(del laberinto al treinta)


martes, 26 de septiembre de 2017

La presentación de "La odisea de los rabadíes"


Llegaron las 20’30 del viernes por fin y ya no pude rajarme. De pronto me vi rodeado de un montón de gente que no esperaba, amigos, conocidos, desconocidos, desvirtualizados y hermanos y hasta uno de ellos que había hecho a mi cuñá conducir a carajo sacado desde Madrid para no perdérselo. Emosión a raudales. El lugar, inmejorable, el patio del Juan 23, recién regado y con un penetrante perfume a jazmines. Coronando sus columnas me intimidaron por un momento los cuatro ceñudos capiteles originales que allí viven: uno romano, dos visigodos y el último califal.

Y claro, nervios. Mi proverbial terror escénico y la no menos proverbial incapacidad de expresión oral formal en público me la volvieron a jugar. Pero bueno, al final creo que conseguí transmitir el espíritu del libro y que el cariño general que me mostraron consiguió que no sintiera tan hirientemente mis momentáneos bloqueos.

La presentación del acto fue de lujo. La entrada general la hizo el poeta José Luis Campal en nombre del CÍRCULO CULTURAL JUAN 23 y la mía mi amigo del alma Rafa Martínez, doctor en arqueología especializado en bioarqueología, en la que ha demostrado ser un verdadero maestro. Y no puedo más que sentirme profundamente agradecidos a los tres.

Mi amigo Paco Muñoz tuvo la feliz idea de grabarlo por completo y de colgarlo en la crónica que hizo de la presentación en su blog NOTAS CORDOBESAS. Si lo escucháis sabréis de que hablo cuando hablo de bloqueos. Pero bueno, es lo que hay. Intentaré prepararme mejor para la próxima. 

Como las fotos que hizo Paco están en su blog, cuelgo aquí las que hizo también mi amigo Paco Madrigal, que tiene un ojo fabuloso para el arte de jugar con un diafragma y el tiempo.

Y de regalo la magnífica entrevista que me hizo Alex Camacho para su podcast La Faltriquera, con el que además lo inauguraba. Un podcast de temas alternativos y heterodoxos cordobeses que hay que seguir estrechamente.

Y quiero agradecer también al periodista Alfonso Alba la extensa y profunda crónica que se ha currado para CORDÓPOLIS.