(del laberinto al treinta)


sábado, 27 de mayo de 2006

Qasida de la Paloma Blanca: Tetuán (san'a 2)


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Aunque no era la primera vez que visitábamos la antigua capital del Protectorado, dos días más en Tetuán nos permitieron conocerla más en profundidad. Rincones recónditos poco explorados por los escasos turistas que recalan en ella (a pesar de su condición de Casco Histórico Patrimonio de la Humanidad, que alcanzó recientemente), sobre todo por la zona de Bab Sa’ida, en los alrededores de la mezquita de Sidi Sa’idi, patrón de la ciudad. En una de las esquinas encontramos un ejemplar de tetuaní de los que van quedando ya pocos: un abuelo que vivió los años del Protectorado, tocado con el inevitable gorro de lana y portador de un raído abrigo. Regenta una pequeña tienda de comestibles en la que atiende a la humilde clientela del barrio mientras escucha infinitamente en un desportillado radiocassete una vieja cinta de Antonio Machín. Nos saludó y en un español de reminiscencias coloniales nos retrató con pocas pero sabias pinceladas la vida de la ciudad en su juventud. No sólo había nostalgia por su el tiempo ya ido, también parecía sentirla en nombre de la ciudad. Por él nos enteramos de que los españoles, los pobres, emigrantes, no los militares, no se habían instalado solamente en la zona nueva, sino que, al contrario de los franceses, lo habían hecho también en la intrincada medina. ¿Sólo por ser más pobres? Según aquel vestigio viviente, en aquella zona de la medina habían vivido marroquíes y españoles puerta con puerta, compartiendo callejón y sal en igualdad de condiciones. Su versión coincidía con las opiniones de varios intelectuales nortemarroquíes de que la colonización española había sido, en los lugares pacificados, extremadamente liberal e intregradora. De hecho, la existencia de algo parecido a partidos políticos marroquíes y de prensa libre (que desaparecerían con la independencia) a ello apunta. Varias fuentes independientes coinciden en que, durante el franquismo, los marroquíes gozaban de mucha más libertad que los metropolitanos, acogotados por el puño de hierro de la dictadura.

Yo siempre pongo por método en cuarentena todo ese tipo de afirmaciones positivas respecto a cualquier forma de colonialismo y siempre trato de descubrir el racismo encubierto de las manifestaciones paternalistas que las acompañan. De hecho siempre he defendido la necesidad de asunción perenne por el Estado Español del recuerdo de los bombardeos aéreos con gases letales de los aduares rifeños por parte de su ejército a principios del siglo pasado, que inauguraron la abominable tendencia militar a bombardear desde el aire a la población civil como una táctica más de guerra. Pero por más que he buscado jamás he encontrado rencor en los sobrevivientes de la colonización. Más bien he percibido una especie de nostalgia por un tiempo más feliz que el actual, por una situación política y social más cómoda y dinámica, más liberal, en suma. El gobierno central marroquí tiene mucho de culpa: el norte del país siempre fue sospechoso y ha sido mantenido en la más absoluta indigencia por la desidia institucional de Rabat. La colonización española fue sustituida por la colonización de las gentes del sur, que absorbió el rencor que pudieron haber generado los españoles.

Aunque cada vez menos, por todo Tetuán se pueden encontrar personas mayores como el abuelo de la tiendecita. Y les encanta saludarte en español e intercambiar unas palabras. Y señalarte dónde estuvieron algunas de las dependencias militares o sociales españolas: el casino, un cuartel, una escuela...

La presencia española está muy viva aún, a pesar de la inmersión francófona que ha sido sometida la población rifeña desde hace años. En los mercados no se cuenta por dirhams, sino por riales. La gente aún llama Plaza Primo (no sé a cual de los dos Primos se refiere si al dictadorzuelo zarzuelero o al fascista de su hijo) a la plaza donde está la iglesia y Plaza de España a la monstruosamente remodelada y renombrada como de Hassan II.

El caso de esta plaza es especial. Los tetuaníes siguen sin perdonar al rey que les destrozara su coqueto lugar de encuentro favorito, ajardinado y con un templete hispanomorisco en su centro, de un blanco resplandeciente, para sustituirla por una explanada dura que antecede al nuevo palacio real que sustituye al del Khalifa, un conjunto construido en ese horripilante estilo neoasirio que es la marca arquitectónica de la monarquía alauita. Lo más sangrante es que la plaza es ahora impracticable, acordonada perennemente y vigilada por celosos policías. Mis sondeos son, claro, limitados pero, creo, sintomáticos.













Plaza de España de Tetúan tal como se mantuvo hasta que fue arrasada para construir la nueva en los años 80














La nueva plaza y el palacio neoasirio del rey

ADDENDUM:

ARTÍCULO DE GABRIEL CARDONA acerca del trato que el ejército colonial español tributó a los miembros de las tropas "indígenas", en el marco de una opinión sobre el homenaje que se tributó recientemente en Nador al criminal de guerra general Mizzian con motivo del museo abierto en su memoria con la inmoral presencia de autoridades españolas.

jueves, 25 de mayo de 2006

Preámbulo del Proyecto de Estatuto de Andalucía (Nuehtro'htatú)

    «Andalucía ha compilado un rico acervo cultural por la confluencia de una multiplicidad de pueblos y de civilizaciones, dando sobrado ejemplo de mestizaje humano a través de los siglos. La interculturalidad de prácticas, hábitos y modos de vida se ha expresado a lo largo del tiempo sobre una unidad de fondo que acrisola una pluralidad histórica, y se manifiesta en un patrimonio cultural tangible e intangible, dinámico y cambiante, popular y culto, único entre las culturas del mundo»



ja ja ja ja ja ja hacía tiempo que no leía algo tan gracioso ja ja ja ja ja ja ja ja ja es que ni hecho adrede ja ja ja ja ja ja es que me parto el culo de la risa ja ja ja ja ja ja si alguien quiere hacer una ja ja ja ja parodia del pestilente narcisismo andaluz ja ja ja ja ja no le sale algo tan bueno ja ja ja ja gracias a ferlosio que me lo puso ante las narices ja ja ja ja ja ja yo nunca hubiera leído de motu propio esa ja ja ja humorada ja ja ja ja ja ja los casposos eruditos locales andaluces ja ja ja ja ja tan repulidos ellos ja ja ja ja deberían ja ja ja protestar por ja ja ja ja esa intromisión en su estilo a ver a ver ja ja ja ja que lo leo otra vez ja ja ja andalucía ha compilado un rico acervo ja ja ja ja qué bueno ja ja ja ja ja ja una unidad de fondo que acrisola una pluralidad histórica dice ja ja ja ja ja ja ja ja madre mía ni salcedo hierro ja ja ja ja ja el rey del ripio moripio y de la orondosa prosa cascarriosa ja ja ja ja ja qué maravilla de estilo ja ja ja ja ja voy a buscar mi viejísima enciclopedia álvarez ja ja ja ja que me parece ja ja ja ja ja que lo han sacado de ahí ja ja ja ja de cuando las pomporrutas imperiales aquellas ja ja ja ja siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiií es que son la repapera limonera ja ja ja ja ja talmente el mismo morapio prosapio ja ja ja ja ay que me duelen ya las costillas ja ja ja ja ja ja ya paro ja ja ja y yo sin pañuelo ja ja ja ja ja ya..... ja ja... aaaaay... sic transit gloria mundi amén

Comentarios
Hace veintitantos años, en la campaña del referendum sobre la autonomía de Andalucía por el 151, se escuchaba una cuña radiofónica pagada por la UCD en la que la voz rapsódica de Lauren Postigo decía: "Andaluz, este no es tu referendum". Parece mentira que después de tantos años no imagino a nadie mejor que al mentado andazulú para poner en sus labios este preámbulo de grana y oro. Es como una de aquellas viejas presentaciones del Corral de la Pacheca, en las que el realizador sujetaba un primer plano del castizo, mientras entre bastidores el estatuto se prepara la mantilla y se la fija a la peineta con los artículos de azabache y plata, dispuesto a entonar el pasodoble único el er mundo.(Otra vez tengo Internet)
Cayo Anneo Paco — 27-05-2006 09:51:54
El sic transit gloria mundi lo colocaremos en el terreno de lo intangible, pues.Y lo que sigue es mejor. Por ejemplo: "Estos rasgos, entre otros, no son sólo sedimento de la tradición, sino que constituyen una vía de expansión de la cultura andaluza en España y el mundo y una aportación contemporánea a las culturas globales" amén amén amén
Paolo — 29-05-2006 19:34:38
Perdóname, Manuel, otro comentario más, pero es que estoy leyendo la biografía de Antonio Machado que Gibson acaba de publicar, y en la página 66 me acabo de encontrar ls descripción que Machado hace de otro de mis andaluces predilectos, Francisco Giner de los Ríos:"Como todos los grandes andaluces, era don Francisco la viva antítesis del andaluz de pandereta, del andaluz mueble, jactancioso, hiperbolizante y amigo de lo que brilla y lo que truena. Carecía de vanidades, pero no de orgullo; convencido de ser, desdeñaba el aparentar. Era sencillo, austero hasta la santidad, amigo de las proporciones justas y de las medidas cabales."Me he acordado en este punto de este preámbulo estatutario.
Cayo Anneo Paco — 29-05-2006 19:54:04
Pues sí, amigos Cayo y Paolo, parece que la cosa no tiene remedio.Aunque parezca mentira, probablemente sean, de todos los de las demás comunidades, incluidas las más feroces nacionalistas, los gobernantes socialistas andaluces los que desde la Transición, con más paciencia y tenacidad y más finamente se han trabajado la consecución de un marco identitario desde el que ahora proclamar los hechos diferenciales que supuestamente forjan el ser de sus gobernados. Y su convencimiento, claro. Tal vez no lo hicieran desde el principio con los mismos fines segregacionistas que aquellos, sino más bien desde una estrategia de panem et circenses para mantener a la parroquia adocenada y contenida a la carcunda tradicionalista arrebatándoles sus propias armas. Pero los resultados han sido desde luego espectaculares. Desde el principio de su eterno mandato los socialistas se emplearon a fondo para rescatar del regazo del facherío, aprovechando un momento de fatal desconcierto de éste, la cascarria folklórica y supersticiosa. Y hacerla suya, fomentándola y dotándola de una dimensión culturalista que nunca curas ni rocieros hubieran soñado. En lo teórico, con una entusiasta brigada de antropólogos a la violeta consiguieron convertir las casposas señas de identidad de la Andalucía de castañuela y caracolillo húmedo, de incienso e idolatría, de la grasia cortijera, la "quincalla meridional" de Ortega en suma, en alta cultura esencialista. En lo práctico una colección de directivos sin escrúpulos convirtieron la televisión autonómica en la mayor excretadora de frikismo folklórico-supersticioso del hemisferio norte y, probablemente, también del sur. Rocierismo y otros romerismos no menos estreñidos, capillismo cofrade, caracolismo nucal, espeluznantes folklóricas descerebradas, ferialismo sevillanista, laurenpostiguismo reciclado, estafadores de alto nivel pero con una grasia que no se pue aguantá, machorrismo torerista, estomagante humorismo de mugrientos chistes con corazón fascista y cruel, caballismo señoritil, aristocracia retrechera, marbellismo incalificable... han ocupando exclusivamente durante años su parrilla, todo bajo la impostora denominación de LO NUESTRO. En los años 70 sólo se disfrazaban de flamenca para ir a la feria las niñas y... la Duquesa de Alba, que para eso estaba por encima del ridículo. En la Semana Santa desfilaban la mitad de cofradías, siendo una fiesta limitada a beatas, penitentes y poetastros oficiales y a la mayoría de los pasos de Semana Santa tuvieron que ponerles ruedas porque todo el mundo pasaba de ser costalero. Las folklóricas eran una especie en feliz peligro de extinción y los sinvergüezas con o sin apellidos no hacían alardes de sus hazañas para no ser malmirados. Las sevillanas sólo servían ya para aumentar el estado de embriaguez físico y mental de la parroquia en ferias y romerías...Hasta que llegaron los socialistas para convertir todo eso en LO NUESTRO. E incluirlo en su campaña de “Sea andaluz. Consuma productos andaluces”. Sobre todo los espirituales. Así de la misma manera que muchísimos madrileños de los años 20 acabaron hablando como los personajes chulapos de Arniches y las zarzuelas que los parodiaban, los andaluces hemos acabado convenciéndonos de que somos andaluces y comportándonos como tal, según el guión paródico que nos han preparado. Aquí no han hecho falta ikastolas, ni inmersiones lingüísticas, ni radicalismos políticos. Sólo paciencia y constancia. Y mientras aprendíamos a ser andaluces nuestros gobernantes han convertido el territorio en un lugar casi inhabitable, permitido una especulación sin tasa ni medida que ha destrozado sin remedio el medio ambiente: la costa, las campiñas, los cascos históricos, que esas sí que son nuestras verdaderas señas de identidad, asegurado el reinado del humo y el ruido en las ciudades, en lugar de poner los medios (educación e infraestructuras) para humanizarlas, mantener e incluso acentuar las desigualdades sociales, posponer la reforma agraria hasta otra era, mantener la educación en el último de los intereses, construir un sistema de salud desquiciado... Tal vez han elevado el nivel de vida de la comunidad, pero desde luego a costa de cargarse su calidad. La otra Andalucía, la ilustrada, la que apostaba por un desarrollo racional, distributivo, más o menos armónico, la que quería construir unas señas de identidad basadas, como quería Azaña del patriotismo, "en las regiones templadas del espíritu", ha quedado arrumbada, tildada de metepatas, aguafiestas, agorera y esaboría. Y al menos la palabra antipatriota aun no forma parte de ese vocabulario denigratorio.Y ahora, para competir en identitarismo con los feroces nacionalistas norteños rematan la faena poniéndose sublimes parasitando el herrumbroso lenguaje erudito-localista que creíamos desaparecido o en vías de extinción, las "pomporrutas imperiales" y las "unidades de destino en lo fanfinflás" que empedraron los pregones y los libros de texto de la dictadura franquista.Está bien que quieran no ser menos que las comunidades histórico-histéricas norteñas, pero al menos deberían de tratar de no ser más... gilipollas.
Harazem — 31-05-2006 00:07:27

miércoles, 24 de mayo de 2006

Qasida de la Paloma Blanca: Tetuán (san'a 1)


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Marruecos ya no es lo que era. Salvo los que esperan en el puerto, los taxistas de Tánger ya no tratan de atracar al guiri pidiéndole un desorbitado precio antes de iniciar cualquier carrera. Incluso devuelven el cambio. Y claro, resulta tremendamente barato y relajado moverse por la ciudad: precio de autobús en España. Una carrera normal son 10 dirham (1€). Más que el precio en sí, lo que se agradece es no tener que convertir cada ocasión en una lucha a brazo partido con el conductor para no ser estafado. Taxi, pues, a la estación de autobuses. Tetuán La Blanca, acostada en una ladera, nos esperaba al final de un trayecto amenizado por varios vendedores de productos chinos: burdas falsificaciones del bálsamo El Tigre, cuya efigie ha sufrido la misma mutación que el cocodrilo de las Chemise Lacost fabricadas en Shanghai, artilugios de misteriosas y supuestamente imprescindibles virtudes para el ama de casa, pringosas cremas faciales... Aunque puedo entender medianamente una conversación en árabe clásico, el atropellado dialectal marroquí norteño se me hace en ocasiones inextricable. Pero lo disfruto en boca d elos charlatanes con un placer beatífico e incluso me atrevo brevemente con él con mis empañoladas vecinas de asiento. El hotel Panorama, a dos pasos de la estación de autobús, ofrece unas soberbias vistas sobre el Rif, con los picos del macizo Gorgues en primer plano. Cada cambio de luz se convierte en una fiesta para la vista.Nada más llegar somos dulcemente secuestrados por la familia de nuestro amigo Rachid, que nos había endosado una pequeña bolsa para ellos. La oportunidad de conocer una casa marroquí es de oro y más si hemos sido presentados como de la familia. La deliciosa comida elaborada por su madre, degustada en la intimidad de un hogar y según sus usos, es decir, utilizando sólo las manos, la interminable sobremesa empedrada de pastelillos caseros y regada con litros de té y la complicada y políglota conversación convirtieron ese día en un regalo del destino.