(del laberinto al treinta)


viernes, 13 de julio de 2007

Sumatra latina

Uno de los lugares más lejanos y hermosos que he podido visitar (primavera del 95) en mi larga vida de viajero aficionado ha sido el Lago Toba de Sumatra. Se trata del antiguo cráter de un enorme volcán que en alguna era geológica acabó anegado por el agua. Mide unos 50 kmts de largo por unos 10 de ancho y en su centro se ha conservado una isla, Samosir, en cuya orilla nororiental se encuentra la pequeña península de Tuk Tuk, donde se encuentra el principal poblado turístico. Allí pasamos C. y yo 10 días del total de un largo periplo de tres meses por el archipiélago indonesio.

Los habitantes pertenecen a la etnia batak y son cristianos. Parece ser que prefirieron ser convertidos, desde su animismo, por los pastores holandeses antes que sufrir las embestidas del pujante islam que los rodea. De todas formas su cristianismo es prácticamente irreconocible para los creyentes occidentales. Yo estuve en una misa dominical y doy fe. De entrada dura todo un día, se hace un alto para comer comunitariamente, y en ella se canta, se danza, se cuentan chistes... Bueno, supongo que serían chistes, porque yo no entendía ni una sola palabra de lo que allí se decía y reirse no paraban de reir.

Según leí antes de ir dejaron de ser animistas a la vez que caníbales. Y parece que el último festín antropófago ocurrió a principios del siglo XX cuando se merendaron a un pastor protestante holandés que intentó evangelizarlos. Ahora son un pueblo encantador y superpacífico que habitan en unas curiosas casas en forma de barco invertido en medio de una vegetación lujuriosa y que poseen un inaudito, pero magnífico don para el ajedrez. Yo jugué varias partidas con el propietario de mi hotel. Y recuerdo haber sentido algún escalofrío cuando me comía una pieza y sonreía mostrando sus blanquísimos dientes mientras me comunicaba felicísimo: I ate your bishop.

Pasábamos los días paseando en bici alrededor de la isla, bañándonos en las cristalinas aguas del lago y visitando los poblados cercanos. Por la noche cenábamos en algún restaurante de la orilla amenizados indefectiblemente por alguno de los conjuntos musicales que se ganaban la vida con los turistas que comenzaban a descubrir el lugar. Interpretaban una dulcísimas canciones de inequívoca raíz hawaiana intercalando de vez en cuando algún bolero latino. Especialmente el de QUIZÁS..., que ellos pronunciaban cadenciosamente CUISÁS, CUISÁS, CUISÁS... Pronto descubrí que los boleros no los cantaban en malayo, sino en un irreconocible español completamente desfigurado en sus bocas. Tras cada actuación pasaban la gorra entre las mesas y trataban de vender unas cintas de cassettes con sus canciones. A uno de ellos le compré el que os muestro aquí y de donde saco el tema que cuelgo. Cuando tras preguntarnos nuestro origen les dijimos que éramos españoles nos pidieron que les corrigiéramos los errores que sabían cometían en las letras. Así que durante varios días estuvimos asistiendo al restaurante que les tocara cada noche. Tras la actuación se sentaban con nosotros y tratábamos de recordar las letras de los antiquísimos boleros para transcribírselas a las correspondientes consonantes que ellos reconocían en el malayo. Fue muy divertido y lo más gracioso fue que como yo no me sabía muchas letras acabé inventándolas. Por la mañana, mientras pedaleaba por los caminos selváticos, iba componiendo sencillos versos que por la noche les vertía al papel y les ayudaba a pronunciar correctamente. Así que si siguen todavía cantando por los restaurantes de Tuk Tuk o mejor aún, si lograron triunfar en la televisión indonesia, es posible que algunas de las letras de los boleros que interpreten pertenezcan a este vuestro bloguero favorito y ocasional letrista de baladas.


Nuestra canción favorita llegó a ser esta que os ofrezco: ROSITA. Les insté a introducir cada vez que cantaran lo de Ro-si-taaa en lugar del la-la-la-la-lá un mi-co-rasoooooón.... Mucho mejor, ¿verdad?


Bueno, espero que os guste y que si alguna vez vais a aquel maravilloso lugar os acordéis de esto que os conté.


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ADDENDUM:la canción que ofrecía en este post venía en el cassette de la foto. la digitalicé hace muchos años sólo para que ilustrara el post. Posteriormente el servidor donde la tenía alojada cayó y de la canción nunca más se supo. No he encontrado el archivo original digitalizado y ya no tengo reproductor de cassete para volver a hacerlo. Así que cuelgo en su lugar este video en el que otro grupo parecido pero mucho más moderno canta la canción que daba título a aquel trabajo.

3 comentarios:

Azul... dijo...

Precioso el lugar, invaluable tu narrativa y tus siempre fabulosas ocurrencias!!!

Un bessito

Anónimo dijo...

Gracias por tu entrada sobre mi lago Toba. Soy pura batak. Amo a mi Sumatra. Esa isla ocupa un lugar demasiado especial en mi mente y en mi vida. Aunque la distancia nos separa, la isla me da su cara fuertemente en mi noche y dia.

Chica Bond-Batak

Paco Muñoz dijo...

Si hubieras hecho un libro de viajes... sería un disfrute. Alberto Carlos, perdón Manuel Harazem.

Un abrazo