(del laberinto al treinta)


lunes, 1 de agosto de 2011

El Cabildo nos la vuelve a meter floja



Al fondo las celosías in breve morituri y en primer plano el Muro de la Vergüenza viveturi in aeternam



Hay algo que muy poca gente sabe. En la Mezquita de Córdoba se sigue enterrando gente. No gente de La Casa, del negocio, comerciales del producto espiritual como obispos o deanes sino gente-gente. Pero no gente-gente normal, como tú y como yo, sino gente-gente de la fetén-fetén. De la que está hecha de otra pasta y por eso han sido los dueños de la ciudad durante siglos: la nobleza de sangre. Esa gente de primera calidad sigue conservando pudrideros privados –violando seguramente las ordenanzas de Carlos III que prohibía los enterramientos intramuros, pero para eso son fetén-fetén- en lo que fue un bien público hasta 2006 en que con premeditación, alevosía y el agravante de sigilosidad un empleado de la multinacional de productos espirituales Iglesia Católica S.A. se la apuntó para ella sola en el registro de la propiedad. Así que ahora por fín sí que es un asunto normalizado: propiedad privada, negocio privado. Para todo, incluso para alquilarlo o venderlo por parcelas.

Pero ese hecho que muy pocos conocen y que ya está normalizado es la clave de una nueva mentira que el cabildo nos está contando para seguir haciendo lo que siempre hizo: exactamente lo que le salió de sus santos cojones, desde que a un obispo allá por el siglo XVI se le ocurrió, enfrentado a casi toda la ciudad, embutir una edificación de corte moderno en uno de los conjuntos monumentales y unitarios más importantes del mundo.

La nueva mentira el Cabildo se la está endiñando a la Junta, que se está dejando engañar complacientemente como siempre ha hecho. Con el ayuntamiento nunca tuvieron problema, siempre reinó la franqueza. Ahora, entregaíto como está Monse Deme El Del Báculo Enhiesto con los nuevos munícipes carcatólicos de pedigrí... Y antes, con una católica renacida de alcaldiosa, de la que se dice que incluso confesaba al obispo, seguida del almadedios de su epílogo y que consintieron y costearon ese mamarracho del espectáculo multimierda del Alma de Córdoba, ese insultante fraude piomoano contra los criterios interpretativos comúnmente aceptados del monumento. Pero la Junta también usa vaselina, aunque a veces se haga la estrecha. Así que se la está dejando meter floja, aunque con algo de resistencia por parte del delegado del consejero. O sea, hablando en Plata, se la están metiendo Dobládez. Y de paso a todos los demás.

¿Y en qué consiste la nueva mentira? Pues en tratar de justificar el que se van a cargar las maravillosas celosías de de La Hoz catalogadas por inclusión como Patrimonio de la Humanidad para que puedan pasar todos los aparadores de la mafia cofrade –el nuevo califato- durante la Gran Macabrada Anual con la zanahoria al final en el palo de que la idea es abrir todas las puertas de la arquería que da al Patio de los Naranjos, lo que se conoce como el Muro de la Vergüenza. Y la mentira cochina está en que los cochambrosos muros actuales que cierran los arcos son el sostén de las capillas privadas, en las que aún se entierran sus propietarios, y no se pueden tocar, o al menos han de buscarle otro sitio en la Mezquita. Así que si los correspondiente giligüenzas o sinverpollas de la Junta se lo creen es porque les gusta morcillona. Porque la cosa va de que no, hombre, que esto es parte de un proyecto muuuuuuuucho mayor, de derribar por fin el Muro de la Vergüenza, y ya de paso y para empezar, pues permitimos que los chicos del costal jueguen a hacer eslalon con sus aparadores dentro de la Catedral (antes muerta que Mezquita). Para en realidad una vez que se salgan con la suya, si te ví nomacuerdo y seguir con el Muro de la Vergüenza que tapa la vergüenza de la privatización del monumento, hasta la eternidad en que los allí enterrados lleguen al Celestial Party prometido.

El problema que tiene el Cabildo y el Cártel Cofrade es que tienen prisa. Les ha dado la bulla de que todos los aparadores de la Macabrada penetren en la Mezquita en el 2012. Ya han demostrado siempre lo machos que son y el afán de que sus procesiones sean cada vez más largas y penetren más hondo. Saben que sólo tienen que esperar un añito más, hasta que la debacle peseoísta ponga a los suyos en el sitio que se merecen y se acaben las estrecheces de los conductos. Pero lo quieren todo y lo quieren ¡ya! Para el año que viene. Por eso se han inventado el embuste de que es que al final van a abrir toda la arquería. Y como además a los que se van les da igual, siempre les dio igual...