(del laberinto al treinta)


domingo, 2 de octubre de 2016

La Vaticankultur cordobesa

Definitivamente esta ciudad –sus fuerzas políticas- se ha rendido con armas y bagajes a la clerigalla reaccionaria encabezada por el obispo más monstruosamente antiilustrado que ha ocupado la sede de Osio desde que el filonazi de Fray Albino –adaptador del Mein Kampf al catecismo escolar– entregara la cuchara.

Las fuerzas políticas cordobesas con mando en la plaza de la cultura carecen absolutamente de proyectos del ramo por el que cobran. Y absolutamente es eso, absolutamente, tanto en lo que se refiere a la revitalización de los amojamados heredados desde hace lustros como a la generación de otros nuevos y originales. Para comprobarlo, aparte de visitar las hemerotecas y los programas oficiales, sólo hay que mirarles con algo de penetración psicológica las caras. Quizás por ello, por su total carencia de criterios, competencia profesional o imaginación, van a colaborar entusiásticamente en lo primero que cualquiera de fuera les ha puesto ante sus miopes caretos de mediofondistas orgánicos: los fastos previos a la inauguración del Centro de Interpretación de la Mezquita (antes mezquita) que el obispado se ha construido en su propia casa y en la que se impartirá impune y obligatoriamente a todos los visitantes que vengan a la ciudad la doctrina interpretativa catequética que ha diseñado el cabildo para disolver en el ácido de la distorsión de la historia el ADN del monumento. Y que pretenden, y probablemente consigan, que se convierta en la única divulgada oficialmente.

El fin no es sólo imponer el discurso agresivamente íntegro-católico que acompañará a las explicaciones que se desplegarán en múltiples formatos en su interior, sino sobre todo afirmar su propiedad sobre el edificio y de paso la de todos los demás bienes inmobiliarios y urbanísticos que han conseguido inmatricular, acogiéndose a leyes emitidas por instancias gubernativas criminales como premio a su colaboración en el genocidio de disidentes del nacionalcatolicismo que en los últimos 50 años han perpetrado. Y con la aquiescencia real de las autoridades socialdemócratas, de origen o conversas.

La guinda del pastel lo pondrá el traslado de las taquillas del ordeño de turistas del Patio de los Naranjos al interior del palacio episcopal. Así evitan el penoso espectáculo de unos funcionarios vaticanos cruzando la calle portando las talegas llenas de billetes y monedas libres de impuestos.

Por supuesto la causa e intención principales de ese proyecto cultural no aparece por ningún sitio. De hecho el escudo del obispo está perfectamente camuflado entre 30 más, aunque el único logotipo que aparece en la portada del programa es claramente alusivo al palacio episcopal. Y han tenido que buscarse una bastante tonta: la no inauguración por ahora del Museo Diocesano, que formará parte del conjunto de módulos expositivos que convertirán el Palacio Episcopal en un potente emisor de doctrina católica reaccionaria con la excusa de la cultura y el turismo y que las autoridades laicas del ramo no tienen la más mínima intención de neutralizar, teniendo como tienen los medios suficientes.

Así el obispado, a través de su Museo Diocesano, ha sacado a la luz un proyecto cultural (el folleto está disponible por ahora sólo en su página web) que se desarrollará en 15 días por toda la ciudad con 91 actos entre turísticos, culturales, civiles y religiosos. CÓRDOBA PARA TI se llama el engendro. Y para llevarlo a cabo ha recabado –y ha obtenido obsequiosamente- la entregadísima colaboración de las instituciones laicas locales. El que buena parte de la sociedad civil haya acabado horrorizándose de la calaña del obispo y sus secuaces narcocofrades, que mediante sus ponzoñosas proclamas ha enturbiado las aguas de la convivencia ciudadana llamado asesinas a las mujeres que quieren administrar su maternidad, seres sin dignidad a quienes usan métodos anticonceptivos, bomba atómica a las políticas de normalización de género, encauzadores de sus hijos hacia la delincuencia a aquellos padres que no los adoctrinen en el catolicismo y que, en un ataque de delirio paranoide, llegó a acusar a la UNESCO de querer convertir en gay a la población mundial, no parece contar absolutamente nada. Deben de creer que con consentir que un atufado diputado del partido que domina todas esas instituciones denuncie al obispo por homófobo en una tramoyesca, pero absolutamente ineficaz, puesta en escena, están cumplidos.

Lo que ha venido a demostrar ese entreguismo de las instituciones públicas cordobesas son dos cosas: una que sus responsables cupulares son unos perfectos cobardes y otra que son unos perfectos incompetentes. Cobardía e incompetencia son las armas que adornan su escudo nobiliario. La cobardía está clara: los domina un miedo cerval al obispo. La incompetencia se demuestra porque no han sido capaces de organizar ellas por sí solas los eventos de los que ahora chupará rueda la carcunda episcopal y que son absolutamente irrelevantes presupuestariamente. Conferencias, paseos, visitas guiadas… Todo prácticamente gratis. Voluntariado turístico cultural y buena voluntad de conferenciantes y artistas. En una ciudad en la que a los generadores directos de cultura no se les paga casi nunca un euro porque todos (los euros) son filtrados para que no pase ni uno el nivel de los gestores políticos, era muy fácil montar lo mismo sin necesidad de tener que levantarse cagado de la cama de los curas. Otra cosa es que fuera decente, pero de eso ya están perfectamente curados desde siempre.

La lista de empresas privadas, sobre todo las de la manduca más o menos sofisticada, que es el único negocio cultural que parece menearse en la ciudad, que colaboran es apabullante y hacen bien en usar cualquier moqueta que les pongan para vender sus productos, que para eso están. Pero me ha llamado la atención el que entre los patrocinadores estén dos bancos y ninguno de ellos sea CAJASUR, la que fuera propiedad de los curas y arruinadora de la ciudad. Lagarto, lagarto…

En cambio, las delegaciones de cultura están todas, la de la Junta, la Diputación y el Ayuntamiento de Córdoba, en manos todas de medrosos, medrantes o de católicos sumisos a la voz de su amo espiritual y han ordenado a los responsables de sus instancias inferiores: Filmoteca, Arqueológico, Bibliotecas, Universidad, Museos, etc. que colaboren igual de sumisamente que ellas en el proyecto de Entrega del Poder Cultural de la ciudad a las sotanas. Eso, desde luego -el que sólo son unos mandaos-, los exime de responsabilidad moral, pero espero que al menos sean conscientes del papel que les están haciendo jugar sus comisarios políticos y para qué están siendo usadas sus competencias y sus, casi siempre precarios, medios. Y por supuesto, las docenas de colaboradores voluntarios -entre los que cuento con buenos amigos- que llevarán a cabo los actos hacen muy requetebién aprovechando la ocasión para difundir sus conocimientos. Y hay que agradecerles su predisposición. Esto no va con ellos.

El acto de presentación del Engendro es toda una estampa neofeudal: Monseñor Demetrio, en el Patio de Armas de su casa-palacio recibiendo la pleitesía de los cargos políticos culturales de la ciudad, los socialmeapilistas de santa Rosa da Grima. Veremos sin duda a la eterna aspirante a papisa en el acto central de la movida: la Magna Eucaristía en la Mezquita (antes mezquita) seguida por la siniestra procesión de velas por el Patio de los Naranjos. ¡Viva Torquemada!