(del laberinto al treinta)


viernes, 20 de enero de 2012

La almunia que se convirtió en arrabal o viceversa


PROVIENE DEL POST LA JUNTA SE CEPILLA UNA ALMUNIA CALIFAL

Tenía escrito un largo chorizo textual de esos incontenibles míos para explicar el caso de la almunia que se convirtió en arrabal o el arrabal que se convirtió en almunia y cómo los vándalos de la Junta de Andalucía y del Ayuntamiento han salvado la cara y el culo aferrándose a que es falsa mi denuncia porque las obras siguen su previsto proyecto de integración de restos de la almunia conservada bajo geotextil. Que por fin hayan confesado que la almunia en realidad es un murete en el extremo de la excavación que se conservará aislado y descontextualizado de su entorno urbano y que constituye casualmente el trozo de yacimiento que menos estorba mientras se desmonta (me encanta ese eufemismo de destrozar) el 70 % restante que presenta un interés arqueológico probablemente mayor parece no importar gran cosa. Como se ve claramente en la vista aérea que cuelgo y como se denuncia también en esta página de arqueólogos. Pero paso. Me da igual. Almunia o arrabal, ESTOS SEÑORES VÁNDALOS, PASARÁN A LA HISTORIA COMO LOS PROMOTORES DE LA MAYOR DESTRUCCIÓN DE PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO DE LA HISTORIA DEL MUNDO. Del mundo. Una cosa en la que los cordobeses ¡¡¡por fin en algo!!! seremos los más grandes. La destrucción del arrabal del Hospital justificada mediante la conservación de un murete más grande que el resto, no es sino el último capítulo de ese genocidio patrimonial en que se han empeñado entusiásticamente desde hace 30 años las fuerzas políticas de esta ciudad. 1.500.000 m2 en los últimos cuatro años (desde 2006) de yacimientos excavados y seguidamente minuciosamente destruidos. Ni un sólo metro cuadrado puesto en valor. ¿Fuerte ¿que no? Eso sí las excavaciones han sido impecables y los arqueólogos que las han llevado a cabo son unos profesionales como la copa de un pino, independientemente de la complicidad que les toque en la destrucción posterior.

Aunque me lo he leído un par de veces y he tomado bastantes apuntes e ideas de este magnífico informe no voy a reproducir nada, salvo las fotos. AQUÍ LA PRIMERA PARTE y AQUÍ LA SEGUNDA. Es largo, pero enjundioso y muy instructivo para todo aquel que se interese por la gestión del patrimonio arqueológico de Córdoba, de cualquier otro sitio o simple y únicamente por lo que poco que se sabe, a pesar de todo, de los arrabales omeyas cordobeses. Buena parte de este texto colectivo, mayormente redactado por arqueólogos, se basa en la solicitud de declaración de Bien de Interés Cultural de los Arrabales Occidentales de Córdoba presentada a las autoridades competentes por la Plataforma Ciudadana Contra la Destrucción del Patrimonio Cordobés sin que hasta la fecha hayan recibido respuesta alguna. Como complemento y como información sobre la extendida concepción absolutamente alejada del uso social de la arqueología recomiendo también la lectura de este texto: Más allá de la Arqueología Pública.


O sea la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Córdoba solos o en compañía de otros no sólo se han cepillado esto:

Sino también esto:

Y esto:

Y esto:

Y esto:

Y así hasta un millón y medio de metros cuadrados, de los que no se ha conservado ni un solo. Cualquiera podría pensar que los resultados de las excavaciones habrán dado lugar a un conocimiento por parte de la gente interesada en el tema de todo lo referente a cómo vivían los andalusíes del siglo X debido a las publicaciones y puestas en social de los conocimientos generados por esas excavaciones. Eso hubiera sido lo lógico. Pero la realidad es que la rentabilización de esos conocimientos a niveles sociales ha sido de prácticamente cero. Yo sospecharía que es que entre los alandalusiolólogos o los mismos arqueólogos (cuya obligación no es esa) no hay estudiosos realmente capacitados para llevar a cabo esa tarea, pero a estas alturas mis sospechas se han avinagrado y van por otros derroteros. El problema, como dice un amigo mío arqueólogo, es que en esta ciudad existe un pánico oméyico, en especial en lo referente al tamaño que llegó a alcanzar la ciudad, pánico que se transforma en ninguneo sistemático por parte de las principales fuerzas vivas, muertas y zombies de la ciudad, de la importancia de los restos de la propia ciudad omeya y de su conservación. Pero sobre todo, existe otra causa mucho más profunda, mucho más terrible, ésta de índole fóbica, concretamente islamofóbica... Pero eso me va a dar para otro post en los próximos días. Permanezcan atentos a la pantalla.

lunes, 16 de enero de 2012

Fraga

Ya por fin
formará
junto a sus compañeros
que hacen guardia
bajo los luceros.