(del laberinto al treinta)


martes, 8 de mayo de 2007

La estatua más grande de Córdoba

Al calor del recuerdo de la (pena, penita, pena) muy tristemente desaparecida estatua del ministro Barroso y Castillo obra de Mateo Inurria de los Jardines de los Patos me ha venido de sopetón el de la que parece ser la escultura de mayor tamaño (14 mts) de la que se tenga noticia que se erigiera nunca en Córdoba. No se andaban con chiquitas nuestros aún barrocos paisanos del siglo XVIII. Para los que acusan de gusto faraónico y de megalómanos del cartón piedra a los amantes de las hiperkitsches portadas feriales, ahí tenemos la colosal escultura del Coloso de Rodas que levantaron en la calle de la Feria (atrozmente renombrada después como San Fernando) nuestras pelotilleras autoridades de la época en honor del rey Carlos IV con motivo de su coronación (1788). Supongo que la colocarían en la Cruz del Rastro, sirviendo como arco triunfal. Por cierto, ¿qué carajo tendría que ver el tal Coloso de la coqueta isla griega con la ciudad de la Mezquita o con el afartuscado rey de marras?

domingo, 6 de mayo de 2007

Homofobia en Coín (Málaga)

-La tolerancia de la intolerancia produce intolerancia.

-La intolerancia de la intolerancia produce tolerancia
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LARS GUSTAFSSON



Este señor tan repeinado y con esa corbata dorada tan bonita es el señor alcalde de Coín, Gabriel J. Clavijo Sánchez (PSOE), que estos días se ha hecho famoso, junto a su concejala de cultura Lina María Vidales Pérez, por haber prohibido una exposición, 1 + 1 = NOUS, del matrimonio de ceramistas formado por Salvador Luna y Antonio Hernández, por la única y exclusiva razón de su condición de homosexuales. No porque nuestro probo alcalde esté en contra de los matrimonios homosexuales, ya que él mismo casó a la pareja de artistas, sino por la poderosa razón de no soliviantar a las negras fuerzas del talibanismo católico del pueblo (párroco, cofradías y sectas varias) que amenazaron con manifestarse.



Pongo su fotografía porque me gusta mostrar sus caras. Estos individuos de las corbatas doradas suelen ser por lo general deliciosamente cobardes, una especie de peste entreguista que ha infectado el tejido del progresismo español. Se trata de una especie de travestis políticos que se presentan a las elecciones como progresistas pero que a la primera de cambio, cuando se les exigen actitudes propias de lo que supuestamente son se alinean exactamente con quienes están adiestrados a alinearse, o con quienes su instinto de supervivencia les dicta: con las fuerzas de la reacción. No es que el PSOE sea un partido excesivamente progresista. Es lo que es, un partido del centro civilizado sin demasiadas profundidades ideológicas, que tiene la suerte de que lo que se presenta en España como derecha sea una amalgama de criptofascismo y talibanismo católico absolutamente indigesto. Pero precisamente por esa indecisión ideológica da cabida a todo este tipo de elementos, pulcros, aseaditos, que sólo llevan en su marchamo político las siglas del partido, pero que a la primera que se les exige que defiendan las Termópilas de la Razón, la Democracia, la Laicidad y los demás valores básicos del progresismo se les ve el plumero de puros trepas metidos en política sólo por ansias de poder o por ansias de otra cosa más material, de papel, rectangular y con dibujitos.



Desde aquí le pido al Sr. Alcalde que me declare persona non grata en su pueblo. Por él y por todos los paisanos que no le han dado una patada en el culo por rajón y cagaliendres.

Y al cura, Gonzalo Martín, el joven talibán ensotanado, le concedo el honor de excomulgarme. Excomúlgueme, padre. Excomúlgueme de una puta vez.

Por si alguien no sabe de qué va el tema, aquí le pongo los enlaces pertinentes:

¡POBRE CURA!, dice el alcalde.

AMENAZAS COFRADES