DI NO A LA NOCHE EN BLANCO
Logotipo del colectivo de artistas críticos con la NOCHE EN BLANCO, jugando con el logo original del evento. Picando en ella llegarás al texto de la CONVOCATORIA. De imprescindible lectura.
Resulta todo un maravilloso alivio, como un encuentro con un fresco oasis en mi travesía en soledad del desierto clamando contra la soberana estupidez de las Noches en Blanco, sean de Flamenco o de Peer en Botijo, y demás botellones culturales que están de moda. Hoy PÚBLICO recoge la noticia de que en Madrid ha surgido un colectivo DI NO A LA NOCHE EN BLANCO que está denunciando lo mismo que ya denuncié en su momento sobre la NUESTRA. Como los responsables deL COLECTIVO, mayormente artistas, lo bordan ahí os dejo unas cuantas de las consideraciones en las que sustentan su propósito, las mismas que ya expuse, pero mejor dichas, claro. Aclaran que
...no se trata de una mera censura del evento —ni de esta edición en concreto, la quinta ya— sino de un rechazo a "un modelo asociado a la idea del arte como bien de consumo rápido y al espectáculo en su sentido más perverso".
Y que el evento
...pretende "prestigiar la ciudad" e impulsar una imagen "atractiva para el turista". Un evento, a su juicio, pomposo pero sin chicha, que deja sin recursos a otras actividades culturales que podrían desarrollarse a lo largo del año. "Ésa no es la forma de crear un tejido productivo dentro del mundo del arte. Son sólo fuegos artificiales".
Yo eliminaría lo del gobierno municipal, porque he de reconocer que en otros eventos este ayuntamiento cordobés se porta. Pero en el caso concreto del Botellón o Tomatina Flamenca
... el gobierno municipal "entiende que la cultura es sólo industria cultural: una mercancía, una experiencia efímera...".
En su WEB rescatan oportunísimamente un viejo artículo (de 1984, a los dos años del primer gobierno del PSOE) del Profeta Sánchez Ferlosio La Cultura, ese invento del gobierno en el que como un certero Nostradamus contemporáneo vaticinó que “la cultura quedará cada vez más exclusivamente concentrada en la pura celebración del acto cultural, o sea, identificada con su estricta presentación propagandística”. Menudo bolón de cristal que tenía ya entonces don Rafael.
En la WEB del COLECTIVO además pueden encontrarse entrevistas y artículos relacionados con el tema, en el los que se analizan los conceptos de cultura imperantes en ayuntamientos, comunidades y estados y las alternativas que proceden contra ellos, con la sorprendente constatación de que parecieran estar impresos sobre papel cebolla, de manera que si se coloca sobre la política de esta ciudad (y sobre todos las demás, desde luego) parecieran redactados ex profeso para ella.
3 comentarios:
Manolo, he vuelto a releer lo de la Tomatina, porque además he remitido a ello en un comentario de algo parecido del Blog de Alberto Almansa. Lo "der dormidiesisei", donde toco algo sobre la mala gestión de los dineros de los ciudadanos, y que ello debería tener responsabilidad penal, como los directores de bancos de Islandia. ¡Ya está bien!
Derrochar dineros a manos llenas para que el señor Poveda -que me gusta- cobre seis o siete millones de pesetas, o la señora cantante, la que sea, Con esos dineros habría para sembrar todo el año, en muchas de las tablas de la huerta de la cultura. Pero no si el palacio del Sur era del Mellado, la Tomatina fue del Blanco y los IU, detrás para que luego le restaran sufragios. No se enteran de nada.
Paco, la Tomatina Flamenca y otras festolinas de derrochar los caudales públicos se suma al derroche arquitectónico. Hay un libro que da cuenta de esa locura que le dio a los mandatarios a partir de los 80 por construir mausoleos y pirámides para su propio éxtasis gozoso, eso sí, con dinero público. Se titula "Arquitectura milagrosa". Está en la biblioteca. Te lo recomiendo.
Un abrazo
Si tuvieran responsabilidad penal... Hace un rato he visto como el pueblo islandés sienta a su dirigente en el banquillo, y a los directores de Bancos. Ese es el camino, antes de tirar el dinero que piensen que no es suyo y les puede costar la cárcel. Buscaremos el libro.
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