(del laberinto al treinta)


lunes, 4 de septiembre de 2017

Carta abierta al afectado por mi crítica de hace dos dias

EN RELACIÓN CON MI ARTÍCULO ANTERIOR Y SU REPERCUSIÓN EN EL MURO DE FACEBOOK DEL AFECTADO.

Estimado ex-amigo de Facebook:

Digo lo de ex-amigo porque usted mismo lo ha decidido, a pesar de que en el texto que acompaña a su enlace dice suponer, sin motivos, que por mi parte yo ya no lo soy. Para seguidamente bloquearme. Imagino que con el piadoso fin de evitarle a mi cuerpo el terrible escozor que produce el ser despellejado por una nutrida cohorte de sus fans. Como yo no dejé de ser su amigo de Facebook intenté entrar a defenderme y a darle a usted la oportunidad de hacerlo. De la cohorte de fans, por lo que he visto cuando alguien no ha sido tan piadoso y me ha procurado una captura de pantalla y dado el nivel dialéctico que esas criaturas, no esperaba nada e igual debería usted elegirla con un poquito más de nivel argumentativo. Pero de usted ya veo que tampoco por lo que dice que no piensa perder ni un minuto defendiéndose de las insidias de su HATER favorito. Que no es otro que yo mismo. La señora que le tendió la trampa en la que cayó como un pardillo también se despacha llamándome “el notas”, acusándome de esconderme tras un seudónimo y de haber ofendido a límite del delito a sus amigos los pedorros juntaletras de La COZ, ese infecto panfleto ultraderechista financiado por el cabildo y por el PP y que por lo que veo, han acabado dándole a ella misma la patá, probablemente por no ser suficientemente ultrafacha. Igual esa señora no sabe dos cosas: una que la Asociación de la Prensa de esta ciudad me concedió el honor hace un tiempo de montar una reunión extraordinaria para estudiar la posibilidad de denunciarme por supuestos insultos a algunos de sus miembros sin que finalmente encontrasen materia con que hacerlo porque la materia del delito no eran sino meras definiciones de los ofendidos. La otra es que con mi seudónimo escribo y publico libros en los que aparece mi foto, los presento públicamente y doy charlas y asisto a coloquios en lugares igualmente públicos. Por otro lado, los chicos del Acorazado ABC, ese diario que felicitaba en portada a Hitler por su cumple, no tuvieron absolutamente ningún problema para enviarme un burro fax en el que constaba mi nombre y mis apellidos que contenía una nada velada amenaza mediante mostración de la colmillada de sus dobermans leguleyos, por haberme chirreado merecidamente del más halitósico de sus plumillas.

Por si fuera poco uno de los de su cla, un tipo del que no debería fiarse usted ni un pelo, se lo digo de corazón, y no sólo mirándole a la cara, sino porque es un malsín nato, un acusica, un chivato de bellota de la peor calaña adicto a la delación, un sujeto que hubiera hecho carrera como ayudante de Lucero el Tenebroso o de don Bruno, que supongo que no tengo que explicarle quienes fueron, se los ha proporcionado muy diligentemente para que usted no tenga que molestarse.

Por cierto, me ha encantado eso de que ya le han contado mi triste historia y que le ha dado muchísima pena. Se lo agradezco de corazón. Muy necesitado de ella estaba.

Bueno, vamos a lo que vamos. Yerran los de su cla proclamando que intento desprestigiar su labor y su profesionalidad. No es que me disloquen las actividades con las que se gana la vida, pero las respeto profundamente. Y para mí el ganarse el pan honradamente es algo sagrado. Usted sabe que yo sé que los hay peores en su mismo gremio. Y no tengo que recordarle que la única vez que escribió en mi muro tras pedirme ser aceptado en él fue cuando me metí con su rival en el negocio, el que busca y vende fantasmagorías en la facultad de Letras, y usted se aprestó a dejar bien clarito que lo suyo era, dónde va a parar, mucho más serio.

Le repito que no es eso. La divulgación de la historia, aunque sea mediante leyendas, entre el pueblo sencillo es labor meritoria y una bonita forma de ganarse el sustento. Solo que debería limitarse a eso y no meterse en guerras, que, aunque lo salpiquen como a todos, en realidad no son suyas, o al menos no deberían serlo. Imagino que sabe de qué le hablo ¿no? Imagino que el mando enemigo no le exige para dejarle usar sus dependencias una fidelidad por escrito y a tamaño de titular de que sigue su bandera ¿verdad? Porque no creo sinceramente que dedicándose a la divulgación histórica, y muy bien por lo que dicen, no haya tenido la precaución de buscar información fidedigna entre los expertos investigadores acreditados sobre las materias que luego verterá sobre sus clientes. O en entrevistas. Pero incluso eso no tendría importancia, porque los detalles tampoco es que le interesen demasiado a la gente sencilla. Pero, ahora, si lo que se dedica a emitir es información tóxica de la que emiten las fuentes tóxicas del enemigo perfectamente elaborada con gases venenosos para crear confusión y conseguir beneficios materiales que no tienen nada que ver con las disciplinas humanísticas, entonces, qué quiere que le diga: se convierte en un soldado enemigo.

Le repito, como le dije ayer, que está muy feo soltar alegremente y con la contundencia de un enorme titular coronando su propia foto (ya la he quitado, no se preocupe) mentiras tan gordísimas elaboradas por los curas con fines de rapiña. La gente sencilla es muy crédula y se lo traga todo, sobre todo si quien lo dice tiene un cierto prestigio como profesional de la divulgación. Y usted sabe que lo que dijo ES MENTIRA. Lo del mihrab y lo de la falta de convivencia, dicho así sin referencias, aisladamente, sin contexto alguno. Que esas afirmaciones han sido elaboradas por don Manuel para denigrar a los constructores andalusíes, musulmanes, de la Mezquita y para agitar el cieno de la islamofobia histórica y para intoxicar la convivencia actual, porque no pueden soportar que el estudio objetivo de la historia demuestre que la Iglesia fue siempre mil veces más intolerante y enemiga de la diversidad que aquellos que consiguieron por dos siglos gobernar una sociedad plural inscrita en los parámetros de su época. Y que seguiría siéndolo si la sociedad civil no le hubiera limado buena parte de sus garras y colmillos. Con todas esas mentiras buscan fabricar argumentaciones-misiles de crucero para dinamitar el estudio objetivo de aquel periodo y la esencia genética del monumento del que ilegítimamente se han apropiado. Y son ellos los que politizan el debate, porque afirman sin usar pruebas, sólo con muletillas y etiquetas que funcionan como los eslóganes publicitarios, por percepción subliminal.

Y si no lo sabe, muy mal, porque está en los libros que usted debería haber manejadopara contrastar la información antes de soltarlo tan alegremente. Y si no tiene tiempo de buscarlos dígamelo que, como usted mismo dijo, tengo mucho tiempo libre y por ahora estoy de vacaciones de creación, y yo le confecciono un resumen. Sin compromiso.