Córdoba Polipatética: La Feria del Mal Fario
Que Córdoba es una ciudad contradictoria en la mayoría de sus términos es algo que se sabe de antiguo. El mismo Baroja dejó escrita su perplejidad por la tranquilidad con que en Córdoba la caridad residía en el potro, la salud en el cementerio y la verdad en el campo. Podríamos sumar a ello que esta ciudad es la única del mundo que cuenta con un monumento ¡¡¡a Nerón!!! y que el colegiado de honor del Colegio de Médicos es un ser mitológico alado que cura enfermedades por medio de la magia. Por no hablar de que la sede de ACALI, la asociación la rehabilitación de alcohólicos, está situada en un barrio conocido como Los Olivos Borrachos y que las oficinas de la Organización de Ciegos Españoles (ONCE) se ubica en la zona de Vistalegre.
Siguiendo esa tradición de descacharrancias conceptuales y el delirio macabrista de la Yihad Folklocatólica Local que la convierten en una ciudad polipatética, Córdoba es desde este año la única ciudad andaluza que inaugura su Feria con un acto de Mal Fario. Porque vamos a ver, la inauguración consiste este año (y espero que sin que sirva de precedente) en que los miembros y miembras de una logia beatera fundada el año pasado con el exclusivo fin de dar por culo a los no creyentes imponiendo a todo el mundo las rancias tradiciones nacionalcatólicas, trasladen en solemne procesión (¡¡¡otra!!!) un telón al que llaman estandarte desde el lugar donde se guarda, la ermita de Nuestra Señora de la Salud, uno de los avatares de la deidad femenina madre del panteón católico, hasta el REAL DE LA FERIA. Y ¿dónde está esa ermita, queridos niños? Pues en el cementerio. O sea, dentro del recinto de UN CEMENTERIO. Por si no fuera suficiente el que un montón de casetas que denotan su función festera rotuladas con nombres con tan mala sombra como La Sangre, El Sepulcro, La Agonía, La Expiración, Los Dolores, etc, algo que compartimos con nuestras no menos irracionalistas hermanas de la Comunidad Autónoma de María Santísima y que deja turulatos a nuestros visitantes, este año el senequismo, la versión cordobesa de la mala follá granaína, rizará el rizo de la macabrada folklocatólica comunicando física y espiritualmente un cementerio con el Recinto Ferial, el lugar donde los incautos cordobeses comenzarán en un rato la orgía ferianta. O sea. Con las miasmas de los muertos. Con el mal fario que eso trae. ¡Alegría, alegría!. Y supongo que los trasladantes del telón contaminado de vajío mortuorio ni siquiera tendrán la precaución de sulfatarlo con Zotal, el desinfectante total, para evitar que las miasmas lleguen al ferial. Yo desde luego no creo en supersticiones de ninguna clase, ni siquiera en la antiquísima y acreditadísima que afirma que si descubres un fraile en la pata del horroroso san Cristóbal que pena en un cuadro colgado en la Mezquita (antes mezquita) aparece de pronto un misterioso cura y te encaloma por detrás, pero desde luego este año no pienso pisar la feria. Si luego ocurre una desgracia o se llena la feria de zombis de los de verdad que nadie diga que no estaba avisado. NECRONOMICÓN. VAJÍO. ESPELUZNAMIENTO. MAL FARIO. ¡LAGARTO! ¡LAGARTO!
5 comentarios:
Ah, el elemento que falta en la triada Olivos borrachos/Vistalegre es el Cementerio de la Salud.
Manuela, agárrate el coño y harte la muerta.
Me ha llamado la atención, a demás de compartir la entrada, como no podía ser menos, primero porque no soy "feriante", ni "patiero", ni "crucero", ni "romero", desde hace años por convicción y segundo por estar de acuerdo en la contradicción de las cosas de esta ciudad que señalas.
Pero me llama la atención esa palabra que tanto usamos sinónimo de la mala suerte como "Vajío", y la curiosidad es que siempre la escribo con b, es decir "Bajío", o lo que es lo mismo significando mar de poco fondo y peligrosa. Pero buscando, buscando, compruebo que es un recorte, de Vahído. Se cambia la hache por la jota -cosa normal en nosotros-, y recortando la d, y por lo tanto significando aliento, a ser posible malo.
Tú que eres un mago de las palabras la empleas con V, pero ¿es así cómo se debe escribir?
Salud y toca madera.
Manuel, no se te olvide que hay una caseta que debería llamarse la "Buena Muerte" y que como suena mal le han puesto "El Capirote", que suena mejor, pero que tiene "premio"...
Como dice Paco, se dice "bajío" (En los mares, ríos y lagos navegables, elevación del fondo que impide que floten las embarcaciones) pero en este caso la v y la b suenan igual de mal.
Me he jartao de reír. Adiós, me voy a tocar "maera".
Yuyu, yuyu...
Bueno, Paco y José Manuel, yo creo que nuestro palabro vajío, proviene de vahído, que según el rae es un "Desvanecimiento, turbación breve del sentido por alguna indisposición", aunque los andaluces le hemos ampliado el sentido endiñándole la causa de esa turbación al miedo, al espeluzno que nos causan las cosillas de ultratumba. Aparte de un mareíllo yo creo que se usa en el sentido ese de espeluzno: vi a mi agüelo de pronto delante mía y me dio un vajío. Teniendo en cuenta que mi agüelo se murió hace años, claro.
Pero no digo que no llevéis razón. Y Paco, tú que has investigado sobre nuestros localismos, algo ya sabes.
En cuanto a la feria, bueno, a mí no me gusta la feria por motivos personales, aunque creo que es justa y necesaria porque supone la fiesta mayor de la ciudad, una kermés identitaria inofensiva en sí misma, pero sí que me produce urticaria toda la parafernalia teórica que se crea a su alrededor y que no responde a motivos racionales, urbanísticos, humanisticos o de psicología de masas, sino a intereses oscuros de raíz económica, pero sobre todo reaccionaria de las fuerzas más oscuras de la ciudad: los que tratan de dominar todos los resortes de la vida de sus paisanos a base de nacionalcatolicismo y tradiciones obligatorias e inmutables.
Ah y NoSoyUnRobot, lo del cementerio y la salud lo pongo al principio de la entrada. Lee más despacio, hombre o mujer.
Publicar un comentario