y muy bien por lo que dicen, no haya tenido la precaución de buscar información fidedigna entre los expertos investigadores acreditados sobre las materias que luego verterá sobre sus clientes. O en entrevistas. Pero incluso eso no tendría importancia, porque los detalles tampoco es que le interesen demasiado a la gente sencilla. Pero, ahora, si lo que se dedica a emitir es información tóxica de la que emiten las fuentes tóxicas del enemigo perfectamente elaborada con gases venenosos para crear confusión y conseguir beneficios materiales que no tienen nada que ver con las disciplinas humanísticas, entonces, qué quiere que le diga: se convierte en un soldado enemigo.

Le repito, como le dije ayer, que está muy feo soltar alegremente y con la contundencia de un enorme titular coronando su propia foto (ya la he quitado, no se preocupe) mentiras tan gordísimas elaboradas por los curas con fines de rapiña. La gente sencilla es muy crédula y se lo traga todo, sobre todo si quien lo dice tiene un cierto prestigio como profesional de la divulgación. Y usted sabe que lo que dijo ES MENTIRA. Lo del mihrab y lo de la falta de convivencia, dicho así sin referencias, aisladamente, sin contexto alguno. Que esas afirmaciones han sido elaboradas por don Manuel para denigrar a los constructores andalusíes, musulmanes, de la Mezquita y para agitar el cieno de la islamofobia histórica y para intoxicar la convivencia actual, porque no pueden soportar que el estudio objetivo de la historia demuestre que la Iglesia fue siempre mil veces más intolerante y enemiga de la diversidad que aquellos que consiguieron por dos siglos gobernar una sociedad plural inscrita en los parámetros de su época. Y que seguiría siéndolo si la sociedad civil no le hubiera limado buena parte de sus garras y colmillos. Con todas esas mentiras buscan fabricar argumentaciones-misiles de crucero para dinamitar el estudio objetivo de aquel periodo y la esencia genética del monumento del que ilegítimamente se han apropiado. Y son ellos los que politizan el debate, porque afirman sin usar pruebas, sólo con muletillas y etiquetas que funcionan como los eslóganes publicitarios, por percepción subliminal.

Y si no lo sabe, muy mal, porque está en los libros que usted debería haber manejadopara contrastar la información antes de soltarlo tan alegremente. Y si no tiene tiempo de buscarlos dígamelo que, como usted mismo dijo, tengo mucho tiempo libre y por ahora estoy de vacaciones de creación, y yo le confecciono un resumen. Sin compromiso.

sábado, 2 de septiembre de 2017

OBJETIVO: ECHAR MIERDA SOBRE AL ANDALUS

Los moros eran unos intolerantes y además incapaces de crear arte alguno

Para acceder al contenido de la entrevista objeto de esta crítica picar en la imagen.

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Es desolador asistir a la imparable extensión intoxicadora del discurso nacionalcatólico emitido por el cabildo catedralicio cordobés y por las fuerzas de la reacción historiográfica nacionalista española con el fin de neutralizar el estudio objetivo y normalizado del pasado andalusí de esta ciudad como capital del estado omeya medieval y sus logros políticos, culturales y sociales. Pero sobre todo el del monumento emblema de ese estado: La Mezquita.

No les faltan motivos para ser combativos: la racionalidad democrática de la parte más independiente de sus habitantes se resiste tenazmente a dejarse arrabatar y manipular el más preciado de sus símbolos. Tras la batalla jurídica viene, pues, la simbólica. Nada mejor que contaminar todos los discursos cuyos emisores dependan de una manera u otra de la dadivosidad de ese cabildo. Que son muchos: mutada la mafia episcobancaria de la que tantos estómagos agradecidos dependían, ahora le toca al sector periodístico, turístico y divulgativo mostrarse agradecido, plegándose al discurso intoxicador de la mafia purpurada o morir en el intento de ser rigurosos, objetivos y ofrecer un producto con sello de calidad disciplinar. Porque para eso son los putos amos del cotarro como proporcionadores de empleos a cambio de fidelidad perruna.

A ello responde esa monótona y reaccionaria, por mucho que esa mona maniática se vista con la seda posmoderna, cantinela que entona la falsedad de la convivencia de las tres religiones en el seno de la cultura clásica andalusí y de paso pisotea el mito de la tolerancia de los omeyas. Sin venir a cuento la mayoría de las veces y con el único fin de crear opinión. Como he dedicado un tercio de mi libro CATEDRAL antes muerta que MEZQUITA a desmontar uno a uno los insidiosos argumentos nacionalcatólicos sobre el tema y las descacharrantes ucronías en las que se basan sin ofrecer correlato probatorio alguno, no voy a extenderme aquí. Sólo anotar que sí, que la omeya no fue una democracia idílica, sino un estado autoritario medieval como todos los de la época que persiguió sin piedad la disidencia, tanto dentro de la religión islámica como de la cristiana, en el caso de jariyíes o masarritas (musulmanes) o de los terroristas suicidas cristianos que intentaban dinamitar una paz social que, para el momento histórico y en relación a los reinos que lo rodeaban, se presentaba como rigurosamente avanzada.

Poner como ejemplo de esa carencia de tolerancia el que los distintos colectivos confesionales vivían en barrios separados es una insidia fruto sólo de siseñorismo o de un desconocimiento absoluto de las sociedades de la época y si eso, también de las actuales, donde las poblaciones, de grado o fuerza, tienden a agruparse en barrios étnicamente homogéneos.

Y en cuando a lo de la convivencia o no convivencia (concepto actual, pero legítimamente instrumental y que González Alcantud sustituye muy agudamente por el de convivialidad) hay que ponerlo siempre en relación con algo, con situaciones pasadas y futuras, pero sobre todo con otras entidades estatales coetáneas. Pero podría recordarse, solo por ponernos al mismo nivel de cutrez argumentativa, que en la corte de Al-Hakam I el visir era el conde de los cristianos y su ayuda de cámara se llamaba Jacinto y que en la de Abd al-Rahman II tenemos constancia (porque lo cuentan los propios cristianos) de que existían muchos funcionarios que lo eran sin que su credo les impidiera ejercer altas funciones oficiales. Tenían que pagar un impuesto, eso sí, pero teniendo en cuenta que el estado visigodo, cogobernado por la propia Iglesia, estaba en 711 empleado en la organización de una solución final para los judíos, supongo que puede defenderse sin rubor que es mejor un estado discriminante que no otro exterminante, como mismamente el de los Reyes Católicos de Castilla y de Aragón. Donde si debía haber mucha convivencia era en los reinos hispanos cristianos norteños del siglo X. Dónde va a parar.

El mito de la convivencia de Al Andalus surge sólo como necesidad de buscar un paradigma que contraponer al de la infinita crueldad e índole genocida y uniformadora de la España unificada bajo el báculo de la Iglesia Católica. Y eso es lo que no pueden soportar los curas y ese es el alcaloide que obligan a colocar en el incensario a su monaguillato de periodistas, divulgadores y guías turísticos. Para que las comparaciones bajo notario no puedan ser posibles. Echando mierda sobre Al Andalus sólo buscan esmerilan sus propios crímenes. Como la pasión hermana de echar mierda sobre la República busca esmerilar el genocidio franquista del que la Iglesia fue cómplice.

La segunda perla de la entrevista es esa afirmación rotunda (para explicar lo de las tres culturas) de que LA PARADOJA ES QUE EL MIHRAB DE LA MEZQUITA LO CONSTRUYERON LOS CRISTIANOS. Esa afirmación que, obviamente, como iba buscando la entrevistadora cobrante, además del que le acoge la entrevista, de un medio nacionalcatólico que se mantiene con la pasta del cabildo y del PP, terminó de titular, puede considerarse fruto de un siseñorismo en supuesto grado elevado tanto como de niputaideísmo en grado supino. Aparte de que igual el entrevistado pasa a la historia como descubridor de una crónica andalusí en la que se dice que los bizantinos mandaron arquitectos a Al Andalus para construir el mihrab, porque obviamente los moros que gobernaron Córdoba eran unos beduinazos salidos del desierto con sus tiendas, como defiende el hechicero Nieto Cumplido, y tuvieron que copiar y dejarse hacer todo. O como dijera ese pozo de sabiduría que es nuestro ínclito obispo Demetrio, la Mezquita es arte cristiano y los moros sólo pusieron el dinero.

La profesora Calvo Capilla que ha estudiado con profusión los programas arquitectónicos, decorativos e iconográficos de la Mezquita de Córdoba dedica varias páginas (87-108) de su voluminoso libro Las mezquitas de Al Andalus a demostrar que toda la ampliación de Alhakam II constituye la cumbre evolutiva de un estilo arquitectónico completamente propio del estado omeya cordobés que comenzó con la construcción de la primera mezquita y continuó en Madinat Al-Zahara, en el que se entrecruzan sincréticamente todos las corrientes artísticas del Mediterráneo, desde las bizantinas, herederas del mundo grecorromano, hasta los programas constructivos de la nueva espiritualidad islámica surgidos en la Siria del siglo VII y los abasíes posteriores. Y que las suras del Corán que los cubren forman, cuidadosamente elegidas, parte de un minucioso plan de afirmación de poder filosófico, religioso y jurídico estrictamente omeya andalusí. Y que el hecho de solicitar/aceptar colaboración en la obra a/de Bizancio no consintió más que en un juego diplomático que beneficiaba a ambos estados por igual. Al omeya le sirve como signo de poderío económico y de paso para emular la decoración de la Mezquita de Damasco, la de los antepasados de sus gobernantes, mientras que al bizantino le coloca en un privilegiado estatus de oferente de regalos de alto valor suntuario.

Por su parte, Alberto Montejo ha, así mismo, demostrado que el programa decorativo floral, tanto de los relieves de Medina Azahara como de los mosaicos del mihrab responden a un elaboradísimo plan iconográfico de representación del poder que atiende a las necesidades de afianzamiento local de la dinastía omeya y que, por lo tanto, no fueron concepción de ningún genio cristiano venido de fuera, sino de los artistas andalusíes al servicio de la corte omeya.

No hay ningún texto de la cronística andalusí que diga, como afirma el entrevistado, que el emperador bizantino enviara arquitectos. Sólo Ibn Idhari, el cronista maghrebí del siglo XIV, que utilizaba textos anteriores, hace referencia al envío de un maestro artesano experto musivario acompañado de una cantidad elevada de teselas ya confeccionadas y al que se le asignaron varios artesanos andalusíes para que le ayudaran en la tarea de armar las figuraciones que le fueran indicadas por los diseñadores omeyas.

Pero nada de eso importa. La periodista necesitaba un titular nacionalcatólico, una etiqueta que vender al cabildo y nuestro divulgador, que confiesa por lo demás no ser experto en historia de la ciudad, se lo ha proporcionado gustosamente. Para qué estudiar antes de divulgar si para la cultura mugrienta que se consume en esta ciudad sobran y bastan los eslóganes publicitarios al servicio del poder que otorga posibilidades de poder pagar las letras del piso o los colegios de los niños. Y que son los que nutren esa gelatina infame que conforma el pensamiento salmorejistaní, ese que tiene su templo y se emite con sobrada autosuficiencia acodado en la barra del Carrasquín.

Otro día, si eso, comento el delicado detalle de primar el turismo de australopitecos despedidores de soltería porque deja migajas eurísticas en la ciudad sobre el de las excursiones del Inserso de abuelos sin posibles que vienen a disfrutar de las florecicas y las maceticas de nuestros patios con las habas contadas de sus pensiones.

jueves, 10 de agosto de 2017

EL SÍNDROME DE ABUNDIO


Sobre la construcción en Córdoba de un aparcamiento encima del destruido yacimiento arqueológico de Saqunda.

Hace tiempo que no escucho chistes de Abundio. Y no sé si los más jóvenes del lugar saben de qué estoy hablando. Se trata de uno de esos héroes de chiste al que como a Jaimito o al Bizco Pardal se le adjudican hilarantes hechos o dichos. A Abundio se lo utilizaba para marcar comparativamente el nivel de tontura de cualquier persona. Así se decía: eres más tonto que Abundio, que vendió el coche pa comprar la gasolina.

Pues esta ciudad nuestra lleva muchos años mereciendo ser comparada con el pobre Abundio. Tanto que podrían cambiar perfectamente su nombre por ABUNDIA. No hace falta que recuerde el asunto del Palacio del Sur o la metástasis parcelista para corroborarlo. Pero es en el asunto de la gestión de su petróleo donde Córdoba ha alcanzado los niveles de estupidez más abundianos. El petróleo de Córdoba, mientras no se inventen otras fuentes de ingresos más estables, es el patrimonio histórico artístico de la ciudad, en el que se incluyen de una manera casi imprescindible los restos arqueológicos. Ya he dedicado muchas páginas en mis libros y en los posts de este blog a denunciar la mayor destrucción de patrimonio arqueológico que ha ocurrido en el mundo en menor tiempo, un record que daba hasta ahora la medida de la calidad de la abundia de la ciudad y meto a todo el mundo, gobernantes y gobernados, repartiéndosela igualitariamente.

Ya sé que en estos extraños días en que hemos heredado en este país la mayor parte del flujo turístico que antes recogía la orilla sur y oriental del Mediterráneo por obra y gracia de Osama bin Laden, a quien este gobierno debería ir pensando conceder la medalla de Isabel la Católica a título póstumo por su contribución a la subida del PIB nacional, hablar de aumentar el turismo es muy peligroso. Y yo soy uno de esos que la caverna (en la que últimamente se ha metido buena parte del PSOE) llama turistófobos. O sea, uno de esos antisistema que sólo piden por favor la racionalización de una monstruosa industria turística (internacional, o sea que no paga impuestos) que abriga la intención de expulsarnos de los lugares donde hemos vivido toda nuestra vida para hacer negocio con los turistas como ya ha ocurrido en otras ciudades. Así que mi argumento siempre fue que el mantenimiento de la mayor cantidad de restos arqueológicos posibles, su correcta puesta en valor y su conversión en materia cultural no entra tanto en los terrenos del fomento del turismo, como en el del deber de mantener para las generaciones actuales los restos interpretados de nuestro pasado, pero sobre todo conservarlas para las futuras. Es curioso que tanta gente levante su voz contra la construcción de un bloque de apartamentos en una playa con el argumento de que atenta contra el patrimonio ecológico común y comprenda la misma destrucción en un yacimiento arqueológico que forma parte de patrimonio cultural común. Cuando una playa siempre puede volver a ser rescatada pero un yacimiento arqueológico destruido se pierde para siempre, escamoteado definitivamente para que lo disfruten las generaciones siguientes.

Pero ese argumento mío, es eso, sólo mío. En cambio el argumento de que hay que traer turistas como sea a la ciudad hasta que reventemos es el generalizado entre nuestras autoridades ultraliberales y miembros de la mafia hostelera hasta hoy en que parece que nuevos vientos más racionales han entrado en el Ayuntamiento. Vientos que rápidamente han sido tildados por los cavernícolas como sirocos.

Y ahí es donde entra el Síndrome de Abundio. En el hecho de que los que llevamos desde hace dos años horrorizados por cómo se ha destruido completamente el yacimiento del arrabal Saqunda, el primer barrio histórico de la ciudad del que tenemos noticia en las fuentes escritas, arrasado violentamente en el siglo IX tras la primera revuelta de carácter social de la que tenemos constancia en los anales de esta ciudad y que provocó un exilio que fue el primer exilio político documentado en la historia de los pueblos ibéricos, que tan pródigos serían posteriormente en provocarlos, nos acabemos enterando de que el motivo de su destrucción ha sido la creación de un enorme aparcamiento en superficie para que los turistas que vienen a disfrutar de nuestro patrimonio cultural, principalmente el histórico-artístico, o sea el arqueológico, lo tengan facilito para hacerlo, pero sobre todo para llenar los bares y hoteles del casco antiguo. Ya he contado en este mismo blog la anterior abundiada municipal de cómo hace dos años se cepillaron otra parte del yacimiento -original, con cimientos del siglo IX- para crear una plataforma donde colocar una plaza de toros portátil que acogería falsas carreras de falsos aurigas con motivo de la celebración de un falso mercado romano.

A la carcunda columnaria del Acorazado también le ha hecho mucha gracia el asunto, pero claro a ellos el patrimonio arqueológico les importa lo mismo que las lágrimas de los hijos de los fusilados por su viejo protector el general Franco que quieren sacarlos de la cunetas y colocarlos en un lugar digno. Así que no hablan del yacimiento sino del fracaso de los gobiernos de izmierdas de los 00 que no fueron capaces de levantar priápicas estructuras para poner a esta ciudad en el mapa de las ciudades con absurdidades que ponen en los mapas.

Y aluego está el hermano de la zapatitesca marquesa de Lo Público No Es De Nadie, el infumable novelista egabrense, exnacionalista andaluz y ahora aguerrido miembro de las falanges del nacional-fartusquismo español, español, español, José Calvo Poyato que, dando una muestra más de su acreditada patosidad para situar los escenarios de sus novelas y sus artículos, soltó recientemente desde su privilegiado púlpito del perifascista medio abecedario que ese aparcamiento de superficie permitirá a los residentes de San Agustín y Santa Marina tener donde dejar el coche, lo que aliviará las dificultades que hoy encuentran para ello, dadas las crecientes peatonalizaciones y semipeatonalizaciones en aquella zona de la ciudad. Lo descacharrante del razonamiento de zarigüeya del atufado intelestuar egabrense no está tanto en que ni siquiera miente, considerándose a sí mismo historiador, el yacimiento arqueológico que se ha destruido, ni en el pellizquito de monja que lanza contra la humanización racional del hábitat urbano mediante la peatonalización, sino en lo de confundir el norte y el sur, la cara y el culo. Para los que no sean de Córdoba: los populosos barrios de San Agustín y Santa Marina ni están peatonalizadas ni se encuentran cerca del futuro aparcamiento, sino talmente como Legazpi de Cuatro Caminos en el plano de Madrid. O sea, en la remota otra puntísima de la ciudad. Lo dicho: niputaideísmo ilustrado en estado puro.

sábado, 24 de junio de 2017

Humor iconoplasta cordobés

SUPERSTICIONES HUMOR

HOY...

El gran Blasete Muuu, el mejor humorista del ramo iconoplasta al oeste del Pedroches, nos brinda hoy otro de sus desternillantes monólogos desde su habitual púlpito estilita de LA COZ. En esta ocasión nos sorprende con la descacharrante broma de hacernos creer que este fin de semana de finales de junio, con la que está cayendo de caló, la metástasis narcocofrade alcanzará la cifra de ¡¡¡9 procesiones 9!!! en distintos puntos de la ciudad. Una verdadera BACANAL ICONOPLASTA para la que colapsarían 80 calles/plazas/avenidas 80 y para cuyo normal desarrollo el Excelentísimo Ayuntamiento de izquierdas se vería obligado apoquinar unas decenas de miles de euros del erario público para garantizar el normal desarrollo de esa superfiestaza privada.

Para dar realismo y desencadenar más risa en el respetable desgrana prolijamente cada una de las calles que serán ocupadas por las ordenadas filas iconoplastas mecidas por los sincopados ritmos de la siniestra música militar que nació para acompañar a las ejecuciones de la Inquisición. Del pavor a la risa, ese es el secreto de su éxito. Y a fe mía que lo consigue. Sufriré de agujetas en mi pobre diafragma por varios días.

El monólogo está salpicado de verdaderas perlas humorísticas, como la de llamar a estas procesiones octavas como haciéndonos creer que a lo largo de la temporada nos han dado la plasta icónica siete veces más cada una de ellas.

Pero donde descuella -¿o descolla?- su ingenio gracioso es en el arte nominativo. Ahí es nada la imaginación que hay que gastar para inventar nombres para las cofradías tan descacharrantes como Protohermandad de la Quinta Angustia o Protohermandad del Traslado al Sepulcro. Si su humor no fuera tan fino podría incluso haberle dado una vuelta de tuerca más y haberlas nominado como Proctohermandades.

Menos mal que se trata sólo de un monólogo de humor y que hoy 23 de junio de 2035 se cumplen los cinco años de la última manifestación iconoplasta que hubo en la ciudad, aquellas siniestras bacanales supersticiosas que afortunadamente desaparecieron por muerte natural. Pero está bien convertir las pesadillas en humor. Eso ayuda a sobrellevar el trauma de los 600 años de iconoplastismo anteriores acumulados.

LA TRISTE REALIDAD: Seguimos en 2017 y no es un sueño, aunque sí una pesadilla:

jueves, 15 de junio de 2017

Los cojones de la Yihad Iconoplasta Cordobesa

La última vez que en la Muy Leal, Muy Piadosa, Muy Levítica Ciudad de Córdoba la racionalidad democrática puso en su sitio a la Dictadura Iconoplasta fue cuando Maese Anguita esculpió en aquel bronce mediático aquello de que el obispo no lo era suyo pero él si era alcalde de él. Desde entonces las dosis de clericalcofradeína supositorial que han visitado los rectos procederes de sus edilicias señorías de todos los partidos municipales que en la ciudad han sido y a quien Dios guarde muchos años han sido frecuentes, profundas y de efectivo valor terapéutico.

Me apuesto las cervezas de todo este verano a que esta nueva dosis supositorial de cofradeína envaselinada que los representantes de la Yihad Narcocofrade acaban de poner en la mesa de los concejales del ramo con el mensaje de que el ayuntamiento, los representantes del pueblo soberano, y todas las asociaciones de vecinos o comerciantes, la democracia y la puta que la parió son una verdadera mierda ante el derecho divino de los iconoplastas a tomar las calles cuándo, cómo y dónde les salga de los cojones, acabará, como siempre, en el interior del recto proceder de sus excelencias municipales. Amén.

Evacuado mediáticamente por el incensado ojete de Blasete El Chupacirios en LA COZ, el medio clericalppero por tontonomasia de la ciudad de Córdoba.

martes, 6 de junio de 2017

La odisea de los rabadíes de Saqunda

Los que habéis seguido durante años este blog imagino que habréis notado (echar de menos igual es un supositorio excesivo por mi parte) que lo he tenido muy abandonado. Los amigos con blog habrán notado, por su parte, que tampoco he participado como solía en los debates que se suscitaban en los suyos a menudo. No me olvido de nadie ni mejtoy quitando, mejtoy quitando. La única causa de esa relativa ausencia, porque de vez en cuando me he desentumecido con algún arrebato, ha sido que he estado criando un gorrión en casa. Un gorrión gordo, aunque no sé si lustroso, que eso lo tendrán que decir los que se decidan a verlo piar, que me ha mantenido sentado en el duro banco de una galera libresca por dos años, alimentándolo con pienso de datos, ideas, esfuerzo y cariño. En ellos, además, acompañaba yo mismo al gorrión en el proceso de encebamiento. Espero tener todo el verano para lijarme las rebabas cárnicas sobrantes.

Al gorrión le he puesto de nombre LA ODISEA DE LOS RABADÍES y de apellidos El primer exilio hispano. Un ensayo en el que he tratado de recoger lo más ajustado a las fuentes posible, la secuencia completa de la historia de los arrabaleros (rabadíes) de Saqunda, su levantamiento contra el emir, la represión consiguiente y las distintas etapas de su exilio, Toledo, Fez, Alejandría y Creta. La primera revuelta popular urbana contra un poder estatal establecido inserta en la lucha de clases y el primer exilio por causas políticas de la península Ibérica de que tenemos noticia histórica por fuentes escritas.

Para presentarlo en sociedad en una bonita jaula he contado con los mismos problemas que con mis dos gorriones anteriores. Ningún jaulista profesional me ha querido hacer el encargo. Ninguna de las editoriales locales y nacionales han considerado a mis gorriones dignos de que entren en sus jaulas. Así que me he visto obligado, y me he resistido, claro que sí, a enjaularlos en AMAZON. Yo mismo diseño la jaula hasta el menor detalle y ellos me la construyen y la ponen a la venta en su pajarería. Ya sé… Lo sé perfectamente. Pero para alguien que está convencido de que el FIN DE LOS TIEMPOS ESTÁ CERCA y que calza ya una edad que aconseja no esperar demasiado, no me ha quedado otra opción. Descartando otras enjauladoras de autoedición por muchas razones cuya exposición os ahorro.

Es una verdadera pena que el flechazo con un probable degustador de mi trabajo no ocurra en el ámbito natural donde ocurren esos milagros: el vientre propicio de una librería, mediante roce táctil y visual. Pero las cosas son como son y salen como salen.

Los que estéis interesados tanto en este último gorrión como en mis dos anteriores los podéis adquirir en la tienda de AMAZON. En cuatro días si no hay finde por medio los tendréis en casa y en mano.

Por último, contaros que me han asaltado con la sorpresa de que me andan organizando una presentación del libro en un sitio marco incomparable y emblemático de la muerte. Pero eso es un medio secreto que desvelaré, sin finalmente se confirma, más adelante. Sería una cosa bastante raruna: presentación de un libro que no puede venderse en el lugar del acto. Tal como están las cosas puede que sea el futuro, triste futuro y sobre todo corto, muy corto. Así que ¡confesad y arrepentíos, pecadores…! 

miércoles, 31 de mayo de 2017

El legado de Al Andalus

Hace mucho, mucho tiempo que la raza de los viajeros se extinguió. Hoy, que nadie se engañe, ya no es posible ser otra cosa que turista. Lo que nos queda es la posibilidad de sólo estar en otros lugares ajenos al nuestro en lugar de vivirlos en simbiosis con nuestros pulsos como hacían los viajeros de antaño. Los visitados suelen saber tanto de los visitantes como éstos de aquellos y ya no queda nada que merezca ser mencionado a la vuelta sin que otros miles no lo hayan hecho antes. La distinción hoy podríamos establecerla entre el turismo industrial y el turismo artesanal. Entre quienes visitan los lugares sin más información que la que les proporcionan las guías estándar y quienes se lanzan a aventuras del conocimiento buceando en literaturas específicas que ahondan lo más posible en su cuerpo y en su espíritu. Para estos últimos que vayan a viajar al Maghreb puede resultar de suma excitación intelectual el libro recién aparecido de Virginia Luque sobre la herencia andalusí y morisca en el Maghreb, subtítulo precisamente de El legado de Al Andalus, publicado por Almuzara y aún calentito. Bueno, en realidad puede ser excitante no sólo para quien esté pensando bajarse al moro —porque el libro no es un texto de viajes estrictamente, sino un ensayo perfectamente documentado— sino sobre todo para cualquiera que tenga un mínimo interés en el conocimiento de nuestro pasado y nuestro presente y en cómo ambos andan estrechamente entrelazados, no sólo aquí, en las tierras donde dejó su huella un Al Andalus perdido hace siglos, sino sobre todo en otras tierras muy cercanas donde sí que permanece perfectamente vivo.

Luque peina concienzudamente la idiosincrasia y la cultura, tanto la material como la intelectual y la espiritual, de nuestros vecinos del sur para buscar las huellas que de aquel mundo perdido —aunque no del todo— en nuestros lares, perviven en ellos como receptores que fueron de todo aquel legado que la España de la Unificación en la Catolicidad expulsó violentamente de su seno.

Viajar por el Maghreb de la mano de Virginia, sirviéndose de su libro como guía por Marruecos, Argelia y Túnez, persiguiendo los olores de los perfumes, los sabores de los platos que un día fueron nuestros, las formas arquitectónicas hermanas de la Alhambra o la Aljafería o de los pueblos de las serranías malagueñas, las músicas que un día llenaron los salones de los palacios, las primorosas explotaciones agrícolas cuyas cicatrices aún perduran en Valencia o las Alpujarras, las artesanías… y sobre todo el paisaje humano de los andalusíes perfectamente vivo y distinguible en el corazón de las ciudades, colectiva e individualmente, con nombres y apellidos, puede ser una experiencia inolvidable.

martes, 25 de abril de 2017

Operación "Posito de mierda"

- ¿Pulisía?

- Hola, buenas, llamaba desde Córdoba para ofrecerles un nombre para una bonita operación policial.

- ¿Cómo? Ah, no, de sus compis de Córdoba no me fío.

- Bueno, miren, se trataría de la OPERACIÓN POSITO. Mejor si le añaden otra palabra y lo convierten en OPERACIÓN POSITO DE MIERDA.

- Verán, es un poco enrevesado, pero muy bueno. Investiguen lo que se esconde detrás del proyecto de conversión del antiguo Pósito de la Corredera de Córdoba en un Mercado Gastropijo. Hacen un pequeño juego de palabras, le quitan el acento y lo dejan en cordobés y le añaden el oloroso contenido del asunto. Fácil ¿no? Los muñidores de ese negociete eran el antiguo alcalde de Córdoba Ppipiolo Nieto, ahora subsecre de Interior y Pablito González, ya saben el baranda de los Mercas esos, incluido MERCACÓRDOBA. Sí, el mismo, el hermanísimo de Ignatius Really, Really Chorizo. Lo digo por si quieren atar cabos de lo que hablaron los dos mendas unos días antes de que lo detuvieran. Por si PPiolo no lo explica en su comparecencia en el Parlamento.

- Exacto, de la receta del auténtico salmorejo.

- De nada, hombre, me encanta ser un probo ciudadano.

Hace justo tres años PUBLIQUÉ UN POST en este blog sobre las maniobras en que la mafia nacional-corruptalista andaba metida en Córdoba para hacerse con un espacio que pertenecía secularmente al pueblo de Córdoba, incluirlo en su cartera de robos de lo público y metérnosla bien tiesa hasta la campanilla sin mantequilla ni anestesia.

Y apunté algunas posibilidades de la sustancia del meollo que resultaron ser absolutamente acertadas. No tiene mucho mérito. Estudiando el ganao se suele saber dónde y cuándo caga regularmente.

Lo que no sabía yo entonces es que el tal González que bailaba el tango del parné con Flequillito Nieto en el interior del Pósito era el hermano de Enemigo Número Uno desde hace dos días. Todo un honor para esta ciudad en la que las mafias hasta ahora y que se sepa han sido estrictamente locales, entrar de lleno en las redes nacionales e internacionales. Avanzamos por el buen camino.