viernes, 29 de septiembre de 2006
Poco a poco, con su obligado cumplimiento, se van dando a conocer los términos contractuales en los que se basó la penitencia que la Iglesia Católica impuso en su momento a la señora Ortiz por su larga y contumaz estadía en los pantanosos terrenos del error y su alejamiento de la verdad natural de la única religión verdadera que la llevó vivir de forma permanente en pecado mortal por su pública cohabitación con varón sin las necesarias bendiciones divinas, para poder ser perdonada por el Poder Vicario que la Santa Iglesia ejerce y así quedar libre de mancha pecaminosa alguna. Ello le permitió, una vez reciclada en ferviente católica, convertirse en la feliz esposa del señor Borbón Jr., y el desarrollo de la profesión que ambos ejercen de príncipes herederos de una monarquía católica del siglo XXI.
Pero ahora a pagar tocan, rica.
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3 comentarios:
¡AY!, Lety, quien te ha visto y quien te ve...
Santa Letizia de la Conferencia Episcopal
La fe mueve montañas. Quién la mueve la fe a Letizia?
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