(del laberinto al treinta)


domingo, 3 de octubre de 2010

Antonio Burgos: la risa de la hiena abecedaria

Mi amigo Juan Sepelio está mu mosqueao. Le han censurado en el feisbuk, del que es adicto, la creación de un grupo titulado


YO TAMBIÉN ME CAGO EN LOS MUERTOS DE ESE TIPO


- Pero, hombre - le digo-, eso es una pasada, y además, ¿quién se iba a apuntar a él?

- Pues toda persona decente que haya leído las dos últimas columnas del miserable Antonio Burgos meándose con su podrida picha de mear infamias en la memoria de las mujeres vejadas, rapadas y obligadas a tomar ricino para hacerlas perder el control de sus esfínteres por los falangistas y fascistas como él de los años 40, cuya memoria y bienhacer por contra él defiende, con el fin de echarse unas risas a costa de los vencidos, de los genocidiados, no contentos con haberlos malenterrado en las cunetas tras matarlos de un tiro en la nuca, en las personas de sus viudas. En dos tiempos y, cómo no, desde el Acorazado ABC:




Exactamente con el mismo fin que los de su ralea, falangistas y nazionalcatólicos, para hacer una risas.

Y me dice que hace tiempo que dejó de escuchar una de las canciones que más le gustan: María la Portuguesa, que cantara el llorado Carlos Cano, de cuya letra es autor el homenajeado en ese grupo que no le dejan colgar en el feisbuk. Dice que desde que lo supo cada vez que comienza a escuchar la guitarra portuguesa que le da entrada se le aparece su cara de hiena escupiendo mala leche y que le dan ganas de desearle a alguien que se lo coma un perro en un camino. Y que luego lo vomite

8 comentarios:

MariaJU dijo...

jajajajaja, me meo toa imaginándome a este bicho cabreao.
P.D. Que de gracias q Carlos Cano redimió esa letra con su voz, porque si no, sería totalmente inexistente por olvidada. Me pregunto como pudieron hacer buenas migas el Carlos y este buytre.

Paco Muñoz dijo...

A mi este individuo, hace tiempo me caía bien por su poesía, precisamente la misma que gustaba a Juan Sepelio, cantada por el "malafollá" de su amigo Carlos Cano. Pero desde que he leído algunas barbaridades de este prenda, me asquea de gordo. Yo me hubiera apuntado a esa página sin pensarlo, pero al ser de gente de Cádiz debería haberse llamado YO ME CAGO EN LOS MUERTOS DEL PADRE DE ESE TIPO, es la frase de Cádiz. Es un verdadero cerdo en sus opiniones, y no se como no le han puesto una querella ya por muchas cosas.
Y lisis porque el Carlos Cano sólo tenía pantalla, en el fondo sería lo mismo, si no, no cuadra.

MariaJU dijo...

por dioj Paco! me acaba de pasar al leerte como a los niños chicos cuando descubren q los reyes son los padres. jajajaaj
No me digas esas cosas del Cano, del otro da igual porque ya descubrí hace tiempo q era una rata de alcantarilla. Quiero pensar aún q en el tiempo q se relacionaba con Cano, aún no se había aliado con el lado oscuro de la maldad...

anarchy dijo...

Madre mía que asco he pasao leyendo a ese asqueroso hijo de puta. Ni sabía de su existencia ni me imaginaba que alguien pueda ser tan cabrón a la vista de todo el mundo. Se merece un grupo en el fisbuk ó una querella en toda regla. Que lo humillen y lo apalicen públicamente. Yo me apunto a esto. Lo de la paliza es un decir, que me emociono yo jajaja. Pero mira, el grupo del fíbuk puede servir para juntar un buen puñado que haga fuerza.

Dile a tu amigo que le cambie un poco el título que luego dentro ya lo pondremos a bajar de un burro(y que nos invite, que nos invite). La verdad es que es raro que lo censuren...se podía llamar : TODOS JUNTOS CONTRA ESTE CERDO ó TE VAMOS A CORTAR LA PELONA MAMÓN, o hacemos concurso de ideas para el título.

Paco Muñoz dijo...

Yo lo conozco de antes, por referencias de amigos que lo contrataron en un pueblo para actuar y ya no lo llamaron más. Endiosado, malafollá, y montón de cosas más. Lo que hizo pensar donde estaba su izquierdismo, que en este caso era andalucismo.

Dos que se acuestan en un mismo colchón... Este individuo Burgos, ha sido así desde que era un vulgar espermatozoide, facha por suspuesto.

Lansky dijo...

Este tío tan detestable, tan faltón, machista, homófono y fascistoide –hiena es una buena imagen- en su día, parece mentira, colaboró en Triunfo o Hermano Lobo. No pasaba de ingenioso, y ya se sabe que el ingenio es el sustituto barato de la inteligencia, pero tenía gracia en sus crónicas costumbristas gaditanas y sevillanas. De manera, que su itinerario (como el de otro carroñero como Jiménez Losantos) vital e ideológico durante estos últimos 40 años resulta de una fascinación morbosa, como contemplar una larga y penosa enfermedad, en este caso la degradación moral de un ser humano o en términos más idealistas, la pudrición de su alma.

brigantium dijo...

Joder, yo es que cada vez entiendo menos este puto país. Por Europa adelante se le cortan los cojones al primer energúmeno que públicamente se atreve a negar el holocausto del Adolfito alemán o de cualquiera de sus secuaces, pero aquí en la "Una Grande y Libre", se puede hacer apología del fascismo y de los crímenes de lesa humanidad sin que le pase a uno absolutamente nada. Pues me cago en la puta madre que lo parió a él y a Jimenez Losantos, otro que tal baila. Si lo que hacen estos dos hijos de la gran puta no es incitar al odio y a volver a posiciones de hace setenta años, que venga Cristo y lo diga. Quien dice Cristo, dice Mahoma, Zeus, Buda, o berobreo..... me la suda. Dios que asco.

Antonia de Oñate dijo...

Hay que cuidarse y tomar medidas profilácticas: leer a ese sujeto equivale a beber agua del grifo en Madrás. No hay absolutamente nada que pueda escribir o decir ese individuo que merezca la pena. Es tan prescindible como la cháchara de una Belén Esteban, respecto a la cual sólo le separa el uso del tinte capilar.

No he leído eso que le publican. Tampoco es necesario. En 40 años de franquismo ha habido hienas y buitres más que sobrados; y en casi 40 años de postfranquismo, los epígonos de esos andobas no sirven ni para emético. Cualquier infamia ha sido ya dicha y, peor aún, hecha.

La reina Vizcaíno Casas dejó vacío el trono de vendedores de hiel barata para señoras teñidas. Y aspiran a sucederle tantos sacristanillos, que la editorial Planeta no sabe qué largas darles.