(del laberinto al treinta)


sábado, 11 de noviembre de 2017

El reverso de Chiquito de la Calzada

Cuando ya era un personaje de éxito leí un artículo, que no he vuelto a encontrar, de un paisano suyo que conocía su trayectoria en el que contaba que ese humor, esa manera de contar los chistes la había depurado durante una etapa de su vida en cientos de juergas de señoritos andaluces en la que era contratado, además de cómo cantaor, como bufón, entiéndase esta palabra en su más íntima doloridad. Un auténtico dos x uno. Creo recordar que contaba que lo llevaban contratado por tiempo indefinido en las interminables fiestas con que esos señoritos se autohomenajeaban por la suerte de haber nacido con pedigrí y tener mucho arte para gastarse las fortunas familiares. Probablemente se lo llevaban al Rocío de cantaor, bufón y criado en las carretas de la servidumbre para que les alegrara las locas noches del Camino. Todos conocemos testimonios de cantaores y guitarristas que narraron sus calvarios en las ventas de vino y putas de los años 50 y 60 en las que nunca sabían tras pasarse 15 horas de trabajo si los señoritos del franquismo tendrían a bien pagárselo o no y podrían llevar algo a sus casas con que alimentar a sus familias.

Por eso, más allá de que me gustara o no su humor, que sí que me gusta porque tiene mucho arte polagloriademimadre o de que careciera del más mínimo interés intelectual, ni falta que me importa, siempre le tuve un respeto imponente, como al que había que tenerle al Piyayo, su paisano gitano que inmortalizara José Carlos de Luna.

¿Tú conoces al "Piyayo",
un viejecillo renegro, reseco y chicuelo;
la mirada de gallo
pendenciero
y hocico de raposo
tiñoso…
que pide limosna por "tangos"
y maldice cantando "fandangos"
gangosos?
¡A chufla lo toma la gente
y a mi me da pena
y me causa un respeto imponente!
Ata a su cuerpo una guitarra,
Que chilla como una corneja
Y zumba como una chicharra
Y tiene arrumacos de vieja
Pelleja.
Yo le he visto cantando,
Babeando
De rabia y de vino,
Bailando
Con saltos felinos
Tocando a zarpazos,.
Los acordes de un viejo"tangazo"
Y, a sus contorsiones de ardilla,
Hace son con la sucia calderilla.
¡a chufla lo toma la gente
y a mi me da pena
y me causa un respeto imponente!
Es su extraño arte
su cepo y su cruz,
su vida y su luz,
su tabaco y su aguardientillo…
y su pan y el de sus nietecillos:
"churumbeles" con greñas de alambre
y panzas de sapos.
Que aullan de hambre
Tiritando bajo los harapos;
Sin madre que lave su roña;
Sin padre que "afane"
Porque pena una muerte en santoña;
Sin mas sombra que la del abuelo…
¡poca sombra, porque es tan chicuelo;
en el altozano
tiene un cuchitril
¡a las vigas alcanza la mano;
y por lumbre y por luz, un candil.
Vacia sus alforjas
Que son sus bolsillos,
Bostezando los siete chiquillos,
Se agrupan riendo.
Y entre carantoñas les va repartiendo
Pan y pescao frito,
Con la parsimonia de un antiguo rito:
¡chavales!
¡pan de flor de harina!
Mascarlo despasio.
Mejo pan no se come en palasio.
Y este pescaito, ¿no es na?
¡sacao uno a uno del fondo del mí!
¡gloria pura él!
Las espinas se comen tamié,
Que to es alimento…
Asi….despasito.
¡no llores, Manuela!
Tu no pués, porque no tiés muelas.
¡es tan chiquitita
mi niña bonita!..
así, despasito.
Muy remascaito,
Migaja a migaja, que dure,
Le van dando fin
A los cinco reales que costo el festín.
Luego entre guiñapos durmiendo,
Por matar el frío, muy apiñaditos.
La Virgen María contempla al "Piyayo"
Riendo
Y hay un Angel rubio que besa la frente
De cada gitano chiquito.
¡A chufla lo toma la gente!…
¡A mi me da pena
y me causa un respeto imponente!